Esta es una de esas recetas fáciles pero impresionantes. En este caso lo peor es la foto. La fotografía fue quitada después de haberlos retirado del congelador y antes de freírlos. Se pueden congelar perfectamente, igual que unas croquetas.
Ingredientes
- Mejillones
- Cebolla.
- Un diente de ajo.
- Perejil.
- Harina.
- Leche.
- Pimienta blanca, sal y nuez moscada.
Elaboración
Cocemos los mejillones al vapor con un corrito de vino blanco en el fondo para que no se peguen y unas hojas de laurel. Deben retirarse del en cuanto empiecen a abrirse no después. Se retiran de las conchas y se pican finamente.
En una sartén, echamos un poco de aceite, mantequilla, cebolla picada en paisana fina, un diente de ajo picadito y perejil picado. Se rehoga y se añade la harina, cocinándola un poco.
Añadimos la leche, la nuez moscada, la sal y la pimienta (yo pruebo a ver como está). Dejamos reducir un poco. Al final añadimos los mejillones troceados.
Debe quedar una salsa más suelta que para unas croquetas, pues se utilizarán para rellenar las conchas.
Rellenamos las conchas, rebozamos en huevo y pan rallado.
Se fríen sólo por un lado (boca abajo).
Aunque no lo parezca, están de muerte.
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