¿Cómo te llamas?
Eso pregunto. La mayor parte de los nombres que conozco para este tipo de leche son de origen extranjero: Laban, Lassi, Buttermilk o, incluso, Kefir. Por aquí se le suele llamar “leche fermentada” o “suero de leche”. Realmente creo que no son exactamente el mismo producto, pero todos son variantes de un tipo de yogurt líquido.
Ya lo había empleado en alguna que otra receta, y seguiré haciéndolo, pues he localizado un par de supermercados que lo suministran (p. ej.: Mercadona, marca “Laban”).
La música
No hay mejor música para conducir, sobre todo un viernes, que un poco de barroco. Sí, barroco, el barroco tan denostado en muchas facetas culturales, sobre todo arquitectura. Cuando algo resulta recargado se suele decir despectivamente que es “barroco”.
La música barroca es otra cosa. Nació la música, llena de espiritualidad, no en el concepto religioso (que detesto, en eso soy contrapuesto a M ¿qué es el espíritu?), la espiritualidad como introspección cerebral y reflexiva.
Mientras escribo sigo oyendo esa música que me fascina. Empecé con Acis y Galatea, pensé: “Händell no es tan inocuo como creía”. Siempre me ha parecido perfecto, pero simplemente eso, perfecto. Ese pensamiento duró unos minutos hasta que sonó el coro final de “La Pasión según San Mateo” de J. S. Bach, para mí, junto con aquellos que todos pensamos, el más grande.
Bach. Muchas de sus obras, han sonado tanto, que hasta las han prostituido o “adaptado”, pero me sigue emocionando como el primer día. O más.
Las tortitas americanas
Me vuelven loco. Ya tenía mi receta preferida, pero creo que ésta la supera. No sabría que decir. La última siempre es la mejor, buena señal, supongo.
Las acostumbro a acompañar con crema de chocolate y nata montada, pero he descubierto la mermelada de frambuesa “La vieja fábrica” y…. Llevo 3 días empleándola en 3 recetas distintas.
Ingredientes
(2) En un bol mezclamos los ingredientes líquidos y los echamos sobre la mezcla de la harina. Removemos hasta que quede una pasta homogénea.
(3) Ponemos un una sartén antiadherente al fuego. No es necesario echar ningún tipo de grasa para evitar que se pegue, como mucho rociar con algo de mantequilla la primera vez.
(4) Con ayuda de un cucharón y removiendo de vez en cuando para que no se deposite la harina en el fondo, echamos la masa sobre el centro de la sartén ya caliente. Echamos una cucharada en el centro de la sartén, y ya propia masa se va extendiendo por ella misma, sin necesitad de extenderla. Dejamos un poco, hasta que tenga la dureza suficiente para separarla de la sartén y poder darle la vuelta. Le damos la vuelta rápidamente, para evitar que se derrame la masa que está sin cocinar.
(5) Dejamos que se haga por el otro lado y, una vez cocinada, las apilamos sobre un plato.
Se toman calientes, incluso podemos calentarla de nuevo en el microondas una vez fría. Acompañamos a gusto: chocolate y nata, sirope de arce, mermelada de frambuesa, miel…
Éstas las he tomado con mermelada de frambuesa y un poco de nata.
Deliciosas.
Eso pregunto. La mayor parte de los nombres que conozco para este tipo de leche son de origen extranjero: Laban, Lassi, Buttermilk o, incluso, Kefir. Por aquí se le suele llamar “leche fermentada” o “suero de leche”. Realmente creo que no son exactamente el mismo producto, pero todos son variantes de un tipo de yogurt líquido.
Ya lo había empleado en alguna que otra receta, y seguiré haciéndolo, pues he localizado un par de supermercados que lo suministran (p. ej.: Mercadona, marca “Laban”).
La música
No hay mejor música para conducir, sobre todo un viernes, que un poco de barroco. Sí, barroco, el barroco tan denostado en muchas facetas culturales, sobre todo arquitectura. Cuando algo resulta recargado se suele decir despectivamente que es “barroco”.
La música barroca es otra cosa. Nació la música, llena de espiritualidad, no en el concepto religioso (que detesto, en eso soy contrapuesto a M ¿qué es el espíritu?), la espiritualidad como introspección cerebral y reflexiva.
Mientras escribo sigo oyendo esa música que me fascina. Empecé con Acis y Galatea, pensé: “Händell no es tan inocuo como creía”. Siempre me ha parecido perfecto, pero simplemente eso, perfecto. Ese pensamiento duró unos minutos hasta que sonó el coro final de “La Pasión según San Mateo” de J. S. Bach, para mí, junto con aquellos que todos pensamos, el más grande.
Bach. Muchas de sus obras, han sonado tanto, que hasta las han prostituido o “adaptado”, pero me sigue emocionando como el primer día. O más.
Las tortitas americanas
Me vuelven loco. Ya tenía mi receta preferida, pero creo que ésta la supera. No sabría que decir. La última siempre es la mejor, buena señal, supongo.
Las acostumbro a acompañar con crema de chocolate y nata montada, pero he descubierto la mermelada de frambuesa “La vieja fábrica” y…. Llevo 3 días empleándola en 3 recetas distintas.
Ingredientes
- 175 gr. de harina [87 gr.]
- 1 cucharilla de bicarbonato sódico [1/2 cucharilla]
- ½ cucharilla de levadura química [¼ de levadura] (opcional, no necesario)
- ¼ de cucharilla de sal [una pizca]
- 25 gr. de azúcar [13 gr.]
- 360 ml de leche fermentada [180 ml] (yogurt)
- 2 cucharillas de aceite vegetal [1 cucharilla]
- 1 huevo grande [1/2 huevo]
- 1 cucharilla de vainilla
- Aroma a gusto: agua de azahar, e he echado un chorritín.
(2) En un bol mezclamos los ingredientes líquidos y los echamos sobre la mezcla de la harina. Removemos hasta que quede una pasta homogénea.
(3) Ponemos un una sartén antiadherente al fuego. No es necesario echar ningún tipo de grasa para evitar que se pegue, como mucho rociar con algo de mantequilla la primera vez.
(4) Con ayuda de un cucharón y removiendo de vez en cuando para que no se deposite la harina en el fondo, echamos la masa sobre el centro de la sartén ya caliente. Echamos una cucharada en el centro de la sartén, y ya propia masa se va extendiendo por ella misma, sin necesitad de extenderla. Dejamos un poco, hasta que tenga la dureza suficiente para separarla de la sartén y poder darle la vuelta. Le damos la vuelta rápidamente, para evitar que se derrame la masa que está sin cocinar.
(5) Dejamos que se haga por el otro lado y, una vez cocinada, las apilamos sobre un plato.
Se toman calientes, incluso podemos calentarla de nuevo en el microondas una vez fría. Acompañamos a gusto: chocolate y nata, sirope de arce, mermelada de frambuesa, miel…
Éstas las he tomado con mermelada de frambuesa y un poco de nata.
Deliciosas.
3 comentarios:
Mmmm!! que buena pinta tienen.
Yo las desayuno todos los domingos.
Prueba con nata montada y miel de romero (u otra, asi están de vicio.
Saluditos, Nyssa.
Gracias Nyssa, tomo nota,
Ya he probado con nata y miel, pero no de romero. Miel casera de mi papá, aunque este año (pasado) han tenido problemas con un nuevo parásito de abejas de nombre impronunciable. La producción, como las abejas, se ha diezmado.
Con miel están buenísimas pero, como chocolatero, creo que las prefiero, un poquito más, con nata y chocolate. La miel es mi mejor recurso cuando no tengo tiempo para calentar un poco de chocolate.
Saludos
buscando buscando y mira lo que he encontrado!!!!!!!!!!!!!!!!!! la virgen. Una preguntilla de inculta total: ¿leche fermentada que es?¿es lo mismo que leche evaporada? y si no es asi, ¿donde puedo comprarla? Muchas gracias!!! a todo esto, con tantas recetas de tortitas, ...¿cual dirias tu que es tu preferida?????? Un beso enorme pepinho de una adminadora sevillana!
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