Por Hermé
Cuando lo pronuncio pienso en Tintin, por eso de la similitud fonética con Hergé. De pequeño, por Galia y demás, era un seguidor de Asterix y Obelix. Además, se aprendía mucho de ellos, costumbres, personajes, historia, filosofía,… eran (y son) bastante fieles. Todo decayó cuando se les ocurrió hacer una película, todas muy malas. Por suerte, los actores de carne y hueso no han conseguido borrar de mi mente la imagen de los personajes del cómic.
Los nombres divertidísimos: Ordenalfabetix (el pescadero), Esautomatix (el herrero), Edadepiédrix (el anciano),… recuerdo una viñeta en la que van en un barco y dicen: “¡Qué bien remas Motorax…!”.
Una de las frases que más me gusta es esa de “¡Están locos estos romanos!”. Me acuerdo de ella (y la digo) siempre que veo alguna burrada norteamericana o alguna tontería televisiva. USA son los nuevos romanos pero, como decimos aquí, “a todo porco lle chega o seu Sanmartiño”. La traducción literal es obvia (“a todo cerdo le llega su San Martín”), por San Martín es la tradicional matanza del cerdo…
Todo lo que sube baja. A todo el que ríe le tocará llorar. Son ciclos. No seáis malos, aunque sea sólo para que cuando os toque estar “abajo” no sean vengativos con vosotros.
Tintin
De Tintín, lo que más me gusta es la imaginación, las localizaciones, y los vehículos e instrumentos que aparecen: el cohete de “Objetivo la luna”, el submarino en forma de tiburón de “El tesoro de Rackam el rojo”, la seta de “La estrella misteriosa”,…
A la segunda…
No va la vencida. Riquísimas (M así lo ha corroborado), pero me han quedado cojas, sin pie. Después de la buena experiencia de la versión de chocolate, en la que casi había conseguido “el pie”, he querido hacer la receta “original” de Hermé, paso a paso. He descubierto que tiene ciertas imprecisiones, por lo menos para mi entorno de temperatura ambiental, horneado, etc. no se ajustan con exactitud.
He puesto la receta tal y cómo la he hecho, con las anotaciones y consideraciones que he estimado interesantes y, espero, definitivas.
Hoy he hecho unos bollos que han salido riquísimos y, como me ha sobrado una clara, un día de estos tocará la tercera y, espero, definitiva versión de los Macarons.
Ingredientes
(2) Montamos las claras a punto de nieve firme con ayuda de un chorrito de limón. Cuando esté montada, y sin dejar de batir, echamos el colorante, el aroma de limón y la vainilla.
(3) Rápidamente, espolvoreamos la mezcla sobre las claras en forma de lluvia. Mezclamos con ayuda de una espátula y de forma envolvente, empezando desde el centro hacia los bordes y girando el bol con la mano izqda (o derecha si eres zurd@) durante el proceso.
Debemos tener cuidado de que no se bajen las claras. La masa debe ser algo fluida para que no se sequen demasiado una vez cocidas.
(4) Precalentamos el horno a unos 250º C. No os preocupéis, obviamente, esta no será la temperatura de horneado.
(5) Colocamos 2 bandejas superpuestas y una hoja de papel sulfurizado sobre la bandeja superior. Lo ideal es que sea un papel que permita que las galletas suban, poco adherente. Creo que ésta es una de las claves, para formar el “pie” las galletas no se deben pegar al papel, debe ser un papel de “buena calidad”.
(6) Vertemos la masa sobre una manga de boca ancha (de 2 cm –pequeñas- a 7 –grandes-, dependiendo del tamaño deseado). Yo he usado la “pistola” sin ningún tipo de boquilla. Formamos las galletas sobre la bandeja.
(7) Dejamos reposar las galletas 1 hora. Eso es lo que dice la receta, mis experiencias (clave número 2) demuestran que deben dejarse reposar hasta que la superficie se haya resecado, para que así no se agriete y suban como un “todo”. Lo dejaría un mínimo de dos horas (a la tercera).
(8) Introducimos las galletas en el horno y bajamos inmediatamente la temperatura hasta los 180ºC, dejando la puerta entreabierta. Si las galletas tienen un tamaño pequeño deben dejarse unos 10-12 minutos, si son grandes de 18 a 20 min.
(9) Cuando las galletas estén cocinadas retiramos la bandeja doble, ponemos un poco de agua (¿caliente?) en un vaso y, levantando un poco el papel, echamos el agua por debajo para que se produzca vapor y se despeguen mejor las galletas.
Dejamos enfriar sobre una rejilla. Podemos rellenarlas o tomarlas tal cual. Rellenos de ganache, mermeladas, Nutella, crema mantequilla aromatizada, etc… Éstas, como era un proceso de experimentación, han sido rellenadas con Nutella.
Están buenísimos. Según Hermé, están mejor si los dejamos 2 días en el frigorífico. A nosotros no nos han durado tanto.
Cuando lo pronuncio pienso en Tintin, por eso de la similitud fonética con Hergé. De pequeño, por Galia y demás, era un seguidor de Asterix y Obelix. Además, se aprendía mucho de ellos, costumbres, personajes, historia, filosofía,… eran (y son) bastante fieles. Todo decayó cuando se les ocurrió hacer una película, todas muy malas. Por suerte, los actores de carne y hueso no han conseguido borrar de mi mente la imagen de los personajes del cómic.
Los nombres divertidísimos: Ordenalfabetix (el pescadero), Esautomatix (el herrero), Edadepiédrix (el anciano),… recuerdo una viñeta en la que van en un barco y dicen: “¡Qué bien remas Motorax…!”.
Una de las frases que más me gusta es esa de “¡Están locos estos romanos!”. Me acuerdo de ella (y la digo) siempre que veo alguna burrada norteamericana o alguna tontería televisiva. USA son los nuevos romanos pero, como decimos aquí, “a todo porco lle chega o seu Sanmartiño”. La traducción literal es obvia (“a todo cerdo le llega su San Martín”), por San Martín es la tradicional matanza del cerdo…
Todo lo que sube baja. A todo el que ríe le tocará llorar. Son ciclos. No seáis malos, aunque sea sólo para que cuando os toque estar “abajo” no sean vengativos con vosotros.
Tintin
De Tintín, lo que más me gusta es la imaginación, las localizaciones, y los vehículos e instrumentos que aparecen: el cohete de “Objetivo la luna”, el submarino en forma de tiburón de “El tesoro de Rackam el rojo”, la seta de “La estrella misteriosa”,…
A la segunda…
No va la vencida. Riquísimas (M así lo ha corroborado), pero me han quedado cojas, sin pie. Después de la buena experiencia de la versión de chocolate, en la que casi había conseguido “el pie”, he querido hacer la receta “original” de Hermé, paso a paso. He descubierto que tiene ciertas imprecisiones, por lo menos para mi entorno de temperatura ambiental, horneado, etc. no se ajustan con exactitud.
He puesto la receta tal y cómo la he hecho, con las anotaciones y consideraciones que he estimado interesantes y, espero, definitivas.
Hoy he hecho unos bollos que han salido riquísimos y, como me ha sobrado una clara, un día de estos tocará la tercera y, espero, definitiva versión de los Macarons.
Ingredientes
- 2 claras de huevo
- 137 gr. de azúcar glasé
- 80 gr. de almendra
- ½ cucharilla de vainilla
- 2 gotas de colorante amarillo
- Un chorrito de aroma de limón
- Ralladura de ¼ de limón
(2) Montamos las claras a punto de nieve firme con ayuda de un chorrito de limón. Cuando esté montada, y sin dejar de batir, echamos el colorante, el aroma de limón y la vainilla.
(3) Rápidamente, espolvoreamos la mezcla sobre las claras en forma de lluvia. Mezclamos con ayuda de una espátula y de forma envolvente, empezando desde el centro hacia los bordes y girando el bol con la mano izqda (o derecha si eres zurd@) durante el proceso.
Debemos tener cuidado de que no se bajen las claras. La masa debe ser algo fluida para que no se sequen demasiado una vez cocidas.
(4) Precalentamos el horno a unos 250º C. No os preocupéis, obviamente, esta no será la temperatura de horneado.
(5) Colocamos 2 bandejas superpuestas y una hoja de papel sulfurizado sobre la bandeja superior. Lo ideal es que sea un papel que permita que las galletas suban, poco adherente. Creo que ésta es una de las claves, para formar el “pie” las galletas no se deben pegar al papel, debe ser un papel de “buena calidad”.
(6) Vertemos la masa sobre una manga de boca ancha (de 2 cm –pequeñas- a 7 –grandes-, dependiendo del tamaño deseado). Yo he usado la “pistola” sin ningún tipo de boquilla. Formamos las galletas sobre la bandeja.
(7) Dejamos reposar las galletas 1 hora. Eso es lo que dice la receta, mis experiencias (clave número 2) demuestran que deben dejarse reposar hasta que la superficie se haya resecado, para que así no se agriete y suban como un “todo”. Lo dejaría un mínimo de dos horas (a la tercera).
(8) Introducimos las galletas en el horno y bajamos inmediatamente la temperatura hasta los 180ºC, dejando la puerta entreabierta. Si las galletas tienen un tamaño pequeño deben dejarse unos 10-12 minutos, si son grandes de 18 a 20 min.
(9) Cuando las galletas estén cocinadas retiramos la bandeja doble, ponemos un poco de agua (¿caliente?) en un vaso y, levantando un poco el papel, echamos el agua por debajo para que se produzca vapor y se despeguen mejor las galletas.
Dejamos enfriar sobre una rejilla. Podemos rellenarlas o tomarlas tal cual. Rellenos de ganache, mermeladas, Nutella, crema mantequilla aromatizada, etc… Éstas, como era un proceso de experimentación, han sido rellenadas con Nutella.
Están buenísimos. Según Hermé, están mejor si los dejamos 2 días en el frigorífico. A nosotros no nos han durado tanto.
5 comentarios:
Ahora que iba a dejar de trabajar en el ordenador porque son las tantas de la noche,me vengo a visitarte y como siempre, me encuentro con estas galletas de lo más apetecible y... sigo mirando ... ¡una tarta fantástica! En cuanto tenga más tiempo(estos días ando un poco ajetreada, ya sabes, fin de curso ...)voy a empezar a hacer alguna de tus recetas,aunque ... no sé por cuál empezar.
Bicos e boas noites.
Bicos,
No te pierdas las galletas de chocolate...
Yo corrigiendo y poniendo exámenes...
y mañana, ¡a madrugar!
+
Y yo poniendo notas, que no me gusta nada y.... el programa que funciona fatal...
Bueno, ya falta menos y ...¡vacaciones!
Voy a copiar la receta y probaré esas galletas de chocolate. Prometido.
¡Ah! por cierto, ¿te refieres a las "Galletas Korova"?
Sí, nos han encantado... siempre que te guste el chocolate. De lo mejorcito en galletas de chocolate que he hecho.
Bicos
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