Esta tarta lee de varias fuentes, una combinación de sabores con el chocolate como ingrediente predominante y un poco de sabor a vainilla para que se funda en la boca.
Inicialmente cometí un pequeño error, para mí que no me gusta demasiado el café, de hacerle un ganache de café. Lo he subsanado con una sabrosa (y más fina) ganache con frambuesa. Para que el sabor a vainilla se perciba, no debe abusarse del ganache, una pequeña capa es suficiente, aproximadamente del mismo grosor (o algo menor) que la capa de vainilla. Con el chocolate sobrante pueden hacerse unas trufas. Tómese fría, no os arrepentiréis.