Supercalifragilísticoexpialidoso
Cómo decirlo, si lo nombro como “pastel de chocolate” no haría justicia a esta delicia, de ahí su nombre. Por si solo, sin el relleno y sin la cobertura, tendremos un pastel de chocolate con un aspecto (aparentemente) típico por fuera pero húmedo y jugoso por dentro. Sorprendentemente goloso.
La almendra es, junto con el chocolate, el gran secreto de este pastel; la harina ejerce como elemento para dar cuerpo y ligar la tarta; el albaricoque es una idea adaptada de la tarta Sacher; la cobertura de chocolate al café, el sabor diferenciador y optativo. Realmente fácil, rica y esponjosa. Yo repetiré, aunque sólo sea el bizcocho acompañado con un poco de mermelada o crema.
Una recomendación: el bizcocho, en principio, no está pensado para rellenar (no debe cocinarse demasiado) y sí para comer solo. Por el hecho de ser jugoso por dentro, si se rellena ha de cortarse con mucho cuidado para que no se rompa. Cuatro manos mejor que dos.
Los tiempos cambian (sábado 7 julio)
Por aquí (más) al norte el tiempo es peor, peor es lo peor. Por lo menos la playa me da algo de tiempo para pensar, leer, nadar, andar o hacer otras actividades. No tengo que estar pendiente de nada y de nadie, el entretenimiento de los demás reside en su propia toalla.
He llamado a ese teléfono que en el móvil está marcado con la leyenda “Casiña”. Allá (más) al sur el tiempo sigue siendo bueno.
Las nubes no han traído lluvia pero han traído casa (de los suegros) y compras. Ha vuelto, otra vez, a tocar un mucho de todo. ¿Cuándo se cansará de comprar y comprar?, ¿tiene fin?, ¿no es suficiente? Necesita que la acompañe, no sé para qué. Un día perdido.
Estas líneas están siendo escritas, ¡por suerte!, reposando en un sillón de espera de Massimo Tutti. Le digo a todo, compras incluidas, que sí, así está garantizado su buen estado de ánimo, es la solución más sencilla. Nunca había pensado que algo tan barato, tanto que se puede comprar con dinero, pudiese proporcionar “felicidad” a alguien. Mi felicidad es tan cara que el dinero no sirve para nada, más bien es un obstáculo.
Ya estamos en casa (de mis suegros), aquí no le apetece salir a tomar algo. Puede estar todo el día dejando pasar el tiempo y tampoco tiene prisa en irse a cama o leer un poco. En casa de mis padres no pasa lo mismo, salimos y salimos, aunque sea sólo a tomar un café.
El sirviente
No sé qué haré, estoy cansado y cansado, ahora tengo ganas de llorar. Estar ocupado es un buen, aunque tramposo, sistema para olvidarse de los problemas. El tiempo libre es mi mayor enemigo en este momento.
Me siento como el chico de los recados, el autómata, el tú-dices,-yo-hago-¿y-ahora-qué? No pido consuelo, ni lo deseo, sólo desahogarme, porque en toda mi corta vida siempre he tenido la impresión de estar cumpliendo los deseos de los demás. Y ahora más. Así me lo parece.
Como no creo en las verdades absolutas, y menos si vienen de mi mismo, tampoco sería contundente en esas afirmaciones. Quizás sean complejos personales sin curar del todo, quizás mi forma de ser me lleve a pensarlo así, quizás no esté hecho para vivir de este modo. Que lo juzguen los (muy pocos) que me conocen y no tengan parte ni partido (ninguno), desde fuera su visión puede ser ligeramente menos subjetiva.
La verdad, Heisenberg y mis dudas
Muchos estaréis en desacuerdo, porque muchos necesitan esa referencia. A mi parecer, la verdad es el refugio de la inseguridad. Con la verdad tendríamos una certeza y la certeza evitaría la (in)decisión y la duda. Pero, sin decirlo de forma tajante, no “creo” en la verdad, y menos si es absoluta. El punto de vista es un elemento de distorsión. O la posición o la velocidad, pero no ambas a la vez. Tal vez mi educación científica me ha llevado a cuestionar y no estar seguro de casi nada, salvo que algún día desapareceré, pero ni de eso podría estar totalmente seguro. Eso decían el La India. Aquello que mi mente no abarca prefiero no darle explicaciones. Lo absoluto me abruma.
Perdonad si ofendo, una opinión no es un ataque a aquellos que no piensen de igual modo. M se sentiría ofendida. Pienso así aunque no lo desee, porque el pensamiento nace de mis experiencias y, sobre todo, de cómo soy. Porque ésa es la riqueza, distintos puntos de vista hacen evolucionar. Son las sociedades dictatoriales y homogeneizadas, aquellas en las que existe un único punto de vista, sin crítica, sin dudas, las que nos convierten en autómatas al servicio de no se sabe qué. Seamos críticos, aunque no sea sólo con nosotros mismos.
Pronto
El martes nos vamos y estaremos de viaje durante unos 15 días. Es más que probable que sea la última receta que ponga hasta que volvamos. Pese a todo, nunca se sabe… Aunque no me gustan las freses hechas (“Que te vaya bien en tu nueva andadura” –horror-, “Encantado de conocerte”;…), carecen de esa autenticidad y sinceridad, no he encontrado otro modo de despedirme por un corto tiempo: si queréis, “nos vemos a la vuelta”. Aunque nunca se sabe…. podría ser antes.
Disfrutad de la compañía, es vuestra más valiosa posesión. Sonreíd al mal tiempo y al bueno. Sed buenos con vuestros amigos y más con los que no lo son. Probad y haced el bizcocho en una tarde de verano con amigos. Os gustará, si no es así, la compañía y el proceso habrá valido la pena.
Besos y gracias por estar ahí. Seas quién seas.
Ingredientes
Bizcocho de chocolate y almendra
Relleno
(1) Preparación de los ingredientes. Separamos las yemas de las claras. Retiramos la mantequilla del frigorífico. Troceamos el chocolate. Precalentamos el horno a unos 220º C.
(2) Mezclamos la almendra con la harina, la sal y la levadura química. Reservamos.
(3) Batimos las yemas con el azúcar en un bol hasta que quede blanquecino y espumoso. Batimos bien la mantequilla hasta que quede bien reblandecida, podríamos derretirla algo en el microondas.
(4) Derretimos el chocolate el baño María o en el microondas, cuidando que no se queme y removiendo con ayuda de una espátula. Lo dejamos unos segundos en el microondas y cuando empiece a reblandecerse, removemos con la espátula de plástico hasta que esté totalmente disuelto y sin partes sólidas. Añadimos el chocolate a la mezcla de huevos.
Para derretir más fácilmente el chocolate, podríamos fundirlo con un poco de la mantequilla.
(5) Echamos la mezcla de almendra y harina, removiendo con cuidado. Añadimos la mantequilla y removemos. Levantamos las claras con un chorrito de limón a punto de nieve. Si fuese necesario, añadimos una cucharada de claras a la mezcla para hacerla menos densa e incorporamos las restantes en forma envolvente y el tiempo justo para evitar que se baje la masa.
(6) Engrasamos un molde de unos 22 centímetros, vertemos la masa y horneamos a 220º durante unos 20 minutos. Pinchamos con una aguja o brocheta, ésta debe salir algo húmeda. Recordad que debe quedar jugoso por dentro. Si lo queréis todavía más jugoso se puede dejar unos minutos menos.
(7) Dejamos enfriar antes de desmoldar y cortar. Así ya está buenísimo, sobre todo acompañado de mermelada de albaricoque o crema. Puede espolvorearse con cacao en polvo y azúcar glasé.
Relleno
(1) Una vez fría la tarta, podría ser de un día para otro, la cortamos por la mitad. Con mucho cuidado y, a ser posible, con ayuda: with a little help from my friends.
(2) Batimos un poco la mermelada para poder trabajarla mejor y rellenamos el postre. Tapamos y ponemos el aro. Preparamos la cobertura.
Cobertura
(1) Trocemos el chocolate y reservamos en un bol grande.
(2) Calentamos la nata y el café en un cazo al fuego, sin dejar de remover. Cuando haya hervido vertemos sobre el chocolate y lo disolvemos con ayuda de una espátula, añadiendo la nuez de mantequilla. Trabajamos un poco y cubrimos la tarta.
Le damos unos golpecitos para que deque lisa y llevamos al frigorífico.
Muy rica.
Cómo decirlo, si lo nombro como “pastel de chocolate” no haría justicia a esta delicia, de ahí su nombre. Por si solo, sin el relleno y sin la cobertura, tendremos un pastel de chocolate con un aspecto (aparentemente) típico por fuera pero húmedo y jugoso por dentro. Sorprendentemente goloso.
La almendra es, junto con el chocolate, el gran secreto de este pastel; la harina ejerce como elemento para dar cuerpo y ligar la tarta; el albaricoque es una idea adaptada de la tarta Sacher; la cobertura de chocolate al café, el sabor diferenciador y optativo. Realmente fácil, rica y esponjosa. Yo repetiré, aunque sólo sea el bizcocho acompañado con un poco de mermelada o crema.
Una recomendación: el bizcocho, en principio, no está pensado para rellenar (no debe cocinarse demasiado) y sí para comer solo. Por el hecho de ser jugoso por dentro, si se rellena ha de cortarse con mucho cuidado para que no se rompa. Cuatro manos mejor que dos.
Los tiempos cambian (sábado 7 julio)
Por aquí (más) al norte el tiempo es peor, peor es lo peor. Por lo menos la playa me da algo de tiempo para pensar, leer, nadar, andar o hacer otras actividades. No tengo que estar pendiente de nada y de nadie, el entretenimiento de los demás reside en su propia toalla.
He llamado a ese teléfono que en el móvil está marcado con la leyenda “Casiña”. Allá (más) al sur el tiempo sigue siendo bueno.
Las nubes no han traído lluvia pero han traído casa (de los suegros) y compras. Ha vuelto, otra vez, a tocar un mucho de todo. ¿Cuándo se cansará de comprar y comprar?, ¿tiene fin?, ¿no es suficiente? Necesita que la acompañe, no sé para qué. Un día perdido.
Estas líneas están siendo escritas, ¡por suerte!, reposando en un sillón de espera de Massimo Tutti. Le digo a todo, compras incluidas, que sí, así está garantizado su buen estado de ánimo, es la solución más sencilla. Nunca había pensado que algo tan barato, tanto que se puede comprar con dinero, pudiese proporcionar “felicidad” a alguien. Mi felicidad es tan cara que el dinero no sirve para nada, más bien es un obstáculo.
Ya estamos en casa (de mis suegros), aquí no le apetece salir a tomar algo. Puede estar todo el día dejando pasar el tiempo y tampoco tiene prisa en irse a cama o leer un poco. En casa de mis padres no pasa lo mismo, salimos y salimos, aunque sea sólo a tomar un café.
El sirviente
No sé qué haré, estoy cansado y cansado, ahora tengo ganas de llorar. Estar ocupado es un buen, aunque tramposo, sistema para olvidarse de los problemas. El tiempo libre es mi mayor enemigo en este momento.
Me siento como el chico de los recados, el autómata, el tú-dices,-yo-hago-¿y-ahora-qué? No pido consuelo, ni lo deseo, sólo desahogarme, porque en toda mi corta vida siempre he tenido la impresión de estar cumpliendo los deseos de los demás. Y ahora más. Así me lo parece.
Como no creo en las verdades absolutas, y menos si vienen de mi mismo, tampoco sería contundente en esas afirmaciones. Quizás sean complejos personales sin curar del todo, quizás mi forma de ser me lleve a pensarlo así, quizás no esté hecho para vivir de este modo. Que lo juzguen los (muy pocos) que me conocen y no tengan parte ni partido (ninguno), desde fuera su visión puede ser ligeramente menos subjetiva.
La verdad, Heisenberg y mis dudas
Muchos estaréis en desacuerdo, porque muchos necesitan esa referencia. A mi parecer, la verdad es el refugio de la inseguridad. Con la verdad tendríamos una certeza y la certeza evitaría la (in)decisión y la duda. Pero, sin decirlo de forma tajante, no “creo” en la verdad, y menos si es absoluta. El punto de vista es un elemento de distorsión. O la posición o la velocidad, pero no ambas a la vez. Tal vez mi educación científica me ha llevado a cuestionar y no estar seguro de casi nada, salvo que algún día desapareceré, pero ni de eso podría estar totalmente seguro. Eso decían el La India. Aquello que mi mente no abarca prefiero no darle explicaciones. Lo absoluto me abruma.
Perdonad si ofendo, una opinión no es un ataque a aquellos que no piensen de igual modo. M se sentiría ofendida. Pienso así aunque no lo desee, porque el pensamiento nace de mis experiencias y, sobre todo, de cómo soy. Porque ésa es la riqueza, distintos puntos de vista hacen evolucionar. Son las sociedades dictatoriales y homogeneizadas, aquellas en las que existe un único punto de vista, sin crítica, sin dudas, las que nos convierten en autómatas al servicio de no se sabe qué. Seamos críticos, aunque no sea sólo con nosotros mismos.
Pronto
El martes nos vamos y estaremos de viaje durante unos 15 días. Es más que probable que sea la última receta que ponga hasta que volvamos. Pese a todo, nunca se sabe… Aunque no me gustan las freses hechas (“Que te vaya bien en tu nueva andadura” –horror-, “Encantado de conocerte”;…), carecen de esa autenticidad y sinceridad, no he encontrado otro modo de despedirme por un corto tiempo: si queréis, “nos vemos a la vuelta”. Aunque nunca se sabe…. podría ser antes.
Disfrutad de la compañía, es vuestra más valiosa posesión. Sonreíd al mal tiempo y al bueno. Sed buenos con vuestros amigos y más con los que no lo son. Probad y haced el bizcocho en una tarde de verano con amigos. Os gustará, si no es así, la compañía y el proceso habrá valido la pena.
Besos y gracias por estar ahí. Seas quién seas.
Ingredientes
Bizcocho de chocolate y almendra
- 4 huevos, separadas las yemas de las claras
- 150 gr. de azúcar polvo [*]
- 200 gr. de chocolate negro amargo, >70% de cacao
- 150 gr. de mantequilla, pomada, casi derretida
- 2 cucharadas de harina de repostería, 20-30 gr.
- Una cucharilla de levadura química (Royal)
- 100 g. de almendra molida
- Una pizca de sal
- (Opcional) Un chorrito de limón para levantar las claras
- Si no lleva cobertura ni relleno: un poco de cacao en polvo y/o azúcar glasé para espolvorear y una crema inglesa o mermelada de albaricoque para acompañar.
Relleno
- 1 bote de mermelada de albaricoque
- 200-220 gr. de chocolate de cobertura, dependiendo de la densidad deseada
- 200 ml de nata líquida para montar (sin montar)
- 1 cucharada de café (opcional)
- Una nuez de mantequilla
(1) Preparación de los ingredientes. Separamos las yemas de las claras. Retiramos la mantequilla del frigorífico. Troceamos el chocolate. Precalentamos el horno a unos 220º C.
(2) Mezclamos la almendra con la harina, la sal y la levadura química. Reservamos.
(3) Batimos las yemas con el azúcar en un bol hasta que quede blanquecino y espumoso. Batimos bien la mantequilla hasta que quede bien reblandecida, podríamos derretirla algo en el microondas.
(4) Derretimos el chocolate el baño María o en el microondas, cuidando que no se queme y removiendo con ayuda de una espátula. Lo dejamos unos segundos en el microondas y cuando empiece a reblandecerse, removemos con la espátula de plástico hasta que esté totalmente disuelto y sin partes sólidas. Añadimos el chocolate a la mezcla de huevos.
Para derretir más fácilmente el chocolate, podríamos fundirlo con un poco de la mantequilla.
(5) Echamos la mezcla de almendra y harina, removiendo con cuidado. Añadimos la mantequilla y removemos. Levantamos las claras con un chorrito de limón a punto de nieve. Si fuese necesario, añadimos una cucharada de claras a la mezcla para hacerla menos densa e incorporamos las restantes en forma envolvente y el tiempo justo para evitar que se baje la masa.
(6) Engrasamos un molde de unos 22 centímetros, vertemos la masa y horneamos a 220º durante unos 20 minutos. Pinchamos con una aguja o brocheta, ésta debe salir algo húmeda. Recordad que debe quedar jugoso por dentro. Si lo queréis todavía más jugoso se puede dejar unos minutos menos.
(7) Dejamos enfriar antes de desmoldar y cortar. Así ya está buenísimo, sobre todo acompañado de mermelada de albaricoque o crema. Puede espolvorearse con cacao en polvo y azúcar glasé.
Relleno
(1) Una vez fría la tarta, podría ser de un día para otro, la cortamos por la mitad. Con mucho cuidado y, a ser posible, con ayuda: with a little help from my friends.
(2) Batimos un poco la mermelada para poder trabajarla mejor y rellenamos el postre. Tapamos y ponemos el aro. Preparamos la cobertura.
Cobertura
(1) Trocemos el chocolate y reservamos en un bol grande.
(2) Calentamos la nata y el café en un cazo al fuego, sin dejar de remover. Cuando haya hervido vertemos sobre el chocolate y lo disolvemos con ayuda de una espátula, añadiendo la nuez de mantequilla. Trabajamos un poco y cubrimos la tarta.
Le damos unos golpecitos para que deque lisa y llevamos al frigorífico.
Muy rica.
11 comentarios:
Buenos días Pepinho!!!!!
Sólo unas lineas para desearte felices vacaciones, que os lo paseis genial....que hagas fotos alucinantes, y que luego lo cuentes tan bien como hablas. Te envidio.
Sobre la receta....tomo nota y la haré....pero .....una cosa : y si la mermelada en vez de albaricoque la pones de frambuesa ...qué tal???
te dejo, me pongo en marcha y a trabajar.
Pero ...ántes : gracias por abrir este blog. Hay veces que te voy leyendo y me veo reflejada.en estos momentos soy hiperactiva y me meto en la cocina , como tú por que necesito desahogarme.....
Ale, cuidaros y hasta la vuelta.
Besos desde Valencia,
Mª dolores
eso, hasta la vuelta, pasadlo bien y disfrutad el uno del otro. A ver si vienes un poco más animado...
Besos desde Asturias.
Gracias a tod@s.
Ya veremos. Por el momento, una de las cosas que menos me gusta, hacer la maletas, ya está hecha.
Besos.
P.D.: La mermelada de frambuesa fue mi primera elección ;-)
¡Felices Vacaciones!.
Pásatelo muy bien y degusta todo lo que puedas, y..... ya estoy deseando de que vuelvas y que nos cuentes tus "historias" y que nos pongas esas recetas, ¡vamos, que ya te hecho de menos!
Un Beso apretao
¡Levanta esos ánimos! A todos nos ha pasado lo mismo alguna vez, y ... pasa.La vida es pura contradicción.
Disfruta del viaje y regresa renovado, por lo menos de espíritu.
Besos mil.
No creo que veas este comentario, llegue acá buscando una receta de tarta de almendaras de santiago, cuando era chica una amiga de mis padres nos hacía esa exquicites. Vivíamos en Ushuaia, Tierra del Fuego.
...Tengo ganas de decirte algo, perdón mi atrevimiento, pero el problema no son las contradicciones (motor de este universo), el problema no es la certeza o la incertidumbre. El problema existencial está en aceptar nuestra responsabilidad en la elección y hacernos cargo de ella... Paciencia y tranquilidad... Despejaras las nubes...
Saludos
Hola!
No sé como he dado con tu blog y la verdad es que me has dejado enganchadísima a tus recetas!!! Te he añadido a mis favoritos de cocina porque no quiero olvidar visitarte cada dia. Felicidades por un blog tan genial!!!
Hola. solo quería felicitarte por tu blog. Vine a el desde la cocina de Auto y me quedo enganchada, muy buenos tus comentarios, espero de dejes de hacerlos nunca. Yo también soy gallega, de las rías bajas y fíjate por donde he dado con la receta de los mejillones en salsa de Puebla. Tranquilo, no se lo diré a nadie.
Bueno, pues eso, que felicidades y sigue regalándonos estas maravillosas recetas comentadas...
¡¡¡¡felices vacaciones!!!!!!!!!!
Hola,
Ahora estoy escribiendo desde un hotel de Estocolmo. No tengo tiempo, simplemente quería saludar.
Siento no poder responder a los mensajes. Nos vemos (si hay suerte) la próxima semana.
Besos a tod@s!!!
gracias y mil gracias.
sin tú saberlo, me estás ayudando con tus escritos profundos como el fondo del mar. me ayudas a entender que hay personas buenas que dan todo sin recibir nada a cambio.
gracias por esos escritos maravillosos, gracias por esas recetas que nos ofreces tan desinteresadamente.
otto.
Otto,
Sólo unas palabras han llegado para emocionarme. Empezando por tu nombre, que me trae unos recuerdo que me han hecho casi llorar. El momento, supongo.
Otto, Otto es protagonista de una película que me conmueve, de un director de emociones y de una historia que llega muy hondo: “Los amantes del círculo polar”. “Otto, el piloto”.
Otto: Es bueno que la vida tenga varios círculos. Pero la mía, mi vida, solo ha dado la vuelta una vez. Y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro….
Y aquí, ahora mismo no puedo cerrar nada… Estoy solo.
Deseo poder esquiar hacia arriba, correr, para encontrarme con ella.
Gracias, un abrazo.
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Opina, pero con respeto para tod@s. Nadie es perfecto.