Tal como éramos (primera parte)
Audrey Hepburn
Hacer suflés saladas no tiene ningún misterio: una bechamel (al gusto), un sabor (queso, jamón, vegetal, salmón,…), unas yemas y, por último las claras montadas a punto de nieve. Si es dulce, una crema inglesa con algún sabor opcional: chocolate, fresa,… u otro tipo de frutas. Hornear y comer.
En Sabrina, a Audrey Hepburn se le bajaban porque estaba deprimida en París, desencantada con el amor. ¡Deprimida en París! El suflé reflejaba su estado de ánimo. No intentéis identificar ese hecho con el ánimo. Tarde o temprano siempre se baja, por eso hay que tomarlo rápido y recién salido del horno. Pese a todo sigue siendo hermoso pensar en ello, la relación estado de ánimo y cocina sí existe. Amar a través de la cocina.
Diario de un rebelde
Día 1 (12 septiembre de 2000): Animales de costumbres.
Animales, sobre todo eso. Los animales no dialogan, ladran, balan, chillan... y algunos incluso hablan, no dialogan.
Admisión de costumbres, costumbres y modos, modos y hechos, hechos y personas, personas y yo. Mis costumbres son fruto de mis experiencias, sus costumbres de las suyas. Admitámoslo acabaré por aceptar sus experiencias o costumbres. Pondré allí mis zapatillas.
Día 2 (13 septiembre de 2000): El sueño del mono loco.
La cabeza no cesa en su empeño. No me deja dormir. Problemas: los que ella quiera, soluciones: las soluciones están dentro de la propia existencia (o no) del problema.
El futuro: un problema. El presente: una esperanza. El pasado: “cualquiera fue mejor”.
Ingredientes
(1) (Bechamel de queso) Disponemos los ingredientes, rallamos el queso. En una sartén o cazo, derretimos la mantequilla. Una vez derretida añadimos la harina y, con ayuda de una cuchara de madera, removemos para que se haga un poco, algo tostada, durante unos dos minutos.
(2) Añadimos la leche poco a poco y sin dejar de remover. Salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada, a gusto. A fuego suave, y sin dejar de remover, dejamos reducir durante unos minutos. Debe quedar una bechamel bastante espesa.
(3) Añadimos el queso rallado, removiendo hasta que se incorpore. Retiramos del fuego y dejamos templar. Podemos poner la bechamel en otro recipiente.
(4) Separamos las claras de las yemas. Una vez fría, añadimos las yemas una a una, hasta que quede bien añadido.
Engrasamos con mantequilla unos moldes individuales o uno grande. Con dos huevos se obtienen unos cuatro suflés pequeños. Precalentamos el horno a unos 200º C.
(5) Levantamos las claras a punto de nieve con ayuda de un chorrito de limón. Cuando estén bien levantadas las añadimos a la bechamel de forma envolvente y evitando que se bajen. Para facilitar esta acción, añadimos un poca cantidad de las claras previamente, disminuyendo la densidad inicial de la mezcla.
(6) Introducimos en horno precalentado a unos 200º C entre unos 15 ó 20 minutos, hasta que empiece a tostarse y haya subido considerablemente. Si lo hacemos en un recipiente grande debe estar algún tiempo más.
Se sirve (y come) inmediatamente. Si esperamos demasiado se bajará. No hay nada eterno ;-). Si sobra podemos calentarlo unos segundos en el microondas antes de servir.
Funciona muy bien como primer plato o como acompañamiento de otro más consistente.
Audrey Hepburn
Hacer suflés saladas no tiene ningún misterio: una bechamel (al gusto), un sabor (queso, jamón, vegetal, salmón,…), unas yemas y, por último las claras montadas a punto de nieve. Si es dulce, una crema inglesa con algún sabor opcional: chocolate, fresa,… u otro tipo de frutas. Hornear y comer.
En Sabrina, a Audrey Hepburn se le bajaban porque estaba deprimida en París, desencantada con el amor. ¡Deprimida en París! El suflé reflejaba su estado de ánimo. No intentéis identificar ese hecho con el ánimo. Tarde o temprano siempre se baja, por eso hay que tomarlo rápido y recién salido del horno. Pese a todo sigue siendo hermoso pensar en ello, la relación estado de ánimo y cocina sí existe. Amar a través de la cocina.
Diario de un rebelde
Día 1 (12 septiembre de 2000): Animales de costumbres.
Animales, sobre todo eso. Los animales no dialogan, ladran, balan, chillan... y algunos incluso hablan, no dialogan.
Admisión de costumbres, costumbres y modos, modos y hechos, hechos y personas, personas y yo. Mis costumbres son fruto de mis experiencias, sus costumbres de las suyas. Admitámoslo acabaré por aceptar sus experiencias o costumbres. Pondré allí mis zapatillas.
Día 2 (13 septiembre de 2000): El sueño del mono loco.
La cabeza no cesa en su empeño. No me deja dormir. Problemas: los que ella quiera, soluciones: las soluciones están dentro de la propia existencia (o no) del problema.
El futuro: un problema. El presente: una esperanza. El pasado: “cualquiera fue mejor”.
Ingredientes
- 30 gr. de mantequilla [15 gr.]
- 20 gr. de harina [10 gr.]
- 200 ml. de leche [100 ml]
- Pimienta
- Sal
- Nuez moscada
- 75 gr. de queso emmenthal/gruyere/parmesano [38 gr.]. He usado emmenthal y gruyere a partes iguales.
- 2 huevos, separadas las claras de las yemas [1 huevo]
(1) (Bechamel de queso) Disponemos los ingredientes, rallamos el queso. En una sartén o cazo, derretimos la mantequilla. Una vez derretida añadimos la harina y, con ayuda de una cuchara de madera, removemos para que se haga un poco, algo tostada, durante unos dos minutos.
(2) Añadimos la leche poco a poco y sin dejar de remover. Salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada, a gusto. A fuego suave, y sin dejar de remover, dejamos reducir durante unos minutos. Debe quedar una bechamel bastante espesa.
(3) Añadimos el queso rallado, removiendo hasta que se incorpore. Retiramos del fuego y dejamos templar. Podemos poner la bechamel en otro recipiente.
(4) Separamos las claras de las yemas. Una vez fría, añadimos las yemas una a una, hasta que quede bien añadido.
Engrasamos con mantequilla unos moldes individuales o uno grande. Con dos huevos se obtienen unos cuatro suflés pequeños. Precalentamos el horno a unos 200º C.
(5) Levantamos las claras a punto de nieve con ayuda de un chorrito de limón. Cuando estén bien levantadas las añadimos a la bechamel de forma envolvente y evitando que se bajen. Para facilitar esta acción, añadimos un poca cantidad de las claras previamente, disminuyendo la densidad inicial de la mezcla.
(6) Introducimos en horno precalentado a unos 200º C entre unos 15 ó 20 minutos, hasta que empiece a tostarse y haya subido considerablemente. Si lo hacemos en un recipiente grande debe estar algún tiempo más.
Se sirve (y come) inmediatamente. Si esperamos demasiado se bajará. No hay nada eterno ;-). Si sobra podemos calentarlo unos segundos en el microondas antes de servir.
Funciona muy bien como primer plato o como acompañamiento de otro más consistente.
1 comentario:
Hola,
ayer hice el suflé de queso, utilicé parmesano y a los amantes del queso nos ha encantado, queda un sabor fuertecillo. Creo que me faltaron un par de minutos de horno, porque nada más abrir la puerta empezaron a bajar y llegaron casi a como estaban antes de meterlos, pero estaban muy buenos.
Gracias por la receta!
p.s. me gustaría probar con un toque de gorgonzola, le pongo entonces un emmental?
Gracias otra vez
Sara
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