miércoles, 26 de septiembre de 2007

Galletas de canela, vainilla y chocolate blanco – Galletas marroquíes de almendra

Historia de dos galletas
Casi perfectas (galletas de canela)

Galletas de canela, vainilla  y chocolate blanco
Son muy parecidas. Con las otras galletas de canela me había quedado con la (pequeña) pena de haber presentado unas que, estando muy ricas, resultaban (para mi gusto) demasiado finas, eso les daba un aspecto casi tipo “teja”. Les hacía falta un poco de cuerpo… Mi otra receta, que ya conocía en aquel momento, es muy parecida, casi idéntica, exceptuando las cantidades de harina, chocolate blanco o los aromas. Escoged vuestra opción. La mía es ésta. Podéis prescindir del chocolate si queréis.


Sobre el crémor tártaro, ingrediente incluido en estas galletas, ya he comentado algo en la otra versión. Para no repetir lo ya dicho sólo mencionar que recomendaría su uso, pues las galletas resultan mucho más crujientes. Además, se recomienda su empleo como levadura química natural, mucho mejor que otros sustitutos, pues su carácter ácido no deja ninguna traza de alcalinidad en el gusto… Se ha usado durante muchos años en repostería, todavía se sigue encontrando como ingrediente en recetas “clásicas” (como ésta). También se usa en merengues u otras aplicaciones de repostería. Se consigue muy fácilmente en farmacias, siempre que se sepa pedir y el farmacéutico no tenga prisa ;-).

Galletas de canela, vainilla  y chocolate blanco
Pura almendra (galletas de almendra)

Galletas marroquíes de almendra
Estas galletas también son muy ricas. Son una adaptación (literal) de una receta de galletas de almendra de un libro de cocina marroquí. Su problema, llevan tanta almendra (son tipo mazapán) que pueden resultar un poco caras ;-). Si tenéis ganas de amortizar la almendra podéis hacer éstas otras, o las galletas blancas de almendra, o las galletas de almendra con sorpresa, o unos mantecados, o… unos macarons. Pura almendra.

Un detalle, estas galletas llevan yema como elemento para ligar la masa. La cantidad de yema es baja, por ello, hay que amasarlas bien para formar una pasta, hasta que se humedezcan las manos. El tiempo de horneado debe ser mínimo, el justo para que se hagan y no lleguen a quedar duras. Si las hacemos mucho tiempo podrían endurecerse. Casi como mazapán. Con 125 gr. de almendra conseguiremos unas 8 galletas, aproximadamente.

Ponte el cinturón

Cuándo uno percibe que ha estado fuera del mundo; cuándo el mundo real le es ajeno; cuándo tu cabeza está un poco descentrada… Cuando caminas mirando pero no ves nada; cuando andas gacho, encorvado; cuando las noticias, por duras que sean, te parecen lejanas y distantes; cuando en el cine ya no reconoces nada; cuando, como el otro día, después de sentarte… ¡buscas el cinturón!
Ha sido demasiado vaivén, de aquí para allá, sin un punto de referencia. Los síntomas han sido claros, empezando por esa sesión de cine. Ni acababa de centrarse en la película.


La poca televisión que escucho, escucho porque lo hago mientras cocino con la mirada puesta en los platos, me causa indiferencia. Monótona. Sólo de vez en cuando intento levantar la cabeza ante un mensaje publicitario atrayente. Suele ser demasiado tarde. Los temas son los de siempre: “la vida de los otros”.

Los telediarios, otrora programas cargados de cierta veracidad, se han vuelto autocomplacientes. Se autopromocionan, hacen publicidad ¿encubierta? de productos propios o se meten en constantes guerras políticas. Los deportes y las noticias rosa, casi amarilla, son el “opio” del pueblo, un modo de tenernos entretenidos para evitar hablar de cosas más importantes. Abren noticiarios sin rubor, como si fuese muy importante que diez hombres en calzones hayan metido un gol a no sé quién, mientras cerramos (yo el primero) los ojos ante las mentiras del nuevo mundo…


No hablaré de esa obsesión por “crear opinión”; de crear prejuicios ante gente o personajes que desconocemos; de tildar de “buenos” o “malos”, sin términos medios; de crear esteriotipos falsos (“catalanes”; gallegos”,…) con un total desconocimiento de la realidad política o social; de “estar conmigo o estar contra mí”; de mentir a sabiendas; de repetir y repetir a la saciedad hasta crear opinión; de que, en los supermercados, los productos más atrayentes los pongan a una determinada altura; de que los chicles y chocolatinas las pongan en la caja, para que los compres en el último momento; de que, al final, se hayan puesto corbata en el telediario; de que, por un momento, no haya podido pensar en cosas más positivas…

Diario de ese viaje

Miércoles, Helsinki & Smoked fish terrine (18 de julio del 2007)

Aunque Helsinki se ha planteado como una ciudad de paso (hemos estado poco más de veintisiete horas y vamos camino de Estocolmo) ha sido un descubrimiento sorprendente. En primer lugar, el buen tiempo nos ha acompañado; después hemos descubierto, por una vez, una ciudad hecha para las “personas” (en torno a unos 500.000 habitantes): carriles para bicicletas y corredores/caminantes por toda la ciudad, buena señalización y transporte público excelente (tranvías, embarcaciones, autobuses o bicicletas), hermosos parques y jardines,… y la mar.

Ha sido el elemento reparador que necesitaba. He podido disfrutar recorriendo la costa y siempre en compañía. Las vías estaban repletas de gente (de todo tipo) corriendo, paseando, patinando y, sobre todo, en bicicleta. Su belleza se respiraba en el ambiente. Gente amable y educada.

Que poco me gusta hablar de los hoteles, tengo mis motivos para hacer una excepción, nos ayudará a entender el carácter nórdico, si es que existe como tal. En nuestros viajes hemos estado en hoteles buenos, regulares o incluso discretos. De memoria, uno en el Masai Mara u otro en un pequeño pueblo de la India cuyo nombre no recuerdo ni lo desearía. Aquí, sin ser uno de los mejores en los que hemos estado, hemos quedado muy satisfechos. Funcionalidad nórdica, limpieza, servicios suficientes e interesantes: Internet gratuito, gimnasio, sauna o unas comidas con productos de buena calidad. Me ha llamado la atención de un modo agradable la existencia de papeleras con recogida selectiva en las habitaciones.

No estoy demasiado acostumbrado a desayunar y menos si se trata de productos salados, pero en los viajes uno no puede resistirse a un buen desayuno buffet. Esta vez he sucumbido a un apetitoso “Smoked fish terrine”, básicamente, un pudin frío de salmón y otros pescados desconocidos al paladar. Intentaré cocinarlo cuando encuentre una receta apropiada.

Ahora vamos en un crucero de la Viking Line, camino de Estocolmo. Ya os contaré cómo nos ha ido…


¿Jueves?
Del desconocimiento exacto de la fecha he pasado a la ignorancia del día de la semana. Como en vacaciones, los días se repiten uno tras otro, no existen ni lunes ni domingos, sólo días. Mañana. No he sucumbido a las tentaciones del desayuno buffet, un simple té y una pieza de fruta. En la proa del barco vemos ese millar de islas que flanquean la entrada a Estocolmo y circundamos en un eterno zig-zag. Llueve, aunque en el mar nunca puede uno estar seguro de nada. En tierra tampoco. “Ostar Och Efterrätter”, claramente ;-), “postres” o, en sueco, “Juustot Ja Jälkiruuat”.


Galletas de Canela, vainilla y chocolate blanco

Galletas de canelaPara medir correctamente las “cucharillas” o “cucharadas” es mejor hacerse con un conjunto de medidores. Como decía el anuncio: “desde que lo tengo no he podido prescindir de ellos”. Una cucharilla es equivalente al volumen de 5 ml., una cucharadas 15 ml.

Ingredientes
  • 175 gr. de harina normal.
  • ½ cucharilla de bicarbonato sódico.
  • 1 cucharilla de crémor tártaro.
  • 1/8 de cucharilla de sal, algo más de una pizca.
  • 55 gr. de mantequilla reblandecida
  • 50 gr. de manteca de cerdo (de buena calidad)
  • 150 gr. de azúcar
  • 1 huevo, no demasiado grande.
  • 8 ml de extracto de vainilla
  • Chocolate blanco troceado, unos 60 gr. (opcional)
Para rebozar
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 2 cucharillas de canela molida
(1) Troceamos el chocolate blanco si lo vamos a emplear. Lo picaremos bastante fino. Reservamos. Mezclamos la harina con el bicarbonato, el crémor y la sal. Reservamos, segunda parte. Precalentamos el horno a 200º C.

(2) Batimos la mantequilla con la manteca, el azúcar (150 gr.). Cuando haya queda cremoso añadimos el huevo y el extracto de vainilla, seguimos batiendo hasta que quede homogéneo. Poco a poco, incorporamos la mezcla de la harina mientras seguimos batiendo. En este punto la masa podríamos dejarla para hacer inmediatamente o, incluso, puede aguantar varios días en la nevera.

(3) Formamos bolas del tamaño deseado y las rebozamos en dos cucharadas de azúcar mezcladas con la canela. Las depositamos en una bandeja de horno con papel de hornear y suficientemente separadas unas de otras para que no se peguen.

(4) Introducimos en el horno precalentado a 200º C durante unos 8 ó 10 minutos, hasta que empiecen a tostarse. Cuando más tiempo, más crujientes. El crémor tártaro hace que la galleta resulte crujiente.
Una vez templada la masa las guardamos en un recipiente para galletas. Las galletas se van endureciendo a medida que enfrían. Aguantan perfectamente un par de semanas, mínimo, siempre que esté bien cerrada.

Galletas de canela
Muy ricas, si lo deseáis podéis eliminar el chocolate.

Galletas marroquíes de almendra

Galletas marroquíes de almendra
Con 250 gr. de almendra obtendremos en torno a unas 16-18 galletas. Mucha almendra para tan poca galletas, ¿no? Es el precio de la calidad.

Ingredientes
  • 250 gr. de almendra molida.
  • 125 gr. de azúcar polvo.
  • Ralladura de ½ limón.
  • Opcional: una pizca de canela.
  • 2 yemas de huevo grandes.
  • 16-20 almendras, una por cada galleta.
  • 50 gr. de azúcar polvo, para rebozar la galletas antes de hornear.
(1) Precalentamos el horno a 180º C. Mezclamos los ingredientes secos: la almendra tamizada, el azúcar molido y la ralladura de limón. Opcionalmente podemos ponerle un poco de canela molida.

(2) Añadimos las yemas y mezclamos bien con las manos hasta formar una pasta que ligue bien. Formamos bolas del tamaño de una nuez y las aplanamos ligeramente. Las rebozamos en azúcar glasé e introducimos una almendra en el centro.

(3) Ponemos en una bandeja con papel de hornear e introducimos en horno precalentado a 180º C durante unos 15 minutos o algo menos, o algo más. Dependerá de cuán hechas (dureza) nos gusten y del tamaño de las mismas.

Galletas marroquíes de almendra
¡Comemos! ¡Buen provecho!

11 comentarios:

salvia dijo...

Me ENCANTA tu blog, no solo por las recetas (que son geniales) sino por todos los comentarios y vivencias que dejas en el.........ánimo, no pensemos en telediarios, situación política de aquí y de otros lugares y de otras muchas cosas que hacen que en general yo haya perdido la fé en el género humano hace tiempo (y no soy muy mayor), cuando era más joven era más optimista............aaaaayyyyyyy. Por cierto para recobrar el optimismo haré esas galletas de almendra. Saludos.

Bego dijo...

Mi mas sincera enhorabuena!!! has juntado mis dos pasiones, cocina y fotografia, y desde luego no se cual de las dos me ha resultado mas brillante!!
Excelente macro, yo lo intento con mis postres pero no me sale esa luz nunca. donde los colocas??
Enhorabuena de nuevo!!!

Harry Haller dijo...

Hola y gracias,

Salvia,
La fe no la he perdido, porque no la he tenido nunca. No acabo de entender esa palabra, sí tengo esperanza. Sería engreído por mi parte creerme mejor que el resto de los mortales por el simple hecho de opinar, sin hacer (casi) nada, estamos (casi) todos en la misma situación. El problema del mundo es el aislamiento que padecemos, las revoluciones culturales resultan muy difíciles, las movilizaciones sociales, “cambiar el mundo” que se decía… sólo Internet ha ayudado algo a unir pensamientos afines, pero se ha quedado en eso: “pensamientos”. Conformémonos con que el mundo no nos cambie a nosostros.

He creído, y creo (lo percibo con gente como vosotr@s), que el hombre/mujer es bueno por naturaleza. Pienso que el mayor problema es el egoísmo, pensamos tanto en nosotros mismos que nos olvidamos de los problemas de los demás. No vemos cómo sufren o sienten los que nos rodean. No creo que sea maldad.

Tema aparte es esa “gente” sin escrúpulos ni principios, cuya único obsesión es “poseer” (materialmente), coleccionistas de basura, faraones de occidente, tumbas repletas que gente estará dispuesta a saquear en cuanto “desaparezcan”. Eso es insatisfacción permanente…

Muchas gracias.

Bego,
Muchas gracias.
Sí, la fotografía es otra de las 100 pasiones preferidas, sin un orden específico, no podría decir qué es lo que más me gusta. Poner platos no es la mejor forma de poder desfrutar de lleno ;-), tengo muchos problemas con la luz.
Tengo fotos, pienso, mucho más interesantes, bonitas o significativas pero el tema a tratar no ayuda. De vez cuando pongo alguna foto, no por bonita (que no suelen serlo), sí porque ayudan a contextualizar la narración que la acompaña: viajes (M duerme, veo “algo”,…).

En Galicia, la luz interior es un problema y la luz artificial de nuestra casa tampoco ayuda (mi flash no es adecuado para macro). Si estoy presente, y no siempre puedo, intento hacerlas con los atardeceres y los amaneceres. Tengo la suerte de que la orientación de mi casa sea Este-Oeste. Muchas veces cocino por las noches y no tengo un buen sistema de iluminación. El flash lo odio cuando hay ausencia de luz, sólo lo empleo cuando tengo luz auxiliar suficiente, contraluces,… es otra de las adquisiciones que tengo pendientes.
A veces espero a la mañana siguiente para hacer las fotos pero el plato ha perdido todo su esplendor. Otras, como la finalidad del plato es ¡comerlo!, las hago con tanta prisa y de modo tan mecánico que ni podría considerarse un “emplatado”, un trozo de comida sobre un plato.

Problema: muchos buenos platos pasan desapercibidos por la baja calidad fotográfica y otros aparecen realzados cuando, a mi parecer, no los son tanto.

Gracias a la fotografía digital, las macros están al alcance de todos y podemos fotografiar con relativa calidad estos platos. También tengo otro equipo analógico que solía utilizar, pero el revelado y escaneado es un gran problema. Lo prefiero para otras fotos de calidad y casos puntuales.

Gracias y saludos.

Meszara dijo...

Buenas!!
Hace tiempo que no te comento, pero sigo visitando tu blog casi todos los dias para ver si hay recetas nuevas. Queria hacerte un par de preguntas:
1) Donde se puede comprar el cremor tártaro? Me encanta la pinta de estas galletas pero es que no se donde puedo encontrar este ingrediente.
2) Qué opinas sobre los buñuelos que se hacen fritos, en vez de al horno? Es que la receta de buñuelos que yo tengo (aqui también se le dice profiteroles.. creo que tu lo has llamado petit choux) se hace la masa exactamente igual que la tuya pero luego se hacen fritos. Salen muy buenos, pero no se si tu receta sera mejor, sobre todo porque no lleva tanto aceite...
Nada y darte las gracias porque con la receta del brownie de Guinness me has dado una idea genial para hacerle un regalo a un amigo... ya que le encantan mis brownies y las Guinness
Un saludo y sigue poniendo recetas tan buenas :)

Harry Haller dijo...

Hola Ana,
Te recomiendo estas galletas, para mí de las mejores de canela que pueden hacerse. Aguantan mucho tiempo, siempre que se guarden en una caja hermética.
Bien, a ver si puedo ayudarte.

1) El crémor tártaro ser puede (y debe) comprar en la farmacia. En otros países lo venden en el supermercado, pues es un ingrediente típico para la elaboración de muchos postres, principalmente galletas. Es indispensable, hace que las galletas resulten más crujientes y duraderas.
Como he dicho en otra receta, si no responden a "crémor tártaro", también puede pedirse como “Tartrato Ácido de Potasio” o “Potasio Bitartrato”. Fórmula química: C4 H5 K O6… Si no te lo quieren pedir a laboratorio prueba en otra farmacia hasta que te lo den.

2) Los buñuelos son siempre fritos. Hay muchas recetas para hacerlos. Una de las más extendidas es por medio de la “pasta choux”, la misma masa que se emplea para realizar los pastelitos llamados “petit-choux”, de ahí su nombre. Los “petit-choux”, “profiteroles”, “lionesas”,… son PASTELITOS, no buñuelos, en los que la masa va al horno y, una vez hechos, se suelen rellenar de crema pastelera o chocolate. Aguantan varios días.
Los buñuelos que se hacen con pasta “choux” se fríen, pero tienen el inconveniente de que duran poco tiempo frescos. Lo ideal es tomarlos recién hechos. A veces los buñuelos también se rellenan de crema…

Bueno, espero haberte ayudado algo.
Saludos y gracias.

Meszara dijo...

Muchisimas gracias =)

Anónimo dijo...

Esta receta la encuentre genial. Gracias por compartirla. Ahora vamos a hacer las galletas y probarlas. Feliz día,

Anónimo dijo...

Hola , que tal mis , queridos Amigos , YO SOY Omar , Machain

Y proximaente , pondre unas formulas para haser dulses

En mis paginas , mi s paginas

http://www.footer.50webs.com/machain

http://www.footer.50webs.com/cs

http://www.myspace.com/omarmachain

A si que mis bien , Amados , Amigos
y Amigas , esten al tanto que DIOS/DIOSA , les bendiga

YO SOY EL QUE YO SOY

Anónimo dijo...

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Marisa dijo...

la almendra molida es tostada?

Anónimo dijo...

Hola^^ Hace tiempo que encontre tu blog, y la verdad es que me encanta, felicidades.

Yo queria hacer una preguntita (es una cosa que no he visto en ningun post) con las cantidades que marca la receta, más o menos ¿cuantas galletas saldrian?

Muchas gracias!
Lidia.

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