A libro nuevo… victoria segura
El sonido de la música [*]
¡Y versa sobre chocolate! Es lo que tiene, el chocolate resulta tan atractivo a la vista (y al paladar) que muchos de mis libros de cocina, diría repostería, hablan directa o indirectamente sobre el chocolate.
La última adquisición no ha sido para menos. El título no podía ser más claro y conciso: “Chocolate”, su autora [**], Julie Andrieu, no ha cantado en ningún musical, si bien lo primero que me ha venido a la cabeza al leer ese nombre fue: Julie Andrews. La otra duda me surgió, después de haber visto las fotografías, es la eterna pregunta para mucha gente: ¿cómo consigue mantener el “tipo”?. Porque muchas reposteras son mujeres pero, además, ¡delgadas!, ¿quién se come los postres? En nuestra casa los comemos dos… y M ya se queja por ello, me culpa (indirectamente) de esos dos kilos que dice le sobran; que no haga nada rico, que “cualquier cosa” y a la plancha, pero una vez ha empezado ya me está pidiendo el plato siguiente. Que la sorprenda. Eso intento. El (rico) pescado de hoy ha sido “culpa” mía, por suerte, bajo en calorías. A mí me da igual, sólo quiero verte feliz y que me dejes serlo.
No me ha importado que tú estuvieses en la playa, tomando el sol (¡en pleno octubre!), mientras yo cocinaba. Tampoco que me dijeses que te diese un “toque” al móvil cuando estuviese todo preparado. Disfruto con ello, aunque a veces también desearía estar tumbado al sol… y que valores mi esfuerzo. Tú traes las materias primas (con mi recomendación), yo intento preparar aquello que se me ocurra, aunque me moleste cuándo “traes” los pescados sin cabeza, el bogavante troceado o la raya sin piel, ya no lo haces.
Por la tarde he ido contigo, me he traído unos cuantos libros, entre ellos “Chocolate”. Como sabes, no puedo estar sin hacer nada. Tú echada al sol, yo leo y escribo estas palabras.
Sigo con Mary Poppins
Magdalenas, “minimagdalenas”, decía la receta. ¿Por qué? ¿Por qué he empezado con una de las pocas recetas que no tenía foto? Porque ya me las conozco, porque nunca fallan, porque ya las había hecho con miel y almendra, y estaban deliciosas, porque el chocolate (madeleines de chocolate y miel) podía darle el toque definitivo y, sobre todo, porque me apetecían.
Un último detalle. La receta original no incluye levadura química ni un reposo tan prolongado. Puedo aseguraros que cuando he dejado reposar la masa durante toda la noche, incluso más, he obtenido los mejores resultados de sabor y “abombamiento”. La levadura química potencia esa esponjosidad, no suele sobrar en estos casos. Sólo queda disfrutar, estoy seguro de ello.
On the beach
Para mí es la vida, las olas, el mar. Ella busca el sol, le da igual el lugar, lo importante es el sol. No estamos solos, otra pareja tampoco se lo ha pensado. Es curioso lo fácil que resulta adivinar el tiempo que llevan juntos, yo diría que menos de cinco meses, esa fase de revolcones y conversaciones monosilábicas. También en nosotros resulta fácil, ella, ya a última hora, lee el periódico, yo escribo sobre un libro y las conversaciones versan sobre vivencias, viajes, hablan de futuro o “Euribor más un diferencial”: diría que cinco años casados… más un diferencial.
Vemos la ría de Arousa con la sierra del Barbanza al fondo:
Los primeros meses también eran así, más para mí, que descubría un nuevo mundo, algo totalmente desconocido hasta entonces, sólo mis ensoñaciones y amores ¿platónicos? anteriores habían ¿superado? esas sensaciones. Las cosas cambian, no a peor, cambian. Eso es otra historia que, cuando tengo más tiempo, contaré.
Bueno, ya tengo ganas de hablaros de esta receta que podéis hacer en 10 minutos durante la noche y cocinarla al día siguiente. Es sólo es una sugerencia.
[*] En general, no soy partidario de esas adaptaciones “libres” de los títulos, transgrediendo el mensaje o la idea original: "¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?" por "Avanti!", "Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú" por "Dr. Strangelove Or How I learned To Stop Worrying And Love The Bomb" o "Olvídate de mí" por "Eternal Sunshine Of The Spotless Mind"
[**] Curioso, muchos de los libros de repostería que poseo o conozco, sobre todo sobre chocolate, están escritos por mujeres. Los “ladrillos” de cocina de puchero, nueva cocina, cocina “popular”… están escritos por hombres. Un tema de dulzura y cariño, de detalles, orden o exactitud. No me imagino a Karlos Arguiñano ideando un postre de chocolate mientras cuenta uno de sus chistes ¿verdes?
Hay quién dice (yo) que la mujer está buscado un entendimiento o cariño no correspondido, una forma de entendimiento sobre el misterio de la vida y la concepción, muy lejos de una sencilla finalidad de conservación sanguínea buscada por muchos.
Ingredientes
(2) Mezclamos la harina tamizada con la levadura química, el azúcar polvo, la almendra molida y la pizca de sal. Añadimos las claras y mezclamos hasta obtener una pasta homogénea.
La receta realiza la mezcla con las claras sin montar, y así he hecho, tampoco creo que sería una mala opción montar las claras cómo he hecho en las madeleines de chocolate y miel.
(3) Añadimos la mantequilla (templada, casi fría) y a la miel con ayuda de una espátula. Dejamos reposar la masa varias horas, mejor de un día para otro.
(4) Pasado el tiempo de reposo precalentamos el horno a 220º C y untamos los moldes para magdalenas con mantequilla. Si son de silicona no es necesario. Troceamos chocolate fino y lo añadimos con cuidado a la preparación.
(5) Cocinamos en el horno precalentado a 220º C, hasta que se hayan inflado y empiecen a tostase por los bordes. El tiempo de cocción depende del tamaño de las magdalenas y del horno. Para unas “minimagdalenas” serán necesarios entre 5 y 7 minutos, para el tamaño estándar entre 8 y 12 minutos, aproximadamente.
Desmoldamos, repitiendo el proceso hasta acabar la masa.
A mí me encantan tibias, pero también frías… y qué tal mojadas en una taza de chocolate caliente o con una ligera cobertura de chocolate. Para disfrutarlas.
El sonido de la música [*]
¡Y versa sobre chocolate! Es lo que tiene, el chocolate resulta tan atractivo a la vista (y al paladar) que muchos de mis libros de cocina, diría repostería, hablan directa o indirectamente sobre el chocolate.
La última adquisición no ha sido para menos. El título no podía ser más claro y conciso: “Chocolate”, su autora [**], Julie Andrieu, no ha cantado en ningún musical, si bien lo primero que me ha venido a la cabeza al leer ese nombre fue: Julie Andrews. La otra duda me surgió, después de haber visto las fotografías, es la eterna pregunta para mucha gente: ¿cómo consigue mantener el “tipo”?. Porque muchas reposteras son mujeres pero, además, ¡delgadas!, ¿quién se come los postres? En nuestra casa los comemos dos… y M ya se queja por ello, me culpa (indirectamente) de esos dos kilos que dice le sobran; que no haga nada rico, que “cualquier cosa” y a la plancha, pero una vez ha empezado ya me está pidiendo el plato siguiente. Que la sorprenda. Eso intento. El (rico) pescado de hoy ha sido “culpa” mía, por suerte, bajo en calorías. A mí me da igual, sólo quiero verte feliz y que me dejes serlo.
No me ha importado que tú estuvieses en la playa, tomando el sol (¡en pleno octubre!), mientras yo cocinaba. Tampoco que me dijeses que te diese un “toque” al móvil cuando estuviese todo preparado. Disfruto con ello, aunque a veces también desearía estar tumbado al sol… y que valores mi esfuerzo. Tú traes las materias primas (con mi recomendación), yo intento preparar aquello que se me ocurra, aunque me moleste cuándo “traes” los pescados sin cabeza, el bogavante troceado o la raya sin piel, ya no lo haces.
Por la tarde he ido contigo, me he traído unos cuantos libros, entre ellos “Chocolate”. Como sabes, no puedo estar sin hacer nada. Tú echada al sol, yo leo y escribo estas palabras.
Sigo con Mary Poppins
Magdalenas, “minimagdalenas”, decía la receta. ¿Por qué? ¿Por qué he empezado con una de las pocas recetas que no tenía foto? Porque ya me las conozco, porque nunca fallan, porque ya las había hecho con miel y almendra, y estaban deliciosas, porque el chocolate (madeleines de chocolate y miel) podía darle el toque definitivo y, sobre todo, porque me apetecían.
(¿Qué hacéis, magdalenas?)
Riquísimas. Que decir que quedan sólo dos para esta noche. Ocho unidades de una tacada, templaditas. Otro detalle importante que me ha atraído es el proceso de “tostar” ligeramente la mantequilla para darle un ligero aroma a nuez, beurre noisette, otras veces el resultado había sido excelente.Un último detalle. La receta original no incluye levadura química ni un reposo tan prolongado. Puedo aseguraros que cuando he dejado reposar la masa durante toda la noche, incluso más, he obtenido los mejores resultados de sabor y “abombamiento”. La levadura química potencia esa esponjosidad, no suele sobrar en estos casos. Sólo queda disfrutar, estoy seguro de ello.
On the beach
Para mí es la vida, las olas, el mar. Ella busca el sol, le da igual el lugar, lo importante es el sol. No estamos solos, otra pareja tampoco se lo ha pensado. Es curioso lo fácil que resulta adivinar el tiempo que llevan juntos, yo diría que menos de cinco meses, esa fase de revolcones y conversaciones monosilábicas. También en nosotros resulta fácil, ella, ya a última hora, lee el periódico, yo escribo sobre un libro y las conversaciones versan sobre vivencias, viajes, hablan de futuro o “Euribor más un diferencial”: diría que cinco años casados… más un diferencial.
Vemos la ría de Arousa con la sierra del Barbanza al fondo:
Los primeros meses también eran así, más para mí, que descubría un nuevo mundo, algo totalmente desconocido hasta entonces, sólo mis ensoñaciones y amores ¿platónicos? anteriores habían ¿superado? esas sensaciones. Las cosas cambian, no a peor, cambian. Eso es otra historia que, cuando tengo más tiempo, contaré.
Bueno, ya tengo ganas de hablaros de esta receta que podéis hacer en 10 minutos durante la noche y cocinarla al día siguiente. Es sólo es una sugerencia.
[*] En general, no soy partidario de esas adaptaciones “libres” de los títulos, transgrediendo el mensaje o la idea original: "¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?" por "Avanti!", "Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú" por "Dr. Strangelove Or How I learned To Stop Worrying And Love The Bomb" o "Olvídate de mí" por "Eternal Sunshine Of The Spotless Mind"
[**] Curioso, muchos de los libros de repostería que poseo o conozco, sobre todo sobre chocolate, están escritos por mujeres. Los “ladrillos” de cocina de puchero, nueva cocina, cocina “popular”… están escritos por hombres. Un tema de dulzura y cariño, de detalles, orden o exactitud. No me imagino a Karlos Arguiñano ideando un postre de chocolate mientras cuenta uno de sus chistes ¿verdes?
Hay quién dice (yo) que la mujer está buscado un entendimiento o cariño no correspondido, una forma de entendimiento sobre el misterio de la vida y la concepción, muy lejos de una sencilla finalidad de conservación sanguínea buscada por muchos.
Ingredientes
- 50 gr. de almendra molida [25 gr.]
- 50 gr. de harina [25 gr.]
- 4 claras [2 claras]
- 100 gr. de mantequilla [50 gr.]
- 100 gr. de azúcar glasé [50 gr.]
- 1 cucharilla de miel (5 ml) [2,5 ml]
- 1 pizca de sal
- 1 cucharilla de levadura química [½ cucharilla] (opcional)
- 50 gr. de chocolate amargo [25 gr.], troceado fino
- Unos 20 gr. de mantequilla para el molde. [10 gr.]
(2) Mezclamos la harina tamizada con la levadura química, el azúcar polvo, la almendra molida y la pizca de sal. Añadimos las claras y mezclamos hasta obtener una pasta homogénea.
La receta realiza la mezcla con las claras sin montar, y así he hecho, tampoco creo que sería una mala opción montar las claras cómo he hecho en las madeleines de chocolate y miel.
(3) Añadimos la mantequilla (templada, casi fría) y a la miel con ayuda de una espátula. Dejamos reposar la masa varias horas, mejor de un día para otro.
(4) Pasado el tiempo de reposo precalentamos el horno a 220º C y untamos los moldes para magdalenas con mantequilla. Si son de silicona no es necesario. Troceamos chocolate fino y lo añadimos con cuidado a la preparación.
(5) Cocinamos en el horno precalentado a 220º C, hasta que se hayan inflado y empiecen a tostase por los bordes. El tiempo de cocción depende del tamaño de las magdalenas y del horno. Para unas “minimagdalenas” serán necesarios entre 5 y 7 minutos, para el tamaño estándar entre 8 y 12 minutos, aproximadamente.
Desmoldamos, repitiendo el proceso hasta acabar la masa.
A mí me encantan tibias, pero también frías… y qué tal mojadas en una taza de chocolate caliente o con una ligera cobertura de chocolate. Para disfrutarlas.
"The hills are alive with the sound of music
With songs they have sung for a thousand years...."
With songs they have sung for a thousand years...."
8 comentarios:
Sigues sorprendíendome!!!, se ven deliciosas!!! mmmmmmquericas!!!
No cabe duda que eres perfecto. Y lo que pones aquí, en consecuencia.
Hace un par de días tuve a bien hacer la tarta de chocolate y la de almendra y, ambas han quedado buenísimas. Muchas gracias.
Marcela
¡Hola!, por fin calleron las Buñuelos Vieneses, ¡Madre mia que cosa más rica!, de morirse, me los comí templaditos ayer con un café para merender, magnificos.
Además para no entrar en problemas con el cargo de conciencia y el consabido .... otra vez me salté la dieta..., he decidido sólo hacer un postre el Domingo. Espero que así me costará menos resistirme sabiendo que tengo un día para el caprichito.
El Domingo que viene la tarta de almendra que tiene una pinta...
Muchas Gracias.
Me has enseñado a cocinar en pequeñas cantidades, es como un laboratorio de pelicula, jejejeje
Menos mal que no me lo creo. Menos mal que de muy pequeño he estado tan bajo, que para poder subir a las nubes necesitaría volver a… bueno.
Muchas gracias. Como digo siempre, es cuestión de gustos y de probar, buscar el camino de cada uno.
Para dos las recetas tienen que ser pequeñas. Acabaré por comprar una balanza de precisión, como las de los laboratorios. Pero sigo sin solucionar el problema del tamaño de los moldes, la tarta del fin de semana la llamaría “slim pie”. Miligramos, así podré probar más recetas al día. Experimentación.
¡Besos!
Sois muy buenos, una terapia nada peligrosa (en mi caso)
Me gusta la receta,me la he guardado y la hago pronto..muchas gracias ..ademas parece muy sencilla..y me buscare un enanito de ayudante jejej
"chocolate",¿un libro de recetas de chocolate?..no se por que creo que me gustaría jejeej
..hacia tiempo que no entraba..y bueno..como siempre salgo encantada de tu pagina..admirando tus recetas..y disfrutando de leer lo que amablamente compartes con nosotros..besos Harry.
Es uno de los mejores recuerdos que tengo de la cocina, ahí empezó mi afición y por eso me gusta tanto. Repartir esas tardes de los sábados con mi familia, amasando y amasando… haciendo pastelitos, galletas, tartas o bizcochos.
Las magdalenas y las galletas, lo más cómodo y divertido.
Besos.
Hola, lo primero felicitarte por este blog tan maravilloso y por esos platos que abren el apetito a cualquiera. Te queria hacer una pregunta, yo tengo el colesterol alto por lo que no puedo tomar mucha mantequilla, podria sustituirla por margarina? es que me muero por hacer tus galletas y magdalenas pero cuento con ese problema, muchas gracias de antemano.
Leticia, Madrid
wilwarinwen@hotmail.com
Hola,
Aunque no creo que salgan exactamente igual (sabor y textura), no suele haber ningún problema. Ya lo he hecho alguna que otra vez, concretamente para unos magdalenas de miel que también podrás encontrar en el blog. Incluso hay quién la sustituye por un 75% de su peso en aceite...
Espero haber ayudado.
Un abrazo.
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