… de Pierre Hermé
Yo también necesitaba chocolate
Mi ánimo pedía chocolate y hoy (me) he hecho unos caramelos de chocolate y miel (Pasión por el caramelo), además de una tarta, otra, de chocolate de Pierre Hermé, ya tarde.
Este cake era el postre de ayer, he dicho “era” por dos razones: por pretérito (imperfecto) y porque no queda nada, fulminado en un tris-tras.
También de Pierre Hermé, éste es un Cake de zanahoria con unos deliciosos sabores a avellana, hasta tal punto que no sabría decir si es más “de zanahoria” o “de avellana/almendra”. Excelente. ¿Bizcocho?, ¿pastel?, ¿tarta?, digamos “cake”, si un francés lo llama así no lo traduciré, Sr. Josep-Lluís.
Pretérito indefinido: el rumano de la sonrisa feliz
No tengo ni tiempo ni ganas de hablar, tal vez mañana. No he podido responder ni leer los correos, ni siquiera el de mi hermana, tendrá motivos para pensar que estoy enfadado o distante. ¡Nunca!, es el tiempo. Vine, fui. Indefinido.
Cuando me queda de camino o voy a los cines Valle Inclán, o a la tienda de gominolas, es raro el día que no entre en el supermercado Gadis nuevo que hay en la calle Fernado III el Santo. Siempre hay algo que comprar, verduras o plantas aromáticas que sólo encuentro allí. Allí está sin faltar a su cita el rumano de la sonrisa feliz, con su bigote. En realidad tampoco sé si es rumano, aunque lo parece, por lo menos creo que procede de algún país del este de Europa.
Sigue allí, con su recorte de cartón con unas palabras escritas en castellano pidiendo limosna. Mi escepticismo u otros elementos que ya he comentado me impiden dar limosna en ese caso (¿soy mejor que el?, no, ¿quién necesita ayuda?,…). No puedo soportar esa horrorosa sensación de “superioridad” que se siente después de dar una limosna, por pequeña que sea.
Sigue allí. Hace unas semanas, de día indefinido, mi Pepinho agnóstico se vio en la necesidad de indicarle que tenía el cartel al revés. Pensé que sería un tema de marketing, una estrategia comercial como cualquier otra. Lo giro y me sonrió. Días o semanas después, sin fecha definida, me ve y de un modo consciente lo vuelve a girar. Volví, indefinido, a pensar en esa estrategia de marketing:
La tercera vez ya lo tenía en la posición correcta, no sé si se habría percatado de mi presencia. Siempre sonriente, inmóvil. Sigo pasando y siempre esboza una sonrisa.
Hoy he pasado, no indefinido, corriendo, con mi carterita “por si tengo una urgencia”. Hacía frío. Por un fugaz momento pensé: adiós agnosticismo, adiós dudas, que más da, todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida. No tuve esa sensación de “superioridad” ante la acción, más bien de rendición. Me había rendido ante su actitud sonriente, ante su forma honrada de ganarse la vida. Era como si estuviese pagando una consumición por esa sonrisa, como si él hubiese hecho un trabajo por el que mereciese un cobro. Únicamente no le perdono una cosa, que me hubiese dicho, sonriente: “Muchas gracias, señor”… ¿Señor? Si yo le contara…
Ingredientes
Para un molde de cake relativamente pequeño. Casi me he comido yo solo el postre ¡en una tarde-noche!.
(2) Precalentamos el horno a 175º C. Tamizamos la harina con la sal y la levadura química. Reservamos. Levantamos las yemas con el azúcar hasta blanquear. Levantamos las claras a punto de nieve con un chorrito de limón, se levanta mejor a temperatura ambiente, no frías. A medio montar vamos añadiendo poco a poco el azúcar hasta que tenga la consistencia de un merengue y forme picos.
(3) Añadimos con cuidado y de modo envolvente las claras a las yemas montadas. Echamos la almendra molida mezclada con las avellanas molidas, las avellanas ligeramente troceadas (casi enteras), la zanahoria rallada, el puré de zanahoria y la ralladura de naranja. Todo ello con cuidado y evitando que se baje la masa.
Por último, añadimos tamizamos la harina sobre la mezcla, mezclando con cuidado.
(4) Vertemos en un molde para cake pequeño. Cocinamos durante unos 40-50 minutos a unos 175º C.
Muy facilito, sin materia grasa (no directamente, claro), esponjoso y sabroso. La naranja contrasta a la perfección con los sabores de la zanahoria y los frutos secos.
Pierre Hermé, está todo dicho.
Yo también necesitaba chocolate
Mi ánimo pedía chocolate y hoy (me) he hecho unos caramelos de chocolate y miel (Pasión por el caramelo), además de una tarta, otra, de chocolate de Pierre Hermé, ya tarde.
Este cake era el postre de ayer, he dicho “era” por dos razones: por pretérito (imperfecto) y porque no queda nada, fulminado en un tris-tras.
También de Pierre Hermé, éste es un Cake de zanahoria con unos deliciosos sabores a avellana, hasta tal punto que no sabría decir si es más “de zanahoria” o “de avellana/almendra”. Excelente. ¿Bizcocho?, ¿pastel?, ¿tarta?, digamos “cake”, si un francés lo llama así no lo traduciré, Sr. Josep-Lluís.
Pretérito indefinido: el rumano de la sonrisa feliz
No tengo ni tiempo ni ganas de hablar, tal vez mañana. No he podido responder ni leer los correos, ni siquiera el de mi hermana, tendrá motivos para pensar que estoy enfadado o distante. ¡Nunca!, es el tiempo. Vine, fui. Indefinido.
Cuando me queda de camino o voy a los cines Valle Inclán, o a la tienda de gominolas, es raro el día que no entre en el supermercado Gadis nuevo que hay en la calle Fernado III el Santo. Siempre hay algo que comprar, verduras o plantas aromáticas que sólo encuentro allí. Allí está sin faltar a su cita el rumano de la sonrisa feliz, con su bigote. En realidad tampoco sé si es rumano, aunque lo parece, por lo menos creo que procede de algún país del este de Europa.
Sigue allí, con su recorte de cartón con unas palabras escritas en castellano pidiendo limosna. Mi escepticismo u otros elementos que ya he comentado me impiden dar limosna en ese caso (¿soy mejor que el?, no, ¿quién necesita ayuda?,…). No puedo soportar esa horrorosa sensación de “superioridad” que se siente después de dar una limosna, por pequeña que sea.
Sigue allí. Hace unas semanas, de día indefinido, mi Pepinho agnóstico se vio en la necesidad de indicarle que tenía el cartel al revés. Pensé que sería un tema de marketing, una estrategia comercial como cualquier otra. Lo giro y me sonrió. Días o semanas después, sin fecha definida, me ve y de un modo consciente lo vuelve a girar. Volví, indefinido, a pensar en esa estrategia de marketing:
La tercera vez ya lo tenía en la posición correcta, no sé si se habría percatado de mi presencia. Siempre sonriente, inmóvil. Sigo pasando y siempre esboza una sonrisa.
Hoy he pasado, no indefinido, corriendo, con mi carterita “por si tengo una urgencia”. Hacía frío. Por un fugaz momento pensé: adiós agnosticismo, adiós dudas, que más da, todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida. No tuve esa sensación de “superioridad” ante la acción, más bien de rendición. Me había rendido ante su actitud sonriente, ante su forma honrada de ganarse la vida. Era como si estuviese pagando una consumición por esa sonrisa, como si él hubiese hecho un trabajo por el que mereciese un cobro. Únicamente no le perdono una cosa, que me hubiese dicho, sonriente: “Muchas gracias, señor”… ¿Señor? Si yo le contara…
Ingredientes
Para un molde de cake relativamente pequeño. Casi me he comido yo solo el postre ¡en una tarde-noche!.
- 40 gr. de yemas (unas 2 yemas grandes, aprox.).
- 30 gr. de azúcar para montar las yemas.
- 105 gr. de claras de huevo (unas 3 claras, aprox.)
- 35 gr. de azúcar para montar las claras
- Un chorrito de zumo de limón para ayudar a montar las claras
- 50 gr. de avellanas tostadas molidas (si vives en Galicia las puedes comprar molidas en los supermercados Gadis, marca Leader Price)
- 50 gr. almendras tostadas molidas.
- 20 gr. de avellanas tostadas enteras.
- 70 gr. de zanahoria rallada.
- 45 gr. de puré de zanahorias, preparado anteriormente por cocción.
- 35 gr. de harina.
- Ralladura de media naranja grande.
- Una cucharilla de levadura química (Royal).
- Una pizca de sal.
(2) Precalentamos el horno a 175º C. Tamizamos la harina con la sal y la levadura química. Reservamos. Levantamos las yemas con el azúcar hasta blanquear. Levantamos las claras a punto de nieve con un chorrito de limón, se levanta mejor a temperatura ambiente, no frías. A medio montar vamos añadiendo poco a poco el azúcar hasta que tenga la consistencia de un merengue y forme picos.
(3) Añadimos con cuidado y de modo envolvente las claras a las yemas montadas. Echamos la almendra molida mezclada con las avellanas molidas, las avellanas ligeramente troceadas (casi enteras), la zanahoria rallada, el puré de zanahoria y la ralladura de naranja. Todo ello con cuidado y evitando que se baje la masa.
Por último, añadimos tamizamos la harina sobre la mezcla, mezclando con cuidado.
(4) Vertemos en un molde para cake pequeño. Cocinamos durante unos 40-50 minutos a unos 175º C.
Muy facilito, sin materia grasa (no directamente, claro), esponjoso y sabroso. La naranja contrasta a la perfección con los sabores de la zanahoria y los frutos secos.
Pierre Hermé, está todo dicho.
Muy buenos días Pepinho!
ResponderEliminarPermíteme celebrar contigo el éxito de tu / mi tarta de pera y manzana! Fue increíble!
Quedó con una textura aterciopelada que junto con la sutilez del aroma de vainilla casi me ponían los ojos en blanco al comerla! Esta mañana iba a llevar un trozo en el despacho, pero vacilé unos segundos y me la dejé en casa, toda para mí!!! Menuda perdición! Y qué espectáculo para los sentidos!
Dos preguntas tengo por eso de la receta:
1. Cómo se "decide" si cocer simplemente al horno, o al baño maría? Qué pasaría en cada caso?
2. En vez de esencia de vainilla (no supe encontrarlo en el supermercado, quizá no tenían), partí una baina por la mitad y le puse las semillitas negras. Qué diferencia hay?
Muchas gracias! Y pon la receta de los bombones de chocolate con miel, por dios!!!
Feliz día!
- Nina -
Buenos días de nuevo!!!
ResponderEliminara propósito del comentario anterior... que es mejor, poner las semillitas de las bainas de vainilla o hervir previamente la leche con la vainilla?
Hoy al mediodía bañaré la tarta con un poco de chocolate calentito! Dios, que golosa!
A cuidarse! Y siempre con ganas!!!
- Nina -
Hola Nina,
ResponderEliminarTodo llega, lo caramelos de chocolate y el pastel de choco de ayer llegarán. No quería hacer trampas y “colarlos”. Si los atendía antes acabaría por perder una buena receta (ésta) con casi toda seguridad, y conseguiría quedase olvidada hasta que algún día me acordase de ella, por casualidad, pero no pudiese recordar cómo la había hecho.
Las fotos no siempre son lo justas que deberían, los ojos son la parte más pequeña de una receta. Delante están el olfato y el gusto. El pastel de manzana y pera es de esos que pasan desapercibidos a las vista pero no al gusto… me alegro que lo hayas probado. Lo ideal es fijarse en los ingredientes y hacerse una idea de cómo podrían combinarse esos aromas en el paladar.
Al baño María deberían cocerse aquellos postres que llevan huevo, leche, casi siempre masas semilíquidas, y deben tener la consistencia de pudin o flan, en aquellos casos que necesitemos una cocción homogénea y a baja temperatura. Con ese proceso conseguiremos que el postre se haga por dentro de un modo uniforme y todas las partículas tengan una temperatura de cocción similar. Ejemplos: tartas de queso, flanes, pudin, clafoutis, pasteles de pescado, etc. Evitaremos esos indeseables aspectos de zonas quemadas y otras crudas, deformaciones, etc. En esos postres es bueno no abrir el horno al final de la cocción y dejar que se enfríe lentamente; tampoco debe hervir el agua que rodea al molde.
Las vainillas.
La diferencia es clara, las vainas son vainilla pura, más caras (es la segunda especia más cara después del azafrán), pero dan más aroma y matices a los postres. Debe tenerse algo de cuidado en no abusar. Con los restos de la vaina puedes hacer azúcar vainillado, dejándola en un bote cerrado con azúcar (puede aromatizarse fácilmente con granitos café, vainilla,…).
La esencia de vainilla es un sucedáneo sintetizado de la vainillina (el principal componente de la vainilla que le da su aroma caracterisico), simulando el sabor de la vainilla con resultados relativamente aceptables. El único inconveniente es que suele llevar un jarabe que le da un tono más azucarado al postre.
Yo suelo emplear esencia de vainilla, es una solución intermedia y más económica (aparentemente) que funciona mejor que el azúcar vainillado, con un sabor tan parecido a la vainilla que resulta muy difícil de distinguir su verdadero origen.
Por cierto, “vainilla”, como puedes suponer, viene de “vaina” y no es más que un tipo de orquídea. Existen muchos tipos, la más empleada y popular es la Bourbon, cuya principal procedencia es de unas islas con el mismo nombre de Madagascar; la Tahitensis, etc…
Si se puede, y de modo más general, todas las especias refuerzan su aroma al ser calentadas ligeramente…
Pepinho.
Gracias
Hola! Hola!
ResponderEliminarEntonces, por lo que comentas, la tarta de ayer la podía haber hecho al baño maría, no? Lleva igualmente huevos y leche...
Menos mal que guardé los restos de la baina! Voy a meterlo en un tarro con azúcar, veré qué tal queda!
Què tal sabrían unos bombones de chocolate con gelatina de violetas? Si funciona con miel, quizá también quedaria bien, no? Prueba a meterle un pistacho dentro, a ver cómo sabe el contraste del dulce con el salado... Ya tengo ganas de probarlo!
Gracias por aclarar mis dudas y compartir tus conocimientos, voy a guardar tus comentarios, por si algún día se me olvida algo a medio cocinar!
Menudo placer el de los fogones!
A sonreír!!!
- Nina -
Uops...
ResponderEliminarCazurra de mí... y yo escribiendo "vaina" con "b"... esa cultura general...
Se siente!
- Nina -
Hola Pepinho, ¿sabes este bizcocho de zanahoria me ha recordado a uno que hace mi madre. Siempre le decía de aportarle algo más, para que no fuera un simple bizcocho de zanahoria. Y la mujer sigue haciéndolo sin innovación.
ResponderEliminarPor eso hoy al ver el tuyo me he reído. No de él, sino de mis comentarios a ella.
De todos los Gadis de Santiago, el de Fernando III es, sin duda, el mejor. Aparte de la variedad de productos, la canicería tiene muy buen "género"( como decía mi carnicero madríleño).
Y, el señor de la sonrisa permanente es muy educado. Yo, siempre que voy le doy su "recompensa". Bastante tendrá el pobre hombre con estar en otro país, con frío y en la p...calle.
No me siento ni me hace sentir superior. Es más me gustaría poder llevármelo a casa y buscarle otra vida.
¿Por qué no lo hago?
A ve si me acuerdo de pasarte una receta de toffes que seguro los bordas.
Berta
Eres un genio haciendo literatura sobre hechos cotidianos. Esa anécdota del rumano sonriente está graciosa a la vez que tierna. A mí me pasa lo mismo cuando por la calle veo algún músico (sobre todo violinista). Me alimenta el ánimo, pero me corta darle algo. Y si le pido a L que lo haga él, me mete una bronquita con estos mismos argumentos tuyos. Al final me quedo pensando que como nos oyera el protagonista maldita la gracia que le iban a hacer mi corte y el discurso de la superioridad... Ostras, y también genial y muy bien escogido el anuncio (Señor!). Eso que ahora nos pasa a menudo (pero hace gracia, para seguir engordando nuestro papel de antihéroes). Cuando lo vi por primera vez pensé que debía tenerlo y me pasé con el DVD grabador preparado hasta que lo conseguí. Mi versión es más corta, por eso. Y a otra cosa. Ayer al salir de trabajar fui al mercado a comprar manzanas y peras (ya adivinas para qué, no?). Anoche, de postre,guau!,Tarta 'Ana Botella' (por lo de las manzanas con las manzanas y las peras con las peras...o no sé que lío). Que delicia, nunca había hecho nada con peras, pero las manzanas me pueden... Aún nos queda para hoy. Gracias, un beso... y hasta aquí puedo leer, señor. Rosita Barna.
ResponderEliminarHola!,
ResponderEliminarun par de cosillas. En mis primeras recetas usé esencia de vainilla líquida como la que comenta Pepinho. Sin embargo, cuando se me terminó, como no tenía ganas de ir a la gran superficie de turno para sólo comprar eso probé en la semillería del barrio. Allí me vendieron vainillina, que como dice Pepinho es el principal componente de la vainilla. Es un botecillo minúsculo lleno de un polvo blanco de apariencia acristalada que viene a costar unos 2 euros. Se usa con mucha precaucación en cuanto a cantidades, ya que al ser concentrado puro, me advirtieron en la semillería que si te pasabas con la cantidad el postre no sabría a vainilla, sino que picaría y sabría a rayos. No puedo confirmar esto porque he tenido cuidado...jeje.
Ahora una preguntilla, Harry, ¿sabe mucho la tarta de zanahoria y avellanas a avellanas? Es que aunque me gustan, no soy especial fan de ellas.
Otra cosa, no me ha quedado muy claro algo de la receta, se montan la claras y, ¿las llemas también?
Bueno, nada más...o sí, ¡¡¡pon esos bombones!!
Hola Pepinho! Empiezo a ser asidua de tu blog, pues me tienen enamorada esas fotos, esas recetas y esas narraciones tan bellas de lo cotidiano...
ResponderEliminarBueno, otro apremio para los bombones de chocolate, me viene una epoca que presiento los necesitaré....
Por cierto, no se a quien se lo oí decir que la vainilla se podia reutilizar si la usamos para hervir en leche por ejemplo...volverla a hervir varias ocasiones...es todo probar..
un saludo
-Bego-
Ja,ja! ¡Yo también venía a pedir la receta de los caramelos!. Estooo, entre tanto virtuoso de la repostería no sé si comentar mis experiencias con el flan de coco.Tengo que decir en favor de tu receta Pepinho que sale muy rico y es un suceso independiente de la cantidad de accidentes que le ocurran en el proceso. Bueno, me permití la licencia artística de ponerle un poco de ralladura de limón. Es que se la echo a casi todo. Accidente número 1): Lo preparamos entre dos. Mi chico batiendo claras a punto de nieve (perdemos un 30 % de claras de huevo, la cocina las gana). 2)No cabe en el recipiente, hay que trasplantar antes de acabar de echar toda la leche. Dejo al muchacho en el proceso. Cuando vuelvo, el flan está en el horno hace 10 minutos y la mitad de la leche en el brick. Ahí lo mezclamos dentro del horno como pudimos. 3) Este no fué culpa nuestra. Una hora después el flan seguía sin cuajar, nosotros interrogando a los espíritus y de pronto...el agua del baño maría no está hirviendo...¿y el agua no solía hervir a 100 grados de toda la vida? O cambió la física o el horno no va. Y es que el horno no iba. Pusimos al máximo el termostato y el agua comenzó a hervir. Ahí lo dejamos(sin tener remota idea de que temperatura estaba dando y ya llevaba una hora a sabe Dios que temperatura). Cuando nos pareció bien, lo pinchamos, parecía cuajado, y lo sacamos. Y pese a todo... ESTABA MUY RICO!!! Gracias a Dios, porque lo llevabamos de visita a casa de unos amigos y estabamos un poco nerviosillos. Yo quería parar en cualquier sitio por unos pasteles por si acaso. Besos para todos. Para ti más guapo
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarGracias.
Nina, creo que no me he explicado bien del todo. En ese caso no, el pastel de manzana y pera, aunque lleva leche y huevos, por llevar fruta debe tener consistencia de un bizcocho. No pondría al baño María.
Cuando jugábamos al baloncesto teníamos un eslogan machista y demasiado reaccionario pero gracioso: “La tres b’s: valor, valentía y buevos” ;-). No quiero ni pensar en la de errores que he cometido en mis narraciones por mi pseudo-dislexia (creo yo) y la proximidad de ciertas letras en el teclado. No problem!
Berta, no suelo ir demasiado a ese Gadis, pero siempre que voy lo hago para comprar albahaca fresca, romero, cilantro, fruta, … además, para ser un supermercado tienen de casi todo.
No he querido decir que me sienta “superior” por dar una limosna. Cuando lo hago se me hace insoportable esa sensación de “creerme bueno”, de pensar que lo soy, no soporto (en mí) la vanidad ni autocomplacencia.
Tengo varias ricas recetas de funge que pondré en breve. Los caramelos me encantan. M los compra en bolsas especialmente para mi (unos blanditos de Lindl, por ejemplo).
Rosita,
Nunca lo he dicho, ni siquiera a M. Cuando corro le digo a M que necesito monedas (euros) para urgencias, por si me pasa algo y necesito llamar por teléfono, por ejemplo. Eso tiene algo de cierto pero sólo en parte.
En los soportales de la plaza del Obradoiro siempre hay varios músicos, estos días un “nuevo” guitarrista extranjero (“gaiteiros”, guitarra clásica, …). Vaya por dónde vaya corriendo siempre me gusta acabar pasando por el Obradoiro para ver la catedral y escuchar a los músicos que se sitúan en ese soportal (tiene un sonoridad increíble). También, de vez en cuando, les dejo unas monedas.
Sin embargo, hay un músico (excelente) que toca piezas a ritmo de Jazz (Jazzman, se hace llamar), es al único que nunca le he echado una moneda, pues cubre la cara con una máscara que simula un músico “de color” (eufemismo) con un cigarro… sólo por esa falta de valentía.
Hace mucho que no veo a ese joven británico que cantaba a ritmo de “The pogues” o el “guitarrista clásico”, no sé que habrá sido de ellos.
Ana,
Probaré con la vainillina, nunca se me hubiese ocurrido comprarla en un herbolario. Gracias.
Se montan tanto las claras como las yemas. Las yemas le levantan menos (no necesariamente a máquina) con el azúcar, sólo hasta blanquear.
A mí tampoco me gusta demasiado el exceso de sabor a avellana pero en este cake, por llevar almendra y zanahoria, su sabor es sutil.
Bego, yo nunca he reutilizado la vainilla así, pues siempre le quito las semillas. Es todo probar.
Pronto caerán esos caramelos de chocolate y miel. Muy pronto, tiempo al tiempo.
son,
Muy divertida tu historia ;-), menuda valentía. Je, je.
Nunca me he atrevido a hacer algo nuevo cuando hay visita o llevo un postre… por muy fácil que sea.
Cuando se hace un postre al baño María ¡no debe hervir!, sólo tener paciencia. Para montar las claras lo mejor es un batidor eléctrico, a mano puede ser eterno… Lo que me sobró lo puse en pequeños moldes.
Gracias a tod@s.
Besos, más besos y otro más.
Pepinho, entré en tu blog por pura casualidad y es lo mejorcito que me ha pasado en la vida internatura en los últimos meses.
ResponderEliminarMe apasiona la gastronomía, cocinar y comer. En casa lo hacemos con productos biológicos e integrales. Sólo tomamos vegetales, legumbres, frutas, derivados lacteos y pescado.
Tus recetas dulces, son deliciosas. Ya he hecho algunas, el cake de zanahoria y la de todo fruta y, aunque no con una apariencia tan bonita como la de tus fotos, sí que han quedado sabrosas y muy sanas adaptándolas a los productos integrales.
Gracias por tu tiempo, tus consejos culinarios y, también, por abrir una puerta a algo más que no es tu cocina.
¿Has pensado en la música de fondo con la que se podrían preparar esas recetas? Sería el no va más.
Saludos.
dona_curiosa
Hola Pepinho, di con tu blog por casualidad pensando que iba de cine pues soy seguidora de Lars von Trier. Y mira me encuentro con recetas de resposteria que son mi perdición sana...Desde entonces paso frecuentemente a visitarte, ¡me encantas con tus recetas y lo bien que cuentas tus peripecias existenciales, hoy me hago presente para darte las gracias por tus recetas. Hice este Cake, y salvo un fallo con las claras que no me subieron no sé si porque las bati con mucha potencia con las cuchillas normales o porque el caso es que segui a mano y no hubo manera así que las añadí sin subir...Volveré a repetir esta receta porque a pesar de ese fallo, resulto excelente de sabor, todo lo demás lo hice bien.
ResponderEliminarPoco a poco iré haciendo todas...jajaja e iré comentando
Muy agradecida y encantanda de visitarte.
besos
Marilar
Buenos dias! me gusta su receta del Cake de Zanahorias y Avellanas, solo tengo una duda, el pure se Zanahorias, como lo hago, cantidades (agua/zanahoria), lleva sal? en fin.
ResponderEliminarEsperando su respuesta.
Saludos