So far
Después de la primera versión, atractiva pero tal vez sin un sabor suficientemente fuerte (ya sabéis que disfruto con los sabores dulces y marcados), me quedaba pendiente llevar el postre un poco más allá. Hacer un pastel más “rústico”, típicamente casero y con más sabor (mantequilla, ron, azúcar). Pensé que la mejor forma era buscar una receta un poco más lejos, sólo un poco, en el mismo corazón de la bretaña francesa.
Allí fui, buscando recetas de Farz fourn, así se dice en bretón, porque hasta la mismísima receta de Pierre Hermé la veía muy ligera y parecida a mi anterior versión. Allí me encontré esta receta, que no sabe de temperaturas medias ni buenas presentaciones pero mucho de grandes sabores y placeres para el paladar.
Sigue siendo una especie de pudin, que quede claro, pero que gana mucho con otras versiones, y más si le añadimos unas manzanas caramelizadas. Para mi gusto, rústico y brutal, un placer.
Resulta curioso como “casi” con los mismo ingredientes y tan pocas modificaciones, para un litro de leche: 75 gr. más de azúcar, media taza más de ron, 30 gr. más de harina y mantequilla, puede cambiar tanto un postre. Para empezar, la apariencia, más tostada y rústica; la temperatura mucho más alta que lo hace “subir y bajar” (¿qué dirían los grandes reposteros?); pero amig@s, me quedo con éste.
Tan cerca
Me siento muy cercano a la Bretaña, nos unen raíces celtas y tenemos un corazón salado, como el atlántico. Ellos también tienen su “Finisterre”, sus filloas bretonas (Crêpes bretonas), su gaita y sus lluvias, y sus lluvias, como nosotros. Bretaña es una Galicia francesa, mar y tierra.
Tan distintos y tan iguales. Todos. Sólo cuando en los mensajes ponéis cosas como “México”, “Venezuela”, “Argentina”,… es cuando veo las distancias y os imagino en lugares fascinantes y distintos. Tan lejos pero tan cerca y, sobre todo, tan iguales. El idioma ayuda pero no es sólo eso: todos lloramos y reímos, nos emocionamos, disfrutamos, deseamos ser felices,...
La mayor ignorancia nace de esos que se apropian de palabras como “América” por “USA”, que tienen un chovinismo que les impide apreciar otras gentes o culturas. Nunca he disfrutado tanto en la cocina como desde que he empezado a adaptar o utilizar ideas de otras culturas o países, tan lejanos y tan cercanos.
Tenemosquehablar
¡Qué miedo! Las palabras mágicas. Qué he hecho mal, o peor, qué quieres que haga o de qué me quieres convencer. A veces significa el principio del fin, otras el fin del principio y, muchas más, nada de nada, sólo hablar.
En estos momentos de nuestras vidas “tenemos que hablar” es sobre el “tema”: ¿cuándo? Lo siento, de corazón, pero mi reloj interno no me lo pide, no tengo esa necesidad. Te entiendo y respeto (palabra horrorosa dónde las haya), pero cuando dos objetivos se separan, creo que hay que tomar las decisiones que tengan vuelta atrás. Ya sabes de qué hablo. Claudicar definitivamente podría significar “el fin”.
El tiempo. Cansado ya estoy de hablar de él. Entre las clases, el estudio, las labores, los compromisos,… mis momentos de ocio se limitan a esas escapadas de dos horas, porque sin ellas ya no tendría nada. Bien, ya he sacrificado mucho (voluntariamente), me estaré volviendo un egoísta, pero ahora no puedo más. Sería como sacrificar mi vida de un modo definitivo. Ya hablaremos de Kevin.
Ingredientes
Entre corchetes las cantidades para dos y tres huevos.
(1) En una sartén echamos la mantequilla y el azúcar. Mientras esperamos a que se derrita a fuego suave, cortamos las manzanas en gajos y las vamos echando en la sartén.
Dejamos que se cuezan, hasta que estén blanditas pero no deshechas.
(2) Apagamos la campana extractora y flambeamos con calvados, ron o coñac. Mejor calvados. Reservamos.
Maceración de las ciruelas
(1) Ponemos las ciruelas en una taza con ron (abundante) a macerar, hasta que hayan absorbido parte. Un par de horitas.
(2) Escurrimos las ciruelas y reservamos el ron que haya sobrado, para añadirlo al pastel.
Preparación
(3) En un molde de unos 23 a 30 cm. de diámetro (para la mitad he usado uno de 20x20 = 400 cm2, por lo que con uno de unos 30 cm. y todos los ingredientes conseguiremos la misma altura), engrasamos y enharinamos la superficie. Sobre la base pondremos las manzanas o las ciruelas, dependiendo de la opción escogida, intentado cubrir casi todo la superficie.
(4) Batimos los huevos con el azúcar y el ron. Reservamos. Antes de añadir la mezcla tendremos que volver a batirlos ligeramente para que no dejen poso.
(5) Precalentamos el horno a 250-270º C, al máximo. En una tartera ponemos a calentar la leche con la vainilla. Cuando esté caliente echamos la harina de golpe y removemos hasta que haya espesado y tenga la consistencia de una bechamel.
Con este sistema es más que probable que se produzcan grumos en la harina debido a la diferencia de temperatura, la receta original no pone ningún pero a este hecho (aparecen grumos). Si queremos un masa lisa y homogénea, tendremos que disolver la harina en leche fría (no toda) y calentar la restante. Una vez caliente la verteremos sobre la mezcla de la harina y la llevaremos al fuego, removiendo hasta que haya espesado. También se podría pasar por la batidora.
(6) Una vez haya espesado echamos la mezcla de huevos, azúcar y ron. Mezclamos hasta que quede uniforme y vertemos sobre el molde.
(7) Esparcimos la mantequilla troceada en tiras finas por la superficie de la masa e introducimos en el horno precalentado (250-270 ºC) durante 10 minutos, aproximadamente. Pasado ese tiempo bajamos la temperatura hasta unos 180-200 º C y dejamos cocer entre 40 y 50 minutos. Si vemos que se quema la superficie pondremos un trozo de papel de aluminio.
Apagamos el horno y dejamos templar un rato.
(8) Retiramos del horno y dejamos templar. Mientras tanto preparamos un jarabe a punto de hebra fuerte. Ponemos al fuego 3 partes de azúcar por una de agua (60 gr-20 gr.), sin remover ni introducir ninguna cuchara u objeto, sólo emplearemos un pincel para retirar los cristales que se formen en el borde del cazo.
Cuando el caramelo haya alcanzado el punto de hebra pintamos la superficie del pastel y, si queremos, echamos un poco de jarabe por ella.
Llevamos al frigorífico para que se afiancen los sabores. Mejor, para mi gusto, fría y de un día para otro.
El placer de las cosas sencillas y caseras.
Después de la primera versión, atractiva pero tal vez sin un sabor suficientemente fuerte (ya sabéis que disfruto con los sabores dulces y marcados), me quedaba pendiente llevar el postre un poco más allá. Hacer un pastel más “rústico”, típicamente casero y con más sabor (mantequilla, ron, azúcar). Pensé que la mejor forma era buscar una receta un poco más lejos, sólo un poco, en el mismo corazón de la bretaña francesa.
Allí fui, buscando recetas de Farz fourn, así se dice en bretón, porque hasta la mismísima receta de Pierre Hermé la veía muy ligera y parecida a mi anterior versión. Allí me encontré esta receta, que no sabe de temperaturas medias ni buenas presentaciones pero mucho de grandes sabores y placeres para el paladar.
Sigue siendo una especie de pudin, que quede claro, pero que gana mucho con otras versiones, y más si le añadimos unas manzanas caramelizadas. Para mi gusto, rústico y brutal, un placer.
Resulta curioso como “casi” con los mismo ingredientes y tan pocas modificaciones, para un litro de leche: 75 gr. más de azúcar, media taza más de ron, 30 gr. más de harina y mantequilla, puede cambiar tanto un postre. Para empezar, la apariencia, más tostada y rústica; la temperatura mucho más alta que lo hace “subir y bajar” (¿qué dirían los grandes reposteros?); pero amig@s, me quedo con éste.
Tan cerca
Me siento muy cercano a la Bretaña, nos unen raíces celtas y tenemos un corazón salado, como el atlántico. Ellos también tienen su “Finisterre”, sus filloas bretonas (Crêpes bretonas), su gaita y sus lluvias, y sus lluvias, como nosotros. Bretaña es una Galicia francesa, mar y tierra.
Tan distintos y tan iguales. Todos. Sólo cuando en los mensajes ponéis cosas como “México”, “Venezuela”, “Argentina”,… es cuando veo las distancias y os imagino en lugares fascinantes y distintos. Tan lejos pero tan cerca y, sobre todo, tan iguales. El idioma ayuda pero no es sólo eso: todos lloramos y reímos, nos emocionamos, disfrutamos, deseamos ser felices,...
La mayor ignorancia nace de esos que se apropian de palabras como “América” por “USA”, que tienen un chovinismo que les impide apreciar otras gentes o culturas. Nunca he disfrutado tanto en la cocina como desde que he empezado a adaptar o utilizar ideas de otras culturas o países, tan lejanos y tan cercanos.
Tenemosquehablar
¡Qué miedo! Las palabras mágicas. Qué he hecho mal, o peor, qué quieres que haga o de qué me quieres convencer. A veces significa el principio del fin, otras el fin del principio y, muchas más, nada de nada, sólo hablar.
En estos momentos de nuestras vidas “tenemos que hablar” es sobre el “tema”: ¿cuándo? Lo siento, de corazón, pero mi reloj interno no me lo pide, no tengo esa necesidad. Te entiendo y respeto (palabra horrorosa dónde las haya), pero cuando dos objetivos se separan, creo que hay que tomar las decisiones que tengan vuelta atrás. Ya sabes de qué hablo. Claudicar definitivamente podría significar “el fin”.
El tiempo. Cansado ya estoy de hablar de él. Entre las clases, el estudio, las labores, los compromisos,… mis momentos de ocio se limitan a esas escapadas de dos horas, porque sin ellas ya no tendría nada. Bien, ya he sacrificado mucho (voluntariamente), me estaré volviendo un egoísta, pero ahora no puedo más. Sería como sacrificar mi vida de un modo definitivo. Ya hablaremos de Kevin.
Ingredientes
Entre corchetes las cantidades para dos y tres huevos.
- 4 huevos grandes (si son pequeños añadimos unos más) [2 unidades] [3 unidades]
- 200 gr. de azúcar [100 gr] [150 gr.]
- 15 ml de extracto de vainilla [8 ml] [10 ml]
- 280 gr. de harina [140 gr.] [210 gr]
- 130 gr. de mantequilla [65 gr.] [97 gr]
- 1 litro de leche [500 ml] [750 ml]
- 1 vaso (colmado) de ron. A gusto. Para la mitad le he echado unos 100 ml (con algo de Kirsh) y ha quedado suave. [½ vaso] [¾ vaso]
- 3 manzanas reinetas
- 60 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar (puede ser moreno)
- Flambear con calvados, ron o coñac.
- Ciruelas pasas
- Ron
- 1 parte de agua
- 3 partes de azúcar
(1) En una sartén echamos la mantequilla y el azúcar. Mientras esperamos a que se derrita a fuego suave, cortamos las manzanas en gajos y las vamos echando en la sartén.
Dejamos que se cuezan, hasta que estén blanditas pero no deshechas.
(2) Apagamos la campana extractora y flambeamos con calvados, ron o coñac. Mejor calvados. Reservamos.
Maceración de las ciruelas
(1) Ponemos las ciruelas en una taza con ron (abundante) a macerar, hasta que hayan absorbido parte. Un par de horitas.
(2) Escurrimos las ciruelas y reservamos el ron que haya sobrado, para añadirlo al pastel.
Preparación
(3) En un molde de unos 23 a 30 cm. de diámetro (para la mitad he usado uno de 20x20 = 400 cm2, por lo que con uno de unos 30 cm. y todos los ingredientes conseguiremos la misma altura), engrasamos y enharinamos la superficie. Sobre la base pondremos las manzanas o las ciruelas, dependiendo de la opción escogida, intentado cubrir casi todo la superficie.
(4) Batimos los huevos con el azúcar y el ron. Reservamos. Antes de añadir la mezcla tendremos que volver a batirlos ligeramente para que no dejen poso.
(5) Precalentamos el horno a 250-270º C, al máximo. En una tartera ponemos a calentar la leche con la vainilla. Cuando esté caliente echamos la harina de golpe y removemos hasta que haya espesado y tenga la consistencia de una bechamel.
Con este sistema es más que probable que se produzcan grumos en la harina debido a la diferencia de temperatura, la receta original no pone ningún pero a este hecho (aparecen grumos). Si queremos un masa lisa y homogénea, tendremos que disolver la harina en leche fría (no toda) y calentar la restante. Una vez caliente la verteremos sobre la mezcla de la harina y la llevaremos al fuego, removiendo hasta que haya espesado. También se podría pasar por la batidora.
(6) Una vez haya espesado echamos la mezcla de huevos, azúcar y ron. Mezclamos hasta que quede uniforme y vertemos sobre el molde.
(7) Esparcimos la mantequilla troceada en tiras finas por la superficie de la masa e introducimos en el horno precalentado (250-270 ºC) durante 10 minutos, aproximadamente. Pasado ese tiempo bajamos la temperatura hasta unos 180-200 º C y dejamos cocer entre 40 y 50 minutos. Si vemos que se quema la superficie pondremos un trozo de papel de aluminio.
Apagamos el horno y dejamos templar un rato.
(8) Retiramos del horno y dejamos templar. Mientras tanto preparamos un jarabe a punto de hebra fuerte. Ponemos al fuego 3 partes de azúcar por una de agua (60 gr-20 gr.), sin remover ni introducir ninguna cuchara u objeto, sólo emplearemos un pincel para retirar los cristales que se formen en el borde del cazo.
Cuando el caramelo haya alcanzado el punto de hebra pintamos la superficie del pastel y, si queremos, echamos un poco de jarabe por ella.
Llevamos al frigorífico para que se afiancen los sabores. Mejor, para mi gusto, fría y de un día para otro.
El placer de las cosas sencillas y caseras.
Tan lejos, tan cerca, pero con un interes en articular la cocina dulce, Me da gusto saber,que creas que no solo USA es AMERICA, cuando quieras te invito a mi país, Mi Mexico tan lindo, a ke conozcas su gente, sus costumbres y sobre todo su cocina, te va a fascinar, el chile jajaja no es tan malo y aunque seas un poco abstemio no te podrias ir sin tomarte un caballito de tequila ;) vaya tu tienes el mal de todos los hombre ... tienes miedo a hablar jejeje por que mejor no te expresas con esa persona con una carta, a mi cuando me cuestra trabajo decirle algo a la gente le escribo en fin ... ojala te decidas
ResponderEliminarme gusta este postre, si sabe a como se ve en las fotos te mereces un pedestal jajaja, una vez trate de caramelizar manzanas con limon y azucar y agggg se quemo el azucar y sabian a diablos , intentare tu metodo.
salu2 Patty :)
Creo que los postres de manzana nunca decepcionan, verdad. Y aunque nunca he probado un far bretón, asumo que me encantará su consistencia.Una vez más, gracias.
ResponderEliminarQuizás resultaría preguntarte si lo que ahora tienes es lo que realmente deseas. Según esto, si es así, puedes mejorarlo, ya sea hablando o negociando, o de otras maneras.
Todo sea por tu felicidad.
Mil besos.
marcela
mi sincera enhorabuena por la receta tan deliciosa y bien documentada de pastel de manzana. me gustaria poder publicar alguna de tus recetas en portada de www.muchogusto.net. si quieres escribeme a webmaster@muchogusto.net
ResponderEliminarun placer, saludos!!
A mí, incluso me molesta eso de “Norteamérica” por USA… ¿y Canadá? No existe. O eso de “God bless America” (USA)…
ResponderEliminar¡El azúcar!, para evitar que no se queme se le suele echar “agua”; sin ella hay que ser un/una verdader@ experto. Para caramelizar unas frutas lo mejor es la mantequilla, nunca me ha fallado. El limón se echa para evitar la cristalización del azúcar, sólo eso.
Gran pregunta, pero eso es lo que me pregunto todos los días. ¿"Tengo" lo que deseo?, por el momento necesito tiempo. Por lo menos unas semanitas, no sé si se nota en el blog ;-)
Víctor, puedes publicar lo que desees. Incluso, si te apetece, hablar mal de mí ;-). Creo que todo, todo el mundo es muy absurdo. ¡Como una película de los hermanos Marx! Y yo más ingenuo que Margaret Dumont….
Gracias.
Besotes
El sábado tenia ganas de hacer algo con mis manzanas, entonces busque en tus recetas y esta me llamo la atención. Pero como siempre cambio un poco los ingredientes para investigar y porque me gusta el riesgo de saber como va a quedar..es mas que yo el hacerlo..
ResponderEliminarAsi que te comento que en este caso como tenia avena lo que hice es triturarla y puse 160 de harina de trigo y lo restante de avena; y en lugar de ciruelas use la mermelada de higos que tenia en mi heladera (esa casera que compre en los Valles de Tucumán mmmm!!) y la fui ubicando por cucharaditas en los distintos puntos de mi tarta ..quedo muy linda porque le daba ese toque de puntitos color oscuro.
Bueno te comento que quedo un postre fria muy rica...
Gracias por las hermosas fotos que me inspiran y por las muy lindas recetas que mostras.
Te saludo desde el buenos aires.
Luciana.
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ResponderEliminarmasimundus semikonecolori
Soy nieto de bretones y obvio mi abuelita me hacia el farz ,con ciruela, me encanto la idea de remojar en cognac,( el calvados es Normando )
ResponderEliminarpero si tenéis niños remojarlos en agua, y no necesita mas ,si vienes por la Argentina en La Pampa tienes una cocina grande para venir a jugar ,gracias y buenas comidas