“Lavanda” del patio = “Espliego” del patio
La banda aparte
Si hay algún aficionado al cine sabrá de qué hablo… ;-), pero no es el tema que nos ocupa. Ahora trataré, trataré de explicar esta (para mí) deliciosa tarta de queso ricotta que incorpora un sirope de lavanda elaborado de un modo casero. Es una receta del un relativamente famoso cocinero británico: Frank Bordoni. En dos capas, un bizcocho ultra-esponjoso con almendra y la capa de queso aromatizado con el sirope de espliego, una combinación deliciosa.
Podríamos pensar que es una combinación “peligrosa” o que el aroma del espliego puede ser demasiado fuerte. Pues nada de eso es cierto, las flores de lavanda, además de para aromatizar perfumes y champús ;-), se emplean mucho en cocina, especialmente repostería. Recuerdo unos macarons de Pierre Hermé, una delicatessen cuyo nombre es: “Macarons helados con sorbete de chocolate y flores de espliego” (me recuerda a mi tesina: “Implementación VLSI de una arquitectura CORDIC para el cálculo del ángulo y rotación”, más corto imposible), unos sablées o un ganache aromatizado con flores de lavanda. Además, como infusión, es digestiva, antiespasmódica y… eStimUlaNTe.
El aroma a lavanda es muy sutil, casi imperceptible (lo justo) y sólo si, como yo, espolvoreáis con las flores obtendréis un refuerzo al aroma a espliego proporcionado por el sirope (¿por qué no llamarle “jarabe”?).
Menuda semanita. Tengo una buena cantidad de libros que leer (y todavía no he empezado), así como empezar a planificar exámenes… Pido disculpas por parecer (espero no serlo) maleducado al no responder a los (agradables) comentarios, suelo leerlos, pero por muy breve que sea mi comentario siempre lleva su tiempo. No me conformo con un simple “gracias”, casi todos me llevan a una reflexión. Perdón.
La película del otro día
Sábado. Poco que ver en Vilagarcía, la cartelera escasea de buenos títulos y los “más interesantes” ya los hemos ido a ver. Sólo tenemos dos opciones: una presunta comedia que sigue el carro de otra que lo era (¿?) y una historia de amor camuflada en un cuento de hadas. “Pito, pito, gorgorito… “. Toca “a” pero decidimos, yo el primero, ir a “b”.
¡Sorpresa!, la “historia de amor camuflada en un cuento de hadas” es (sorprendentemente) estupenda. Además, me recuerda vagamente a una película de mi juventud: “La princesa prometida”. Que mejor forma de recordarla, de pasar un buen rato en el cine y de sentirse mejor persona durante la media hora posterior a su proyección. ¡Viva el cine y viva el amor (de película)!.
Kepchup
¿Kep chup hoy? Me he levantado tempranup, a las 7, y por primera vez en muchup tiempo casi me quedo dormichup, supongo que sería por habermuch acostado a las tres, preparando unchup ejercicios. Cochup al trabajo, unas horas de clases y, de vuelta a casa, chup, dos horas de carrerup (al sol). Eso si que es relajantep.
Ya en casa, preparación de la comiduch, M llegup a las 3:30, lavar cacharrup (no acabo de adaptarme al lavavajillup) y vez en el dentista a las cinco y media. De vuelta, comprup productos para la comida de mañana y la ideap de una (¿ingeniosa?) tarta que tengo en mente para este fin de semanach.
En casa, ya tarde, organizo material y, ya con M (¡se ha apuntado a clase de bolillup!), preparup la cena. Más preparar y… tardep escribo una receta en el blog, ésta. Es tarde.
Bueno, perdonad, pero mech estoy ahoganduch, chup, chup,…
Sirope de lavanda
(1) Mezclamos todos los ingredientes en un cazo y llevamos fuego, removiendo constantemente hasta que se disuelva el azúcar y tenga una consistencia densa. Retiramos del fuego y dejamos enfriar totalmente durante una media hora. Llevamos al frigorífico hasta el momento de usar.
Ideal para añadir a una limonada, helado o tarta de ricotta
Base de bizcocho con almendra Para un molde de 23 cm. de diámetro Es recomendable haber preparado los ingredientes del relleno antes de elaborar la base. Así, nada más haber horneado la base podremos seguir de inmediato con la cocción de la tarta de queso.
(2) En otro cuenco levantamos las claras a punto de nieve con chorrito de limón. A medio montar vamos echando los 12 gr. de azúcar polvo.
En realidad debería hacerse con una azúcar algo más grueso que “polvo” y menos que ”grano”, así también está perfecto. Debe quedar firme. Empléese un batidor. Reservamos.
(3) Añadimos la mantequilla derretida y no caliente a la mezcla de huevos, echamos la harina tamizada en forma de lluvia. Mezclamos con cuidado. Por último, incorporamos las claras montadas de un modo envolvente y con cuidado, intentando evitar que se bajen. Lo ideal es emplear una espátula de plástico.
(4) Echamos sobre el molde (desmoldable) engrasado de 23 cm. y horneamos durante unos 5 a 10 minutos (la receta dice 5 minutos), no más, lo justo hasta que veamos que empieza a tener color. Téngase en cuenta que volverá a ir al horno con el relleno de queso.
Precalentamos (bajamos ;-)) la temperatura del horno hasta 180 ºC, temperatura de cocción de la tarta de queso. Yo es el único cambio significativo que he hecho, la tarta de queso la he horneado a unos 155-160º C durante más tiempo, por lo que he bajado la temperatura hasta unos 160º C.
Relleno
Para un molde de 23 cm. de diámetro
(1) En una tartera o cuenco grande reblandecemos el queso ricotta, ayudándonos de una espátula. Cuando esté manejable y blandito añadimos el zumo y la ralladura de limón, la mantequilla derretida, las yemas una a una, el sirope de lavanda y la maicena tamizada. Removemos con cuidado hasta que no se formen grumos.
(2) Montamos las claras a punto de nieve con ayuda de un chorrito de limón. Una vez montadas las añadimos con cuidado a la mezcla anterior, de forma envolvente y sin remover en exceso, lo justo como para que quede mezclado.
Debo admitir que en primera instancia era bastante receloso de emplear esta técnica en una tarta de queso. Tenía miedo de que la tarta se bajase demasiado una vez horneada. No fue así, aunque se produjeron unas grietas superficiales, el incorporar las claras a punto de nieve dio lugar a una tarta de queso muy esponjosa y suave.
(3) Vertemos sobre la base cocinada (debemos asegurarnos que los laterales están engrasados para evitar que se pegue en el lateral de la tarta de queso) e introducimos en horno precalentado a 180 ºC durante unos 30 minutos. Dejaremos enfriar la tarta dentro del horno sin abrir la puerta en ningún momento, así conseguiremos que se haga perfectamente por dentro y no se baje demasiado. Mejor empezar a cocinarla por la noche y dejarla enfriar de un día para otro.
Como he dicho, este punto es el único que he cambiado. He horneado durante una hora al baño María, aproximadamente a unos 150º C o algo más. En ningún caso he abierto la puerta.
Llevamos al frigorífico para que esté fría antes de degustarla. La espolvorearemos con azúcar polvo y, opcionalmente, con unas flores de lavanda seca…
A mi me ha parecido deliciosa, esponjosa y “viciosa”. M ha tenido cierta reticencia con las semillas que cubrían la tarta. Como sabe que mi madre emplea la lavanda para aromatizar los armarios, me ha dicho que prefería no probar las “flores”. Yo sí y, no sólo no me arrepiento, ¡me han encantado!
Besos.
La banda aparte
Si hay algún aficionado al cine sabrá de qué hablo… ;-), pero no es el tema que nos ocupa. Ahora trataré, trataré de explicar esta (para mí) deliciosa tarta de queso ricotta que incorpora un sirope de lavanda elaborado de un modo casero. Es una receta del un relativamente famoso cocinero británico: Frank Bordoni. En dos capas, un bizcocho ultra-esponjoso con almendra y la capa de queso aromatizado con el sirope de espliego, una combinación deliciosa.
Podríamos pensar que es una combinación “peligrosa” o que el aroma del espliego puede ser demasiado fuerte. Pues nada de eso es cierto, las flores de lavanda, además de para aromatizar perfumes y champús ;-), se emplean mucho en cocina, especialmente repostería. Recuerdo unos macarons de Pierre Hermé, una delicatessen cuyo nombre es: “Macarons helados con sorbete de chocolate y flores de espliego” (me recuerda a mi tesina: “Implementación VLSI de una arquitectura CORDIC para el cálculo del ángulo y rotación”, más corto imposible), unos sablées o un ganache aromatizado con flores de lavanda. Además, como infusión, es digestiva, antiespasmódica y… eStimUlaNTe.
El aroma a lavanda es muy sutil, casi imperceptible (lo justo) y sólo si, como yo, espolvoreáis con las flores obtendréis un refuerzo al aroma a espliego proporcionado por el sirope (¿por qué no llamarle “jarabe”?).
Menuda semanita. Tengo una buena cantidad de libros que leer (y todavía no he empezado), así como empezar a planificar exámenes… Pido disculpas por parecer (espero no serlo) maleducado al no responder a los (agradables) comentarios, suelo leerlos, pero por muy breve que sea mi comentario siempre lleva su tiempo. No me conformo con un simple “gracias”, casi todos me llevan a una reflexión. Perdón.
La película del otro día
Sábado. Poco que ver en Vilagarcía, la cartelera escasea de buenos títulos y los “más interesantes” ya los hemos ido a ver. Sólo tenemos dos opciones: una presunta comedia que sigue el carro de otra que lo era (¿?) y una historia de amor camuflada en un cuento de hadas. “Pito, pito, gorgorito… “. Toca “a” pero decidimos, yo el primero, ir a “b”.
¡Sorpresa!, la “historia de amor camuflada en un cuento de hadas” es (sorprendentemente) estupenda. Además, me recuerda vagamente a una película de mi juventud: “La princesa prometida”. Que mejor forma de recordarla, de pasar un buen rato en el cine y de sentirse mejor persona durante la media hora posterior a su proyección. ¡Viva el cine y viva el amor (de película)!.
Kepchup
¿Kep chup hoy? Me he levantado tempranup, a las 7, y por primera vez en muchup tiempo casi me quedo dormichup, supongo que sería por habermuch acostado a las tres, preparando unchup ejercicios. Cochup al trabajo, unas horas de clases y, de vuelta a casa, chup, dos horas de carrerup (al sol). Eso si que es relajantep.
Ya en casa, preparación de la comiduch, M llegup a las 3:30, lavar cacharrup (no acabo de adaptarme al lavavajillup) y vez en el dentista a las cinco y media. De vuelta, comprup productos para la comida de mañana y la ideap de una (¿ingeniosa?) tarta que tengo en mente para este fin de semanach.
En casa, ya tarde, organizo material y, ya con M (¡se ha apuntado a clase de bolillup!), preparup la cena. Más preparar y… tardep escribo una receta en el blog, ésta. Es tarde.
Bueno, perdonad, pero mech estoy ahoganduch, chup, chup,…
Sirope de lavanda
- 200 gr. de azúcar
- 125 ml de agua.
- 2 cucharadas de flores de lavanda secas. Dependiendo de la intensidad requerida.
- 1 cucharilla de sirope de arce o miel (suave).Opcional, evita la cristalización del azúcar. Esta vez no se lo he puesto, le he echado un chorrito de limón.
(1) Mezclamos todos los ingredientes en un cazo y llevamos fuego, removiendo constantemente hasta que se disuelva el azúcar y tenga una consistencia densa. Retiramos del fuego y dejamos enfriar totalmente durante una media hora. Llevamos al frigorífico hasta el momento de usar.
Ideal para añadir a una limonada, helado o tarta de ricotta
Base de bizcocho con almendra Para un molde de 23 cm. de diámetro Es recomendable haber preparado los ingredientes del relleno antes de elaborar la base. Así, nada más haber horneado la base podremos seguir de inmediato con la cocción de la tarta de queso.
- 3 huevos enteros
- 20 gr. de almendra molida
- 20 gr. de azúcar polvo
- 3 claras de huevo (unos 120 gr.)
- 12 gr. de azúcar glasé (polvo ;-))
- 25 gr. de mantequilla derretida
- 25 gr. de harina normal
(2) En otro cuenco levantamos las claras a punto de nieve con chorrito de limón. A medio montar vamos echando los 12 gr. de azúcar polvo.
En realidad debería hacerse con una azúcar algo más grueso que “polvo” y menos que ”grano”, así también está perfecto. Debe quedar firme. Empléese un batidor. Reservamos.
(3) Añadimos la mantequilla derretida y no caliente a la mezcla de huevos, echamos la harina tamizada en forma de lluvia. Mezclamos con cuidado. Por último, incorporamos las claras montadas de un modo envolvente y con cuidado, intentando evitar que se bajen. Lo ideal es emplear una espátula de plástico.
(4) Echamos sobre el molde (desmoldable) engrasado de 23 cm. y horneamos durante unos 5 a 10 minutos (la receta dice 5 minutos), no más, lo justo hasta que veamos que empieza a tener color. Téngase en cuenta que volverá a ir al horno con el relleno de queso.
Precalentamos (bajamos ;-)) la temperatura del horno hasta 180 ºC, temperatura de cocción de la tarta de queso. Yo es el único cambio significativo que he hecho, la tarta de queso la he horneado a unos 155-160º C durante más tiempo, por lo que he bajado la temperatura hasta unos 160º C.
Relleno
Para un molde de 23 cm. de diámetro
- 500 gr. de queso ricotta
- Ralladura de 1 limón grande.
- Zumo de 1 limón grande (ese mismo).
- 50 gr. de mantequilla derretida
- 3 huevos, separadas las claras de las yemas.
- 175 ml de sirope de lavanda (ver receta)
- 2 cucharadas soperas de maicena.
- Un puñado de semilla de lavanda secas para espolvorear (opcional)
- Azúcar glasé para espolvorear.
(1) En una tartera o cuenco grande reblandecemos el queso ricotta, ayudándonos de una espátula. Cuando esté manejable y blandito añadimos el zumo y la ralladura de limón, la mantequilla derretida, las yemas una a una, el sirope de lavanda y la maicena tamizada. Removemos con cuidado hasta que no se formen grumos.
(2) Montamos las claras a punto de nieve con ayuda de un chorrito de limón. Una vez montadas las añadimos con cuidado a la mezcla anterior, de forma envolvente y sin remover en exceso, lo justo como para que quede mezclado.
Debo admitir que en primera instancia era bastante receloso de emplear esta técnica en una tarta de queso. Tenía miedo de que la tarta se bajase demasiado una vez horneada. No fue así, aunque se produjeron unas grietas superficiales, el incorporar las claras a punto de nieve dio lugar a una tarta de queso muy esponjosa y suave.
(3) Vertemos sobre la base cocinada (debemos asegurarnos que los laterales están engrasados para evitar que se pegue en el lateral de la tarta de queso) e introducimos en horno precalentado a 180 ºC durante unos 30 minutos. Dejaremos enfriar la tarta dentro del horno sin abrir la puerta en ningún momento, así conseguiremos que se haga perfectamente por dentro y no se baje demasiado. Mejor empezar a cocinarla por la noche y dejarla enfriar de un día para otro.
Como he dicho, este punto es el único que he cambiado. He horneado durante una hora al baño María, aproximadamente a unos 150º C o algo más. En ningún caso he abierto la puerta.
Llevamos al frigorífico para que esté fría antes de degustarla. La espolvorearemos con azúcar polvo y, opcionalmente, con unas flores de lavanda seca…
A mi me ha parecido deliciosa, esponjosa y “viciosa”. M ha tenido cierta reticencia con las semillas que cubrían la tarta. Como sabe que mi madre emplea la lavanda para aromatizar los armarios, me ha dicho que prefería no probar las “flores”. Yo sí y, no sólo no me arrepiento, ¡me han encantado!
Besos.
9 comentarios:
Que maravilla....... esta la hago el sábado si porque si que tengo cena con amigas y la quiero llevar. Una pregunta ¿las flores de lavanda las venden en herborísterías?... Las quiero, las quiero, las quiero....
Gracias Pepiño, esta receta tiene una pinta super apetecible.
Yo las he comprado en una herboristería, en dónde también compro el sésamo y demás semillas. Mi madre las coge de su propia cosecha.
Gracias.
Sabes,he estado mirando todo lo que has escrito en tu blog con respecto a M,me intrigaban algunas cosas.
Siendo contraria a alguna gente,ella me cae mb,por la sencilla razón de que es su forma de ser,y está satisfecha con ella misma,es egoista en cosas ,y qué ,no lo somos todos en lo que nos interesa.
Su forma de pensar y actuar,va de acuerdo con ella,qué tiene de malo?
Has pensado alguna vez que lo que te pasa puede ser culpa tuya.
Has hablado con ella de lo que te molesta,de lo que deseas,a que no.
Muchas veces hacemos,pensamos y decimos cosas que al otro le molestan,y no lo sabemos,piensa en esto.
Ella quizás,no corta tus alas,no serás tu mismo,el que lo hace.
Todos tenemos defectos y costumbres que están tan arraigados
que no nos damos cuenta de ellos,se pueden intentar corregir,si hay alguien que te da los toques debidos y de la forma correcta.Existe la sutileza,no los enfados y gritos,no sirven de nada,te encierras más en ellosQue mejor que ceder los dos en nuestros terrenos.
Si la otra persona te dice lo que le hace daño,molesta o quiere,tendrás cuidado.Nunca perjudicas al otro queriendo,actuas y punto.
Se sincero contigo mismo,de verdad crees,que ella sabe lo que te pasa.Ni se lo imagina,estoy segura.
Si viese lo que escribes,no crees de corazón,que ella haría todo lo que estuviese en sus manos por ayudarte y comprenderte,Piénsalo bien.
CULPA,es más fácil echársela al otro.Dónde está el PROBLEMA?
Lo siento,no podía evitar defenderla al100x100.
Sé que debería callarme,pero tú hablas y te escucho,ella no,y tiene también todo el derecho de hacerlo,y poder actuar en consecuencia.PIÉNSALO.
Me gusta la receta,pero las flores del final,ni loca,aj!las uso también en la ropa.
No me tires de las orejas por lo que te he escrito,vale!!
Besiños
Soy Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre y vas a morir... Que bonita, La princesa prometida!
Me encanta la ricotta, pero lo de las flores... no sé.
Petons, R de Barna
Uysss, yo tambien voy fatal de tiempo pero el suficiente para decirte que hoy te has superao....!!
Me sumergeria en en la tartita de quesooooooooo!
petoñets
Gracias,
Bueno supongo que habrá un poco de todo, gente a la que le gusten las “flores” y gente a la que no le gusten ;-), si ése es el detalle, se puede prescindir de ellas, nunca del sirope. Sólo recordar que en “nuestra” cocina estamos llenos de flores y muchas veces sin darnos cuenta.
Por lo que veo, tendré que posponer las rosas y la tempura de rosas para mejor ocasión. Sólo el que arriesga consigue algo, incluso acertar (así lo he vivido en este caso).
Isi, intentaré ser conciso aunque dudo que pueda conseguirlo. Me agrada que comentes qué es lo que piensas, pero también tengo la sensación de no haberme explicado bien ¡nunca!…. Ahora empiezo a entender las caras de mis alumnos ;-).
Primero. A mí también me cae M muy “mb”, entre otras muchas cosas, por algo estoy casado con ella.
Las personas están llenas de matices, la vida no es de buenos y malos, eso lo dejamos para algunas películas y para G. W. Bush. M sólo es una inicial de un nombre, su nombre también tiene dos letras “a”, “a” de “amiga” y “a” de amor”. Creo que siempre lo he dejado claro, tal vez no hayas leído mis diarios desde un principio o he dado por supuesto que se entendería que lo “absoluto” es una falsedad (perdonen los creyentes).
Nunca he pretendido que las partes de mi diario que hacen referencia a M fuesen un ataque, sería imperdonable, la amo. Son un desahogo de lo cotidiano, de esas circunstancias que día a día me hacen pensar, alegrarme o entristecerme. Quién es perfecto, nadie. Más de una vez (y de dos) he dicho (la obviedad) de que éste (como todos) es un relato subjetivo, de cómo vivo el día a día y, entre muchas otras cosas, mi relación con M.
Todo lo anterior no quita que M sea, y así se considera ella misma, muy egoísta. Creo que no debería decirlo pero pienso que nunca he conocido a nadie que lo fuese tanto. No es casualidad que mi “tarde de cine” coincida con su tarde de trabajo (los jueves), no es casualidad que a veces me vea en la necesidad de pedirle “permiso” para realizar alguna actividad, no es casualidad que ella tome sus decisiones por iniciativa propia (por ej., me enteré el otro día que se había apuntado a clases de bolillos los martes y miércoles, se me hace impensable que me apunte a clases de música sin consultarlo antes), no es casualidad que nunca le haya dicho cómo debe hacer las cosas (no me importa cómo las haga) y tenga que ajustarme a sus costumbres, sería impensable que yo me fuese el jueves (como hizo ella) a casa de mis padres “dejándola” en Santiago... eso es egoísmo. Si hago las cosas “a mi manera” el enfado estará servido. Hay temas muy personales de los que por nuestro bien no debo airear pero imagínate que alguien toma una decisión importante de tu/nuestras vidas sin consultarte y, con posterioridad, al oponerte, deja de hablarte durante unos días…. Creo que eso ya está curado.
Y sí, aunque a veces no lo parezca, intento hablar con ella pero no está acostumbrada a hablar de ciertos temas, de inmediato se pone a la defensiva. En mi casa era distinto, llorábamos casi todas las semanas al decirnos algunas verdades, en su mentalidad es mejor callar… cuestión de costumbres. Después de llorar es como si los males se hubiesen ido.
Por supuesto, creo que “el raro”, el culpable, es más que probable que sea yo . Por eso siempre estoy pidiendo perdón, no puedo más que sentirme culpable por todo lo que pasa. M me ha hecho cambiar positivamente en muchos aspectos: hasta conocerla era más “raro” todavía, tímido en exceso. No entraba en cafeterías ni restaurantes, me sentía tan incómodo y acomplejado que era superior a mis fuerzas; tampoco me relacionaba demasiado con la gente, mi timidez era casi extrema. M hizo que ganase confianza en mí mismo, que me introdujese en un entorno que nunca me ha sido demasiado cómodo. Siempre me he sentido “muy diferente” socialmente hablando.
M es lo que se llamaría una persona muy sociable y extrovertida, aunque no sea lo que se dice “divertida”, suele caer bien a la gente, salvo que la otra persona también lo sea y choquen sus caracteres. M disfruta con las relaciones sociales, está bien considerada y no suele decir una palabra fuera de tono. Es práctica a niveles extremos, intentado evitar los esfuerzos innecesarios. Es organizada, anota todos los cumpleaños en una agenda y casi nunca se olvida de llamar a sus amigos. Con los regalos también es muy práctica y, sin ser tacaña (que no lo es), tampoco es demasiado generosa, sabemos que siempre buscará entre todas las tiendas la que tenga el menor precio. Sus cambios de ánimo son repentinos y relativamente frecuentes, cualquier pequeño detalle puede cambiarlo en uno u otro sentido. Cuando está “de buenas” no conozco a nadie mejor…
Pepinho es más introvertido, huye de cualquier reunión social (cenas de trabajo, reuniones con desconocidos,…), aunque se considera una persona “graciosa”, siempre que tenga cierta confianza con los que le rodean. A Pepinho no le importa qué es lo que piensen de él, por eso no le preocupa actuar de un modo “extraño” ni parecer desagradable (ir corriendo por la calle para no tardar demasiado, ponerse en las colas con niños en las tiendas de chucherías,…). Aborrece lo material y no sabe cuánto cobra (está estipulado por Ley), sólo se preocupó cuando trabajaba en empresas privadas. Pepinho siempre se ha sentido desconectado del mundo, fuera de lugar, todavía sigue siendo un misterio cómo accedió a casarse y formar una familia. Lo hizo por amor, dejó atrás sus principios y objetivos por una persona, espera no rendirle cuentas, nunca lo ha hecho, la decisión ha sido sólo suya.
Eso sólo es un granito de arena en un desierto de dos vidas, M y Pepinho, totalmente diferentes pero que tienen algo en común. Las vidas son tan complejas que no pueden resumirse y explicarse con palabras, hay que “vivirlas”; por eso son vidas.
Besos.
Esto no son horas... Las 00:15 y estoy leyendo una sugerente receta con flores y viendo House. Me acompañan las galletas de chocolate rusas (sablé Korova????) que me han quedado un poco amorfas pero están de muerte.
Y no me acuesto porque yo he discutido con A y no sé cómo pedir disculpas o pedir una disculpa... Espero que por la mañana la tormenta haya pasado.
Y no puedo evitar un comentario freaky... mi proyecto fin de carrera también fue un VLSI, pero de Redes Neuronales.
Buenas noches.
Me alegro por los dos.Os deseo lo mejor.
Todo,clariiisimo.Hablando se entiende la gente.
La vida tiene sus altos y bajos,sólo hay que saber llevarlos,y con alguien a tu lado
mejor.
Besiños
Así y en general, no dirigiéndome a nadie en particular : nunca, ni jamás de los jamases se puede ser feliz con una persona egoista y que para más inri lo reconoce.
Para poder convivir con alguien tiene que haber respeto mutuo y esto incluye contar, lo que no quiere decir pedir permiso, que quieres hacer algo o ir a algún sitio, no dando por sentado que la otra parte va a querer o aceptar.
Si se quiere hacer lo que lo demás quieran, perfecto, pero si no es así el rencor, o el resquemor se va acumulando. Y esto no tiene sentido, salvo que se sea masoquista puro y duro.
Me estoy acordando de Zenobia Camprubí que malgastó su vida por el anormal de Juan Ramón Jiménez y que, aunque nos quisieron presentar como un matrimonio perfecto, no lo fue en absoluto. Al menos para ella no lo fue.
¿merece la pena?. No se quién de los dos realmente necesitaba un psiquiatra: si ella o él.
Nunca se puede olvidar uno de los propios principios y de los valores propios porque eso te llevará a ser un desgraciado/a: se toma el camino equivocado y esto pasa factura siempre.
Afortunadamente, el amor no dura siempre y a veces algunos tenemos la suerte de abrir los ojos a tiempo y vivir una vida, buena o mala, pero que sea nuestra, que nadie nos haga sentir mal por una equivocación, un olvido, ni nos retire la palabra durante días (hablo por experiencia) : esto es maltrato. No hay otra palabra.
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