sábado, 1 de diciembre de 2007

Galletas de chocolate blanco y cardamomo

Un techo lleno de estrellas

El chocolate y el cardamomo

Son dos compañeros inseparables, como la miel y las hojuelas, las nueces y el pan,… la tristeza y Pepinho. Perdón, si tengo tiempo vosotros no lo tenéis, si no lo tengo vosotros sí. Mi vida baila al compás que me marcan “otros” factores humanos. Besos.

Ésta es mi respuesta a vuestros agradecimientos, a vuestra simpatía y complicidad. Es breve, será más extensa cuando llegado el momento, mañana mismo, mis horas no pertenezcan a ninguna agenda.


Rápido, un techo lleno de estrellas

El de la foto soy yo. Rápido (mañana por la mañana estaré en Pontevedra), tengo tan poco tiempo que “esto” está un poco olvidado. No en la memoria, sólo en el papel, por no decir teclado y lo poco romántico que suena. Prometo estar de vuelta por la tarde, M se irá a Ferrol, unas horas serán suficientes para escribir y ponerme al día. Charlar diría yo, incluso intentaré ir al cine.

Haré caso de lo que me habéis recomendado y pondré música a algunas recetas. Ésta no la lleva, no he tenido tiempo para poner el CD/MP3 mientras la hacía, la música estaba en mi cabeza, pululando como una avispa. El aguijón que pincha y pincha. Sin notas, sólo letra, unas tras otras, formando palabras que forman frases, frases que son ideas, ideas que son aguijones, aguijones que no dejan dormir. La vida en una receta.

Palabras: paz, tiempo, horas, hablar, temor, futuro, siempre, nunca, adiós, amor, odio, vida, ahora,…

La petición llena de estrellas…

Pondré una petición especial, una canción sencilla pero profunda, de esas que llagan muy lejos, tan lejos que podemos tocarla: Antony & The Johnsons con Fistful Of Love:

“Estaba recostado anoche en mi cama mirando fijamente a un techo lleno de estrellas…”

Mirando por la ventana

No quedaban estrellas. La luz entre las nubes y un farol que espera nacer con la muerte solar que se funde entre niebla. Era Praga, el recuerdo de una luz dispersa en la mente dispersa. Al fondo las torres se clavan en el cielo, dos estacas desafiantes ¿Te acuerdas?, yo también estuve enamorado, eras tú en aquel bar de copas:

Esta noche no es la noche que tú esperabas, la noche parece que no llega.

M

Como en la canción, dame un poquito de amor, de amor verdadero, lléname de amor.

Ingredientes
  • 135 gr. de harina
  • 25 gr. de chocolate blanco rallado
  • 5 gr. de bicarbonato sódico
  • Opcional: 1 cucharilla de crémor tártaro
  • 3 gr. de sal, mejor flor de sal.
  • 115 gr. de mantequilla reblandecida, nunca derretida.
  • 85 gr. de azúcar moreno
  • 40 gr. de azúcar grano
  • 3 ml de extracto de vainilla (1/2 cucharilla, aprox.)
  • 115 gr. de chocolate blanco troceado
  • 4-5 vainas de cardamomo (puede prescindirse)
  • Si nos gustan las galletas más compactas puede añadirse una yema de huevo. Yo prefiero no usarla.
(1) Rallamos el chocolate blanco y troceamos los 115 gr. restantes. Con el filo de un cuchillo o en un mortero, hacemos polvo las semillas (negras) del cardamomo. Mezclamos la harina con el chocolate blanco rallado, el bicarbonato, el cardamomo y el crémor si los usamos.

(2) En un cuenco aparte, batimos ligeramente y con una cuchara de madera la mantequilla con los azúcares y la sal, añadimos la vainilla y seguimos batiendo hasta que forme una masa homogénea.

(3) Vertemos la mezcla de la harina y el chocolate troceado. Mezclamos con ayuda de las manos hasta que forme una pasta homogénea, sin amasar demasiado. La masa es difícil de compactar, veremos que a medida que la vamos trabajando (no demasiado) se volverá más manejable.

(4) Formamos un cilindro de unos 4-6 cm. de diámetro, forramos con film transparente y llevamos al frigorífico, por lo menos un par de horitas. Podéis dejarlas de un día para otro o mucho más tiempo.

(5) Pasado el tiempo, precalentamos el horno a unos 170º C. Con un cuchillo cortamos el cilindro formando las galletas, las ponemos sobre una bandeja con papel de hornear y cocinamos a unos 170º C durante 10-15 minutos, dependiendo del tamaño. Si nos gustan crujientes podemos dejarlas más tiempo.

Debemos dejarlas enfriar antes de retirarlas de la bandeja, se endurecen a media que se van enfriando. Guardamos en una caja de galletas y ya podemos disponer de ellas cuando queramos. Duran muchos días, siempre que el recipiente esté bien cerrado.

Hoy una joven generosa me ha permitido adelantarla en la cola del supermercado, sin saberlo, esos segundos han sido más que el oro. El tiempo se ha vuelto en el mayor tesoro que deseo. Ése es el secreto, cada segundo es más importante que cualquier otro anhelo material.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué rica receta! ¡Este finde cae!
A tu salud, Pepinho.

Me alegro que esa voz mágica de Antony te emocione, te sugiera...

Bona nit, que descanses. Un beso.

Cogollos de Agua dijo...

Aunque no te escriba sigues siendo mi lectura diaria favorita, tus recetas son increibles, tus fotos magnificas y tus sentimientos cercanos. Hoy te digo que te veo distinto, yo diria que extrañamente feliz.

Sea lo que sea que te tiene así aprovechalo,que tengas un fin de semana tal y como desees.
Un besazo

Anónimo dijo...

Cuando he visto la foto de Praga me dió un vuelco el corazón.Que hermosa ciudad llena de magia.

De tus galletas solo decir que lo que seria pecado es no probarlas,así que las guardo en uregentes,porque urge preparar algo asi de rico.
Gracias por tus recetas y tus historias,nos alimentas cuerpo y alma ;-).

Besos!!

Bego dijo...

Querido Pepinho, estoy al borde de un ataque de nervios!!!
Iba a regalarle una caja de galletas variadas a mi prima y tengo unas de blanco y negro que no se han craquelado y una especie de pasta blanda amorfa que pretendian ser cookiees, y unas galletas de naranja que parecen polvorones.
Que puñetas ha pasado??? mi horno me odia...
las cookies las puse en medio del horno, calor arriba y abajo, precalentado...y se fueron espanzurrando lentamente..al sacarlas y tras horas siguen estando igual de blanduscas que antes..porquéeeeeeeeeee???????????????????? :( :( :( :(
Besos desconsolados
Bego (Bego)

Harry Haller dijo...

¡Ay!
Gracias de corazón. M está de camino y quiero que todo esté en su lugar ;-)
Mi felicidad es como la de todos, un paraíso creado por mí para evitar otros problemas. Relativizando se llaga a estado de felicidad “relativa”, relativamente hablando.

¡Ay!, las galletas “blanco y negro”. Las he hecho sólo una vez, hace mucho, sin estar entre mis preferidas estaban ricas. No recuerdo cómo es la receta (exactamente), un momento.

Las galletas es mejor ponerlas en la primera o segunda bandeja del horno (yo las pongo en la segunda). Lo que me cuentas tiene toda la pinta de un error en las medidas (suele pasar cada cierto tiempo) y relacionado con ausencia de harina o yema de huevo, en este caso parece que ha sido la harina. Se rompen por el efecto de la levadura química y se enduren al enfriar (azúcar, harina,..). Deja reposar la masa en el frigorífico, incluso de un día para otro, antes de hacer unas galletas. Serán más fáciles de trabajar y tendrán más sabor.

En el blog he puesto otras de chocolate que me parecen más ricas: las Korova, American Cookies, de chocolate nueces y vainilla, incluso las sencillas: Galletas de chocolate con perlitas de chocolate. A mí me gustan las que tienen bastante sabor: Galletas de canela, vainilla y chocolate blanco – Galletas marroquíes de almendra, Galletas de Jengibre y canela o las galletas de melaza. Éstas son más blanditas y ricas, pero puede conseguirse mayor dureza con más tiempo, digamos que son crujientes por fuera y blandas por dentro.

En cualquier caso, eso no es importante. Lo importante es no agobiarse (¿quién lo dice?), ser tenaz y terco hasta obtener los resultados deseados y, sobre todo, “relativizar” los problemas. ¡Sólo son unas galletas! Ideas: puedes hacer con ellas (si no ten convencen) una base para una grandiosa tarta de queso, por ejemplo.

Besos y gracias.

Anónimo dijo...

Se podrá algun día descansar de este ajetreado ritmo de vida ??? espero que si, al menos a mi me hace falta, no le pongo ni un pero a tus galletas ... se ven deliciosas, gracias por compartirnos tan dulces recetas y tus pensamientos, Patty :)

Anónimo dijo...

Estimado Pepinho, siento no haber estado a la altura de tu receta. Ha sido un desastre, pero no me rindo.
He dejado el rodillo de masa de un día para otro en el frigo, al cortar con el cuchillo estaba tan duro que se quebraba la masa.
En la bandeja del horno coloque las galletas demasiado juntas y al expandirse se han unido unas con otras. Con 12 min. de horno se me han quemado por abajo (solo puse calor inferior). Además me ha rezumado grasa en el papel de hornear. Ya ves el panorama.
¿Puede ser consecuencia de usar una harina 78% de extracción con todo el germen? Por otro lado, me da la impresión de que tenía demasiada grasa.
Lo positivo: la experiencia ganada y el aroma a cardamomo en la cocina.

Un saludo. Mapache

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