Lo peor que te puede pasar en la vida
Sobran las palabras
(…)
No estoy de ánimo que ni creo que debería estar divagando sobre nada. Hay momentos en los cualquier comentario desmerece los hechos, los empequeñece o distorsiona. Dejémoslo estar, sólo una cosa: esta vez no era un tópico, todo lo bueno que habréis oído era cierto… y más. Un año más, esperaba la llamada de M el día de su cumpleaños. Todo parece un sueño o una pesadilla, ni la entereza (y fe) demostrada por los sus familiares más cercanos hace olvidar…
El postre, sin horno
Sólo unos detalles. No tenía toda la gelatina necesaria, por lo que no me quedó con toda la densidad requerida (de ahí esas discretas fotografías), aún así, deliciosa (el aspecto la desmerece); he usado un aro y no sé con exactitud el tamaño empleado, diría entre 20-22 cm; le he añadido un poco de vainilla líquida disminuyendo esa cantidad de leche, la vainilla enmascara ligeramente el sabor del chocolate pero si no nos pasamos combina muy bien (podría ser un poco de cardamomo, canela,…); después de probar, aunque soy un seguidor de la frambuesa, la mejor opción que me ha parecido es espolvorearla con un poco de cacao en polvo.
No diré más.
Base Para un molde de unos 20-22 centímetros.
(2) Dejamos las hojas de gelatina hidratándose en agua fría (si estuviese templada o algo caliente se disolvería, ojo), entre 5 y 10 minutos. Mientras tanto, ponemos el chocolate blanco troceado a fuego muy bajo (1-2), removiendo de vez en cuando con una espátula para que se derrita. Para derretir el chocolate blanco, dada la poca cantidad de manteca que tiene este tipo de chocolates, la solución del microondas es muy mala, suele quemarse con relativa facilidad.
Hidratadas las hojas, las secamos y reservamos.
(3) En un cazo ponemos a calentar ligeramente la leche, la retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratadas y secas. Reservamos. En una tartera mezclamos la nata fresca espesa con el queso crema hasta que se mezcle bien. Añadimos mitad de la leche con la gelatina (no demasiado caliente) a la mezcla del queso y la otra mitad a la mezcla del chocolate derretido. Removemos ambos preparados para que queden bien mezclamos y añadimos, poco a poco, la mezcla de queso a la mezcla del chocolate (mejor lo menos denso sobre lo más denso). Removemos con cuidado.
(4) Levantamos las claras de punto a punto de nieve, añadiendo poco a poco el azúcar cuando empiezan a montarse. Móntese hasta que queden consistentes y se formen picos. Echamos sobre la mezcla anterior de forma envolvente y de abajo hacia arriba para que se mezcle de modo homogéneo, sin pasarnos.
Llevamos al frigorífico unas 12-24 horas, hasta que esté consistente. Desmoldamos y espolvoreamos con un poco de cacao en polvo.
No sé qué hago escribiendo una receta. Lo mejor es que nos vayamos de fin de semana e intentemos arreglar las cosas que haya que arreglar e intentar olvidarse de las cosas malas o menos buenas...
Sobran las palabras
(…)
No estoy de ánimo que ni creo que debería estar divagando sobre nada. Hay momentos en los cualquier comentario desmerece los hechos, los empequeñece o distorsiona. Dejémoslo estar, sólo una cosa: esta vez no era un tópico, todo lo bueno que habréis oído era cierto… y más. Un año más, esperaba la llamada de M el día de su cumpleaños. Todo parece un sueño o una pesadilla, ni la entereza (y fe) demostrada por los sus familiares más cercanos hace olvidar…
El postre, sin horno
Sólo unos detalles. No tenía toda la gelatina necesaria, por lo que no me quedó con toda la densidad requerida (de ahí esas discretas fotografías), aún así, deliciosa (el aspecto la desmerece); he usado un aro y no sé con exactitud el tamaño empleado, diría entre 20-22 cm; le he añadido un poco de vainilla líquida disminuyendo esa cantidad de leche, la vainilla enmascara ligeramente el sabor del chocolate pero si no nos pasamos combina muy bien (podría ser un poco de cardamomo, canela,…); después de probar, aunque soy un seguidor de la frambuesa, la mejor opción que me ha parecido es espolvorearla con un poco de cacao en polvo.
No diré más.
Base Para un molde de unos 20-22 centímetros.
- 180 gr. de galletas Digestive, u otras galletas tipo del shortbread.
- 50-60 gr. de mantequilla derretida.
- Opcional: un par de galletas Oreo o un poco de chocolate troceado. Esta vez no le he puesto.
- 2 hojas de gelatina (4 gr.?)
- 100 ml de leche.
- 125 gr. de nata fresca espesa (crème fraîche).
- 125 gr. de queso crema (tipo philadelphia).
- 200 gr. de chocolate blanco derretido.
- 3 claras de huevo. Tenía exactamente esta cantidad en la nevera, me habían sobrado de algún postre.
- 120 gr. de azúcar en polvo.
- Opcional: 5 ml de extracto vainilla.
(2) Dejamos las hojas de gelatina hidratándose en agua fría (si estuviese templada o algo caliente se disolvería, ojo), entre 5 y 10 minutos. Mientras tanto, ponemos el chocolate blanco troceado a fuego muy bajo (1-2), removiendo de vez en cuando con una espátula para que se derrita. Para derretir el chocolate blanco, dada la poca cantidad de manteca que tiene este tipo de chocolates, la solución del microondas es muy mala, suele quemarse con relativa facilidad.
Hidratadas las hojas, las secamos y reservamos.
(3) En un cazo ponemos a calentar ligeramente la leche, la retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratadas y secas. Reservamos. En una tartera mezclamos la nata fresca espesa con el queso crema hasta que se mezcle bien. Añadimos mitad de la leche con la gelatina (no demasiado caliente) a la mezcla del queso y la otra mitad a la mezcla del chocolate derretido. Removemos ambos preparados para que queden bien mezclamos y añadimos, poco a poco, la mezcla de queso a la mezcla del chocolate (mejor lo menos denso sobre lo más denso). Removemos con cuidado.
(4) Levantamos las claras de punto a punto de nieve, añadiendo poco a poco el azúcar cuando empiezan a montarse. Móntese hasta que queden consistentes y se formen picos. Echamos sobre la mezcla anterior de forma envolvente y de abajo hacia arriba para que se mezcle de modo homogéneo, sin pasarnos.
Llevamos al frigorífico unas 12-24 horas, hasta que esté consistente. Desmoldamos y espolvoreamos con un poco de cacao en polvo.
No sé qué hago escribiendo una receta. Lo mejor es que nos vayamos de fin de semana e intentemos arreglar las cosas que haya que arreglar e intentar olvidarse de las cosas malas o menos buenas...
12 comentarios:
La tarta como siempre genial, pero ¿tu estas bien?.
Me ha preocupado mucho tu escueto comentario, ya sabes la última vez que "hablamos" fue de "lo mejor de nuestra vida" y ahora(...)
Si necesitas "hablar" aquí tienes m correo.
Teresa
TTSITA90@HOTMAIL.COM
Gracias y más gracias.
Todo sigue su curso… algunos (un par) podrían intuir el motivo, hay cosas que es mejor pasarlas en silencio…
Besos a tod@s
Hola Pephino,
me encanta que hayas puesto el avatar de Ratatuille!.
Me he quedado preocupada por tus palabras, pero sí que es cierto que hay cosas que hay que pasar a solas.
Sea lo que sea, te mando un beso "apretao" como decimos por el sur, y te mando un rayo de sol. Después de la tormenta vuelve la calma, y a veces las lágrimas no dejan ver el sol.
un achuchón acurricadito.
Un Beso
Si estoy cerca no puedo evitar pasar por aquí.
Por una vez no es nada que me haya pasado a mí de un modo directo pero que sí me afecta mucho… ¿qué afecta y qué no? Los recuerdos causan desazón, los proyectos rotos (de otros) también. La EMPATÍA provoca en unos momentos felicidad (cuando el otro la disfruta) o un fuerte dolor, equivalente pero no duradero. Ésa es la única diferencia, la durabilidad del sufrimiento.
No quiero decir más porque no son hechos estrictamente personales, si lo fueran no tendría el menor reparo. No haré sensacionalismo con los sentimientos de los demás ni con los míos.
Mañana será otro día para mí y para aquellos que sufren las consecuencias de un modo más directo. ¿Por qué el Dios del que todos hablan ha hecho que TODO me afecte tanto, que tenga que escapar? ¿Por qué nos ha hecho así? Lo dice un agnóstico.
Un beso muy grande.
Me parece una receta deliciosa. Esta seguro que cae este fin de semana.
Y para subir ése ánimo......recibe todo mi cariño.
Sabes? Hoy no he mirado la receta. Directamente a los comentarios.
Yo he estado toda la tarde de ayer compungida y triste por algo que le ha pasado a un angelito. Un angelito que convive muy cerca del mío .
Sólo quería encontrar algo que me evadiera de pensar en el sufrimiento que su familia podía estar teniendo y nada lo ha hecho posible. Sólo he estado mimando a mi angelito durante horas y horas.
A veces odio todo esto. ¿Por qué no hay respuestas para todo?.
Besos y ánimos de una desanimada y desconsolada madre
Berta
EStos días se han tornado muy difíciles.
Sólo puedo desearte(nos) que todo mejore y decir que,también, aquí estoy.
Con respecto a la tarta de hoy, no me la esperaba, de lo que más me gusta. Sip,sólo que el chocolate blanco no siempre llega a predominar. Bueno, seguro la probaré.
Y esa sensibilidad es la que te hace ser así de lindo :)
Besos
marcela
Gracias,
Hay que seguir, que "hoy ya es otro día" y hay amigos a nuestro lado con los que compartir vivencias e ilusiones.
Berta,
Es curioso cómo las vidas de las personas se entrecruzan sin darnos cuenta, cómo descubrimos que el mundo es tan pequeño… Los nexos de unión son circunstanciales y las vidas pasan a nuestro lado, unas veces por caminos diferentes y otras no.
Por una vez sí he creído. Todo lo bueno es cierto, y más, no se me va de la cabeza…
M habla del “destino”, de cómo la vida te cambia en un segundo. Pero qué no es el destino, el destino cambia en cada instante, y a veces...
Besos a tod@s, mañana seguirá siendo otro día.
Siento que sean días grises -o negros-, desconocemos el porqué de las cosas -y de tus comentarios-, pero por una vez me alegro que no sea un hecho "estrictamente personal".
Todo cambia en esta vida, y a veces para bien. Recuerda.
PD: Aunque la tarta estuviera buena, las fotos te han salido como tu estado de animo, oscuras!!!!!feo ;)
Buenos días aunque siguen siendo tristes y mañana es lunes y los angelitos tienen que volver al cole, un cole que estará triste y con un hueco que no cubrirá nada.
Yo no creo tanto en el destino como en el efecto mariposa. Nuestras decisiones acaban a veces en desembocar otras que ni nos hubiéramos imaginado, sólo porque en un momento hicimos algo que seguro en otra ocasión no hubiéramos hecho.
En fin, aprovechemos el domingo. Hoy sí que miraré la receta.
Besos
Berta
El día era oscuro, la tarta rica... las fotos poco importan. No nos dejemos guiar tanto por las apariencias. Engañan.
Creo (¡creo!) que no creo en casi nada. El destino no existe. Llamémosle “efecto mariposa” si quieres, pero sí creo (¡creo!) en George Bailey y en lo que cambian las vidas con las ausencias y las decisiones. La vida en un segundo. Mi segundo se alarga, según M.
Besos
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Opina, pero con respeto para tod@s. Nadie es perfecto.