Black Power
Si nos olvidamos de la estética y el black power, estoy hablando de un riquísimo arroz cuyo único inconveniente es estético. ¡Maldita estética!, se come con los ojos. Tenía tinta natural congelada de un chopo que había preparado hacía tiempo, y ya se sabe, lo natural (o real) siempre es más auténtico (o negro) ;-) Le he echado media “bolsita” semisólida y ha quedado negro, muy negro, y rico, muy rico. Lo acostumbraba a hacer con unas bolsitas plásticas pequeñitas que venden en la sección de congelados, más insípidas e incoloras.
Siempre puedes ver ésta y otras recetas similares en el blog de pepinho: http://www.pepinho.com
La idea de hacer un arroz negro a modo risotto no es mía, la he visto en una colección de cocina de autor que ha quitando “El Pais”. La receta de Santi Santamaría (creo que es de él) es diferente, yo prefiero añadirle un poco de pimiento verde, un chorrito de vino blanco, una nuez de mantequilla y algún cambio más… pero la idea partió de la lectura y aspecto (más blanco) de su receta.
Los arroces siguen siendo uno de mis platos preferidos, por el escaso tiempo del que dispongo al mediodía y su gran variedad de combinaciones.
También soy débil y M es gustosamente mi mano ejecutora (¡qué fácil es culpar a los demás!). No soporto las colecciones dominicales, hasta que haya una que me interese, claro. Hace tiempo que no las compro, llega con que M me pregunte: “te interesa la colección de….” y el lunes ya estará encargada a Nico, que se la deja llevar sin haber comprado el periódico. El primer fascículo lo publican los domingos a precio bajo, el resto semanalmente para que te veas obligado a comprar el periódico.
A la última colección de Frank Sinatra le he tenido que decir “no” de modo definitivo (“he tenido que…”, ¡ni que fuese un calvario!). Libros y más libros, colecciones que contienen textos y letras a las que sí he sucumbido como cualquier mortal. Una de las últimas, la de “Cocina con firma”, Adriá, Berasategui, Subijana,… ¡y quién no lo haría! Atrás quedan muchas grandes obras de la literatura (¡grandiosas!), colección de novela negra (D. Hammet, Poe, Doyle, …), clásicos de aventuras (¡La isla del tesoro!), novela histórica y una largo etcétera. Por no hablar de las colecciones en DVD (clásicos del cine, Almodóvar,…), relatos breves,… Para mi gusto, uno de los principales inconvenientes de este modo de comprar es perderse el agradable proceso de hojear libros en la librería, seleccionar y elegir.
Hace años mis estanterías estaban rebosantes de primeros fascículos, dos al precio de uno o uno a la mitad de precio. Las primeras dos entregas de una colección de Humphrey Bogart, de Marilyn Monroe, lo mejor de… todavía en VHS. Los muy pillos, además, tienen sus estratégicas, como numerar las entregas o emplear diseños que “obligan” a que compres aquellos ejemplares que menos podrían interesarte. La fiebre de los coleccionables ya está parcialmente superada, que yo sepa, ahora sólo está M completando una colección de cuentos infantiles. ¿Para quién?, me pregunto.
Ingredientes
Si son pequeñas pueden sofreírse con las tripas y la tinta, tendrán más sabor y estarán más jugosas. Así no será necesario añadir tinta más tarde. Retiramos los chopos del aceite y reservamos en un plato.
(2) Picamos fina la cebolla, el pimiento verde y el diente de ajo. Los pochamos en el aceite de los chopos, a fuego medio, hasta que esté dorado y transparente. Subimos el fuego y añadimos el arroz, sofriéndolo un poco para que coja cierto tono. Añadimos las sepias y el vino. Dejamos reducir el vino y salamos ligeramente, sólo un poco, para evitar que quede salado (los cefalópodos acostumbran a necesitar muy poca sal), al final rectificaremos si fuese necesario.
(3) Ahora procederemos como con un risotto. Añadimos un poco de caldo y la tinta si no hemos dejado la tinta a los chopos. Si se deja la tinta con los chopitos, ésta se irá soltando poco a poco a medida que se vaya haciendo la cocción y oscureciendo el arroz.
Vamos dejando que se evapore el caldo, cuando se haya evaporado añadimos medio cucharón. Procederemos así hasta que esté “al dente”, añadiendo el caldo poco a poco a medida que se vaya evaporando.
Una vez esté hecho retiramos del fuego, salpimentamos y añadimos la mantequilla. Emplatamos y, si lo deseamos, vertemos un chorrito de nata o aceite sobre el arroz. Podemos espolvorear con cebollino picado o usar aceite de cebollino.
Black is black.
Si nos olvidamos de la estética y el black power, estoy hablando de un riquísimo arroz cuyo único inconveniente es estético. ¡Maldita estética!, se come con los ojos. Tenía tinta natural congelada de un chopo que había preparado hacía tiempo, y ya se sabe, lo natural (o real) siempre es más auténtico (o negro) ;-) Le he echado media “bolsita” semisólida y ha quedado negro, muy negro, y rico, muy rico. Lo acostumbraba a hacer con unas bolsitas plásticas pequeñitas que venden en la sección de congelados, más insípidas e incoloras.
Siempre puedes ver ésta y otras recetas similares en el blog de pepinho: http://www.pepinho.com
La idea de hacer un arroz negro a modo risotto no es mía, la he visto en una colección de cocina de autor que ha quitando “El Pais”. La receta de Santi Santamaría (creo que es de él) es diferente, yo prefiero añadirle un poco de pimiento verde, un chorrito de vino blanco, una nuez de mantequilla y algún cambio más… pero la idea partió de la lectura y aspecto (más blanco) de su receta.
Los arroces siguen siendo uno de mis platos preferidos, por el escaso tiempo del que dispongo al mediodía y su gran variedad de combinaciones.
También soy débil y M es gustosamente mi mano ejecutora (¡qué fácil es culpar a los demás!). No soporto las colecciones dominicales, hasta que haya una que me interese, claro. Hace tiempo que no las compro, llega con que M me pregunte: “te interesa la colección de….” y el lunes ya estará encargada a Nico, que se la deja llevar sin haber comprado el periódico. El primer fascículo lo publican los domingos a precio bajo, el resto semanalmente para que te veas obligado a comprar el periódico.
A la última colección de Frank Sinatra le he tenido que decir “no” de modo definitivo (“he tenido que…”, ¡ni que fuese un calvario!). Libros y más libros, colecciones que contienen textos y letras a las que sí he sucumbido como cualquier mortal. Una de las últimas, la de “Cocina con firma”, Adriá, Berasategui, Subijana,… ¡y quién no lo haría! Atrás quedan muchas grandes obras de la literatura (¡grandiosas!), colección de novela negra (D. Hammet, Poe, Doyle, …), clásicos de aventuras (¡La isla del tesoro!), novela histórica y una largo etcétera. Por no hablar de las colecciones en DVD (clásicos del cine, Almodóvar,…), relatos breves,… Para mi gusto, uno de los principales inconvenientes de este modo de comprar es perderse el agradable proceso de hojear libros en la librería, seleccionar y elegir.
Hace años mis estanterías estaban rebosantes de primeros fascículos, dos al precio de uno o uno a la mitad de precio. Las primeras dos entregas de una colección de Humphrey Bogart, de Marilyn Monroe, lo mejor de… todavía en VHS. Los muy pillos, además, tienen sus estratégicas, como numerar las entregas o emplear diseños que “obligan” a que compres aquellos ejemplares que menos podrían interesarte. La fiebre de los coleccionables ya está parcialmente superada, que yo sepa, ahora sólo está M completando una colección de cuentos infantiles. ¿Para quién?, me pregunto.
Ingredientes
- Unas 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- 4-5 mini chopos (jibia o sepia).
- Medio vaso de arroz de risotto (bomba o de Calasparra). Unos 70 gr.
- 2 chalotas o ½ cebolla picada fina.
- ¼ de pimiento verde troceado fino.
- 1 diente de ajo pequeño.
- ¼ de vaso de vino blanco de calidad.
- Tinta de calamar, media bolsita.
- 4 vasos de caldo de verduras. Sobrará, pero nos “curaremos en salud”.
- Dos nueces de mantequilla.
- Opcional, un chorrito de nata o aceite para servir.
- Sal y pimienta.
Si son pequeñas pueden sofreírse con las tripas y la tinta, tendrán más sabor y estarán más jugosas. Así no será necesario añadir tinta más tarde. Retiramos los chopos del aceite y reservamos en un plato.
(2) Picamos fina la cebolla, el pimiento verde y el diente de ajo. Los pochamos en el aceite de los chopos, a fuego medio, hasta que esté dorado y transparente. Subimos el fuego y añadimos el arroz, sofriéndolo un poco para que coja cierto tono. Añadimos las sepias y el vino. Dejamos reducir el vino y salamos ligeramente, sólo un poco, para evitar que quede salado (los cefalópodos acostumbran a necesitar muy poca sal), al final rectificaremos si fuese necesario.
(3) Ahora procederemos como con un risotto. Añadimos un poco de caldo y la tinta si no hemos dejado la tinta a los chopos. Si se deja la tinta con los chopitos, ésta se irá soltando poco a poco a medida que se vaya haciendo la cocción y oscureciendo el arroz.
Vamos dejando que se evapore el caldo, cuando se haya evaporado añadimos medio cucharón. Procederemos así hasta que esté “al dente”, añadiendo el caldo poco a poco a medida que se vaya evaporando.
Una vez esté hecho retiramos del fuego, salpimentamos y añadimos la mantequilla. Emplatamos y, si lo deseamos, vertemos un chorrito de nata o aceite sobre el arroz. Podemos espolvorear con cebollino picado o usar aceite de cebollino.
Black is black.
uy que negro pero black power arriba...unes dos cosas que me encantan, bueno tres, risotto, calamar y tinta, y lo haces de modo tan especial que a lo mejor hoy me llevo todo negro.Ultimamente me ha dado la fiebre de ese color en salado, tallarines di sepia, pasta al nero di sepia como lo llaman, en todos sus faceta.Me apasiona el sabor de mar sutil del negro y en un risotto todo cremoso, todo suave...me dejas KO...como me deja la idea tuya de M haciendo un coleccionable infantil.Es un pregunta con segundas?o ya sabes la respuesta?la respuesta de un arroz muy muy negro (llueve ahí quizas?)
ResponderEliminarMe encanta este arroz. Yo soy muy arrocera, en todas sus versiones me gusta, tanto frío como caliente.
ResponderEliminarHace poco compré en el Hipercor una caja de Sandro Dessi para hacer una fideuá negra. Me han dicho que me espere. ......No sé a qué.
Te acompaño en esto también.
Berta
Muy rico,lo hacemos parecido por estos lares.Bueno el arroz aqui creo que con todo..:-)
ResponderEliminar¿Los cuentos son solo para niños?Yo creía que era una de las cosas como las manzanas de caramelo que podemos seguir disfrutando de "Grandes"..pero bueno te habla una niña encerrada en el cuerpo de una mujer ;-).
Me entristeze pensar que dejemos de disfrutar de cosas porque son "inapropiadas" para la edad.
Gracias por compartir,un beso.
Los arroces y la pasta me encantan. Los arroces cremosos y la pasta “al dente”. Unos tallarines frescos (y negros) amasados con tinta tampoco sería un mal acompañamiento para las sepias.
ResponderEliminarLos cuentos son una directa, muy directa. Uno lo ha regalado, el otro nos (se) lo hemos quedado. Por si acaso…
No tengo la suerte de encontrar lo que deseo. Siempre que voy al rincón del Gourmet no tienen lo que busco (sémola de trigo para pasta, tahini,…). Mala suerte.
No es que sean “para niños”, con cuentos escritos en el idioma de los niños, dibujos sin casi texto y monosílabos por doquier. Los cuentos son eternos, y más si son de H C Andersen.
Besos.