Crónica de una muerte anunciada
Si la memoria no me falla, y no lo hará porque sólo han pasado unos días, es una de esas riquísimas tartas de chocolate (aunque con cacao) y algún sabor que le dé contraste: la naranja y el licor. Para este tipo de tartas tengo mi molde especial de 20x20, el molde de brownies. Hasta había pensado en llamarle brownie de naranja…, porque además lleva nueces en la cobertura.
A M le ha resultado muy adictivo. Me decía: “córtame un trocito” y acababa tomándose más de dos, con esos recortes que vamos haciendo cuando queremos parar pero no sabemos cómo. Empezamos por una esquina, hacemos un corte mayor “para igualar” ;-) y seguimos hasta que cuando nos hemos dado cuenta queda menos de la mitad.
Le he puesto el “Grand” licor de naranja, en la cobertura y en un jarabe que he hecho para mojarla, para que además de esponjosa resultase muy húmeda, casi mojada, sin tener que tomarla a cucharadas como me ha pasado otras veces. Quizás tampoco le vendría mal echarle un poco de licor en la masa principal, pero como le he añadido un poco al jarabe he pensado que sería más que suficiente. La cobertura es para disfrutarla y, como había sugerido en un pastel de Coca Cola, le he puesto unas nueces troceadas. En palabras de M: “estas coberturas te salen de muerte, recuerdo una que hiciste con un tono amarillo”, se refería a una cobertura de vainilla que preparé para otro pastel de chocolate.
No tengo demasiada fuerza para hablar, sólo lo justo para que ayude a identificar el postre o cómo adaptarlo. Los tiempos están cambiando.
La mía. Por una parte será mejor que esté lejos del blog durante el fin de semana, aunque sea en casa de la suegra, porque mis comentarios podrían ser demasiado desesperados. ¿Cómo decir las cosas y desahogarme sin decirlas?
La noche del jueves al viernes no dormí nada, como mucho los últimos minutos antes de levantarme. Siempre me pasa así, toda la noche mirando el reloj y cuando empiezo a adormecerme ya tengo que estar a pie. Por la noche todo se agranda, los problemas son catástrofes y las catástrofes... Por la mañana, a la luz del sol, se ve de otro modo. Hoy no hacía sol y, cansado como estaba, todo seguía igual, casi igual.
Esa canción que sonaba en el coche (he intentado recordar “mis LP” de “aquel tiempo pasado fue mejor”, grabándolos uno a uno en formato mp3), “Baby can I hold you”, me ha hecho llorar. Sabía por qué lloraba, porque era la crónica de una muerte anunciada. La mía. Cometerás el mayor error de tu vida, a sabiendas, lo darás todo y lo perderás porque no te será devuelto, ni un simple “gracias”. Adiós a las carreras, al poco tiempo que tenías, a tu independencia, a tu vida… La mía.
“Sorry, is all that you can't say/years gone by and still/words don't come easily/like sorry, like sorry”.
(…) Ya es sábado, esta noche no ha sido mejor. Las horas de sueño se acumulan y suavemente me agotan y destrozan la moral. Te he dado lo que me quedaba, mi vida, ya no tengo nada. Mi tiempo lo perdí hace unos años, la opinión y decisión hace más. Ahora pediré permiso para respirar.
No hay nada que puedas devolverme, nada. Cierto es que no he pedido nada a cambio, pero tampoco tenía otro remedio. Tarde o temprano había que tomar decisiones que yo ya había tomado, ¿qué es decidirse? ¿Qué me has dado? ¿Una bolsa de gominolas compradas a la hora del café en el quiosco de Nico? ¿Acompañarme alguna vez al cine? ¿Prohibirme hacer deporte? Nada en comparación con una vida. Una muerte anunciada.
Ya estoy en la casa de la S. La sensación de aislamiento es, si cabe, todavía más pronunciada aquí. Hasta tal punto que puedo permitirme escribir estas palabras en la soledad de una habitación mientras otr@s hablan de economía familiar, de prendas (infantiles), de puntillas y otro tipo de labores ociosas domésticas, exceptuando la cocina, por supuesto. Aquí ya todo da igual, mi presencia no se demanda, sólo para realizar visitas a amigos y/o familiares. “¡Qué pensarían!”, dicen, que piensen lo que les dé la gana, bueno es si tienen libertad para pensar.
Sin haber leído la/s respuesta/s a mi último mensaje de el blog (¡sobre el egoísmo!), apostaría a que se ha llenado de respuestas de personas que se han sentido ofendidas con mi comentario, o por lo menos, de esa gran mayoría (lo sé) que piensa de modo diferente. Si ese comentario ha podido herir susceptibilidades, más lo hará esta breve reflexión fruto del agotamiento y del sueño.
Cualquier punto de vista parte de unas premisas que le dan una visión particular. Son esas premisas las que deben cuestionarse. Estoy seguro que una reflexión posterior me llevaría a resultados totalmente opuestos; las condiciones base, de pensamiento y ánimo me llevarían por otro camino. Seré duro y cruel como nunca lo he sido. No nos engañemos a nosotros mismos, muy pocos se tirarían al abismo por generosidad, ¡somos humanos!, llamemos a las cosas por su nombre. Es humano desear la propia supervivencia, de ejemplos está llena la Historia.
Lo escrito, escrito estará y no habrá motivo para desmentirlo, aunque dentro de cierto tiempo pueda pensar de modo diferente. Mañana mismo, quizás.
Está muy extendida la opinión de los que piensan que ser madre/padre es uno de los mayores actos de altruismo y generosidad que existen. Estos días no he podido dejar de pensar lo contrario, que es el mayor acto de egoísmo y narcisismo que puede hacer el ser humano. Para tener hijos deben darse varias circunstancias; una de ellas, y la principal, es ¡desear tenerlos! El anhelo y deseo de conseguirlo no creo que deba ser considerado como altruista y sí con una pequeña dosis de egoísmo. Se piensa en uno mismo, en lo feliz que nos hará el nacimiento de la criatura, sin pensar en el propio hijo. Tema aparte es que, además de egoísmo, se demuestra cierta dosis de inconsciencia propia de la juventud, sin pensar en el día después.
¿Cuál es el objeto? ¿Dar vida para rendirnos a ella y ceder la propia o buscar la felicidad por el hecho de darla? Pienso que más lo segundo.
Hay padres que llevan el egoísmo a niveles extremos. No se conforman con sacar al mundo una vida que no se le ha pedido (como la mía), además, trasladan todas sus frustraciones y deseos a los hijos, una forma de alcanzar la vida eterna. Ésos no toleran que sus hijos puedan pensar de un modo diferente, que sigan su propio camino (totalmente distinto al que “ellos tenían preparado para sus hijos”) y sus deseos no van mucho más allá de que sus hijos sean meras “copias” ideológicas, de forma de ser y actuar que las suyas. “¡Tenía tantos planes para mi hijo!”, “¡mira cómo me ha salido!”, frases hechas que no denotan más que EGOÍSMO y un intento de continuación de su extirpe, si se me permite emplear esta expresión. No es lo mismo educar que adoctrinar.
Una confesión que por justicia no debería hacer. Antes de casarme conviví con M, cosa que veíamos lógico (los dos trabajábamos en Santiago y deseábamos estar juntos). Mis padres lo sabían y no les importaba, por lo menos nunca dijeron lo contrario. Un día pasó lo que tenía que pasar, que sus padres se enteraron de la convivencia. Recuerdo ese día como si hubiese sido hoy mismo, creo que nunca he llorado tanto ante ellos como esas horas, llegué a decirme: “Pepe, vete de aquí definitivamente”, me falto un empujoncito. Ese día oí cosas como “nuestra hija no era así”, “nos habéis dado la mayor desilusión que podíais habernos dado en la vida”, “qué pensarán”… y frases mucho más crueles que no mencionaré. Todas las palabras denotaban un egoísmo y una atracción por la propiedad exagerada, como si su hija no pudiese tener opinión ni vida propia, como si quisieran únicamente (y ése era el único modo) que ella viviese como ellos querían que lo hiciese. Por otro lado estaba otro de los comportamientos que menos soporto, actuar para los demás, para una galería, como si quisieran “presumir” de hija.
Recuerdo que cuando mi hermano Martín era pequeño mi madre estaba ilusionada con que fuese a clases de baile (gallego) y música. A sus 8-10 años, Martín odiaba el baile, odiaba ponerse esas mallas y ridículas zapatillas, decía él. Las tardes de los sábados las recuerdo con largas discusiones: “vas porque lo digo yo”, “mamá, no me gusta ir a clases de baile”… Mamá, a mí sí me gustaría y si en vez de hacer que Martín pintase en mi teclado las notas a rotulador, mejor hubiese sido que me (y le) preguntases si quería ir. Poco duró, en baile estuvo algún tiempo, en música unas horas.
No soporto cuando dos padres se cruzan por la calle e intercambian (fusilan) las bondades profesionales de sus hijos: “pues mi hijo está…”, “el mío se ha ido a…”, “Pues el mío…” ¡Horror! Cuánto me gustaría que algún día un padre o madre dijese: “pues el mío es homosexual, no gana mucho dinero, tiene una pareja 10 años mayor que él… pero es muy feliz”. Más que nada para romper con esos tabúes que destrozan esta sociedad de envidias, competencias y ambiciones insanas.
No es blanco ni negro. Lo he pintado negro porque estoy cansado de oír esas alabanzas hacia lo bueno y generoso que se es por ser padre/madre. Algunos diréis, “¡pero si vivo para ellos!”, sólo faltaría, diría yo. Vosotros decidisteis sobre su vida y tendréis que vivir con ello, son sangre de vuestra sangre (real o figuradamente). Una vida no es un producto “retornable”, al devolver el casco no te devuelven el dinero… ni el tiempo.
Ingredientes
(2) Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego muy bajo, añadimos el cacao y un chorrito de zumo de naranja, calentamos a fuego bajo hasta que se haya disuelto. Dejamos enfriar un poco y vertemos sobre la mezcla de harina, batiendo hasta que no tenga grumos y forme una pasta homogénea. Opcionalmente, podemos añadirle un chorrito de Grand Marnier; esta vez no le he echado.
(3) Cubrimos un molde de 20x20 con papel de hornear, de modo que sobrepase unos centímetros por los bordes. La tarta crece bastante, por lo que hay que prevenir que se derrame. Engrasamos y enharinamos el molde, vertemos la masa y horneamos durante unos 20-30 minutos, hasta que esté hecho pero ligeramente húmedo. Lo justo para que no esté deshecho y al pinchar con una brocheta la masa no se adhiera, no quede demasiado hecho. Una vez fuera del horno lo ponemos en un baño de agua fría para que no siga cociéndose. Dejamos templar mientras preparamos la cobertura. Y mojamos con el jarabe antes cubrir.
Jarabe para empapar la tarta
Justo antes de poner la cobertura, empapamos la tarta lo suficiente, sobre todo por los laterales que es en dónde tiende a cocerse más. Así resultará mucho más jugoso.
Cobertura de cacao al Grand Marnier©
Cubrimos de inmediato e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir, mejor de un día para otro (o dos). Delicioso y jugoso.
Y pido perdón por haberos ofendido…
Amén.
Si la memoria no me falla, y no lo hará porque sólo han pasado unos días, es una de esas riquísimas tartas de chocolate (aunque con cacao) y algún sabor que le dé contraste: la naranja y el licor. Para este tipo de tartas tengo mi molde especial de 20x20, el molde de brownies. Hasta había pensado en llamarle brownie de naranja…, porque además lleva nueces en la cobertura.
A M le ha resultado muy adictivo. Me decía: “córtame un trocito” y acababa tomándose más de dos, con esos recortes que vamos haciendo cuando queremos parar pero no sabemos cómo. Empezamos por una esquina, hacemos un corte mayor “para igualar” ;-) y seguimos hasta que cuando nos hemos dado cuenta queda menos de la mitad.
Le he puesto el “Grand” licor de naranja, en la cobertura y en un jarabe que he hecho para mojarla, para que además de esponjosa resultase muy húmeda, casi mojada, sin tener que tomarla a cucharadas como me ha pasado otras veces. Quizás tampoco le vendría mal echarle un poco de licor en la masa principal, pero como le he añadido un poco al jarabe he pensado que sería más que suficiente. La cobertura es para disfrutarla y, como había sugerido en un pastel de Coca Cola, le he puesto unas nueces troceadas. En palabras de M: “estas coberturas te salen de muerte, recuerdo una que hiciste con un tono amarillo”, se refería a una cobertura de vainilla que preparé para otro pastel de chocolate.
No tengo demasiada fuerza para hablar, sólo lo justo para que ayude a identificar el postre o cómo adaptarlo. Los tiempos están cambiando.
La mía. Por una parte será mejor que esté lejos del blog durante el fin de semana, aunque sea en casa de la suegra, porque mis comentarios podrían ser demasiado desesperados. ¿Cómo decir las cosas y desahogarme sin decirlas?
La noche del jueves al viernes no dormí nada, como mucho los últimos minutos antes de levantarme. Siempre me pasa así, toda la noche mirando el reloj y cuando empiezo a adormecerme ya tengo que estar a pie. Por la noche todo se agranda, los problemas son catástrofes y las catástrofes... Por la mañana, a la luz del sol, se ve de otro modo. Hoy no hacía sol y, cansado como estaba, todo seguía igual, casi igual.
Esa canción que sonaba en el coche (he intentado recordar “mis LP” de “aquel tiempo pasado fue mejor”, grabándolos uno a uno en formato mp3), “Baby can I hold you”, me ha hecho llorar. Sabía por qué lloraba, porque era la crónica de una muerte anunciada. La mía. Cometerás el mayor error de tu vida, a sabiendas, lo darás todo y lo perderás porque no te será devuelto, ni un simple “gracias”. Adiós a las carreras, al poco tiempo que tenías, a tu independencia, a tu vida… La mía.
“Sorry, is all that you can't say/years gone by and still/words don't come easily/like sorry, like sorry”.
(…) Ya es sábado, esta noche no ha sido mejor. Las horas de sueño se acumulan y suavemente me agotan y destrozan la moral. Te he dado lo que me quedaba, mi vida, ya no tengo nada. Mi tiempo lo perdí hace unos años, la opinión y decisión hace más. Ahora pediré permiso para respirar.
No hay nada que puedas devolverme, nada. Cierto es que no he pedido nada a cambio, pero tampoco tenía otro remedio. Tarde o temprano había que tomar decisiones que yo ya había tomado, ¿qué es decidirse? ¿Qué me has dado? ¿Una bolsa de gominolas compradas a la hora del café en el quiosco de Nico? ¿Acompañarme alguna vez al cine? ¿Prohibirme hacer deporte? Nada en comparación con una vida. Una muerte anunciada.
Ya estoy en la casa de la S. La sensación de aislamiento es, si cabe, todavía más pronunciada aquí. Hasta tal punto que puedo permitirme escribir estas palabras en la soledad de una habitación mientras otr@s hablan de economía familiar, de prendas (infantiles), de puntillas y otro tipo de labores ociosas domésticas, exceptuando la cocina, por supuesto. Aquí ya todo da igual, mi presencia no se demanda, sólo para realizar visitas a amigos y/o familiares. “¡Qué pensarían!”, dicen, que piensen lo que les dé la gana, bueno es si tienen libertad para pensar.
Sin haber leído la/s respuesta/s a mi último mensaje de el blog (¡sobre el egoísmo!), apostaría a que se ha llenado de respuestas de personas que se han sentido ofendidas con mi comentario, o por lo menos, de esa gran mayoría (lo sé) que piensa de modo diferente. Si ese comentario ha podido herir susceptibilidades, más lo hará esta breve reflexión fruto del agotamiento y del sueño.
Cualquier punto de vista parte de unas premisas que le dan una visión particular. Son esas premisas las que deben cuestionarse. Estoy seguro que una reflexión posterior me llevaría a resultados totalmente opuestos; las condiciones base, de pensamiento y ánimo me llevarían por otro camino. Seré duro y cruel como nunca lo he sido. No nos engañemos a nosotros mismos, muy pocos se tirarían al abismo por generosidad, ¡somos humanos!, llamemos a las cosas por su nombre. Es humano desear la propia supervivencia, de ejemplos está llena la Historia.
Lo escrito, escrito estará y no habrá motivo para desmentirlo, aunque dentro de cierto tiempo pueda pensar de modo diferente. Mañana mismo, quizás.
Está muy extendida la opinión de los que piensan que ser madre/padre es uno de los mayores actos de altruismo y generosidad que existen. Estos días no he podido dejar de pensar lo contrario, que es el mayor acto de egoísmo y narcisismo que puede hacer el ser humano. Para tener hijos deben darse varias circunstancias; una de ellas, y la principal, es ¡desear tenerlos! El anhelo y deseo de conseguirlo no creo que deba ser considerado como altruista y sí con una pequeña dosis de egoísmo. Se piensa en uno mismo, en lo feliz que nos hará el nacimiento de la criatura, sin pensar en el propio hijo. Tema aparte es que, además de egoísmo, se demuestra cierta dosis de inconsciencia propia de la juventud, sin pensar en el día después.
¿Cuál es el objeto? ¿Dar vida para rendirnos a ella y ceder la propia o buscar la felicidad por el hecho de darla? Pienso que más lo segundo.
Hay padres que llevan el egoísmo a niveles extremos. No se conforman con sacar al mundo una vida que no se le ha pedido (como la mía), además, trasladan todas sus frustraciones y deseos a los hijos, una forma de alcanzar la vida eterna. Ésos no toleran que sus hijos puedan pensar de un modo diferente, que sigan su propio camino (totalmente distinto al que “ellos tenían preparado para sus hijos”) y sus deseos no van mucho más allá de que sus hijos sean meras “copias” ideológicas, de forma de ser y actuar que las suyas. “¡Tenía tantos planes para mi hijo!”, “¡mira cómo me ha salido!”, frases hechas que no denotan más que EGOÍSMO y un intento de continuación de su extirpe, si se me permite emplear esta expresión. No es lo mismo educar que adoctrinar.
Una confesión que por justicia no debería hacer. Antes de casarme conviví con M, cosa que veíamos lógico (los dos trabajábamos en Santiago y deseábamos estar juntos). Mis padres lo sabían y no les importaba, por lo menos nunca dijeron lo contrario. Un día pasó lo que tenía que pasar, que sus padres se enteraron de la convivencia. Recuerdo ese día como si hubiese sido hoy mismo, creo que nunca he llorado tanto ante ellos como esas horas, llegué a decirme: “Pepe, vete de aquí definitivamente”, me falto un empujoncito. Ese día oí cosas como “nuestra hija no era así”, “nos habéis dado la mayor desilusión que podíais habernos dado en la vida”, “qué pensarán”… y frases mucho más crueles que no mencionaré. Todas las palabras denotaban un egoísmo y una atracción por la propiedad exagerada, como si su hija no pudiese tener opinión ni vida propia, como si quisieran únicamente (y ése era el único modo) que ella viviese como ellos querían que lo hiciese. Por otro lado estaba otro de los comportamientos que menos soporto, actuar para los demás, para una galería, como si quisieran “presumir” de hija.
Recuerdo que cuando mi hermano Martín era pequeño mi madre estaba ilusionada con que fuese a clases de baile (gallego) y música. A sus 8-10 años, Martín odiaba el baile, odiaba ponerse esas mallas y ridículas zapatillas, decía él. Las tardes de los sábados las recuerdo con largas discusiones: “vas porque lo digo yo”, “mamá, no me gusta ir a clases de baile”… Mamá, a mí sí me gustaría y si en vez de hacer que Martín pintase en mi teclado las notas a rotulador, mejor hubiese sido que me (y le) preguntases si quería ir. Poco duró, en baile estuvo algún tiempo, en música unas horas.
No soporto cuando dos padres se cruzan por la calle e intercambian (fusilan) las bondades profesionales de sus hijos: “pues mi hijo está…”, “el mío se ha ido a…”, “Pues el mío…” ¡Horror! Cuánto me gustaría que algún día un padre o madre dijese: “pues el mío es homosexual, no gana mucho dinero, tiene una pareja 10 años mayor que él… pero es muy feliz”. Más que nada para romper con esos tabúes que destrozan esta sociedad de envidias, competencias y ambiciones insanas.
No es blanco ni negro. Lo he pintado negro porque estoy cansado de oír esas alabanzas hacia lo bueno y generoso que se es por ser padre/madre. Algunos diréis, “¡pero si vivo para ellos!”, sólo faltaría, diría yo. Vosotros decidisteis sobre su vida y tendréis que vivir con ello, son sangre de vuestra sangre (real o figuradamente). Una vida no es un producto “retornable”, al devolver el casco no te devuelven el dinero… ni el tiempo.
Ingredientes
- 200 gr. azúcar.
- Ralladura de 2 naranjas grandes.
- 125 gr. de harina normal.
- ¾ de cucharilla de bicarbonato.
- ¼ de cucharilla de sal.
- 60 gr. de nata fresca espesa (crème fraîche).
- 1 huego grande.
- 110 gr. de mantequilla.
- 115 ml. de zumo de naranja. (aprox., el zumo de 2 naranjas grandes)
- 15 gr. de cacao puro en polvo.
- 8 gr. de azúcar vainillado (opcional)
- Un chorrito de licor de naranja Grand Marnier© (opcional).
(2) Derretimos la mantequilla en un cazo a fuego muy bajo, añadimos el cacao y un chorrito de zumo de naranja, calentamos a fuego bajo hasta que se haya disuelto. Dejamos enfriar un poco y vertemos sobre la mezcla de harina, batiendo hasta que no tenga grumos y forme una pasta homogénea. Opcionalmente, podemos añadirle un chorrito de Grand Marnier; esta vez no le he echado.
(3) Cubrimos un molde de 20x20 con papel de hornear, de modo que sobrepase unos centímetros por los bordes. La tarta crece bastante, por lo que hay que prevenir que se derrame. Engrasamos y enharinamos el molde, vertemos la masa y horneamos durante unos 20-30 minutos, hasta que esté hecho pero ligeramente húmedo. Lo justo para que no esté deshecho y al pinchar con una brocheta la masa no se adhiera, no quede demasiado hecho. Una vez fuera del horno lo ponemos en un baño de agua fría para que no siga cociéndose. Dejamos templar mientras preparamos la cobertura. Y mojamos con el jarabe antes cubrir.
Jarabe para empapar la tarta
- 110 ml. de agua.
- 80 gr. de azúcar en polvo.
- Un chorrito de licor de naranja Grand Marnier© (opcional).
Justo antes de poner la cobertura, empapamos la tarta lo suficiente, sobre todo por los laterales que es en dónde tiende a cocerse más. Así resultará mucho más jugoso.
Cobertura de cacao al Grand Marnier©
- 250 gr. de azúcar glasé.
- 30 ml. de Coca Cola, leche o zumo de naranja. He usado Coca Cola, me encanta el dulzor.
- 15 ml. de Grand Marnier© (si no se usa, sustitúyase por zumo o leche)
- 55 gr. de mantequilla.
- 5 ml. de extracto de vainilla
- 60 gr. de nueces troceadas.
- 15 gr. de cacao puro en polvo.
Cubrimos de inmediato e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir, mejor de un día para otro (o dos). Delicioso y jugoso.
Y pido perdón por haberos ofendido…
Amén.
Jo! Qué razón tienes, yo he pensado lo mismo miles de veces y creo que no es fruto de un estado de ánimo o de falta de sueño, te lo aseguro.
ResponderEliminarMuac
no creo que tengas que pedir perdon. el blog es tuyo. Y dices lo que piensas. Y si no gusta. Pues que no lean.
ResponderEliminarDel postre no diré nada. No creo que haga falta.
De ti...
Pues me pareces un santo. No si si cuando las cosas se ven mal y el cansancio está por todas partes las cosas se engrandecen demasiado, pero si lo que escribes es cierto, majo lo tuyo es un calvario...
y supongo que lo ultimo que querras hacer es abandonar...
Yo hablo por hablar; nadie me ha quitado aun esa libertad tan anhelada...
Pero el ver/leer/imaginar a una persona llorar de desesperacion...me pone malo...(ojo, por el/ella/ello)...
Sin mas. una opinion.
si ofende yo si que pido perdon...
no es mi blog. es el tuyo.
Hola Pepinho, curiosamente te encontré buscando recetas, ahora sólo te busco a diario para leer tus reflexiones.
ResponderEliminarMe parece poco común tu gran sensibilidad, trato a diario con mucha gente(por mi trabajo), y predomina el egoismo. Tú piensas en los demás, por eso sufres.
No inmagino que problema hay en lo más profundo de ti que te impide ser feliz siendo un tipo tan inteligente, tan culto, tan sensible, tan buen cocinero, tan estudioso, generoso, sano, tolerante, paciente... Si alguien no te ama como eres, es que no te merece.
Me parece muy triste lo que cuentas y a la vez muy valiente. No dejo de pensar en tus palabras y, sinceramente, solo se me ocurre que debes de amar a "M" de una manera tan incondicional que te ha llegado a anular de una extraña manera. De lo contrario, no se me ocurre que te puede tener "atrapado" en una relación tan unilateral. Yo no entiendo demasiado de juicios de valor porque no los practico y no quiero que nadie los practique conmigo. Por la tanto, me parece bien que haya gente que desee tener hijos (por los motivos que sean) pero tambien comprendo a la gente que decide no tenerlos. Pero me voy a mojar y decir que estoy plenamente de acuerdo contigo en que esa obsesión por intentar perpetuarse teniendo descendencia, es una idea antropológicamente ancestral y en cada momento de la historia, el tener hijos, ha tenido una función. Me temo, que la mayoria de las veces, el tener hijos no ha tenido un transfondo emocional o altruista sino obviamente egoista. Los padres tenian hijos para asegurarse que los mantuvieran en la vejez, para que los ayudaran en la economia doméstica, etc... Y en la actualidad, se tienen hijos por motivos menos prácticos tal vez. Pero por desgracia, sí, hay gente que los tiene porque "es el siguiente paso".
ResponderEliminarNo creo que ella renuncie a tener hijos por ti. Casi apostaría a que no entiende ni los motivos que puedas tener para no querer tenerlos (al menos aún). Ella no renunciará a sus deseos. La pregunta es ¿renunciarás tú a los tuyos?
No es un tira y afloja. No es una competición. Simplemente alguien saldrá ganando pero otro perdiendo. Alguien quedará con la sensación de ser quien siempre cede. Y eso es duro, hace daño, va matando el espíritu. Nos convierte en almas solitarias que pierden un poco el rumbo.
Cuando te embarques, no olvides llevar a mano una buena brújula (es una simple metáfora).
No olvides nunca quien eres, no dejes atrás tu vida (TU VIDA), no traiciones tus sueños o metas. Sé siempre tu mismo. Nadie tiene derecho a hacer de ti lo que otros quieren que seas.
Un gran postre, por cierto :)
¿Puedes resolverme una duda? Hoy con respecto a la receta del pastel de chocolate :) Si pongo papel de hornear en el molde hasta que sobresalga un poco por los bordes ¿para qué quiero engrasar el molde? ¿o lo engraso y sobre ello pongo el papel? De eso no me entero... será una vejez prematura ;)
ResponderEliminarSaludos
¡UF! A mí me ha pasado también que el postre ha llegado a quedar en segundo plano y mira que la mezcla del chocolate con la naranja me pierde...
ResponderEliminarEl de los hijos es un tema definitivamente complicado y que da para que corran ríos de tinta. Tan complicado que finalmente la decisión es personal e intransferible para cada persona y para cada pareja. Cada uno tiene sus razones y compulsiones a la hora de decidir tenerlos o no y como la pareja está formada por dos personas, si la otra parte no comparte el deseo de tenerlos o de no tenerlos, las tiranteces al respecto están prácticamente aseguradas.
Como bien dices, a lo largo de la historia las razones que llevaban a la gente a desear tener hijos (cuantos más, mejor) no han parecido muy "generosas" que digamos. Por una parte no había otra forma de evitarlos que la castidad y por la otra, para los pobres eran mano de obra gratis (aunque más bocas que alimentar) y para los ricos una sucesión de su riqueza y su poder. En cualquier caso había que mantener la institución de la familia a cualquier precio, pues en ello se basaba la sociedad.
Por otro lado, como decía alguien en tu anterior artículo, la mayor parte de los problemas y traumas que arrastramos tienen que ver con los padres y la familia (si no, supongo que no existiría una terapia como la de "constelaciones familiares", por ejemplo).
Personalmente a mí me ha resultado bastante costoso trabajarme mis neuras, tanto en tiempo como económicamente y supongo que eso me influye a la hora de no desear ser madre. Pero vuelvo a lo de los instintos, en realidad nunca he querido serlo. Ni siquiera antes de ser consciente del origen familiar de la mayoría de nuestras "taras" psicológicas.
De todos modos, y aunque no te conozco porque te leo desde hace poco y porque una persona no se puede resumir en unos cuantos artículos de un blog, me da la impresión de que el tema fundamental no es el de los hijos, siento como si sólo fuera un síntoma más de algo con lo que me siento indentificada y que he visto en más ocasiones, algo más común de lo que me gustaría.
Me refiero a lo que ocurre cuando quieres tanto, tanto, tanto a alguien que haces cualquier cosa para complacer a esa persona hasta que te das cuenta de que has dado tanto que te has quedado tan vacío que ni siquiera sabes quién eres. Es como si diera igual cuánto dieras porque sientes al otro como un pozo sin fondo. Nada puede satisfacerlo, siempre pide más (o tú sientes o interprestas que quiere más), siempre sigue pidiendo que seas como quiere que seas y no como eres. O al menos tú lo ves así. Y vas haciéndote "cirugías" día tras día hasta que te miras en el espejo y te das cuenta de que no te reconoces, de que no eres feliz, de que ¿es eso en realidad lo que quieres para tu vida?
Es un proceso lento y a veces doloroso. En mi caso somatizado ya hasta un punto en que o lo dejaba o acababa en el hospital. Me agarraba a los escasos momentos felices como excusas para seguir hasta que llegó un momento en que no pude más y ya no hubo marcha atrás. O lo dejaba, o moría en el intento de conservarlo.
No digo que mi caso sea el tuyo, sólo que me puedo sentir identificada de alguna forma por lo que leo entre líneas de lo que nos cuentas.
Tengo tantas cosas en la cabeza que creo que no me expreso con claridad (aparte de tener un complejo de "rara" considerable y de saber que mis teorías casi nunca son bien aceptadas cuando las expongo porque son demasiado extrañas para el público en general, suelo resultar una persona bastante paradójica).
Recuerdo un cuento de Bucay que me pareció magnífico porque ilustraba de una forma muy sencilla lo que intento explicar, el cómo nos vamos cortando trocitos de nosotros mismo para gustar al otro hasta que sólo somos "un muñón sanguinoliento" y del sinsentido que esto supone. Es un poco "gore" pero precisamente por eso resulta tan impactante, gráfico y claro en lo que pretendo transmitir.
http://www.angeldelamor.com.ar/2006/08/00428.html
Y, a riesgo de ser más pesada que una vaca en brazos, pero para compensar un poco el cuento anterior y para recordarme a mí misma lo de siempre ("acéptate, quiérete, etc") y por si a alguien lo pudiera necesitar os dejo aquí otro regalo de Bucay, algo más breve esta vez. (Gracias, pepinhom por la oportunidad de hablar de estas cosas, y perdona por ocupar tanto espacio :S) )
ResponderEliminar"Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la
Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces
encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías
fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En
aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente
mirate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes
marchitarte en tu propia condena..."
¿Quién soy yo para opinar? Sólo una desconocida, tal vez por eso me sea más fácil tomarme la libertad y espero no molestarte al hacerlo…Creo que en las relaciones de pareja siempre hay un@ que cede más que el otr@ ¿significa eso que esa persona quiere más a la otra?...No me importa que cuando vayamos en mi coche quites mi música y pongas una emisora de noticias (aunque yo odie ir en el coche escuchando las noticias), no me importa ver en la tele esa serie que a mí no me gusta (pero que a ti te encanta)…realmente todo esto son tonterías, porque yo soy feliz si tú eres feliz y no me importa ceder. Pero ¿qué pasa si cedo en algo que me hace perder un trocito de mí? ¿qué pasa si sacrifico todo mi tiempo en hacerte feliz pero no dejo tiempo para otras cosas que también me hacen feliz? ¿qué pasa si por ti renuncio a las cosas que me definen, que me hacen ser yo misma? ¿qué pasa si dejo de ser yo para ser sólo una versión de lo que tú quieres?...
ResponderEliminarCada uno vive el amor y lo siente de una manera, desde fuera las cosas se ven diferentes, ayer ví “Rompiendo las olas” y cuando Bess regresa una vez más al barco, consciente de lo que va a suceder, yo no pude contenerme, le grité a la pantalla “¿qué haces? ¿estás loca? No vayas!!!” pero (ilusa de mí) eso no evitó que sucediera lo que tenía que pasar… Creo que tú amas a M como Bess ama a Jan, te admiro por ello y espero que M abra los ojos y sepa apreciarlo.
Tu postre me está diciendo “CÓMEME” y yo que soy débil para estas cosas, no sé decir que no.
Un beso y espero que esta semana salga el sol para ti.
Harry, siento absoluta adicción por tu blog. Cuando te dejo comentarios me inhibo referirme al plano íntimo que comentas, no sé, me da como corte meterme en lo personal. Entiendo que el blog para ti es un diario de emociones, las que te provoca la vida en sus diferentes facetas y las de lo dulce y lo salado.
ResponderEliminarEn esta ocasión sí que te diré que comparto tu criterio en cuanto a la paternidad/maternidad. La sociedad en la que vivimos hace apuesta por formatos clásicos que siguen las doctrinas religiosas. Bautizo, confirmación, comunión, boda, bautizo… Se espera siempre lo mismo. Que las directrices no se rompan, así el modelo social que han elegido para nosotros no tiene peligro de agrietarse. A los que no seguimos lo establecido se nos tiene por raros o marcianos. Gente que vive en pareja, sin contrato, y que, encima, decide no procrear. Oh, y ¿qué va a ser de la humanidad si la mitad siguieran esa estela? Pues nada, que seríamos menos y los papás serían papás y no sólo alimentadores (es duro decirlo así, pero muchos sólo se comportan como si lo fuesen).
Elegir o no ser padre es un ejercicio de responsabilidad duro, por lo menos a mí me lo resultó. Cuando tenía edad para ser mamá, las circunstancias laborales no nos permitían dedicarnos a ese hijo como nos hubiera gustado, a plena dedicación y en total consenso en formas y maneras de educar y criar. Teníamos muchas diferencias en ello y decidimos no ser padres. Cuestión de la que no me arrepiento en absoluto. Entiendo la maternidad como un acto de amor y de responsabilidad. Traes al mundo un ser con todo lo que conlleva. No es un regalito comprado en el ECI. Los colegios están llenos de niños alimentados, vestidos, deseados en su inicio, pero con padres que son incapaces de hacer las tareas de educación y de darles el tiempo que necesitan. Esos niños son frutos de la rutina social, de lo que se espera cuando hombre y mujer conviven, de la norma, de la continuidad de una forma de vida, cada vez más caduca y obsoleta. Y lo peor es que las víctimas son los que no han pedido estar aquí y los frustrados y, en muchos casos, irresponsables son los que los han traído al mundo. ¿Tan difícil resulta hacerse unas preguntas antes de engendrar y reflexionar al respecto? Es tener cuatro conceptos claros, sólo eso: ¿deseamos? ¿necesitamos? ¿estamos preparados para educar? ¿queremos compartir nuestro tiempo de pareja con un hijo? ¿tenemos igual criterio en cuanto a formas de educar y criar?... y así habría unas cuantas preguntas más. Cuando los niños están aquí ya no hay marcha atrás. Cuántas parejas se rompen por cómo conviven con sus hijos, por las interferencias de la familia, de los abuelos, maternos/paternos, ellos dijeron, yo digo, tú dices, él dice… así no hay quien eduque ni viva feliz la infancia o la adolescencia de un hijo.
Tal vez mi visión es un tanto pesimista, pero los ejemplos sociales que vemos alrededor no son para tirar cohetes. Tal vez es que conozco algún que otro psicólogo y me explica de qué están llenas sus consultas: de seres insatisfechos y frustrados por no ser capaces de responder a las responsabilidades que, sin meditar, se han echado encima. Yo no quise ser uno de ellos y entiendo a todos los que sienten igual o parecido. Y que quede claro, los niños siempre me despiertan ternura y una sonrisa. Tal vez por eso, por valorarlos tanto, mi nivel de autoexigencia es tan grande que renuncié a ello.
El postre excelso. Un beso, Harry.
canela
Hola Harry, te diría que buenos dias, aunque hoy sea un poco tarde para eso, tarde porque andan dando las doce en el reloj, tarde, porque ya has vivido media vida desde que escribiste.Anhelo los lunes a primera hora en que veo tu blog.Hoy haces dos cosas que me pierden, una es la tarta de chocolate y grandMarnier (de las que tengo echas en diferentes modalidades mil) y añado otra mas.Otra es ese ponerte con el corazón del reves como el que limpia una funda....Nadie, mas que tu, eres el dueño de tus pensamientos.Podemos acompañarte, podemos lapidarte, podemos ensalzarte y que?te sientes mejor o peor por eso? creo que no.A veces (por experiencia) le cuentas al mundo mil cosas y no te sacias, porque en realidad no se lo estas contando a quien quisieras que lo escuchara.
ResponderEliminarYo tengo dos hijos y jamas me arrepentiré de haberlos tenido, pero es posible que si me arrepienta(hablo en pasado-presente-futuro) de haberselo planteado a su padre.Siempre que convives en pareja, piensas que lo mas fundamental lo conoces, y en realidad conoces que le gusta mas la carne vuelta y vuelta, el chocolate sin frutos secos, el pacharan y no el grand Marnier.Pero lo demas, es un "es posible".La cronica de una muerte anunciada sabe a despedida, de quien?de tí mismo?no lo hagas nunca, jamas tendrás otro compañero mas fiel de camino.Hace dos años tuve esa misma frase clavada en la frente y la veia en todos los sitios.Y me compré un espejo, para descubrir que la que era hacia unos años no era la misma con la que caminaba.Me puse a pensar, noche a noche, hora tras hora de amaneceres imprevistos (como me suena tu frase)y acabe priorizando sobre lo que queria.Ahora, no lo que en su momento fue, no lo que se proyecto para un futuroadosconcasaycoche...ahora mismo incluso, pienso en ello y a veces, como hoy lunes se llena de amargor el cafe con leche.Menos mal que hay pastel de chocolate...harry, menos mal que incluso siempre estando en el filo de la navaja, hay cosas que escribir, gente con la que contar, aunque no te conozcan, como yo...la cronica de una muerte anunciada puede ser el anuncio de una puerta abierta.No soy quien para dar consejos.Solo saludos y abrazos.Los que quieras,...
Hola pepiño(ó pepinho),no te sientas solo y di lo q quieras está es tu casa y los demas somos simples invitados ó incluso intrusos,por lo que al q no le guste ya sabe...Pero quería decirte q la situacion en casa de los suegros es una copia de la mia,jajaja,despues de 21 años sigo siendo la intrusa q les quito a su hijo,pero en mi caso mi marido intenta q no me sienta sola cuando estoy alli,y la verdad es q siempre digo,si no me tienen pq querer si yo tampoco los quiero a ellos,solo intento q me dejen vivir en paz y a mi manera pq si yo no me meto en su vida pq ellos si,pues lo he conseguido aunque lo intentan no se les permite entrar en nuestras vidas.Respecto a los hijos tengo 2 y sin embargo estoy deacuerdo contigo en un 100%,la gente quiere q sus hijos sean abogados ,medicos,catedraticos....yo solo quiero q sean Felices y buenas personas,aunque se dediquen a limpiar casas,escaleras ó lo q ellas quieran.Es lo q realmente me preocupa,pero una cosa si,soy su madre (y lo siento por si alguien se ofende)no su amiga,pq si fuera su amiga las dejaria huerfanas de madre y eso no puede ser,se puede tener una relacion abierta y tener mucha complicidad y q nos cuenten sus secretos,pero no se puede olvidar quien es quien y no por un tema de autoridad sino por responsabilidad.Trabaje durante algun tiempo en una guarderia y puedo decirte q el desencanto con los padres fue bestial,en otro momento te contaré pero en ello me baso para decirte q tienes razon en muchas cosas q dices.Bueno ya me enrolle bastante un Biquiño muy muy fuerte para animarte y q elijas el camino que elijas es tu decisión y tu vida.Gracias por la receta pero mas por tus reflexiones,tb a los demas nos haces reflexionar.RI.desde las preciosas Rias Baixas
ResponderEliminarLlevo tiempo leyendote. Al principio buscando tus recetas, ahora ya me he hecho adicta a tu blog y leo todo, las recetas y las reflexiones.
ResponderEliminarHace bastante que no te "leo" feliz. No se que te pasa. Creo que tu si lo sabes. Te das cuenta de que M no ye quiere. O que tu aportas mucho mas a esa relacion y no eres capaz de ponerle fin a esto. Eres absolutamente dependiente de ella. ¿Te da miedo quedarte solo? ¿Te da miedo empezar de nuevo? ¿Acaso no quieres ser feliz? ¿Que te pasa?!!!!
Llevo bastante tiempo leyendo tu blog, pepiño. Primero, por esas estupendas fotografías, las mejores que he visto en cualquier otro blog de cocina. Y luego, por los pensamientos... como todos los q te leemos.
ResponderEliminarNo quiero entrar en el debate de ser padres o no, pero sí decir q estoy totalmente de acuerdo contigo, un niño no es algo 'que haya q hacer para ser aceptado en la sociedad como pareja/matrimonio q cumple con las expectativas'... y ya he dicho más de lo q quería.
Hoy, la primera vez q escribo aquí, quiero pedirte q reflexiones sobre tu situación personal. Me siento muy identificada con ella, pero desde el lado de "M". Llevo 4 años con "J", la primera persona q me ha querido (y espero la definitiva), el único q me ha hecho feliz plenamente... pero mis padres lo único q han visto ha sido una persona q no merece a su hija. En ningún momento me han preguntado si soy feliz. Pero yo he seguido adelante, en contra de mi familia, porq él me ayuda a ser yo, y mis padres no. No sé si me explico, es algo q han dicho ya aquí. Es como si "M" quisiera hacer de ti alguien al q su entorno pueda aceptar... y tú te dejas. No dejes de ser tú, no renuncies a todo, no quieras ser esa persona q quiere "M" q seas... hazlo por todos los q luchamos por ser aceptados... En una relación siempre hay q ceder, pero unas veces le toca a uno y otras a otro... no siempre al mismo. No renuncies a ser tú...
Biquiños desde as rías baixas!!
Qué difícil situación. Será que yo soy la que, creo más aporta en mi relación, que te comprendo. Yo he hecho y dejado de hacer muchísimas cosas por amor a C. Una de ellas es mi hijo. Nunca sentí esa llamada ni ese reloj, pero sí sabía que C era lo que más quería en el mundo (tal vez para hacer con él lo que nunca hicieron con él mismo). Lo hice,casi me cuesta la vida en ello. Y hoy te digo que es algo maravilloso, sí, saber que tienes una personita que quiere y busca tu consejo, que quiere que te alegres con lo que a él le alegra y que te pongas triste cuando él lo está.
ResponderEliminarEs cierto que he sacrificado tal vez mi vida por él. he dejado de hacer lo que me gustaba, he tenido que aguantar hasta la saciedad a la familia política, pero lo he hecho por amor. Y cuando uno ama sabe que no siempre se le reconocerá ese amor, que nadie se preocupará si estoy bien, si lo que hago me satisface, pero piensan que no me pueden dar mejor vida.
Yo, sólo te puedo decir que sigas corriendo, que sigas yendo al cine, que escuches la música que te gusta. Yo he tardado casi 9 años en recuperar aquéllo perdido por amor. Suerte que estoy aquí, podía estar mucho peor. Pero los que siempre hemos hecho lo que los demás querían por no herirlos, somos unos eternos sufridores, incomprendidos e infravalorados, y que cuando queremos hablar de ello nos dicen que somos protestones, incorfomistas y mucho más.
Animo, la vida es muy bonita. Tal vez es una etapa. Unete a otros que estamos en una situación parecida, que queremos ser egoístas y se nos critica por eso, que tenemos que aguantar a diario el juicio de nuestro entorno.
Hoy no tomo pastel. He decidido que tengo que volver a mi estado físico de hace 9 años. No me voy a conceder ni un capricho más.
Nadie se lo cree. Lo he dicho tantas veces. Me toman por un caso sin solucción. No les voy a dejar que ganen nunca más. Ahora lo voy a conseguir. Me lo merezco. Merezco ser feliz y volver a ser YO.
Besos.
¿Has ido a la nueva tienda de chocolates que hay en Rosalía de Castro?. Nunca nos encontramos;;;;
Berta
yo tambien he llorado con esa cancion de Tracy Chapman.
ResponderEliminarYa te he dado las gracias por tu generosidad en compartir tus increibles recetas, incluidas las fotos. A eso si me habia atrevido pero no a "opinar" sobre tu vida, tu relacion con M. Si voy a hacerlo ahora es porque tu historia me recuerda montones a otra que me contaron, otra localización, otra música pero... parecidisimo guión. El "prota" de mi historia, aguantó y aguanto,debia quererla muchisimo o... yo no se que. Ella queria un hijo, el no, en eso no cedió y....fue ella la que en el momento mas inesperado dijo: fin! y aquel hombre se quebró en mil pedazos.
Espero de todo corazon que tu historia discurra por otros caminos y que puedas seguir integro.
Ahh en "mi" historia yo soy la que se encontró al hombre de los mil pedazos, pero... esa es otra historia.
Por cierto este fin de semana hice una tarta de chocolate y naranja, sin grand marnier(no habia visto tu receta)y debe ser basico, lo digo porque dos amigos que la comieron ( es que no se puede llegar a ciertas edades, los niveles de "sinceridad" son brutales), dicen: esta muy rica pero... un poco seca; pàsanos el whisky y... literalmente la emborracharon,vamos... nadaba en el plato. Como veras los niveles de exquisitez, fluctuan mucho.Es una tontada pero era para animarte un poquito.
un beso
Buufff, me he dado una vuelta hasta que esta apetitosa tarta me ha llamado la atención... qué buena debe estar!!! Gracias por la receta.
ResponderEliminarEn cuanto a tu reflexión sobre los hijos, hace muchos años que pienso que criarlos es algo para lo que muy poca gente está dotada y que, sin embargo, se tienen por defecto. Gracias por elevar un pensamiento intimo (por socialmente reprimido) a un estado de opinión.
Saludos.
El postre, como de costumbre, apetecible elevado al máximo exponente.
ResponderEliminarEn cuanto a tus reflexiones, es la segunda vez que "me inmiscuyo en tu vida"´; en esta ocasión para contarte que yo tengo dos hijos porque M y Yo quisimos y aún así... por ellos discutimos (siempre hay opiniones diferentes para una misma situación)... por las respectivas familias entrometiéndose aún más discutimos (y eso que los dos nos sentimos a gusto con nuestras respectivas familias políticas ¿cómo sería entonces, si encima sentimos que nuestras familias p no nos aceptan?)... y eso que los dos los quisimos y, por supuesto, los queremos...¿cómo lo soportariamos entonces si uno de los dos no hubiese querido?... Nunca me arrepentiré de mis pequeños y M tampoco, pero hai que querer tenerlos pues tienes razón en todo, ellos son personas y hay que aprender a respetarlos como tales y darles su espacio. Cada uno está en su derecho de decidir... ¿porqué es egoísta no querer tener hijos? ¿porque no piensas como la gran mayoría? ¿quién es la gran mayoría? ¿la mayoría de qué, de quién?... nadie puede decirle a nadie lo que debe pensar, desear o hacer, ni siquiera tu pareja, aunque inconscientemente lo hagamos (lo malo es cuando se hace de forma consciente)... ¡TU MISMO! ¡TU VIDA!... dificiles momentos estás pasando y yo sólo puedo decirte que reflexiones y seas fuerte, que esta vida da muchos palos y hay que ser fuerte para tomar decisiones.
Ya le di recuerdos tuyos a las aguas del Vilar... preciosos días estos de lluvia para visitarlas... yo prefiero la ladeira y el río de mar.
Un beso desde Riveira. Barbanza.
Hola,
ResponderEliminarHoy llueve, pero quizás por haber dormido algo veo las cosas de otro modo (al veía esta mañana). He relativizado los problemas pensando en otra gente qué sí tiene motivos para hacerlo. Los problemas son subjetivos y no todos los vivimos del mismo modo. Recuerdo a aquellos niños felices en Kenya que iban corriendo descalzos varios kilómetros con la cartera a hombros hasta llegar al colegio.
Perdón. Pido perdón para aclarar que es una opinión sobre un tema concreto, quizás momentánea, quizás permanente. Por lo general se tiende a considerar opiniones opuestas como ataques a nosotros. Si digo que estoy a favor de la eutanasia podrían ofenderse los que se oponen, sin motivo, pues yo no ataco, opino.
Tema aparte, que existe, es la sensación de culpabilidad. No puedo evitar sentirme culpable por muchas cosas, culpable por no ser perfecto, culpable porque haber derramado agua, culpable por no pensar igual, culpable por ser como soy,…
Uno se acostumbra a muchas cosas, se acostumbra a tener que adaptarse a los hábitos de la pareja, a estar a la defensiva, a tener que dedicarte a tus cosas cuando “estas libre”, a ir a correr a deshoras para dedicar el resto del día a tu pareja, a intentar que no te vea hacer deporte (hacer unos abdominales o estirar los músculos), a poner las cosas dónde a ella le gusta. El equilibrio es difícil, pero más si una persona está acostumbrada a ser sujeto y otra paciente.
Es subjetivo, es un único punto de vista. El mío, y por ello no es justo. Pero es tal y cómo lo siento en los momentos en los que escribo… tal vez debería escribir sólo cuándo me siento bien y dejar los malos momentos para un diario.
Si alguien debe pedir perdón soy yo. Merecer, equivocarse, tal vez yo no la merezca a ella y ella merezca a alguien que sea de otro modo, más parecido a ella, a sus inquietudes y “metas” en la vida… Gracias por tus (vuestras) palabras.
“El siguiente paso”. Frase horrible dónde las haya, como si nuestra vida estuviese escrita de antemano y salirse de ella fuese un pecado mortal. Nacer, comer, jugar, ir al colegio, estudiar (a ser posible en la Universidad), casarse, tener hijos, ir a misa todos los domingos en familia, vacaciones en la playa, bautizo, primera comunión, boda en Iglesia (aunque no se sea creyente),…
Antes se deseaban los hijos varones para poder ayudar en las labores del campo y las hijas para cuidar a los padres cuando fuesen mayores. Las hijas menores cuidaban (y algunas lo siguen haciéndolo) a sus padres, los hijos convivirán con sus suegros.
¿Renunciaría ella a los suyos? No. Me parece que sí has entendido qué es lo que he querido decir. Desear no tenerlos también es un deseo y una opción, como el tenerlos, e igualmente válida.
Gracias.
El molde no lo engraso, lo que engraso es el papel de hornear para facilitar que se desprenda de él. Aunque esos papeles son antiadherentes, no lo son del todo y es mejor echarle una ayudita. No me he explicado nada bien, el que pierde facultades soy yo ;-)
Al generalizar se miente. Se miente porque hay muchas personas que no forman parte de la mayoría. Me gusta esa frase, que apruebo al 100%: “…es un niño, no un idiota”. Parece que para hablarle a los niños hay que balbucear permanentemente.
Recuerdo que de pequeño teníamos un amigo que era sordo (¿y mudo?). Era una persona inteligente, pero cuando hablaba sus palabras sonaban como balbuceos. Nuestra estúpida actitud (inocentemente) era hablarle como lo hacía él y no de un modo normal, vocalizando para que pudiese entendernos con mayor facilidad. “ooomás”, decíamos, cuando se llamaba “Tomás”.
Yo hablo del “antes”, no del “durante”, que también tiene tela: disfrazar a los niños como si fuesen muñecos de feria y tratarlos como juguetes que se pasean,…
Gracias por los comentarios.
Besos.
Lo difícil es determinar el porqué se cede en todo, ¿por costumbre? ¿por amor?, pienso que hay un poco de todo. No me reconozco por fuera, por mis costumbres y mis nuevas obsesiones (que son las suyas), por dentro soy el mismo. Por suerte o por desgracia no se cambia con facilidad.
Más que paradoja es dualidad, tenemos muchas caras, la mente humana es una verdadera caja china.
El espacio es vuestro…
¡Ahora sois vosotros los que pedís disculpas!, ¡no caigáis en ese error! ¡Opinad!
A ella le importa que ponga “otra” música, que no vea series, pero ¡estoy cansado de ceder! Mejor dicho, ¡estoy cansado de tener que complacerla siempre! ¡Cansado de que si no hago lo que quiere se enfade! ¿Qué pasa si por un momento no actúo como deseas?
Mi verdadero nombre es Bess MacNeill, lo he dado todo, sólo unas campanas podrán obrar el milagro. Un rayo de luz bajo el puente y esa canción harán todo lo necesario.
Lo que mencionas lo he visto en gente muy cercana. Tuvieron hijos, pensado que siempre serían pequeños. Veían a su(s) futuro(s) hijo(s) como eternamente niño. Nunca pensaron que tendría acné, que serían contestatarios, que se encerrarían en el baño, que saldrían de juerga, que tendrían amigos/novias y que siempre serían sus hijos. Para esa responsabilidad no están todos preparados. Ésa es mi referencia a la “inconsciencia” pueril que hacía mención. Besos
Me gusta esa expresión, “darle la vuelta al corazón”. Pero sabes, sois vosotros quienes me ayudáis a sacarle un poco de brillo, a ver la vida de muchos otros puntos de vista.
Se puede morir y estar vivo, ser un muerto viviente sin identidad porque te la han robado. Haber dado lo poco que te quedaba. Esa muerte es tanto a más cruel que la muerte real, porque eres consciente de ella.
Acabamos de llegar de cierto viaje necesario. No tenía, ni tengo, hambre, sólo una fruta y algo que picar. M se ha enfadado por ello y me ha dicho que no le hiciese la cena. Es un granito de arena más. Una estupidez, pero nunca me he enfadado porque coma o deje de comer, o haya hecho algo… y se enfada por ella, porque la hago sentirse culpable (por cenar). Alucino. Ahora esa estupidez ha hecho que me sienta mal. Pequeños detalles como ése complican el día a día.
No puedo más… una hora de tensión me ha hecho explotar. ¡Lo tengo que dejar! ¿PERDÓN!
Muchas Gracias. Un beso muy grande.
Cuando se cede siempre, al final se explota, y hacerlo es bueno, porque significa que aún no estas muerto del todo, aún te queda algo de tu identidad. Es imposible aguantar siempre, ceder y callar, al final por la cosa más simple acabas sintiéndote molesta contigo misma y con el mundo...Hay que turnarse al ceder, la cosa no funciona si sólo cede un@ ¿Qué pasa si no actuas cómo desea? Tal vez suenen por fin esas campanas y veas ese rayo de luz ;-)
ResponderEliminarYo tampoco tengo hambre esta noche así que no he cenado nada, lo que sí tengo muuuuuuucho sueño (mañana toca levantarse a las 6 como cada día laborable) y gracias a esa "paliza" haciendo ejercicio, me he quedado para el arrastre, pero feliz y relajada.
Buenas noches "Bess".
Mañana será un día mejor.
Besos
No te sientas mal ni culpable por lo que haces, o no; enfadarse porque no tengas hambre o porque quieras hacer deporte es de las cosas más raras que he oído, es reacción de alguien acostumbrado a que la gente acate todas sus órdenes hasta el punto de no llegar a calibrarlas ni a saber por qué se dan. En el fondo creo que es ese alguien quién necesita ayuda; tú al menos sabes lo que te pasa y sabes que es lo que no te gusta y por qué, pero en vez de reclamarlo te deprimes. ¿Por qué no te lanzas a hablar claro ya y de ahora en adelante? Es lo mejor y más práctico para estar bien con uno mismo y con los demás, que ya sabrán quién eres.
ResponderEliminarLos que visitamos tu sitio ( 'El sitio de mi recreo', como cantaba Antonio Vega ;·) ) te conocemos-leemos tal como eres (sí, no?) y nos pareces una persona EXCEPCIONAL, seguro que algo (MUCHO!!) más que un adorno para sacar de visita o para tener las mismas fotos 'familiares' que los compañeros de trabajo.
Por cierto, como me j--- ('em fot') esa expresión del relojito biológico de las mujeres, y seguro que la inventó un hombre ;·))). Y a mí que no me ha sonado, el muy puñetero... Aiii! Acabo de recordar que no uso, será por eso. Y encima hay que oír a gente como Jordi Pujol diciendo que no tener hijos es cultura de la decadencia, que hay que tenerlos por el país!!! (y eso que es de los mismos que se quejan de las ayudas a inmigrantes y que dicen que estos ocupan la sanidad pública; ''quina poca vergonya'). Dejamos este aburridillo tema ya, no?
Guau!, que pastel, de esta semana no pasa que compre el Grand, en la otra receta tuya que hice y lo llevaba (aquellas madelaines) lo sustituí por Cointreau, porque lo encontré en botellín, pero ahora cae...
Pepinho, vales tu peso en chocolate, convéncete YA!
Un petó molt fort. Rosita.
Hola soy nueva llevo como un mes leyendo tu blog, y me atrevo a escribirte porque te siento desesperado, vivir en pareja y convivir es dificil ambos tienen que ceder dar un poqutio de si,pero tienen que ser ambos para que funcione, uno puede dar todo lo mejor que tiene pero si el otro no lo da y ademas no quiere recibir loq ue su pareja le da la relacion no funciona, tu no tienes que pedir perdon por lo que eres, te conocio tal cual eres no? eres autentico y si esta contigo debe de aceptarte tal cual, uno que mas quisiera qeu se preocuparan tanto por nosotras o por ejemplo en mi caso me consintieran asi, a mi parecer eres buena persona, que tiene sus puntos de vista bien definidos, muchos de los cuales creo nos on nuevos sino ya sabias que querias, y creo que M tambien sabia que querias antes de estar juntos no? animo no pidas perdon por ser como eres, mereces respeto para hacer tus cosas y al menos disfrutar un poco de las cosas que te gustan. Que estes muy bien y yo si pido disculpas por meterme Saludos Mile
ResponderEliminarUn buen día mi pareja planteo que nuestra continuidad dependía de que yo cediera y aceptase tener hijos. En los meses siguientes aprendí muchísimas cosas sobre la sociedad, sobre mi pareja, sobre mi mismo. Te diré que, de esta catarsis, nuestra pareja salió reforzada, en todos los sentidos. Hoy disfrutamos de una paternidad feliz, sin esperar nada de nuestros hijos. Y yo sigo pensando igual, pero puedo presumir de estar más preparado para ser padre que la mayoría.
ResponderEliminarHay algo que no puedo dejar de escribir, agradeciéndote que nos brindes esta oportunidad. Es tremendamente injusto que el deseo de tener hijos no necesite de ninguna justificación (aunque sepas que vas a ser un padre desastroso, aunque sepas que no dispones ni del tiempo, ni del dinero, ni del equilibrio que un hijo necesita) mientras que el deseo de no tenerlos te convierte en un ser inmaduro, antisocial y cuasi-despreciable, que debe justificar su no querencia a través de sesudos e interminables argumentarios.
Que coño! Somos absolutamente libres para elegir. Solo deben anticiparse y asumirse las consecuencias de nuestras elecciones (fácil de decir, difícil de hacer). Pero también es verdad que, si nos demoramos por una fútil esperanza de cambio, otros tomarán las decisiones que debieran ser nuestras, y entonces si que se te queda cara de tonto.
Abrazos
Sólo quiero añadir q no renuncies a ti mismo...
ResponderEliminarHubo un tiempo en q mi J empezó a ser la persona q él creía q yo iba a querer más. No hacía lo q le apetecía por no enfadarme, se callaba cosas q podían molestarme... dejó de ser él mismo. Tal vez eso sea lo q espera M de ti. Yo, lo q hice, fue dejarle claro q quería a la persona q era él, con sus defectos y virtudes, no a esa otra criatura perfecta q a mí no me molestaba.
Un abrazo enorme, no te puedes imaginar cuánto.
Muchísimas gracias por la ayuda,
ResponderEliminarSupongo que todos tenemos nuestros bajones de todo tipo. ¿Ceder y morir o no ceder y malvivir?, ésa es la pregunta. La pregunta sin respuesta. He cedido en muchas cosas, ellos lo saben y ella también. El mundo está lleno de gente que lo hace y se calla. Suele haber uno que cede más que otro, con un límite indefinido…
Muchísimas gracias por las palabras y la compañía.
Hola entro a darte las gracias por tu receta... Me ha quedado riquísima, es de esas recetas para guardar como un tesoro y volver a repetirla, o para cuando vas de invitada y llevas el postre, porque te hace quedar divinamente.
ResponderEliminar...En la vida basta que tengas un proyecto para que te toque una taza y si te discuidas taza y media ( a mí siempre el juego de café completo) de aquello que no estabas búscando...Creo que lo sabes y lo encajas a la perfección
besos y mil gracias por tus recetas
Marilar
Buenas,
ResponderEliminarResulta que he acabado la receta y ya tengo la tarta en el frigorífico esperando a ser catada y de repente me surge una duda: el jarabe para humedecer había que utilizarlo todo?? he tenido la sensación de que era demasiado y he utilizado algo más de la mitad.
Ya te contaré qué tal ha quedado. Gràcies.
Sònia.
Gracias Sonia,
ResponderEliminarEsta receta es de hace mucho tiempo, no lo recuerdo bien, pero casi podría asegurar que tienes razón. Casi siempre que pongo la receta de un jarabe para mojar un pastel o bizcocho indico una cantidad considerablemente mayor por todo aquel que se pueda derramar y para que cada cual lo ajuste (un poco) a sus gustos.
Un abrazo.
Hola de nuevo,
ResponderEliminarComentarte que la tarta fue un éxito absoluto, tanto es así que està noche me dispongo a prepararla de nuevo, esta vez con Grand Marnier.
Gràcies. Besos.
Sònia.