Dicen que está lloviendo
Desde hace muy poco que me he aficionado a los cakes. No sé si fue a raíz del cake chocolate con trozos de chocolate a la flor de sal (uno de los buenos) o ya venía de antes, con los de saborcito a mantequilla. Cada cierto tiempo me entra una necesidad relativa de tomarme uno, eso días en los que por un motivo u otro acabo estando en casa demasiado tiempo. Entre pausa y pausa un trocito de cake.
Esta vez he hecho dos: uno con sabor anaranjado, sencillo, jugoso y rápido, éste; y otro de impresionante sabor a plátano, especias y vainilla, un clásico personalizado. Empezaré por dónde tengo que empezar, no me adelantaré.
Puedes ver ésta y muchas otras recetas en el blog: http://www.pepinho.com.
Dicen que está lloviendo y ahora, sábado por la tarde, no veo una sola nube en el horizonte que de distingue desde la ventana del salón de A Illa. El mar se divisa en la lejanía y, de puntillas, puedo ver un poquito de “O Areoso”. M duerme, quería “aprovechar la tarde”. Justo acaba de levantarse. Salimos.
Ya estamos de vuelta, y revuelta. Hemos aprovechado la tarde dando un paseo por A Lanzada, A Toxa y O Grove. Los malos augurios meteorológicos no se produjeron y el sol nos ha acompañado en todo momento. Es sábado pero parece domingo, todo cerrado y la gente viste su ropa dominical con algún que otro zapato de charol. El paseo festivo es un clásico, a veces aburrido, a veces relajante y siempre esperando a que llegue el lunes. La sorpresa, no siempre alegría, llega cuando, ya en casa, descubres que todavía te queda otro día por disfrutar antes de la vuelta al trabajo.
Las 9 olas han quedado para mejor ocasión...
Hoy he visto otro clásico que pensaba estaba de capa caída: las bodas del Parador. Bodas de alfombra roja, pamelas y con el toque tradicional de gaiteiros, que encajan bien poco en el ambiente más conservador del entorno.
Todo tiene un porqué, un porqué probabilístico y motivado. Esas casualidades, que existen, son fruto de unos dados trucados tirados al azar. Si la vida está llena de desesperación y confusión, estás desanimado, sin fuerzas, cansado de tanto “tú”, la probabilidad de que el dado salga por la cara de la incomunicación, aislamiento, desánimo, olvido y apatía es mayor que la probabilidad de que salga “comunicación”, “mensajes en el blog” o el “ahora voy”. La puerta de la habitación está cerrada.
Tardes que se suceden una tras otra. Tardes perdidas en la nada. - ¿Cómo estás? - Tirandillo. “Tirandillo” es peor que mal, “tirandillo” es “ni fu ni fa”, la vida pasa y se agota poco a poco, consumes y no produces ni alegrías ni emociones, (mal)gastas el tiempo para que llegue antes. Llegar, nos pasamos la vida esperando…
Love me two times
Ingredientes
Vertemos la mezcla de la harina, poco a poco, mezclando con una espátula de plástico.
(2) Precalentamos el horno a 180º C. Levantamos las claras a temperatura ambiente con un chorrito de limón. Cuando estén firmes, añadimos un par de cucharadas de las claras sobre la masa para aligerarla y el resto con cuidado y de forma envolvente. Al mismo tiempo iremos añadiendo el chocolate troceado.
Vertemos en un molde para cake, engrasado y enharinado, cubriéndolo hasta ¾ de su altura para que no rebose. Introducimos en el horno precalentado a 180 º C y dejamos cocinar hasta que esté hecho, cerca de una hora, comprobando la cocción. SI a media cocción vemos que se oscurece la superficie, cubrimos con papel de aluminio para que no se tueste. Retiramos cuando una brocheta salga limpia al introducirla en el centro del cake.
(3) Retiramos del horno y dejamos templar sobre una rejilla o en un baño de agua fría. Desmoldamos y empapamos (opcionalmente) en un jarabe ligero con un poco de zumo de naranja (ideal) y Grand Marnier. Envolvemos en película de cocina e introducimos en el frigorífico. Personalmente lo prefiero frío y unas 24 horas después de su preparación, gana sabor y se vuelve más jugoso.
Fácil y un buen acompañamiento para un desayuno o un café de media mañana/tarde.
Desde hace muy poco que me he aficionado a los cakes. No sé si fue a raíz del cake chocolate con trozos de chocolate a la flor de sal (uno de los buenos) o ya venía de antes, con los de saborcito a mantequilla. Cada cierto tiempo me entra una necesidad relativa de tomarme uno, eso días en los que por un motivo u otro acabo estando en casa demasiado tiempo. Entre pausa y pausa un trocito de cake.
Esta vez he hecho dos: uno con sabor anaranjado, sencillo, jugoso y rápido, éste; y otro de impresionante sabor a plátano, especias y vainilla, un clásico personalizado. Empezaré por dónde tengo que empezar, no me adelantaré.
Puedes ver ésta y muchas otras recetas en el blog: http://www.pepinho.com.
Dicen que está lloviendo y ahora, sábado por la tarde, no veo una sola nube en el horizonte que de distingue desde la ventana del salón de A Illa. El mar se divisa en la lejanía y, de puntillas, puedo ver un poquito de “O Areoso”. M duerme, quería “aprovechar la tarde”. Justo acaba de levantarse. Salimos.
Ya estamos de vuelta, y revuelta. Hemos aprovechado la tarde dando un paseo por A Lanzada, A Toxa y O Grove. Los malos augurios meteorológicos no se produjeron y el sol nos ha acompañado en todo momento. Es sábado pero parece domingo, todo cerrado y la gente viste su ropa dominical con algún que otro zapato de charol. El paseo festivo es un clásico, a veces aburrido, a veces relajante y siempre esperando a que llegue el lunes. La sorpresa, no siempre alegría, llega cuando, ya en casa, descubres que todavía te queda otro día por disfrutar antes de la vuelta al trabajo.
Las 9 olas han quedado para mejor ocasión...
Hoy he visto otro clásico que pensaba estaba de capa caída: las bodas del Parador. Bodas de alfombra roja, pamelas y con el toque tradicional de gaiteiros, que encajan bien poco en el ambiente más conservador del entorno.
Todo tiene un porqué, un porqué probabilístico y motivado. Esas casualidades, que existen, son fruto de unos dados trucados tirados al azar. Si la vida está llena de desesperación y confusión, estás desanimado, sin fuerzas, cansado de tanto “tú”, la probabilidad de que el dado salga por la cara de la incomunicación, aislamiento, desánimo, olvido y apatía es mayor que la probabilidad de que salga “comunicación”, “mensajes en el blog” o el “ahora voy”. La puerta de la habitación está cerrada.
Tardes que se suceden una tras otra. Tardes perdidas en la nada. - ¿Cómo estás? - Tirandillo. “Tirandillo” es peor que mal, “tirandillo” es “ni fu ni fa”, la vida pasa y se agota poco a poco, consumes y no produces ni alegrías ni emociones, (mal)gastas el tiempo para que llegue antes. Llegar, nos pasamos la vida esperando…
Love me two times
Ingredientes
- 265 gr. de harina.
- 16 gr. de levadura química (Royal)
- Una pizca de sal.
- 300 gr. de azúcar.
- 300 gr. de queso crema.
- 1 ½ naranja, el zumo y la ralladura.
- 3 huevos, separadas las yemas de las claras.
- 80 gr. de trocitos de chocolate negro (70%)
Vertemos la mezcla de la harina, poco a poco, mezclando con una espátula de plástico.
(2) Precalentamos el horno a 180º C. Levantamos las claras a temperatura ambiente con un chorrito de limón. Cuando estén firmes, añadimos un par de cucharadas de las claras sobre la masa para aligerarla y el resto con cuidado y de forma envolvente. Al mismo tiempo iremos añadiendo el chocolate troceado.
Vertemos en un molde para cake, engrasado y enharinado, cubriéndolo hasta ¾ de su altura para que no rebose. Introducimos en el horno precalentado a 180 º C y dejamos cocinar hasta que esté hecho, cerca de una hora, comprobando la cocción. SI a media cocción vemos que se oscurece la superficie, cubrimos con papel de aluminio para que no se tueste. Retiramos cuando una brocheta salga limpia al introducirla en el centro del cake.
(3) Retiramos del horno y dejamos templar sobre una rejilla o en un baño de agua fría. Desmoldamos y empapamos (opcionalmente) en un jarabe ligero con un poco de zumo de naranja (ideal) y Grand Marnier. Envolvemos en película de cocina e introducimos en el frigorífico. Personalmente lo prefiero frío y unas 24 horas después de su preparación, gana sabor y se vuelve más jugoso.
Fácil y un buen acompañamiento para un desayuno o un café de media mañana/tarde.
Esto està fantàstico no sè cual harìa primero pero me encantan los dos, se ve precioso. Gracias por las fotos estàn muy lindas.
ResponderEliminarpero de verdad si pudiera me tomo un aviòn y te voy a zarandear mi niño, tienes que tirar para arriba, eres precioso, cocinas como los dioses, eres jòven de verdad eres jòven, puedes ser feliz de verdad, la vida en sì es un gozo vivirla a pesar de todo te lo digo.besos Gloria
Éste sí que sí... Que tengo muchas ganas de probar un bizcocho de queso crema (a ver de dónde rayos saco oportunidad, que se ma acumulan las cosas por probar...) y éste tiene una pinta de auténtico lujazo.
ResponderEliminarHoy no está el día de ayer, pero tp llueve por las Rías Baixas.
ResponderEliminarSólo quiero mandarte un bico enoooorme desde aquí, y desearte q se vayan todas las nubes de tu alma.
Andrea, que linda encuentro esa frase "que se vayan las nubes de tu alma" me encantó! besos Gloria
ResponderEliminarHmmmm, cuàntas elucubraciones , cuàntos pensamientos.....
ResponderEliminarCuàntas cosas ricas, has hecho terapia en la cocina, al menos yo lo hago. Me encanta venir a leerte, ni se te ocurra cerrar el blog.
Pero qué dices Papinho... con lo que te queremos aquí...... deseando estoy cada dia de ver tus delicias y tus comentarios que son preciosos, sean tristes o alegres.... pero te espero cada dia.
ResponderEliminarMuchos besitos