Estos días de aquí para allá, sin pausa, sin deshacer la bolsa, con paradas en Santiago únicamente para pernoctar, sólo tengo (y he tenido) tiempo para pequeños postres y pasteles de viaje. Rápidos de cocinar y no perecederos, que puedan durar varios días en buen estado. Galletas, biscotes, magdalenas (con reservas), cakes, pasteles rápidos…
Estas galletas son el primer revival de postres típicamente americanos (de los USA, quiero decir, pero decir “los Estados Unidos de Norteamérica” resulta un poco pesado). El remake de comida basura lo dejo para otros (no confundamos, una buena hamburguesa dista de ser “comida basura”, como mucho “comida rápida”). En postres, especialmente galletas, tartas de queso o brownies, tienen verdaderas joyas. En general me encanta la repostería USA, con su jengibre, su puré de calabaza, las especias, frutos secos (nueces o pecanas), el plátano (pan de plátano), los chocolates, las tortitas o sus rollitos de canela.