Instantánea
El pasado viernes me encontraba sin un postre o, si lo tenía, no era el que me apetecía en ese momento. No deseaba ni fritos ni bollos rápidos, anhelaba (o casi) un postre casero tipo flan. Sabía que no podría tenerlo en condiciones ideales para la comida pero, pese a todo, empeñé parte de mi tiempo en ello mientras preparaba la comida. Cuando terminé estaba todavía caliente y más fuerte que mi anhelo (;-)) es mi perfeccionismo. No podría permitirme tomar este postre recién salido del horno. Se quedó en el frigorífico hasta el día siguiente, ya sábado, momento en el que lo pinté con una ligera capa de caramelo.
Nos íbamos de fin de semana y opté por dejar un poco y llevarme el resto, sin ninguna pretensión, sólo la de tomar un postre casero nada más llegar. Sorprendentemente, la aceptación, pese a la opulencia y pesadez de la comida, fue excelente, empezando por María, que alabó las bondades de un postre suave pero con gusto. Durante el viaje se había templado, ello no fue un inconveniente para que fuese un éxito de sabor. Es curioso como después de tanto postre muy elaborado y sofisticado todos volvemos a los sencillos postres caseros, que nunca fallan y ganan mucho con los pequeños toques de aromas más actuales (vainilla) y un poco (mucho) de licor ;-).
Cuando volvimos el domingo por la noche, después de tantos excesos, con un estómago ya predispuesto y recuperado, no pude evitar probar parte de lo que había dejado. Puedo asegurar que ese trozo, fresquito, bien conservado, unas 48 horas después de su preparación y en “ayunas” me había sabido mejor que cualquier otro o muchas otras tartas perfectamente decoradas. Al día siguiente no me pondría a preparar ningún postre de chocolate, de inmediato pensé en hacer un flan de huevo, tal era el buen gusto que me había dejado este postre.
Mi intención con esta apresurada receta antes de la huída del fin de semana es la de disponeros para lo que pueda venir. Ni yo mismo lo sé con exactitud, sólo sé que lo más importante no serán los postres ni los platos, serán las decisiones y las palabras que los acompañen. Larga es la espera, más larga es la vida. No tengamos prisa por vivir. De pequeño hacía cálculos y pensaba: “si tengo 8 años y con una esperanza de vida de 80, todavía me quedan 7 vidas”. Ahora me quedan menos de 2 vidas.
Nos vamos de fin de semana y ya os podéis imaginar a dónde. Toca. De momento ya ha quedado con una amiga (suya y posteriormente mía) para mañana y los planes pueden durar hasta que volvamos. Creo que también hay otros propósitos para lo que resta del día aunque todavía no me los ha contado o esbozado con la boca entreabierta. Aseguraría que serán concesiones difíciles, pues hoy mismo no ha tenido ningún reparo en que me quede en casa mientras ella ha salido a hacer algún recado, eso quiere decir que espera algo de mí, algo más que preparar la comida y fregar.
Fotos, fotos, fotos. El estudio está repleto de fotos. He empezados por las de hace 8 años o más, justo desde que empecé a salir con María. En muchas ni me reconozco, los cambios han sido brutales, incluso dentro de un mismo año parezco personas totalmente distintas. Ni Colombo podría ordenarlas cronológicamente: pelo corto, pelo largo, rapado, engominado (jarl!), con gafas, sin ellas, esqueleto, dejado, en época de noviazgo, inmerso en el sedentarismo de jornadas de diez horas,… incalificable. Si hubiese que juzgar a alguien por su aspecto se diría que soy la absoluta heterogenia. Sólo los últimos 4 años podría decir que gozo de cierta estabilidad estética, no bondad estética ni estabilidad emocional.
Sorprendido, ni me reconozco con corbata. Aquella de hace unos 10 años en la que nos dirigíamos el banquete de bodas de unos amigos de María y posábamos con muchos de ellos, con corbata. En esa época de intensidad laboral y sin poder practicar el deporte, sólo trabajar, comer y dormir poco. Atrapado en esa escafandra. ¡Qué raro!
Una en B/N en la que María camina a lo largo de un río que podría haber sido Chaián. Si no lo supiese pensaría que fue hecha a mediados del siglo pasado. Las primeras fotos de entonces, analógicas, de lugares cercanos y dispares: Allaríz, Sevilla, Barcelona, Oviedo, Ourense, Pontemaceira, Oviedo, O Porto, Londres,… podría estar así varios minutos. Vivíamos fuera de casa, se comía fuera y siempre que podíamos nos íbamos en dirección desconocida. Me veo comiendo y comiendo en casas de turismo rural, en hoteles, en coche en dirección desconocida. Todo era más pasional, hasta aquellas discusiones que yo no entendía, se me hacía impensable un enfado por una pequeñez. No entendía nada, me falto muy poco, sostenido por unos alfileres que no querían hacer daño a nadie.
He escaneado algunas, no las mejores, sólo unas pocas tomadas al azar.
Es de color. Jack Jefferson fue el primero, espero que el martes B.O. también lo sea: el primer hombre de color en ser presidente de los EEUU. Cuando ello suceda algo habrá cambiado, poco, pero por algo se empieza. Cuando una mujer de color y pobre sea presidenta de los Estados Unidos de América la humanidad tendrá esperanzas. Paso a paso, todo llegará.
Bueno, me despido hasta que vuelva. Si vuelvo.
Como decía un tío mío: “¡Haced el favor de ser felices!”
Ingredientes
Procedemos a la caramelización de las manzanas, que pudimos haber hecho con antelación. Para mi gusto, está más rica si las manzanas son relativamente gruesas, percibir su sabor en cada mordisco. Limpiamos las manzanas, las pelamos, les retiramos el corazón y las cortamos en 6-8 trozos (no le llamaré cuartos, serán “sextos” u “octavos”). En una sartén antiadherente añadimos un poco de mantequilla (~50 gr. o más) y azúcar moreno (a gusto). Calentamos a fuego suave para que se derrita, depositamos las manzanas sobre el caramelo y espolvoreamos con canela molida.
Cuando las manzanas empiecen a reblandecerse las giramos con cuidado y volvemos a espolvorear con un poco de canela molida. Por último, cuando estén ligeramente doradas, subidos el fuego, añadimos un poco de coñac y flameamos (importante apagar la campana extractora para evitar accidentes). Las depositamos delicadamente cubriendo toda la superficie del molde. Precalentamos el horno a ~250ºC y pasamos a preparar el resto del postre.
(2) En un cazo hervimos a fuego medio la leche mezclada con la nata, ½ vaina de vainilla, 1 ramita de canela y 50 gr. de azúcar, también le añadiremos una pizca de canela molida. Mientras tanto, batimos los huevos con el azúcar restante; cuando haya blanqueado añadimos la maicena, batimos para que no tenga grumos y, sin dejar de batir, añadimos el ron.
Cuando la leche haya hervido la vertemos poco a poco sobre la mezcla de huevos mientras mezclamos, retirando las dos ramas, y llevamos al fuego a temperatura media. Removemos delicadamente hasta que haya espesado y tenga la consistencia de una crema pastelera. Es importante que removamos bien para que no se formen grumos ni se pegue al fondo del recipiente. Fuera del fuego añadimos la mantequilla troceada, mezclando bien hasta que se haya disuelto. De inmediato vertemos sobre las manzanas caramelizadas.
(3) Esparcimos pequeños trozos de mantequilla por la superficie del pastel e introducimos en el horno precalentado a 250º C durante 8-10 minutos, hasta que haya cogido un tono dorado, y bajamos el fuego hasta unos 180ºC. Cocinamos por unos 25-30 minutos más.
Es este tipo de postres me gusta el tono rústico que le da el fuego intenso y el dorado de la superficie. Con este sistema el borde quedará un poco tostado y con un ligero abombamiento, me gusta. Si deseáis que tenga un tono más homogéneo cocinadla a temperatura media en todo momento.
Al retirarla podemos pintarla con un ligero jarabe (a partes iguales de agua y azúcar con un chorrito de ron/kirsch), le dará brillo y sabor. Dejamos enfriar e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir. Mejor de un día para otro y, para mi gusto, fresquita.
Espero que os guste.
Buen fin de semana. Ésta sí es la definitiva.
El pasado viernes me encontraba sin un postre o, si lo tenía, no era el que me apetecía en ese momento. No deseaba ni fritos ni bollos rápidos, anhelaba (o casi) un postre casero tipo flan. Sabía que no podría tenerlo en condiciones ideales para la comida pero, pese a todo, empeñé parte de mi tiempo en ello mientras preparaba la comida. Cuando terminé estaba todavía caliente y más fuerte que mi anhelo (;-)) es mi perfeccionismo. No podría permitirme tomar este postre recién salido del horno. Se quedó en el frigorífico hasta el día siguiente, ya sábado, momento en el que lo pinté con una ligera capa de caramelo.
Nos íbamos de fin de semana y opté por dejar un poco y llevarme el resto, sin ninguna pretensión, sólo la de tomar un postre casero nada más llegar. Sorprendentemente, la aceptación, pese a la opulencia y pesadez de la comida, fue excelente, empezando por María, que alabó las bondades de un postre suave pero con gusto. Durante el viaje se había templado, ello no fue un inconveniente para que fuese un éxito de sabor. Es curioso como después de tanto postre muy elaborado y sofisticado todos volvemos a los sencillos postres caseros, que nunca fallan y ganan mucho con los pequeños toques de aromas más actuales (vainilla) y un poco (mucho) de licor ;-).
Cuando volvimos el domingo por la noche, después de tantos excesos, con un estómago ya predispuesto y recuperado, no pude evitar probar parte de lo que había dejado. Puedo asegurar que ese trozo, fresquito, bien conservado, unas 48 horas después de su preparación y en “ayunas” me había sabido mejor que cualquier otro o muchas otras tartas perfectamente decoradas. Al día siguiente no me pondría a preparar ningún postre de chocolate, de inmediato pensé en hacer un flan de huevo, tal era el buen gusto que me había dejado este postre.
Mi intención con esta apresurada receta antes de la huída del fin de semana es la de disponeros para lo que pueda venir. Ni yo mismo lo sé con exactitud, sólo sé que lo más importante no serán los postres ni los platos, serán las decisiones y las palabras que los acompañen. Larga es la espera, más larga es la vida. No tengamos prisa por vivir. De pequeño hacía cálculos y pensaba: “si tengo 8 años y con una esperanza de vida de 80, todavía me quedan 7 vidas”. Ahora me quedan menos de 2 vidas.
Nos vamos de fin de semana y ya os podéis imaginar a dónde. Toca. De momento ya ha quedado con una amiga (suya y posteriormente mía) para mañana y los planes pueden durar hasta que volvamos. Creo que también hay otros propósitos para lo que resta del día aunque todavía no me los ha contado o esbozado con la boca entreabierta. Aseguraría que serán concesiones difíciles, pues hoy mismo no ha tenido ningún reparo en que me quede en casa mientras ella ha salido a hacer algún recado, eso quiere decir que espera algo de mí, algo más que preparar la comida y fregar.
Fotos, fotos, fotos. El estudio está repleto de fotos. He empezados por las de hace 8 años o más, justo desde que empecé a salir con María. En muchas ni me reconozco, los cambios han sido brutales, incluso dentro de un mismo año parezco personas totalmente distintas. Ni Colombo podría ordenarlas cronológicamente: pelo corto, pelo largo, rapado, engominado (jarl!), con gafas, sin ellas, esqueleto, dejado, en época de noviazgo, inmerso en el sedentarismo de jornadas de diez horas,… incalificable. Si hubiese que juzgar a alguien por su aspecto se diría que soy la absoluta heterogenia. Sólo los últimos 4 años podría decir que gozo de cierta estabilidad estética, no bondad estética ni estabilidad emocional.
Sorprendido, ni me reconozco con corbata. Aquella de hace unos 10 años en la que nos dirigíamos el banquete de bodas de unos amigos de María y posábamos con muchos de ellos, con corbata. En esa época de intensidad laboral y sin poder practicar el deporte, sólo trabajar, comer y dormir poco. Atrapado en esa escafandra. ¡Qué raro!
Una en B/N en la que María camina a lo largo de un río que podría haber sido Chaián. Si no lo supiese pensaría que fue hecha a mediados del siglo pasado. Las primeras fotos de entonces, analógicas, de lugares cercanos y dispares: Allaríz, Sevilla, Barcelona, Oviedo, Ourense, Pontemaceira, Oviedo, O Porto, Londres,… podría estar así varios minutos. Vivíamos fuera de casa, se comía fuera y siempre que podíamos nos íbamos en dirección desconocida. Me veo comiendo y comiendo en casas de turismo rural, en hoteles, en coche en dirección desconocida. Todo era más pasional, hasta aquellas discusiones que yo no entendía, se me hacía impensable un enfado por una pequeñez. No entendía nada, me falto muy poco, sostenido por unos alfileres que no querían hacer daño a nadie.
He escaneado algunas, no las mejores, sólo unas pocas tomadas al azar.
Es de color. Jack Jefferson fue el primero, espero que el martes B.O. también lo sea: el primer hombre de color en ser presidente de los EEUU. Cuando ello suceda algo habrá cambiado, poco, pero por algo se empieza. Cuando una mujer de color y pobre sea presidenta de los Estados Unidos de América la humanidad tendrá esperanzas. Paso a paso, todo llegará.
Bueno, me despido hasta que vuelva. Si vuelvo.
Como decía un tío mío: “¡Haced el favor de ser felices!”
Ingredientes
- 2 huevos grandes (120 gr.)
- 150 gr. de azúcar (100+50)
- 200 ml. de leche entera.
- 200 ml. de nata líquida al 35% M.G.
- ½ rama de vainilla, cortada longitudinalmente.
- 1 pizca de canela.
- 1 rama de canela.
- 50 gr. de maicena
- 52 ml. de ron añejo.
- 50 gr. de mantequilla.
- 3-4 manzanas reineta
- Para caramelizar: mantequilla, azúcar moreno, canela molida, coñac.
- Unos trocitos de mantequilla para depositar por la superficie del pastel.
Procedemos a la caramelización de las manzanas, que pudimos haber hecho con antelación. Para mi gusto, está más rica si las manzanas son relativamente gruesas, percibir su sabor en cada mordisco. Limpiamos las manzanas, las pelamos, les retiramos el corazón y las cortamos en 6-8 trozos (no le llamaré cuartos, serán “sextos” u “octavos”). En una sartén antiadherente añadimos un poco de mantequilla (~50 gr. o más) y azúcar moreno (a gusto). Calentamos a fuego suave para que se derrita, depositamos las manzanas sobre el caramelo y espolvoreamos con canela molida.
Cuando las manzanas empiecen a reblandecerse las giramos con cuidado y volvemos a espolvorear con un poco de canela molida. Por último, cuando estén ligeramente doradas, subidos el fuego, añadimos un poco de coñac y flameamos (importante apagar la campana extractora para evitar accidentes). Las depositamos delicadamente cubriendo toda la superficie del molde. Precalentamos el horno a ~250ºC y pasamos a preparar el resto del postre.
(2) En un cazo hervimos a fuego medio la leche mezclada con la nata, ½ vaina de vainilla, 1 ramita de canela y 50 gr. de azúcar, también le añadiremos una pizca de canela molida. Mientras tanto, batimos los huevos con el azúcar restante; cuando haya blanqueado añadimos la maicena, batimos para que no tenga grumos y, sin dejar de batir, añadimos el ron.
Cuando la leche haya hervido la vertemos poco a poco sobre la mezcla de huevos mientras mezclamos, retirando las dos ramas, y llevamos al fuego a temperatura media. Removemos delicadamente hasta que haya espesado y tenga la consistencia de una crema pastelera. Es importante que removamos bien para que no se formen grumos ni se pegue al fondo del recipiente. Fuera del fuego añadimos la mantequilla troceada, mezclando bien hasta que se haya disuelto. De inmediato vertemos sobre las manzanas caramelizadas.
(3) Esparcimos pequeños trozos de mantequilla por la superficie del pastel e introducimos en el horno precalentado a 250º C durante 8-10 minutos, hasta que haya cogido un tono dorado, y bajamos el fuego hasta unos 180ºC. Cocinamos por unos 25-30 minutos más.
Es este tipo de postres me gusta el tono rústico que le da el fuego intenso y el dorado de la superficie. Con este sistema el borde quedará un poco tostado y con un ligero abombamiento, me gusta. Si deseáis que tenga un tono más homogéneo cocinadla a temperatura media en todo momento.
Al retirarla podemos pintarla con un ligero jarabe (a partes iguales de agua y azúcar con un chorrito de ron/kirsch), le dará brillo y sabor. Dejamos enfriar e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir. Mejor de un día para otro y, para mi gusto, fresquita.
Espero que os guste.
Buen fin de semana. Ésta sí es la definitiva.
Sólo te puedo decir que "me encantas".
ResponderEliminarGracias por compartir tu vida, tus fotos, tus deseos pasados de un presente y tus deseos presentes de un futuro.
Ser camaleónico dicen es bueno. Cambiar de aspecto para mimetizarse con el entorno es bueno y malo. Puede llevar a hacernos dudar de quién somos.
¡Menuda noche hace!
Buenas noches y buen finde donde toque.
Muac,
Berta
Con las prisas me he olvidado de hacer comentario del clafoutis. Hace años que no como uno en condiciones.
ResponderEliminarMuac,
Berta
En la foto de los amigos de M hay uno en primera fila central que es idéntico a un presentador de A3. ¿es posible?
ResponderEliminarSeguro que no y es la noche que me confunde.
Muac,
Berta
Gracias por todo eso que nos enseñas y que nos endulza un poquito más la vida. Besos.
ResponderEliminarcanela
Gracias,
ResponderEliminarBuenos días,
Nos vamos, no exactamente, pero tengo muy poco tiempo. Veamos: 2 horitas corriendo+30 minutos entre preparar la bolsa y arreglarme+30 minutos para acabar un postre (¡otro!)+n, con “n>30”, de limpieza = hora>13:00, es decir, alguien se va a enfadar.
Es un postre muy sencillo y sin ningún misterio, pero muy rico. Personalmente creo que, en general, los clafoutis adolecen de poco sabor. En éste, gracias a la vainilla, el ron, la canela y la mantequilla creo que aporta lo que le falta.
Ser camaleónico, en mi caso, demuestra mucha inseguridad e insatisfacción. Últimamente ya he dejado casi todo por perdido. ;-)
La noche no te confunde. Si algo me confunde a mí son las mañanas como éstas. Uno de los que aparecen en la foto es Luis Fraga, que aunque no estudió periodismo (es L. en Geo & Hist) lo lleva en la sangre desde pequeño (eso dice María). Además de su potente voz pienso que es una gran persona (no es tópico). Desconozco su último trabajo (no veo A3) pero alguna vez me lo he encontrado mientras hago zapping por las mañanas.
El paso del tiempo es muy caótico y caprichoso. En esa fotografía hay una ausencia importante que en ese momento estaba lleno de vitalidad.
Muchas gracias. De Corazón.
Un beso muy fuerte. Se me hace tarde.
Cómo te puee quedar tan perfecto, parace alta pastelería en tus manos, a mí simpre me sale con una pinta mucho más rústica. Por cierto, cómo me gusta El dulce porvenir, gran película.
ResponderEliminarUn saludo y buenfinde.
Se ve delicioso Pepinho, me encantan estos tipos de postres, pensandolo bien me gustan estos postres sencillos son los que más disfruto.
ResponderEliminarEspero que estés bien, no te angusties por las decisiones toma la vida más tranquilo, con tranquilidad y se tú feliz!!!
(Estoy tomando mi cafecito con mi jarro de Remy hace mucho que no tomaba en él, me he reconcilidao con él porque lo quiero muchísimo no tengo vuelta) Te mandé un mail, a ver si lo ves some day.
Bessooooooosssss Gloria
Efectivamente es la misma persona. Es que soy un caso para las caras. ¿cómo se dice?¿fisionomista?.
ResponderEliminar¿Te has enterado que ya empieza el programa Santiago Repetirás? Este año debido al éxito obtenido el año pasado han aumentado la oferta de talleres, hasta uno para niños hay.
Yo asistí a varios y me encantaron.
A ver si coincidimos en alguno, porque en las catas con maridaje va a ser que no, creo que son de vinos.
Pásate si quieres por la pág, www.santiagorepetiras.com y tienes toda la info.
Muac,
Berta
Hoy me he levantado belicosa y como he empezado a repasar por tu blog, pos ha tocado aquí, pero ojo, que la cosa no va contigo, sino asi, en general.
ResponderEliminar- No me gusta nada de nada Obama, pero menos su mujer, que es de armas tomar y con un resentimiento peligroso. Cierto que la alternativa no es mejor. Que la suerte les acompañe.
- Ultimamente tus recetas me parecen muy complicadas, no se, hay algo que no me casa ¿tan poco tiempo que tienes y tantas horas en la cocina?. Lo digo por si estás echando mano de recetas antiguas, que no pasa nada, yo también lo hago.
- Me gusta tu espacio,tus recetas y me gustas tu, pero estoy ya un poco cansada de tu sin vivir. Te daría una buena azotaina o te mandaría un tiempo a sobrevivir a algún país del 5º mundo. Creo que esto ya te lo he dicho alguna vez. Despierta ¡carajo!.
- Conforme me hago mayor (y ya lo soy y mucho) busco la sencillez en todo y el pasotismo (en algunas cosas relacionadas con los DEMÁS) es una de mis leyes.
- Por primera vez estoy un poco asustada con lo de la crisis, recesión y demás zarandajas. ¿Y si fuera cierto?. No temo por mi, que poco necesito y lo que necesito lo tengo, sino por mis hijos y gente querida.
- Ahora que estoy nuevamente cerca del poder no dejo de asombrarme de la estulticia de algunos/as.
- Me noto cada vez más encerrada en la lectura y en los trabajos de jardín. Creia que esto era malo hasta que me di cuenta de que las biografias, memorias, diarios son lo que más leo, con lo cual no me estoy alejando del ser humano (una de mis preocupaciones) y el trabajar al aire libre, con la tierra, las plantas y mis perros alrededor me vuelve también a la realidad.
- he tenido mucha suerte y mala al mismo tiempo: en mi familia ha habido muy pocas muertes. No se como encararia una
ISI
Buenas!! me encanta el cafloutis de cerezas, asi que tengo que probar este rapidamente.
ResponderEliminarSolo queria mandar un beso a todos que tengo que ponerme a terminar la comida. Besos y disfrutad de lo que queda del domingo.
Paulova, besitos y cariños, xxxxGloria
ResponderEliminarIsi me gusta como eres, cariños, que estés bien, Gloria
Me gustan los postres sencillos, los tradicionales, siempre nos hacen disfrutar, probaré este clafoutis, seguro que esta muy rico, como todo lo que haces.
ResponderEliminarSi miramos viejas fotos, todos hemos cambiado, la forma de vestir, el corte de pelo... en cierto modo todos somos un poco camaleonicos, muchos incluso cambian su forma de ser...
Espero que disfruteis de lo que queda del fin de semana, aqui hace un tiempo fatal, viento, lluvia, sin embargo, agradable para hacer un rico dulce al calor de la cocina.
Besicos, Pilar.
Hola Isi, que identificada me siento con lo que pones !! Al comienzo de mi relacion, hace unos 10 anios, todo era espontaneo, pasional, y con el tiempo uno se acostumbra al otro, se calma, pelea por pavadas y demas. Creo que son etapas que hay que pasar y saber manejarlas. El dia a dia en la pareja es fundamental, asi como decir " te quiero a diario", tener comunicacion con los que nos pasa, dar un abrazo a tiempo. Aceptar que nosotros cambiamos y que el otro tambien. Ahora me siento bien con esto, y con respecto a mi, estoy aprendiendo a relajarme y a disfrutar de la vida, en todo sentido y en el buen sentido. Mas cuando veo que hay gente que realmente la pasa mal, me digo, yo de que me quejo !! Vida hay una sola....
ResponderEliminarBesos a todas. Pepinho animo !!! y mucha suerte.
Mariana
Buenas noches,
ResponderEliminarAcabo de llegar a tu espacio por azar y me que quedado entre enturbiada y encantada. Seguiré pansando para descubrir.
Feliz lunes que empieza.
Sonia.
Hola,
ResponderEliminarCris, eres la primera persona que se ha percatado de ello. ¡Gran película! Gracias, buena semana.
Gloria, gracias. Lo he leído, también te he respondido (o eso creo). Besos.
Berta, te enteras de todo y yo de nada. Como si viviese en otra ciudad. Me ha ayudado a recordar que (supongo) empieza Cineuropa. Muac.
Isi, hoy, como no me he levantado, también he empezado a repasar algunos temas:
- No me convence Obama, pero no soporto a McCain. Unos son más iguales que otros.
- Las recetas la hago por turnos, como cuando estudiabas, ni antiguas ni nada. Cuando lo sean lo diré, ésta fue del viernes pasado (éste no, el anterior). Para hacer una especie de crema y caramelizar unas manzanas se necesita menos tiempo que para hacer una tortilla. En el brioche quién tiene que reposar es la masa, no yo ;-) se amasa en 5 minutos contados.
- Pues si tú estás cansada de mi sin vivir… ¡imagínate yo! ;-) Esta semana hay “solpresa”. Es un ERROR muy grave medir la felicidad por los medios y posibilidades económicas. Con buen gusto me hubiese ido hace unos años de modo definitivo, no ahora, que tengo ciertas responsabilidades.
- Me hago mayor y ahora es cuándo no quiero “pasar” de nada (que no es lo mismo que agobiarse).
- La crisis me causa risa. ¡Ojalá fuera cierto! Los que no tenemos dinero en el banco no tenernos por qué preocuparnos. Si con la crisis ha bajado el gasóleo, la leche o el pan…. ¡Bienvenida la crisis! (Ojalá quiebre el banco en el que tenemos la hipoteca, tal vez pierdan los papeles).
- Cada vez me alejo más del poder y más feliz estoy por ello.
- Los libros reflejan la realidad, es la vida.
- En mi familia, hasta ahora, ha habido las muertes justas. Sé que algún día llegará la mía.
P.D.: ¿De dónde quito el tiempo? De acostarme a las 3:30 de la madrugada (como hoy) y levantarme a las 7:20.
Besos.
Buena semana. Paulova.
Pilar. Sí, también la forma de actuar ha cambiado, no la forma de ser.
Mariana, gracias por los comentarios. Pero a mí no me gusta eso del consuelo por el mal ajeno. ¿De qué me quejo si otros lo pasan peor? ¿Seguro? En el fondo eso es el origen de las envidias, compararse con otros. No me consuela que haya otros que estén peor, me entristece. Un beso muy grande.
Bienvenida, Sonia.
Be.S.O.S.
Ojalá todos pudiesemos sentirnos mejor porque hay otros que la pasan peor. Pero no es así, eso es CONSUELO DE TONTOS ya que somos individuos que tenemos distintas formas de sentir, pensar, resolver o no nuestros conflictos y aflicciones. A muchos (me incluyo) nos cuesta resolver situaciones que puedan perjudicar a terceros. No solo porque no somos egoístas (en ciertos casos debiesemos serlo), si no porque preferimos seguir como hasta ahora porque tenemos miedo del cambio. Tenemos miedo de tomar decisiones que perjudiquen al entorno y a nosotros mismos, vivimos teniendo miedo a equivocarnos y preferimos lo “SEGURO” a lo “DESCONOCIDO” y terminamos dejándonos llevar a donde la vida nos lleve. ¿Cobardía?....puede ser. Pero solo nosotros sabemos como nos afecta. Para un psicólogo es fácil decirte lo que tenés que hacer, pero él mismo no sabe como resolver sus problemas. Te aconsejan como debes tratar a tus hijos y como reaccionar a sus comportamientos, pero ellos mismos no pueden con sus propios hijos. Somos lo que somos y lo que hacemos, como podemos….y los consejos se quedan en consejos, porque muchas veces me sorprendí aconsejando, cosas que yo misma no puedo resolver.
ResponderEliminarLa vida es compleja, el ser humano también.
YO TAMBIEN NECESITO UN S.O.S. parece..
Besos
Harry espero no haberte ofendido, no era mi intención, cuando digo que hay quien ha cambiado hasta en su forma de ser, no me referia a ti, no puedo juzgarte, apenas te conozco por lo que cuentas en este blog.
ResponderEliminarTienes razón que se cambia también en la forma de actuar, pero yo me refiero a que hay personas que que renuncian incluso a sus principios, a sus valores, a su forma de pensar, a veces totalmente opuesta.
Besos, Pilar.
No te vayas a creer que me entero de todo. Teniendo un niño ávido de novedades, hay que estar al loro de todo lo que acontece para no perder ocasión de apuntarlo.
ResponderEliminarTienes buenas justifcaciones. Aunque para serte sincera y egoísta lo siento.
Pues si me permitís, yo creo que cambiar no es malo. Somos el resultado de lo que nos acontece, de quien nos rodea, de tantas cosas/personas/situaciones/fracasos/éxitos, que lo anormal sería mantenernos siempre en el mismo punto.
Hace unos días C me dijo que desde que fui madre(9 years) soy otra persona. Pues sí. Antes era más divertida,más alocada, más impulsiva. Ahora no me queda más narices que ser responsable las 24hrs, ahora he dejado de hacer lo que me apetecía, etc.
No creo que sea malo tener etapas, quemar otras y pensar que, tal vez mañana, seremos un poquito "distintos".
Muac,
Berta
Hola Harry, buen dia !!
ResponderEliminarLo que quise decir, con no quejarme, es que realmente no tengo motivos graves, como otra gente, no me gusta victimizarme ni compararme con otros. Solo que pienso, que hay mucha gente que realmente la pasa mal. Es decir, quise expresar que aprendi a no quejarme de pavadas.
Un beso grande ! Y buena semana para todos
Mariana
Y menos que menos, sentirme bien porque otros la pasan mal, por favor ! Eso me parece horroroso, no fue lo que quise expresar !!
ResponderEliminarBesos, M.
Como la canción de J.L. Guerra: “Eran las cinco de la mañana, eran las cinco de la mañana…” A esas horas pueden decirse muchas tonterías o las mismas tonterías que a las 12 de la noche (ahora) con un tono más irreverente. Perdón.
ResponderEliminarDelia, comparto tus palabras, en todo. Esa frase de “… nos cuesta resolver situaciones que puedan perjudicar a terceros.” o “consuelo de tontos” (si le quitamos el “tontos”, ¡qué más da!, es una frase hecha). Lo que dices habla de mis experiencias hace (o no) años: “Tenemos miedo a tomar decisiones que perjudiquen al entorno y a nosotros mismos”… “sólo nosotros sabemos cómo nos afecta”. No le quitaría ni una coma a tu comentario, son también mis palabras. Besos y gracias.
¡Dios mío, Pilar!. Siento haberte ofendido yo, mis comentarios no iban en ningún sentido particular, sólo eran comentarios. Aunque hubiésemos estado en desacuerdo me parecería estupendo. Está claro que en un foro, con toda seguridad, habrá personas de distintas opiniones, ideologías, experiencias e inquietudes. Las opiniones si se presentan como tales (como las tuyas) NUNCA pueden ofender. Ofende el insulto. Besos y perdona tú.
Berta, como vivo un poco “en mi mundo” puedo estar un poco alejado de los eventos que me rodean. A veces me entero de algo pero casi siempre soy el último. Soy curioso y lo pregunto todo, pero si no coge en un momento de evasión o despiste puedo pasarme totalmente desapercibido.
He pasado por Rosalía de Castro y no he visto la chocolatería, después busqué en Google y vi que existía otra calle que se llamaba así en la zona de Os Tilos y tampoco la he localizado cuando pasé corriendo y empapado. Solaparé Google maps con el satélite a ver si la localizo de una vez. Las justificaciones son mucho más fuertes de lo que te puedes imaginar ahora. Me duele que pueda parecer mal
Conozco a alguien muy cercana (no es María) que también sufrió un gran cambio con el nacimiento de su hijo. Se volvió más conservadora, no políticamente, la palabra sería protectora y recelosa del hijo. Creo que eso también la cambió por dentro.
Las etapas son necesarias y obligatorias, no podernos ser siempre niños o adolescentes. Aún así, creo que hay una “sustancia” que perdura en el recuerdo para siempre y que de vez en cuando sale sin darnos cuenta.
Hace unos 10 años, más o menos, era una persona igual o más tímida e insegura pero mucho más divertida y alegre. Aunque tengo mis momentos que aquí no se plasman, ahora soy más sarcástico y con tendencia al humor negro. Los gustos de la pareja creo que también condicionan.
Muac, Pepinho.
Mariana, te había entendido perfectamente la primera vez. Con un poco de pericia se pueden revocar casi todas las opiniones, llevándolas más allá de la frontera delimitada por el tema en curso (menudo rollo).
Sólo quería decir que el estatus de felicidad no es comparativo, es subjetivo e interiorizado a uno mismo. Las relativizaciones y comparaciones con otros llevan a la envidia cuando presuponemos que otros poseen más (felicidad, posesión,…) y ego/autocomplacencia cuando presuponemos que otros viven en peores condiciones. Me he alegrado volverte a leer. Gracias y un beso.
Pues Pepinho, viendo lo que pasa alrededor no es que te consueles o te pongas triste con que otros lo pasen peor. Es sólo que relativizas muchas cosas. A veces ( y nada de susceptibilidades, por favor) pienso que a alguien le hace falta un problema serio para aprender a vivir.
ResponderEliminarTengo una amiga fortísima, con una vida increíble de superación, que ha sido madre frente a viento y marea, que la primera niña tiene unos probles horribles,..... que es la eterna sonrisa y bendice cada palo que le ha dado la vida pq lo bueno lo disfruta el triple.
Yo antes no la entendía, creía que era de una secta o algo así (aluciné el día que se fué a operar a su hija con un montón de folletos de viaje a los que pensaba ir cuando la niña saliera de la operación, gravísisima), pero ahora, después de unos cuantos palos serios, veo que tiene razón. Mi vida es una montaña rusa que sube y baja continuamente. Nunca hay días tristes, grises y opacos que omitir en mi biografía, pero cuando me paro a pensarlo resulta que prefiero vivir así. Me dejo llevar en muchas cosas, pero lucho por lo que realmente me interesa. Si no tengo ganas de luchar, entonces es que no es tan grave.
Ya ves, algunos hemos nacido para que nos den caña.
Eres una persona especial. Y qué? Disfrútalo y déjate llevar sin remordimientos.
Seguro no es tan malo, y seguro que sabes cómo reorganizar tu tiempo. Si no, aquí te ayudamos. Besos. OLGA.
pd.: el no dormir era una tortura china, no te digo más. Es más necesario que el comer.
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ResponderEliminarHola Harry.
ResponderEliminarNo entiendo mucho tus comentarios, porque me perdí el principio de tu historia, y te leo a retazos.
Pero intenta vivir el aqui ahora... es lo unico que tenemos.
Tu clafoutis una delicia.
Cuando lo haga te lo cuento.
Besos
Margot