Yo quiero tener un millón de amigos…
Me dirigía a una frutería cercana, corriendo y todavía sin haberme cambiado. Mi intención era comprar unas castañas para hacer un puré para acompañar una carne. Habíamos traído unos cuantos quilos de castañas de los que nos había dado su madre, pero al final todas se habían puesto malas en unos pocos días. A María no le dije que las había comprado, mientras comía pensaba que eran las que nos había dado su madre.
Cuando voy de compras me pierdo en varias secciones: las harinas, los quesos y la frutería. Nada más entrar en esa frutería que hay en el tramo de la Calle Vilagarcía que cruza Romero Donallo le eché el ojo a todo menos a lo que deseaba comprar: unos puerros y unos pimientos del piquillo versión Padrón (Herbón) con un aspecto de lo más atractivo. No pude evitar comprar estos pimientos que hice nada más llegar a casa.
Este plato es sencillísimo, hasta causa rubor hablar de él. Como si me atreviese a poner la receta de la tortilla de patatas (que quizás lo haga en versión desconstruida). El plato es tan delicioso que el rubor de mi cara se lo he pasado a los pimientos. En estos casos lo más importante es una buena materia prima. Como en el cine: de un mal guion es casi imposible hacer una gran película, los buenos guiones son difíciles de estropear. Allen, ¿te acuerdas?, la próxima vez escribe una buen guion, por favor.
O.S.T.
- ¿Te importa que te haga una pregunta personal?
- No lo sé.
- ¿Te gusta esto?, quiero decir…
- Sí.
- ¿Por qué?
- No lo sé, mis amigos están aquí, me gusta el paisaje… No lo sé.
- Lo sé, lo sé, sólo que aquí no hay nada que hacer.
- Sí que hay.
- No, no, no hay nada. Es pequeño, aburrido, es una ciudad pequeña y aburrida llena de gente estrecha de miras que no saben nada excepto cómo son las cosas aquí. No tienen ninguna perspectiva, ni visión. Podrían estar viviendo en el siglo XIX porque... porque no tienen ni idea de los que está pasando y si les dices algo te matan.
- ¿De qué estás hablando?
- No tengo ni idea. Eres un buen chico.
No negaré la existencia de una crisis inmobiliaria debida a la subida de los intereses de las hipotecas por la también subida del Euribor, y que poco a poco parece que se va calmando. Tampoco es innegable la existencia de una crisis macroeconómica, resalto macroeconómica, de ámbito mundial. Si no me estuviesen recordando todo el día: “¡La crisis!, ¡El fin del mundo!” mi percepción no sería esa. Sigo teniendo trabajo, mis condiciones económicas no han empeorado, han bajado los tipos de interés, el precio del pan y del gasóleo u otros productos de primera necesidad. Tengo todo lo que necesito y más.
¿Y la crisis? Mi “amigo” Bush & Cía. hace unos años predicaron la política del miedo (“estamos siendo atacados”) para justificar sus guerras económicas. Para él y sus amigos las guerras eran una inversión: inversión del estado en empresas armamentísticas, control del petróleo, inversiones de “reconstrucción” y mantenimiento… Si entrábamos en recesión echábamos mano de una guerra. Eso sí que era una crisis y pocos eran conscientes de ello, ni los muertos.
Hay mucho tipo de crisis, la macroeconómica (la que les interesa a los ricos y afecta a todos), la microeconómica (la sólo afecta a los pobres), las guerras (la que nos debería interesar a todos), y un largo etcétera.
No creo que las cosas surjan por casualidad, la política del miedo funciona y justifica los actos de gobiernos irresponsables. Cuando fue la guerra de Irak el plan de Bush fue aprobado casi unánimemente por toda la clase política norteamericana, el miedo había causado efecto. Ahora el “miedo” a las crisis bancarias ha permitido que Mr. Bush pudiese echarle una mano a los que en otros momentos se la echaron a él.
No soy un experto en economía, se nota, pero tengo una percepción bastante física al respecto. Si el principio de conservación de la energía dice que “la energía (casi) no se crea ni se destruye, se transforma”, mi visión del dinero es parecida: “el dinero no se crea ni se destruye, se redistribuye”, casi nunca uniformemente. En época de crisis muchos pierden su trabajo y su dinero, pero otros se enriquecen. Estoy convencido que los establecimientos de comida rápida están haciendo su agosto, o los medios de comunicación, o los centros de ocio,… es un aire de rémora colectiva que nos pretenden introducir poco a poco.
También estoy bastante convencido que ese concepto que han bautizado como “refundación del capitalismo” no es más que un modo de inventarse algo para que si vuelve a suceder una crisis macroeconómica los grandes especuladores permanezcan a salvo. ¿Quién se movilizó con la reconversión industrial?, ¿y la minera?, ¿no eran crisis? Eran crisis de pobres, no de especuladores.
El otro día María, cuando nos íbamos de fin de semana, me preguntó qué opinaba sobre (re)invertir en bolsa. Le respondí: “si lo deseas te apoyo”, “invertiría en grandes empresas implicadas directamente. En los bancos que puedan sobrevivir”. Le comenté que pensaba que en esta época los grandes se comen a los pequeños, como cuando fue la minicrisis de las “.com”, las más grandes (Google, Microsoft) se convirtieron en las empresas más poderosas del mundo al devorarse a las pequeñas. Hablamos de un banco y lo dejamos pasar. A los pocos días ese banco creció en bolsa más de un 10%.
No me preocupa lo más mínimo perder lo que podamos tener invertido en bolsa. Las inversiones son un juego y se juega con lo que no se necesita. Lo que no se necesita, sobra. La percepción de la misma es un círculo vicioso: a más publicidad más pánico, a más pánico más ventas y más bajadas. No vendería cuando voy perdiendo pero el miedo funciona. Está claro. ¿Qué más da?
Soy un poco agonías, menos de lo que parece, si lo fuese estaría diciendo: ¡Ohh!, ¡qué horror, la crisis! En las alertas mediáticas están oculto el antídoto: “la mayor bajada de los últimos n años”, es decir, que hace “n” años hubo una crisis peor y seguimos vivos. Sólo es importante lo que realmente es importante: vuestras vidas.
¡Al diablo la crisis!
Ya no está el rumano de la sonrisa feliz, ahora una mujer sentada y protegida del frío pide a la puerta del supermercado. Tenía ciertas dudas que el viernes quedaron disipadas: es su esposa. ¿A quién se le ocurriría pedir dinero a un corredor despistado mientras hace footing? Me paré y ejercí de hipócrita lavando mi conciencia.
Ingredientes
Cuando estén cocinados, debemos cubrirlos con papel de aluminio o guardarlos en una fiambrera para evitar que se deshidraten. Una vez se hayan templado los pelamos delicadamente (la piel sale con facilidad, en caso contrario es que le faltaban unos minutos de horno) reservando todo su jugo.
Picamos los ajos en láminas finas y los calentamos a fuego medio en una sartén con aceite de oliva. Unos minutos, sin que lleguen a tostarse. Retiramos del fuego y vertemos sobre los pimientos. Los guardamos en un recipiente cerrado hasta el momento de consumir. Salamos y, si gustamos, añadimos un poco de vinagre (no lo suelo hacer, a María no le gusta el vinagre).
Aguantan varios días. Son ideales para acompañar otros platos, tomar en tostadas o como relleno de tortilla de patatas.
Me dirigía a una frutería cercana, corriendo y todavía sin haberme cambiado. Mi intención era comprar unas castañas para hacer un puré para acompañar una carne. Habíamos traído unos cuantos quilos de castañas de los que nos había dado su madre, pero al final todas se habían puesto malas en unos pocos días. A María no le dije que las había comprado, mientras comía pensaba que eran las que nos había dado su madre.
Cuando voy de compras me pierdo en varias secciones: las harinas, los quesos y la frutería. Nada más entrar en esa frutería que hay en el tramo de la Calle Vilagarcía que cruza Romero Donallo le eché el ojo a todo menos a lo que deseaba comprar: unos puerros y unos pimientos del piquillo versión Padrón (Herbón) con un aspecto de lo más atractivo. No pude evitar comprar estos pimientos que hice nada más llegar a casa.
Este plato es sencillísimo, hasta causa rubor hablar de él. Como si me atreviese a poner la receta de la tortilla de patatas (que quizás lo haga en versión desconstruida). El plato es tan delicioso que el rubor de mi cara se lo he pasado a los pimientos. En estos casos lo más importante es una buena materia prima. Como en el cine: de un mal guion es casi imposible hacer una gran película, los buenos guiones son difíciles de estropear. Allen, ¿te acuerdas?, la próxima vez escribe una buen guion, por favor.
O.S.T.
- ¿Te importa que te haga una pregunta personal?
- No lo sé.
- ¿Te gusta esto?, quiero decir…
- Sí.
- ¿Por qué?
- No lo sé, mis amigos están aquí, me gusta el paisaje… No lo sé.
- Lo sé, lo sé, sólo que aquí no hay nada que hacer.
- Sí que hay.
- No, no, no hay nada. Es pequeño, aburrido, es una ciudad pequeña y aburrida llena de gente estrecha de miras que no saben nada excepto cómo son las cosas aquí. No tienen ninguna perspectiva, ni visión. Podrían estar viviendo en el siglo XIX porque... porque no tienen ni idea de los que está pasando y si les dices algo te matan.
- ¿De qué estás hablando?
- No tengo ni idea. Eres un buen chico.
No negaré la existencia de una crisis inmobiliaria debida a la subida de los intereses de las hipotecas por la también subida del Euribor, y que poco a poco parece que se va calmando. Tampoco es innegable la existencia de una crisis macroeconómica, resalto macroeconómica, de ámbito mundial. Si no me estuviesen recordando todo el día: “¡La crisis!, ¡El fin del mundo!” mi percepción no sería esa. Sigo teniendo trabajo, mis condiciones económicas no han empeorado, han bajado los tipos de interés, el precio del pan y del gasóleo u otros productos de primera necesidad. Tengo todo lo que necesito y más.
¿Y la crisis? Mi “amigo” Bush & Cía. hace unos años predicaron la política del miedo (“estamos siendo atacados”) para justificar sus guerras económicas. Para él y sus amigos las guerras eran una inversión: inversión del estado en empresas armamentísticas, control del petróleo, inversiones de “reconstrucción” y mantenimiento… Si entrábamos en recesión echábamos mano de una guerra. Eso sí que era una crisis y pocos eran conscientes de ello, ni los muertos.
Hay mucho tipo de crisis, la macroeconómica (la que les interesa a los ricos y afecta a todos), la microeconómica (la sólo afecta a los pobres), las guerras (la que nos debería interesar a todos), y un largo etcétera.
No creo que las cosas surjan por casualidad, la política del miedo funciona y justifica los actos de gobiernos irresponsables. Cuando fue la guerra de Irak el plan de Bush fue aprobado casi unánimemente por toda la clase política norteamericana, el miedo había causado efecto. Ahora el “miedo” a las crisis bancarias ha permitido que Mr. Bush pudiese echarle una mano a los que en otros momentos se la echaron a él.
No soy un experto en economía, se nota, pero tengo una percepción bastante física al respecto. Si el principio de conservación de la energía dice que “la energía (casi) no se crea ni se destruye, se transforma”, mi visión del dinero es parecida: “el dinero no se crea ni se destruye, se redistribuye”, casi nunca uniformemente. En época de crisis muchos pierden su trabajo y su dinero, pero otros se enriquecen. Estoy convencido que los establecimientos de comida rápida están haciendo su agosto, o los medios de comunicación, o los centros de ocio,… es un aire de rémora colectiva que nos pretenden introducir poco a poco.
También estoy bastante convencido que ese concepto que han bautizado como “refundación del capitalismo” no es más que un modo de inventarse algo para que si vuelve a suceder una crisis macroeconómica los grandes especuladores permanezcan a salvo. ¿Quién se movilizó con la reconversión industrial?, ¿y la minera?, ¿no eran crisis? Eran crisis de pobres, no de especuladores.
El otro día María, cuando nos íbamos de fin de semana, me preguntó qué opinaba sobre (re)invertir en bolsa. Le respondí: “si lo deseas te apoyo”, “invertiría en grandes empresas implicadas directamente. En los bancos que puedan sobrevivir”. Le comenté que pensaba que en esta época los grandes se comen a los pequeños, como cuando fue la minicrisis de las “.com”, las más grandes (Google, Microsoft) se convirtieron en las empresas más poderosas del mundo al devorarse a las pequeñas. Hablamos de un banco y lo dejamos pasar. A los pocos días ese banco creció en bolsa más de un 10%.
No me preocupa lo más mínimo perder lo que podamos tener invertido en bolsa. Las inversiones son un juego y se juega con lo que no se necesita. Lo que no se necesita, sobra. La percepción de la misma es un círculo vicioso: a más publicidad más pánico, a más pánico más ventas y más bajadas. No vendería cuando voy perdiendo pero el miedo funciona. Está claro. ¿Qué más da?
Soy un poco agonías, menos de lo que parece, si lo fuese estaría diciendo: ¡Ohh!, ¡qué horror, la crisis! En las alertas mediáticas están oculto el antídoto: “la mayor bajada de los últimos n años”, es decir, que hace “n” años hubo una crisis peor y seguimos vivos. Sólo es importante lo que realmente es importante: vuestras vidas.
¡Al diablo la crisis!
Ya no está el rumano de la sonrisa feliz, ahora una mujer sentada y protegida del frío pide a la puerta del supermercado. Tenía ciertas dudas que el viernes quedaron disipadas: es su esposa. ¿A quién se le ocurriría pedir dinero a un corredor despistado mientras hace footing? Me paré y ejercí de hipócrita lavando mi conciencia.
Ingredientes
- Un puñado de pimientos del piquillo frescos (no en lata).
- 3 dientes de ajo.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal
- Opcional: unas gotas de vinagre (ayuda a la conservación)
Cuando estén cocinados, debemos cubrirlos con papel de aluminio o guardarlos en una fiambrera para evitar que se deshidraten. Una vez se hayan templado los pelamos delicadamente (la piel sale con facilidad, en caso contrario es que le faltaban unos minutos de horno) reservando todo su jugo.
Picamos los ajos en láminas finas y los calentamos a fuego medio en una sartén con aceite de oliva. Unos minutos, sin que lleguen a tostarse. Retiramos del fuego y vertemos sobre los pimientos. Los guardamos en un recipiente cerrado hasta el momento de consumir. Salamos y, si gustamos, añadimos un poco de vinagre (no lo suelo hacer, a María no le gusta el vinagre).
Aguantan varios días. Son ideales para acompañar otros platos, tomar en tostadas o como relleno de tortilla de patatas.
Mato por estos pimientos !!!
ResponderEliminarMe encantan, tambien las berenjenas en escabeche, y todo lo que se pueda poner sobre una tostada para acompaniar una cervecita bien fria.
Yo los hago igual pero sin rehogar el ajo, cambia el sabor ??
Un besote, Mariana
Uyy, tampoco los hago con pimientos del piquillo. Vivo en Ushuaia: aca no hay frescos, asi que los hago con ajies morrones. Los pimientos del piquillo los probe solo de lata. Lastima no poder probar los tuyos !! Un beso muy grande
ResponderEliminarAyyyyy que esta mañana los he visto en mi tienda y he pensado "los llevo". Pero en casa no les gustan los pimientos y he pensado que para mi sola no los voy a hacer.
ResponderEliminarAhora me da coraje no haberlos cogido. Después de ver los tuyos me apetecen con todo, con una ventresca, con unas lascas de queso,...y yo con vinagre, please.
Pues aunque te parezca sencilla la tortilla de patatas no todo el mundo sabe hacer una en condiciones.
La crisis, cada día me entero de conocidos que la están empezando a vivir y me angustio por ellos. Sobretodo con críos en casa. Dicen que en Galicia no se notará tanto porque el que más o el que menos tiene casa en la aldea para abastecerse de patatas, tomates, huevos, ... ya le hemos dicho a mi madre que en el mini jardín que tiene empiece a preparar el terreno para plantar algo.
Cómo puede ser que España tenga una tasa de paro un 70% mayor que el resto de países comunitarios?, que Dinamarca que fue el primer país en declarar una recesión su tasa de paro sea menor de un 7%. ¿Y aquí? Pues como el slogan de los 80 0 90 "Spain is different", " Spain; everything under the Sun".
Mañana toca ir a la Plaza de Abastos, iré a mi frutero de confianza, Jose Rey, a ver si me calma mi deseo (de pimientos, se entiende).
Creo que haré conserva de ellos.
Está al pasar la gasolinera que hay en frente de la Iglesia del Pilar. Estos días tiene afuera una silla con alguna calabaza .
Mañana voy a ir por la mañana que tengo que bajar a la consultora para la que trabajo y está al ladito.
Muac,
Berta
QUE COLORES!!!!!!!!!
ResponderEliminarCon esas fotos se ven de exposición!! Un secretito, yo los quemo directamente en la hornalla o en la plancha de hierro (la de hacer churrascos)y te queda un sabor ahumado espectacular. A las berengenas lo mismo. (probalas)
uffff.......después de escribir pensé que alguien podria sentirse "tocado" con el consuelo de tontos, pero por estos pagos es una frase hecha que no se dirije a los tontos precisamente. Menos mal que me entendiste, no me gustaría que nadie se ofenda ya que la gente que pasa por este sitio es "gente linda" (no podría ser de otra manera con el anfitrion de este lugar;0)) Fue un piropo bien intencionado che!!! Veo que sufrimos de los mismos males...y no hay Diios que me arregle.
Para amenizar les paso un blog que encontré de casualidad y tiene una musica ochentosa MARAVILLOSA que pueden escuchar en continuado....
besos a todos
blog HITS FOREVER: LENTAS QUE HICIERON HISTORIA (1)
http://hitsforever.blogspot.com/2007/11/lentas-que-hicieron-historia.html
Hay que hacer caso a los primeros economistas. Como dices tú, nos adaptamos a todo, lo que pierden unos lo ganan otros. La economía se autoregula.
ResponderEliminarA esas fotos les falta un poco de color naranja y blanco, ¿qué tal con unos huevos fritos?
Por cierto ¿qué cámara estás usando ahora?
Si estuvieras en Navarra hubieras podido ir a comprarlos recien asados a la leña!! todo un manjar en estas fechas. Pero bueno al horno tampoco estarán mal...
ResponderEliminarMe encanta esta receta. En mi casa se hace muchisimo para luego comerlos solos o acompañados de una buena ventresca...
ResponderEliminarLos tuyos tienen una pinta exquisita.
Bicos.
Holaaa! aquí Rosita. Me encantan los pimientos (no como a Adrià, que una vez leí que no le gustaban!!!), sobre todo a la brasa, pero nunca he visto en el mercado los del piquillo así, al natural, supongo que si me paso por la Boquería sí los encuentro. Por cierto, he reconocido entre tus fotos la plaça del Rei, con su Barcelona romana debajo mismo. Y me ha encantado ese mercado como en logias-balcones, qué bonito!
ResponderEliminarSabes? Sobre los brioches, en el libro El aprendiz de panadero de Peter Reinhart (ahora no sé si se escribe así), hay tres clases de brioches, y al de menos mantequilla le llama 'del pobre', y al de más, 'del rico', hay clases sociales hasta en los brioches...
A mi me gustan con más bien poca, debo tener el paladar proletario, como yo, claro :·)
Ya hice las magdalenas, muy buenas, pero el doradito no me quedó tan mono como a ti, se me doraban enseguida y por dentro todavía estaban blandas. De sabor, me recordaron un poco a los sobaos, y tenías razón con lo de pesar la mantequilla una vez deshecha, baja un montón el peso y de un paquete de 125 gramos aún tuve que fundir más!
En la entrada (de hace ya un año!) sobre 'su sonrisa', yo ya te hablé del violinista; él sí sigue estando, y al final ya nos atrevimos a PAGARLE por su música, no es ninguna caridad ni nada de conciencia, lo tenemos claro las dos partes, la contratada y la contratante (Groucho!!!), y me gusta, muuuucho, sonreír y que me sonrían.
Change, we need (aunque ahora todo el mundo me lo esté intentando bajar del pedestal, ya! antes de empezar y todo!!, a mí me sigue ilusionando).
Sonrisas y abrazos para todos,
Rosita.
Muy ricos estos pimientos, yo también los hago así, pero de conserva, al ver las fotos me apetece probarlos, mirare mañana en el mercado.
ResponderEliminarRespecto al comentario anterior, tranquilo, no tengo nada que perdonarte, al contrario, pensaba que era yo quien te habia ofendido.
La crisis, es cierto que el dinero cambia de mano, pero no desaparece, no me preocupa la de bancos y grandes entidades financieras, SI el problema del paro, que sigue aumentando, siempre lo pagan los más débiles.
Besicos, que paseis buen día.
Pilar
Delia, es verdad, quedan fantasticos con el saborcito ahumado. Voy a implementarlo tambien para las berenjenas ( siempre las hervi con laurel !! )Gracias por el consejo !!
ResponderEliminarBeso !! Mariana
Si Mariana, quedan riquisimas. Mas cuando preparas la parrilla para hacer un asadito...las pones ahi, cuando estan quemaditas, las sacas, le sacas la piel (o no) ajo y aceite y unos ricos panes...mmmmmm!!!!! tambien las podes hacer pure con los mismos ingredientes (al mejor estilo Arabian king) Envidio sanamente el lugar donde vivis....para mi gusto, la mejor provincia del sur!!!Anduve por ahi hace unos años
ResponderEliminarBesos
Buenas!! me encantan los pimientos, solo que del piquillo no los encuentro. El domingo asé tres berenjenas y tres pimientos rojos, que estan muy ricos. Mi perdición... un bocata de pan crujiente con ventresca, pimientos y pepinillos!!!! Con las berenjenas hice un "mix" entre un Tumbet mallorquin y a la parmesana y quedo rico, lo mio es la cocina "fusion" (ja ja una chapuzas fusion es lo que soy!). Crisis... what crisis? será para los de siempre aqui han vendido el kilo de angulas a 2.075 € y .. alguien las compra y alguien las come en un restaurante. Ya lo dice el refran: a rio revuelto... alguien come angulas.
ResponderEliminarQue paseis una buena tarde, besos a tod@s
Suerte que no me gustan las angulas! Te las cambiaría por ese bocata-fusión, Paulova. Pues a ver si encontramos esos piquillos...
ResponderEliminarDelia, he estado un ratito en ese Hits Forever, gracias, me lo he pasado rebien, acabo de escuchar a O'Sullivan con su 'Alone again', a Joel y su 'Honesty', y a Taylor con 'Handy man', vaya tres grandiosas canciones, eh? Me he visto de pequeña, cuando mis hermanas ponían los cassettes en el coche cuando salíamos toda la familia de fin de semana, y yo hacía ver que cantaba para no marearme (por supuesto, no me las sabía, en inglés, en cambio sí las de Camilo Sesto o Sandro Giacobbe). Lo de cantar en el coche lo sigo practicando... si veis a una loca por Barcelona o alrededores al volante de un utilitario negro a grito pelado, ya sabéis...
Beso.
Rosita.
jjajaja pero "watson" que cantarina nos has salido!!!
ResponderEliminarjaja...Rosita...Viste que buen sitio??? Es cierto que te transportas a la infancia-adolescencia. CAMILO SESTO. POR DIOS!!!!!!!!!!!! Quiero llorar!!!
ResponderEliminarVivirrrrrr asiii es moooriiir de amooooorrrrrrrrrrr buaaaaaaaaa
que recuerdos!!!
un besito. Y para Mariana..quise decir ciudad TIERRA DEL FUEGO Prov.
besoos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA FAVOR: las recetas son magníficas, muy originales y están perfectamente explicadas. Las fotos, estupendas, con calidad para aparecer en cualquier revista o libro especilizado. La idea de intercalar reflexiones personales es original y muy acertada.
ResponderEliminarEN CONTRA: las reflexiones pecan de solipsistas, hiperestésicas y nihilistas. Algunos comentadores habituales caen en una tentación exhibicionista y hablan más de sí mismos que del blog en el que están.
Jajaja, sí, que el que canta, su mal espanta, o como he oído alguna vez 'el español cuando canta, o está ...... o poco le falta. Es broma!!!!
ResponderEliminarYa de 'mayor' he descubierto que soy muy 'camilista'... 'mi mundo era ciego hasta encontrar tu luz...' :·)))
Algunas letras de canciones desde luego son para nota... ¿os habéis fijado que 'El jardín prohibido' es la canción más caradura de la historia?... 'Lo siento, mucho, la vida es así, no la he inventado yo...' :·0 Se te queda la boca que te cabe una sandía, jajaja.
Rosita
Achtung!! a ponernos las pilas que va a ser que no tenemos "nivel".
ResponderEliminarYo me quedado con cara de 'mea culpa'. Lo siento...
ResponderEliminarRosita.
Esa cancion de de Monica Posse y la verdad es que era bastante(......)EXPLICITA digamos, me daba verguenza escucharla en aquella epoca.Yo tambien cuando estoy contenta, o tengo un buen dia, me la paso cantando, bah cacareando como las gallinas jaja
ResponderEliminarAdemas de hablar del "arte culinario de pepinho" y de nuestras experiencias en la vida para compartirlas, un poco de economia, de politica, de familia....de que mas se puede hablar?? Creo que esta es la esencia de este blog, tambien creo que los que lo adoptamos tenemos casi los mismos intereses por ende No hay puntos en CONTRA, si no cambiaríamos de lugar, hay tantos....
Hoy escribi mucho y me emocioné Rosita, me hiciste acordar de Camilo sesto...MUY BUENO
BESOS A TODOS
Hola. Hace tiempo que sigo este blog aunque nunca he opinado. Últimamente parece que algunas personas pierden de vista el hecho de que un blog es algo personal, un lugar donde, principalmente, el creador del mismo se expresa como desea. Y los demás también.
ResponderEliminarDesde luego que no siempre estoy de acuerdo con lo que dice el autor, pero ¿quién soy yo, persona subjetiva y con opiniones propias, para juzgar en público la forma que tiene él de entender su propia vida? Sin ánimo de ofender, me ha sorprendido el comentario de "alicia", ya que entrar directamente a remarcar los aciertos y los errores de los demás, parece cuanto menos un poco arrogante. Y lo más curioso es que pudiendo calificar las reflexiones de "subjetivas, demasiado sensibles y escépticas", se decante por "solipsistas, hiperestésicas y nihilistas" (¡Ay, el registro de la lengua!). ¿No estaremos cayendo todos en un cierto exhibicionismo en nuestras palabras al mostrarnos ante los demás?
Los blogs crean su propia dinámica y, como en todos los grupos humanos, mientras funcionen ¿cuál es el problema?
Me aburren los polemistas. Si no les gusta un blog ¿por qué siguen visitándolo? Y si tienen la forma de mejorarlo ¿por qué no crean el suyo propio con todo "mejorado"?
En cuanto a las recetas, algunas me gustan y otras, por "paladar" personal, no las haría nunca, pero reconozco que en todas se ve la labor que hay detrás y eso me encanta.
Saludos de Madame Brioche (solipsista, hiperestésica y nihilista convencida)
Como buena riojana pongo pimientos en cualquier plato y me regalaron unos del piquillo ecológicos hace poco, tienen un aroma que llena la cocina. Los haré a tu manera, se ven deliciosos. Petons.
ResponderEliminarcanela
Speed Racer, sólo saludar.
ResponderEliminarMañana mis alumnos tienen un examen y me he visto obligado a cambiarlo. El que había preparado me había quedado demasiado matemático. La cocina me dio la respuesta al problema: que hagan un convertidor de medidas (culinarias). Empiezan a programar en Java y es difícil pensar en un programa que no toque conceptos que todavía no hayan estudiado.
Todavía no he leído vuestros mensajes pero un plato que hago con frecuencia es una versión gallega (estilo Pepinho) de la Escalivada. Le pongo berenjena, piquillos frescos o pimientos (amarillos y rojos), cebolla, tomatitos, sal, pimienta y… los hago enteros y después los pelo. La cebolla la dejo caramelizándose un poco más. Salud y gusto.
Besos. Os leeré más tarde.
Más que solipsista y nihilista es un "existencialismo ateo" ;-), un pimiento asado.
ResponderEliminar¡qué bueno!
Hola Pepinho!
ResponderEliminarHace tiempo probé en un restaurante un plato delicioso: ensalada de pimientos asados, bacalao y salmon. El sabor es espectacular (y eso que a mi no me gusta mucho el salmón)... Seguramente es parecido a tu receta pero se sirve en frío... Tengo que conseguir hacerla.
Una pregunta, sé que eres gallego (yo también), por eso te quería preguntar dónde has encontrado esos pimientos de piquillo frescos...
Muchas gracias por tus recetas son fantásticas! y tus reflexiones también lo son.
Un abrazo,
Marta