La interpretación de los sueños
Good, better, best
Sólo me ha fallado la decoración, no del todo perfecta, la ganache estaba demasiado fría cuando apliqué las tiras de chocolate blanco, eso hizo que se solidificara de inmediato, sin dejarme acabar con la decoración que había pensado inicialmente. Por lo demás, calificaría estos pastelitos como de lo mejorcito y más resultón que he hecho últimamente. Y lo dice alguien al que no le gusta demasiado el café.
El chocolate, con unas cremas trufa y moka muy suaves, y extremadamente fáciles, ha quedado riquísimo. Otras veces la moka la había preparado como una crema mantequilla aromatizada con café, demasiado fuerte y empalagosa para los rellenos pero buena para acabados o decoraciones sutiles. Este vez me he limitado a hacerlas del modo más sencillo y suave, con una nata montada con café soluble (descafeinado)/cacao en polvo y azúcar (casi a gusto). Fáciles, si disponéis de un pequeño espacio en el congelador mejor todavía, conseguiréis un corte más liso y homogéneo.
Cuando los pasteles están a medio hacer parece un milagro que lleguen a alcanzar un nivel de presentación y apetencia “respetable”. Poco a poco, las capas más o menos heterogéneas de bizcocho enrollado de chocolate van tomando forma hasta convertirse en unos ricos pasteles de aspecto bastante atrayente. Muchas de esas veces, a medio camino, da ganas de tirar la toalla ante la incredulidad del milagro de la pastelería, la paciencia es una de las principales virtudes de un repostero. Yes, we can.
Si la ansiedad nos puede y la paciencia escasea, si dudamos de la viabilidad del milagro, si no tenemos fe, siempre podemos hacer un cambio de dirección en mitad del camino. Podemos transformar lo que pretendían ser unos pasteles en un rollito al estilo “brazo de payo”.
Recuerdos.
Todos los tontos van al infierno, a los listos ni se les ocurre. Sobre un papel de fondo blanco, virtual (¡cuánto echo de menos los perdibles papeles!), se transforma la manera de ver mi mundo. Hace unos minutos era totalmente negro, de soledad acompañada, de estúpidos enfados, porque todos los son. Sólo llevan al dolor por el dolor.
También añoro aquella pequeña habitación con bonsái, una ventana y un mueble que sin ser empotrado lo parecía por estrecho. La agradable compañía y las conversaciones con sustancia, donde cada palabra tenía sentido. Las vueltas atrás son imposibles y, si algún tiempo pasado fue mejor, mis pretéritos son indefinidos. Ahora lo llaman pretérito perfecto simple, ¡perfecto!, me cambio al imperfecto que, aunque esos tiempos ya han concluido, me gustaría que se ajustasen al “pluscuamperfecto”.
He perdido parte de aquella ingenuidad que me daba carta blanca para decir y hacer cualquier cosa. Con el tiempo te pones muchos límites, además de los que te rodean día a día. ¿Es bueno soñar? Es bueno soñar con los ojos entreabiertos para no darte de bruces con la realidad. ¿Qué escribo? ¿Qué es el caos? Esto.
Los dos sentimientos que más odio: la envidia, ni la “sana”, y el egoísmo. Juntos son el cóctel molotov que todo lo quema.
Y mañana vuelve a llover. Y pasado, y el otro más. ¿Dónde está la primavera? Entre el sueño, el frío y la lluvia, correr ya no es lo mismo. Aquellas primaveras de pretérito indefinido, cuando los pantalones llevaban rodilleras que se llenaban de verdín y los jerséis eran azules con coderas. Aquellas primaveras de campos de margaritas amarillas, de echarse en la hierba húmeda mirando al cielo, viendo pasar las nubes e imaginando todo tipo de formas. La grande siempre era Zeus dirigiendo una gran cuadriga.
Entre las margaritas que poblaban los campos flotaban mariposas de todos los colores, amarillas, verdes y las enormes que asustaban al verlas de cerca. Nos levantábamos de la hierba, que nos llegaba hasta la cintura, dejando un rastro permanente, un gran círculo de plantas marchitadas por los revolcones. Los pantalones de tergal, eternos, con los bajos llenos de marcas de bastillas dobladas año tras año, se marcaban de verde y rojo, el verde clorofila y el rojo trasero al llegar a casa.
Los sueños. Mientras dormía soñaba, no como ahora. Estaban aquellos en los que flotaba y nadaba en el aire, un aire denso por el que podía avanzar sin miedo a caerme. Los saltos, al modo del triple salto, eran paseos en los que las piernas ayudaban a caminar sin tocar el suelo. Eran los mejores.
Estaban las subidas a la montaña, un Barbanza hecho a la medida del sueño. As chans, eran un suave filo desde el que podían verse ambos lados: la ría de Muros (y Noia) y la ría de Arousa. Por la cima caminaba como por el filo de una navaja. Lo más grandioso era la sensación de haber descubierto algo nuevo y la cercanía del cielo y la tierra. Desde la montaña el pueblo podía cogerse con la palma de la mano.
Los terremotos. Las peores pesadillas. Todo era confuso, la liberación que se sentía al despertar era comparable al placer de los mejores sueños. El espacio y el tiempo se entremezclaban de un modo confuso, personajes con roles distintos a los del mundo real.
La peor pesadilla, con diferencia, era en la que no podía correr y avanzar o lo hacía con tanto esfuerzo que casi no me movía. Todo caminaba en torno a mí pero yo quedaba casi inmóvil, incapaz de moverme sin ayudarme de las manos que tenía que usar para asir objetos y poder desplazarme. Las piernas extenuadas, incapaz de moverme con facilidad. El horror de mi peor pesadilla.
(…)
Hoy he dormido cuatro horas y, como una premonición, he tenido pesadillas.
Bizcocho enrollado de chocolate
Con un batidor eléctrico de varillas, montamos las claras a punto de nieve con 30 gr. de azúcar polvo, que verteremos poco a poco cuando la claras estén casi montadas. Reservamos (2ª reserva).
(2) En un cuenco grande u olla montamos las yemas con los huevos y 80 gr. de azúcar polvo, batiendo con un batidor eléctrico hasta que queden perfectamente montados. También podemos añadirle un poco de ralladura de limón.
Añadimos la claras montadas, al principio un poco y después el resto de modo cuidadoso y envolvente, desde abajo hacia arriba. Por último incorporamos la mezcla de harina en forma de lluvia y mezclando cuidadosamente, de modo envolvente, como siempre, con una espátula de plástico (o silicona).
(3) Extendemos la masa sobre la bandeja cubierta con papel de horno, alisando ligeramente la superficie. Horneamos a 220º C durante unos 6-8 minutos, hasta que parezca que empiece a tostarse por los bordes y al pulsar con el dedo recupere su posición. Esperamos a que enfríe y cortamos transversalmente en tres tiras de igual ancho (11-12 cm), los fragmentos de los bordes más anchos pues habrá que recortarlos más (son menos homogéneos).
Reservamos en el frigorífico envueltos en película de cocina si no los vamos a preparar de inmediato.
Jarabe
Empaparemos el bizcocho con ayuda de un pincel susto antes de practicar el relleno.
Crema trufa ligera
Montando todos los ingredientes juntos queda una mezcla más homogénea y con más sabor. Si añadiésemos al cacao al final es mucho más fácil que queden grumos o que se baje la mezcla.
(2) Sobre una bandeja que pueda ir al congelador situamos un bizcocho y lo mojamos con el jarabe, ayudándonos de un pincel. Debe quedar bien mojado pero consistente. Cubrimos con una capa de crema trufa.
Situamos sobre ella la segunda capa de bizcocho, hacemos una ligera presión central y volvemos a mojar. Repetimos con la capa de trufa y la última capa de bizcocho, que también mojaremos.
Le damos la vuelta al pastel sobre una bandeja con película de cocina y lo envolvemos cuidadosamente. Lo llevamos al frigorífico unas horas, puede ser toda la noche. Después de descongelado será mucho más fácil cortarlo.
Ganache
(2) Cubrimos el pastel, al que le hemos vuelto a dar la vuelta (por la capa más lisa) y que hemos retirado del frigorífico una dos horas antes, alisándolo con una pala o un cuchillo, de modo que quede una fina capa. Dibujamos las formas deseadas y esperamos a que se solidifique antes de cortar. Una vez haya secado decoramos a gusto con chocolate blanco, crema trufa o cómo más nos apetezca. Cortamos en pasteles.
Pueden conservarse en el frigorífico. Una delicia de plato, a mí me lo ha parecido.
Good, better, best
Sólo me ha fallado la decoración, no del todo perfecta, la ganache estaba demasiado fría cuando apliqué las tiras de chocolate blanco, eso hizo que se solidificara de inmediato, sin dejarme acabar con la decoración que había pensado inicialmente. Por lo demás, calificaría estos pastelitos como de lo mejorcito y más resultón que he hecho últimamente. Y lo dice alguien al que no le gusta demasiado el café.
El chocolate, con unas cremas trufa y moka muy suaves, y extremadamente fáciles, ha quedado riquísimo. Otras veces la moka la había preparado como una crema mantequilla aromatizada con café, demasiado fuerte y empalagosa para los rellenos pero buena para acabados o decoraciones sutiles. Este vez me he limitado a hacerlas del modo más sencillo y suave, con una nata montada con café soluble (descafeinado)/cacao en polvo y azúcar (casi a gusto). Fáciles, si disponéis de un pequeño espacio en el congelador mejor todavía, conseguiréis un corte más liso y homogéneo.
Cuando los pasteles están a medio hacer parece un milagro que lleguen a alcanzar un nivel de presentación y apetencia “respetable”. Poco a poco, las capas más o menos heterogéneas de bizcocho enrollado de chocolate van tomando forma hasta convertirse en unos ricos pasteles de aspecto bastante atrayente. Muchas de esas veces, a medio camino, da ganas de tirar la toalla ante la incredulidad del milagro de la pastelería, la paciencia es una de las principales virtudes de un repostero. Yes, we can.
Si la ansiedad nos puede y la paciencia escasea, si dudamos de la viabilidad del milagro, si no tenemos fe, siempre podemos hacer un cambio de dirección en mitad del camino. Podemos transformar lo que pretendían ser unos pasteles en un rollito al estilo “brazo de payo”.
Recuerdos.
Todos los tontos van al infierno, a los listos ni se les ocurre. Sobre un papel de fondo blanco, virtual (¡cuánto echo de menos los perdibles papeles!), se transforma la manera de ver mi mundo. Hace unos minutos era totalmente negro, de soledad acompañada, de estúpidos enfados, porque todos los son. Sólo llevan al dolor por el dolor.
También añoro aquella pequeña habitación con bonsái, una ventana y un mueble que sin ser empotrado lo parecía por estrecho. La agradable compañía y las conversaciones con sustancia, donde cada palabra tenía sentido. Las vueltas atrás son imposibles y, si algún tiempo pasado fue mejor, mis pretéritos son indefinidos. Ahora lo llaman pretérito perfecto simple, ¡perfecto!, me cambio al imperfecto que, aunque esos tiempos ya han concluido, me gustaría que se ajustasen al “pluscuamperfecto”.
He perdido parte de aquella ingenuidad que me daba carta blanca para decir y hacer cualquier cosa. Con el tiempo te pones muchos límites, además de los que te rodean día a día. ¿Es bueno soñar? Es bueno soñar con los ojos entreabiertos para no darte de bruces con la realidad. ¿Qué escribo? ¿Qué es el caos? Esto.
Los dos sentimientos que más odio: la envidia, ni la “sana”, y el egoísmo. Juntos son el cóctel molotov que todo lo quema.
Y mañana vuelve a llover. Y pasado, y el otro más. ¿Dónde está la primavera? Entre el sueño, el frío y la lluvia, correr ya no es lo mismo. Aquellas primaveras de pretérito indefinido, cuando los pantalones llevaban rodilleras que se llenaban de verdín y los jerséis eran azules con coderas. Aquellas primaveras de campos de margaritas amarillas, de echarse en la hierba húmeda mirando al cielo, viendo pasar las nubes e imaginando todo tipo de formas. La grande siempre era Zeus dirigiendo una gran cuadriga.
Entre las margaritas que poblaban los campos flotaban mariposas de todos los colores, amarillas, verdes y las enormes que asustaban al verlas de cerca. Nos levantábamos de la hierba, que nos llegaba hasta la cintura, dejando un rastro permanente, un gran círculo de plantas marchitadas por los revolcones. Los pantalones de tergal, eternos, con los bajos llenos de marcas de bastillas dobladas año tras año, se marcaban de verde y rojo, el verde clorofila y el rojo trasero al llegar a casa.
Los sueños. Mientras dormía soñaba, no como ahora. Estaban aquellos en los que flotaba y nadaba en el aire, un aire denso por el que podía avanzar sin miedo a caerme. Los saltos, al modo del triple salto, eran paseos en los que las piernas ayudaban a caminar sin tocar el suelo. Eran los mejores.
Estaban las subidas a la montaña, un Barbanza hecho a la medida del sueño. As chans, eran un suave filo desde el que podían verse ambos lados: la ría de Muros (y Noia) y la ría de Arousa. Por la cima caminaba como por el filo de una navaja. Lo más grandioso era la sensación de haber descubierto algo nuevo y la cercanía del cielo y la tierra. Desde la montaña el pueblo podía cogerse con la palma de la mano.
Los terremotos. Las peores pesadillas. Todo era confuso, la liberación que se sentía al despertar era comparable al placer de los mejores sueños. El espacio y el tiempo se entremezclaban de un modo confuso, personajes con roles distintos a los del mundo real.
La peor pesadilla, con diferencia, era en la que no podía correr y avanzar o lo hacía con tanto esfuerzo que casi no me movía. Todo caminaba en torno a mí pero yo quedaba casi inmóvil, incapaz de moverme sin ayudarme de las manos que tenía que usar para asir objetos y poder desplazarme. Las piernas extenuadas, incapaz de moverme con facilidad. El horror de mi peor pesadilla.
(…)
Hoy he dormido cuatro horas y, como una premonición, he tenido pesadillas.
Bizcocho enrollado de chocolate
- 25 gr. de harina.
- 25 gr. de cacao puro en polvo.
- Una pizca de sal.
- Ralladura de limón (opcional)
- 106 gr. de huevo (2 unidades)
- 40 gr. de huevo (2 yemas)
- 66 gr. de claras (2 claras no grandes)
- 110 gr. de azúcar lustre (polvo) (80 gr. para montar las yemas + huevos y 30 gr. para montar las claras)
Con un batidor eléctrico de varillas, montamos las claras a punto de nieve con 30 gr. de azúcar polvo, que verteremos poco a poco cuando la claras estén casi montadas. Reservamos (2ª reserva).
(2) En un cuenco grande u olla montamos las yemas con los huevos y 80 gr. de azúcar polvo, batiendo con un batidor eléctrico hasta que queden perfectamente montados. También podemos añadirle un poco de ralladura de limón.
Añadimos la claras montadas, al principio un poco y después el resto de modo cuidadoso y envolvente, desde abajo hacia arriba. Por último incorporamos la mezcla de harina en forma de lluvia y mezclando cuidadosamente, de modo envolvente, como siempre, con una espátula de plástico (o silicona).
(3) Extendemos la masa sobre la bandeja cubierta con papel de horno, alisando ligeramente la superficie. Horneamos a 220º C durante unos 6-8 minutos, hasta que parezca que empiece a tostarse por los bordes y al pulsar con el dedo recupere su posición. Esperamos a que enfríe y cortamos transversalmente en tres tiras de igual ancho (11-12 cm), los fragmentos de los bordes más anchos pues habrá que recortarlos más (son menos homogéneos).
Reservamos en el frigorífico envueltos en película de cocina si no los vamos a preparar de inmediato.
Jarabe
- 120 ml. de agua.
- 100 gr. de azúcar.
- Dos tapones de licor kirsch.
Empaparemos el bizcocho con ayuda de un pincel susto antes de practicar el relleno.
Crema trufa ligera
- 150 gr. de nata para montar (35% MG)
- ~30 gr. de azúcar.
- 10 gr. de cacao en polvo.
- 150 gr. de nata para montar (35% MG)
- 35 gr. de azúcar.
- 2 gr. de café soluble (descafeinado o no, Nescafé), unas dos cucharillas de té.
Montando todos los ingredientes juntos queda una mezcla más homogénea y con más sabor. Si añadiésemos al cacao al final es mucho más fácil que queden grumos o que se baje la mezcla.
(2) Sobre una bandeja que pueda ir al congelador situamos un bizcocho y lo mojamos con el jarabe, ayudándonos de un pincel. Debe quedar bien mojado pero consistente. Cubrimos con una capa de crema trufa.
Situamos sobre ella la segunda capa de bizcocho, hacemos una ligera presión central y volvemos a mojar. Repetimos con la capa de trufa y la última capa de bizcocho, que también mojaremos.
Le damos la vuelta al pastel sobre una bandeja con película de cocina y lo envolvemos cuidadosamente. Lo llevamos al frigorífico unas horas, puede ser toda la noche. Después de descongelado será mucho más fácil cortarlo.
Ganache
- 80 gr. de nata líquida (al 35% MG)
- 80 gr. de chocolate negro al 70% de cacao
- Una cucharada de glucosa (30-40 gr.) o miel.
(2) Cubrimos el pastel, al que le hemos vuelto a dar la vuelta (por la capa más lisa) y que hemos retirado del frigorífico una dos horas antes, alisándolo con una pala o un cuchillo, de modo que quede una fina capa. Dibujamos las formas deseadas y esperamos a que se solidifique antes de cortar. Una vez haya secado decoramos a gusto con chocolate blanco, crema trufa o cómo más nos apetezca. Cortamos en pasteles.
Pueden conservarse en el frigorífico. Una delicia de plato, a mí me lo ha parecido.
Despégame de la pantalla, porque que me he quedado ahí sin pestañear, que perfección , me encanta como te han quedado, eres un artista¡¡¡¡ Te cojo uno ok? Felcicidades
ResponderEliminarHola Pepino!!
ResponderEliminarHace dos semanas fuel el cumple de mi amorcilo, y es un adicto al chocolate, así que me puse a buscar por internet, una estupenda receta de chocolate para dejarlo con la boca abierta, entonces descubrí tu blog y tu "tarta de mousse de chocolate y petit-choux de crema", y decir que se quedó con la boca abierta,jejeje, decía " quiero mas". La verdad que la receta esta deliciosa le encanto a todo el mundo, aunque tiene su trabajo, yo creí que no la terminaba, pero mereció la pena el esfuerzo.
Muchas gracias Pepinho por lo bien que lo explicas todo.
Un beso
A medio camino de creacion de tus buñuelos de franbuesa y ¡Zas! me encuentro con otra maravilla,de todas tus recetas(y he probado muchas) me quedo con los pasteles,exito asegurado,no como los buñuelos que no se lo que va ha salir aun (no las tengo todas conmigo)
ResponderEliminarEn cuanto la decoracion esta mas que aceptable y nos demuestra que detras de esos pasteles hay un ser humano y no una maquina de perfeccion,aunque entiendo que se intente hacer las cosas perfectas.
Tengo una pregunta desde hace tiempo,intentaba escubrirla por mi misma,pero me rindo.
Cuando hago bombones o los millonarios,calquier cosa que lleve chocolate de cobertura,a los dos dias el chocolate le empiezan a salir unas manchitas y se pone feisimo.No lo meto en la nevera nunca,y el chocolate que utilizo esta atemperado sabes tu el por que sucede esto?gracias y un beso
JOOOOOOOOO QUE RICO!!!!!! madre me he quedao anonadada pepiño, de verda,pero que arte tienes!! dios mio!!, adoro tu blog!.... genial este pastelito, que combinación, ideal!!! saludos
ResponderEliminar¡¡Hombres de poca fe!!como me he permitido dudar,casi no termino los buñuelos precisamente por lo mismo que comentas en tu entrada.
ResponderEliminarEsta vez no me he hecho caso(gracias por publicarlo en el moment justo) y he seguido adelante, han salido estupendos.mil gracias otra vez
Menuda pinta tiene la tarta! que hoy hasta las 15:30 no como!!
ResponderEliminarIncreíbles, aunque pasaré de la moka. Me recuerda mucho a un invento mío, pero desde luego mi presentación deja mucho que desear, no como la tuya.
ResponderEliminarBerta, Revólver insuperables anoche. Bueno, insuperable Carlos Goñi, como casi siempre que toca en "casa". 3 horas de concierto, 4 bises y el pobre ya extenuado. Es increíble cómo toca la guitarra este hombre, la clásica y la eléctrica. Además salió al escenario con él mi amiga Cristina, que es traductora del lenguaje de signos para interpretar con él dos canciones y fué muy emotivo pq cantó "Dentro de tí" (dedicada a nuestra ciudad). Fue una imagen preciosa ver las manos de Cristina volando al ritmo de la canción.
Pues sí, adicta a los "tristes de la guitarra" como los llama una amiga mía, que nunca se ha parado a escucharlos.
Besos. OLGA.
Una delicia. No soy muy amiga de la moka, pero creo que es por malos recuerdos de esas tartas de bizcocho seco con moka, terribles...La verdad que esta estoy segura de que me va a gustar. Perfecta.
ResponderEliminarUn saludo, Begoña
Pp, definirse por un cantautor no es malo. Tu podrías serlo, ya lo eres: un cantautor sin guitarra, con blog.
ResponderEliminarNunca he sido pija y me encanta Carlos Goñi (envidio a Olga), y también sucumbí con 15 a Hilario Camacho y su Tristeza de Amor, pero esa es otra hª que he vuelto a retomar.
Me imagino que lo del casting ya sé por dónde va. Lo vais a tener difícil. Cada vez hay menos españolas. Suerte!!
La moka es mi eterno No. Tal vez por aquellos pasteles de pequeña que miraba babeando y pidiendo uno para descubrir tristemente que no eran de choco sino de café. Por qué siempre tenían apariencia de choco y eran de café?, alguna conspiración pastelera hasa que decidieron escribrles encima con chocolate MOKA o ponerles un grano de café de chocolate. Sí es cierto que el choco y el café combinan muy bien. Me gustan los bombones Cortados de café. Toda una fiesta una caja con papeles rojos y verdes y dorados y azules.
Somos perfeccionistas y siempre diremos que no nos quedó bien. Pero yo lo veo muy bien. No sé cómo sería tu primera versión, la segunda estupenda.
En Rianxo siempre me escondía entre la hierba alta. Cuando me encontraba la zapatilla de mi abuela se acababa mi aislamiento del mundo, que en ese instante lo gobernaba yo (con 7 años). Jaja una de mis fantasías (no digo de qué tipo pero lo imaginas) es tumbarme en hierbas altas, frescas, con olor a hierba,jajaj como una cabra.
Muacs llenos de gusto por la luna de Abril (abril para vivir, abril para cantar...
la luna de abrilAunque no sea muy de tu estilo Pepe la luna de Abril anuncia tanto...as
Querido pepinho te ha quedado precioso, a mí me encnata el café más la combinación choco/café (ponle tú amo el Capuchino)Encuentro que el choco con el café es delicioso (y a los niños también les encanta) Te he dicho que no soy una mamá típica.Lo sé.
ResponderEliminarTe mando una canción de regalo (me ha hecho sonreir Berta porque también te manda una) pero buscala tu se llama "Closer to you" y es ....de la Brandi Carlile, ja!(te la regalo)también está en mi playlist, (así me vas a ver algún día) besoos a Teo lo amo!!! Gloria
No me da verguenza reconocer que nunca he podido aprender a mandar canciones por ewjemplo aquí. Soy una gansa,besoos, Gloria
Desde luego que tiene una pinta estupenda, ya me lo imagino, un bizcocho suavecito y esponjoso y las crema de chocolate y café ( a mi si me gusta la moka)una combinación insuperable.
ResponderEliminarUn beso.
vaya delicia!!!!!!!!!!!! es muy dificil poder quitar la vista de esas fotos tan maravillosas!!!!
ResponderEliminarMe había imaginado que habría alguna gente a la que lo le guste el café, para ellos la solución es inmediata: no ponérselo, quedaría como una especie de pasteles “selva negra” sin cerezas. Si los motivos son otros no entro en ello.
ResponderEliminarLa crema moka no es la clásica de las pastelerías, aquella de fuerte sabor y gran densidad. La hecha con crema mantequilla. Ésta es mucho más suave y sutil.
Las PacaS, gracias, a mí que no me gusta el café, me ha encantado. Orgulloso me he quedado.
Gracias.
Tatiana, a la “tarta de …petit-choux…” le tengo un cariño especial. Llevaba mucho tiempo rondándome la cabeza la idea de rellenar una mousse con petit.-choux, algo que si es que existía nunca lo había visto. Un tiempo después descubrí por casualidad un blog de cocina extranjero que empleaba esta técnica con fecha de publicación posterior. No me sorprendería que se hubiese inspirado en esta tarta, si no es así todavía prefiero creer eso… hace que me sienta bien.
Gracias.
Un beso.
Pilar, lo que he dicho en la entrada me ha pasado muchas veces. Cuando la masa parece demasiado pegajosa, o crees que una mousse no se afianzará como deseas,… u otras muchas ocasiones. En esas situaciones me contengo para no añadir más harina, ni gelatinas,… y sucede el milagro. Añadir harina sería el desastre.
Paciencia.
Gracias.
Karolina, gracias.
Idu, hoy he comido a las 15:30 y para mí ha sido un record. Normalmente en torno a las cuatro de la tarde (María llegaba a las 15:30).
Un abrazo.
Olga, yo soy adicto a los “tristes sin guitarra”, cuestión de gustos. Me alegro que lo hayas disfrutado.
Besos.
Begoña, como he dicho es una moka un poco especial, nada que ver con la clásica. De hecho, mi idea inicial era usar sólo una chantilly en la capa de moka.
Un saludo.
Berta, no he querido decir lo que he parecido haber dicho. Sólo que había “algunos pijos” a los que le gustaba Revólver. No que todos a los que les guste sean unos pijos. Es cuestión de gustos.
Mis cantantes preferidos son cantautores o letristas: Leonard Cohen, por ejemplo. Pero para mi gusto algunos cantautores españoles no alcanzan ese nivel y me desagrada cierto todo de voz de falsete: Ismael Serrano, por ejemplo. En cambio me gustan los más auténticos, aunque les falte voz: Serrat o Aute.
A algunos cantantes o grupos les he cogido cierto reparo por asociación de ideas: Revólver. Cuando lo escucho me acuerdo de aquellos adolescentes de los que he hablado que cantaban las letras sin saber qué querían decir.
Otro ejemplo puede ser U2. Me gustaban mucho, sobre todo al principio. Cuando se puso de moda en los pubs cantar y gritar el “Bloody Sunday” los pijos se apropiaron de ella sin saber de qué estaban hablando. “Domingo Sangriento”, era como escuchar a Jesulín cantando “Al alba”. Los odié, y aunque sigo teniendo algo en el MP3, por asociación de ideas, no me gustan como al principio.
Con otras canciones me pasaba al contrario. Sabía que eran malas pero me recordaban buenos momentos pasados.
Espero haber malinterpretado “Lo vais a tener difícil. Cada vez hay menos españolas”. Si has querido decir eso me dolería viniendo de ti.
Ya está arreglado, hoy mismo. Desde la primera entrevista todo ha ido perfecto, todas lo eran (hasta una compartía tus aficiones con cierta música gallega, me ha recordado a tus clases). Pero como hay que escoger, entre lo muy bueno lo mejor. Estamos muy felices por ello.
Me ha fallado la decoración de chocolate blanco. Pensé en ponerle unas tiras y cruzarlas al estilo de los millionaire’s... para la ganache ya estaba demasiado fría.
Jugábamos a escondernos entre las hierbas altas que hace mucho que no veo. Sólo podía verse el camino dejado desde lo alto. También lo hacíamos en los grandes campos de maíz todavía verde.
Para bailar, el bolero es de lo mejor. Gracias.
Que llegue el sol.
Besos.
Gloria, GRACIAS por la dedicatoria. Por un momento pensé que se trataba de la canción de los Carpenters, que también me encanta.
Para escucharla ésta es más mi estilo. Hermosa. La guitarra acústica y su sonido metálico acompañando a una buena voz y canción.
Para dedicar una canción sólo hay que desearlo.
Un beso.
Me permito DEDICAROS (y a tod@s) otra de Brandi Carlile, The Story, como diría, todavía más mi estilo ;-)
, esa “h” final me gusta. Gracias. Sin modestia, ha quedado más rico que vistoso. Ha sido cuestión de suerte.
Un beso.
LILU, Gracias….
The Story….
Sí me he explicado mal, muy mal. Me refería a que en Santiago todavía se cotizan más las que vienen de alguna aldea, etc. Al más puro estilo de Gracita Morales: chica que sabe hacer de todo, parece tonta y te resuelve la vida sin casi darse cuenta. Lo siento si he parecido lo que no quería parecer.
ResponderEliminarLos Carpenter fueron mi acompañamiento de primeros años de facultad, junto con KRAG.
Muacs tardíos...ah el maíz alto. alto. jajajaja no sigo que me pierdo.
Muacs al pie derecho de Teo
Pepinho no me acordaba tienes razón Los Carpenters cantaban "Close to you" es linda también pero amí me gusta más la de Brandi Carlile que es "Closer to you" y es linda la letra también, bueno y The history es mi preferida de ella, gracias. Me encanta.
ResponderEliminarVoy a mirar las recetas de Cakes es el cumpleaños de Gerado papa y le tengo que hacer un bizcocho. Besos y que disfrutes con Teo, Gloria
Los pastelitos deliciosos, Pepinho. Y eso q yo no soy muy fan de dulces tipo "bizcocho-crema-bizcocho", nunca me gustaron. Prefiero una base de galletas y el relleno encima o capas de hojaldre... no me gusta la sensación de las migas del bizcocho húmedas (el tiramisú, una excepción!). Tampoco mojo las galletas en la leche, desayuno primero éstas y luego tomo la leche, blanca y calentita. Rarezas q tiene una...
ResponderEliminarLo q más me ha gustado de la entrada, ha sido el post. Tus palabras, tu manera de escribir... tienes mucho talento, y por eso nos enganchas a un montón de gente, siempre pendiente de q algo nuevo salga de ti!
Bicos!!
Felicidades por tu blog, es la primera vez que entro y me encanta el diseño.
ResponderEliminarBuen postre, intentaré hacerlo proximamente.
Un saludo
Harry, quiero usar este bizcocho para hacer una tarta,queda muy seco? que tipo de relleno me recomiendas? alguna mousse?
ResponderEliminarEsque la moka y yo....
Gracias!
Hola! si sustituyo la capa de moka...porque la cambio? por otra de trufa? quedará muy empalagoso? muchas gracias!
ResponderEliminarTeo hoy no tiene ganas de dormir, todavía sigue despierto. Así que puedo leer un poco el correo.
ResponderEliminarBerta, todas las personas con las que hemos hablado han sido verdaderas JASP y, curiosamente, con conocimientos musicales (estimulaciones infantiles ;-)). La cocina la dejamos aparte, prefiero que siempre sea parte de mi territorio.
Besos.
Gloria, que disfrutes de la celebración.
La cantante de "The Carpenters" fue uno de los primeros casos de famosos víctimas de la anorexia (que recuerde).
Close o you.
Pepinho.
Gracias Andrea, los gustos cambian y más rápidamente cuando se hacen versiones caseras. A mí todavía siguen sin gustarme las tartas de bizcocho de las pastelerías. Siempre las noto demasiado secas.
Lo que me sorprende es que no te gusten mojadas, sorprendido me he quedado. Éste es un bizcocho enrollado (importante el detalle), son bizcochos más húmedos y suaves que los clásicos. La proporción de harina es muy inferior, menos de 20 gr. por huevo (en este caso menos de 15 gr.)
Bicos.
De rechupete, gracias, precisamente, el diseño es algo que quiero cambiar cuando tenga tiempo… Me gustaría algo, cómo diría…, minimalista.
Otro saludo.
Anónim@ 1, como he dicho, es un bizcocho enrollado y está pensado para tartas por capas o “brazos de gitano”. Podrías hacer tres planchas para rellenarla y decorarla como más te guste.
Es un bizcocho muy jugoso, húmedo, pero lo mejor es mojarlo con un jarabe….
Una mousse sería perfecta pero más laboriosa, yo le pondría dos capas, una inferior y otra interna más pequeña, creo que prescindiría de la superior. Algo así: bizcocho + mousse de chocolate + bizcocho menor + mousse + ganache ligera. Otra idea podría ser poner una muselina sobre la capa inferior.
También podría hacerse el mismo pastel en grande (duplicando las cantidades) con capa de trufa y otra de nata.
A ti!
Anónim@ 2, muy fácil, la sustituiría con nata montada con azúcar. Quedaría perfecta. Todo trufa me parece demasiado chocolate, necesita un pequeño contraste (el café ha sido perfecto).
También podrían ponerse unas guindas en licor en medio de la nata y unas virutas de chocolate (o cacao en polvo) en la parte superior.
Gracias.
Voy a probar esta versión, aunque me da grima la moka y el bizcocho "mojado" siempre me ha dado coraje...algún truco para que no quede emborrachado? si no ligeramente humedo...esque si no no me lo puedo comer!
ResponderEliminarY para la siguiente que mousse le puedo poner?
Gracias otra vez! un encanto como siempre.
Bueno, gracias "anónimo" por no gustarte demasiado los bizcochos mojados, jiji, así no me siento tan "rarita".
ResponderEliminarEn mi anterior post se me olvidó mencionar q, a mí, como cantautor, Sabina. Y ayer disfruté con la banda sonora de "Naranjo en Flor", una coproducción hispano-argentina... Adoro ese acento, no me resulta nada empalagoso como opina mucha gente... "Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir, y al final andar sin pensamiento..."
Que pintaaaaa!! Paciencia desde luego hay que tener, pero luego merece la pena!
ResponderEliminarTe ha quedado espectacular!
Enhorabuenaaaa
Yo le he puesto Nescafé descafeinado (de peque decía Nescafeinado), sin cafeína podría ayudar. Para que no quede empapado es muy fácil, hay que usar un pincel e ir mojándolo sutilmente y e humedecerlo poco.
ResponderEliminarPrueba la mousse que aparece en esta tarta, a mí creo que es la mousse de chocolate que más me gusta…
Será que me estoy haciendo muuuuuy mayor, pero Sabina ha mejorado mucho con los años , al principio no me gustaba demasiado. Para cantautora Sab(r)ina: “boys, boys, boys….” (¡qué letra!, ¡pura poesía!) y aquellos fines de año pegados al televisor.
¿Paciencia? Ésta es bastante sencilla, las crema se hacen en un minuto y el bizcocho puede hacerse el día antes… Paciencia era lo de la tarta que he enlazado en este mensaje...
La paciencia está en pensar que puede salir mal y no dejarlo a mitad de camino.
Gracias.
Bicos.
Me encantan los cantautores, tambien Cohen, ahora mismo estoy enganchadisima, de una version de la cancion Hurt de Nine Inch Nails, interpretada por Jhonny Cash, ¡Insuperable!! si tienes ocasion mira el video en youtube, tambien estoy deseando que llegue Neil Young a Donosti, 60 eurazos,los 133€ que pagamos por ver a tom waits, parece que estan sirviendo de precedente, espero que valgan la pena...
ResponderEliminary la banda sonora de "el asesinato de jesse james..." ,por nick cave y warren ellis, ¡wow!
ResponderEliminarJe! Pepinho tú sabes que estas celebraciones màs lo que se trabaja pero estuvo bien ademàs Gerardo contento (gracias a Dios no eramos muchos) ademàs mi mamà me ayudò mucho, cosa seria mi mamà a veces es màs animosa que yo (como la tuya creo)
ResponderEliminarMe da pena esa niña de carpenters si me acorada de esa historia, la otra que me gusta Peponho es la Alanis Morrisette, cuando tengas tiempo o puedas escucha esta canción"Right through you" es linda.
Cariños y besoso pa los preciosos,Gloria
Perdòn quise decir Pepinho no Peponho perdòn, perdòn.
ResponderEliminarUf uf uf uf. Mira que no suelo ser yo muy fan de las cremas, pero estos pastelillos son absolutamente irresistibles. Qué pinta, qué foto, qué todo... Sobre todo, que capricho y qué hambre...
ResponderEliminarMadre mía, te vas superando... Así no hay quien pueda. Me encantan. Un beso
ResponderEliminarPepinho,
ResponderEliminarFotos tengo que aprender a tomar... Esas fotos tuyas quitan el hipo!!!
Tus explicaciones son geniales y tus recetas expectaculares!!!
Enhorabuena por tu blog!!!
Un abrazo,
IDania
Hola!
ResponderEliminarQue rico!!!!!!!
Pasate por mi blog que tienes un regalito.
Un beso.
Mi Isma voz en falseteeeeeeee?????Bueno, bueno, cuestión de gustos, vale. Los clásicos buenísimos, pero no te pierdas a los nuevos, que llegan pisando fuerte.
ResponderEliminarSuerte con el "casting". La primera vez cuesta mucho decidirse. Las demás ya es más fácil. Y sí, mejor que cocines tú. BEsos. OLGA.
bueno ante todo felicitarte. es excelente, como todo lo que haces!!
ResponderEliminartengo unas dudas..cuando haces el bizcocho, supongo que lo divides no?? así que saldrá un poco alto para poder dividirlo no?
otra cosita se mete en el congelador o en el frigorífico...es que en el congelador y las vueltas que hay que darle me he perdido.
sigue deleitandonos con estas cositas por favor..
gracias y perdona mi torpeza :)
Me ha encantado esta propuesta (y parece... a mi alcance?); aunque no bebo ni he bebido nunca café ('Quieres helado de fresa o prefieres que te pida ya el café...', Las 4 y 10, mi 'prefe' de Luis Eduardo), me gusta el 'sabor de...' en la pastelería, me ha sorprendido que haya tanta gente a que no le guste; no se me ocurre nada que me disguste de la pastelería (bien hecha, claro); hasta 'soy poquito' del cabello de ángel, pero cuando va en poca cantidad y de calidad, me gusta. También soy 'sabinista' (madre mía, sí, sin erre intercalada! 'Boys...'; hace poco me tronché con la parodia que le hicieron los de la 'Muchachada'; por cierto, has visto la que le hicieron a Von Trier???; espero no enfadarte, eh?). En algunas épocas me he cabreado con él y no 'le he ajuntado' (lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks...'), pero siempre vuelvo a pincharlo y a cantar encima de sus canciones como una loca; como dice, 'cantar es disparar contra el olvido...'
ResponderEliminarPero claro, si me sacas a mi 'nano', ahí ya sí que me disparas al corazón... 'Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón escondida en cada gesto, del derecho y del revés uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto.
'Sinceramente tuya...'
Un beso sincero.
Como nada es por casualidad, o eso dicen, el bajón es claro.
ResponderEliminarYa hablaremos en otro momento.
Gracias.
Pepinho.
Sólo entro para darte un fuerte abrazo de ánimo.
ResponderEliminarEndavant, Pepinho! Ya sabes, hay muchíííísima gente que te quiere, empezando por tu casa y continuando por tu 'deliblog'.
23 d'abril, ojalá estuvieras aquí, se respira un ambiente festivo (siendo laborable) espectacular, que lo inunda todo. Busca un libro y una rosa, aunque sea de chocolate, y sal pronto del socavón.
Besos.
La he hecho y ha quedado insuperable, como siempre con tus recetas. Pero el bizcocho lo hice con harina de arroz, como en un libro de recetas que está ahora en librerias, "Tiramisus y postres cremosos". Utilicé el de la biblioteca y no era capaz de devolverlo!
ResponderEliminarMe gustaria saber para qué e congela.Lo hice pero no quedó el corte tan limpio como el tuyo.¿Se corta congelado, a medias?
Helena
HOLA HOLA, A MI ESPOSA Y A MI NOS ENCANTA ESTE PASTELITO, PERO EN TAMAÑO FAMILIAR!, JAJA, HABIAMOS BUSCADO ESTA RECETA, YA QUE ELLA VIVIA EN OTRA CIUDAD CUANDO ERAMOS NOVIOS, Y YO LE LLEVABA UNO CADA VEZ, AHORA LO PREPARAREMOS Y SIN DUDA LO DISFRUTAREMOS AUN MAS!
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarEn primer lugar me gustaria darte las gracias por este estupendo blog de cocina que tienes. Del cual he aprovechado más de una receta! :)
Hace unos dias prove de hacer el bizcocho enrollado y la verdad es que sale buenissimo pero tengo mis dudas sobre las medidas. Yo queria hacer una base del tamaño de la plata del horno y con la medida de 25 g de harina, etc etc etc.. no me llegó para tender toda la plata. Que medidas debo usar para un bizcocho como la plata del horno?
Muchas gracias, y felicidades por el blog
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