Pilatos y el encantador de perros
Cuando era pequeño, cerca de la Iglesia Parroquial de Boiro, existía un bar, ahora absorbido por el progreso y la especulación inmobiliaria, al que llamaban “El cacahuete”. En él nunca faltaba la “tapa”, por ponerle algún nombre, de cacahuetes (“arcahueses”). El propietario, que ejercía de camarero, tabernero y todo lo que viniese al caso, esparcía sobre la mesa un puñado de cacahuetes sin pelar cuyas cáscaras y pieles desperdigarían los clientes en el suelo entre el serrín que el dueño depositaba en época de lluvia. Creo no haber ido nunca, era demasiado pequeño para frecuentar esos garitos, pero sí recuerdo cómo con sólo hablar de ello sentía el crujir de las cáscaras y la piel desplazándose por las yemas de mis dedos.
A Gerardo le encantaban los cacahuetes salados. Los compraba pelados dentro pequeñas bolsitas que se comían en un abrir y cerrar de ojos. Durante aquella época de amistad mi hermano se había unido a esa afición y, por extensión, yo mismo (…)
He unido estas dos recetas porque se tratan de los mismos ingredientes, usando crema de cacahuete o Nutella en cada caso. Aparte de las evidentes diferencias de sabor, la textura también sufre un gran cambio en cada caso: las galletas de crema de cacahuete, también llamada mantequilla de cacahuete, conservan más la forma y se resecan menos con el paso de los días; las de Nutella © tienden a perder más su forma, quedando más planas, pero con el paso de los días pierden mayor porcentaje de humedad, quedando a su vez más crujientes. Por ello, aunque todo depende de los gustos personales, éstas últimas no deben hornearse en exceso si se quieren conservar varios días en un recipiente cerrado. Recordad: siempre se endurecen al enfriar, por lo que diez minutos de horneado podrían incluso ser suficientes para galletas no demasiado grandes.
No tengo ninguna preferencia en especial, tal vez, por particulares y su gusto contrastado, me quede con las de crema de cacahuete, que nada tiene que ver con el cacahuete clásico. Es un sabor más suave y nada excesivo, incluso para aquellos a los que no les guste el cacahuete. Hoy en día es relativamente fácil encontrar la mantequilla de cacahuete en los supermercados, dada la cantidad de demanda de este producto por gente de procedencia americana, especialmente de Norteamérica. En su favor, diré que la crema de cacahuete tiene una amplia gama de vitaminas y propiedades beneficiosas para la salud, por el contrario, es bastante calórica. No se puede tener todo.
Las he hecho muchas veces, incluso en unas cuyas fotografías que presento como de “crema de cacahuete, parte de la misma fue sustituida por Nutella, ese día se me había terminado la crema. Como casi con todas estas galletas, un reposo en el frigorífico hace que queden mucho mejor tras el horneado, potenciando el efecto de los gasificantes y/o levadura química.
Era mi intención empezar narrando las experiencias personales y reflexiones tomadas durante los días del viaje. Sin embargo, debido a las contradicciones que estoy padeciendo durante esta semana me he visto empujado e desahogarme y liberarme de una soga que durante estos días me ha oprimido y parece llegar a su fin. Sin más, espero que este sea el principio de una etapa más organizada que se vería reflejada en el devenir del propio blog. Dios proveerá.
Ser padre es con mucha diferencia lo más difícil a lo que me he enfrentado hasta hoy, dificilísimo. Tomar decisiones dolorosas son muchas veces falsas justificaciones para anteponer nuestros intereses a los del niño. ¿Dónde acaba el nivel de permisividad y empieza el de exigencia? ¿Somos los padres más egoístas que los niños? ¿Pensamos en ellos o en nosotros mismos?
María está convencida de aplicar “El Método”, yo no. Por no estar convencido, ni me gusta en absoluto el “sistema”. Aunque no dudo de su eficacia, sigo pensando que “el fin no justifica los medios”. No me gustaría que mi hijo padeciese los mismos “métodos” que yo sufrí, ni cometer los mismos errores, pero ¿dónde está el límite de lo razonable? Imposible determinarlo. La educación del miedo no funciona, a la vista está. Me ha llenado de inseguridades, complejos y miedos que todavía perduran en el tiempo. Quizás por eso me opongo a estos sistemas de “aprendizaje”, aunque sea sólo para dormir.
Resulta curioso ver cómo aquellos que como María han tenido una educación más “permisiva” son los más exigentes como padres/madres, queriendo conservar ese estatus de control y autoridad con sus propios hijos. Aquellas generaciones paralelas que hemos tenido que padecer una educación más represiva, nos vemos en la necesidad de entender a nuestros hijos desde el punto de vista del cariño por encima de todo, de superar la barrera que muchos denominarían “malcriar” y ser víctimas de nuestras propias debilidades.
En cuanto a la aplicabilidad del método, en ningún caso debo demostrar a M mi debilidad o mi nulo convencimiento. Lo único que conseguiría es desanimarla y, en ese caso, el fracaso estaría totalmente asegurado. Debo apoyarla aunque no crea en el medio (¿?). Por lo menos hay alguien que está convencida y eso es lo más importante.
Empezamos a aplicarlo durante la hora de siesta. A mí me ha sido imposible aguantar un sólo minuto sus lloros, con sólo acercarme y verle su cara llorosa y sus lamentos, he tenido que cogerlo ante el gesto de desaprobación de María. Soy débil, así lo he demostrado como profesor y como padre, un fracaso permanente y una claudicación ante las todas las demandas. De ahora en adelante tendrá que hacerlo María sola, yo no puedo.
Como detractor de este tipo de métodos drásticos también pienso injustificados muchos ataques que desde el desconocimiento se están dando en determinados sectores. Sin apoyarlo, no creo que este famoso método sea (tan) cruel como algunos piensan. Deja claro, y así se lo he enfatizado a María, que el niño siempre debe ser consciente de la presencia de los padres y su apoyo durante esos momentos, sólo que también debe percibir que en esos instantes antes del sueño sus lamentos no conseguirán el efecto que causan en otras circunstancias, como sí sucede cuando quiere que lo cojan en brazos o solicita comida. Hasta hoy, muchas veces antes de dormir era imposible calmarlo con ningún tipo de método tradicional: mecerlo, cogerlo en brazos,…
Sea como sea, para mí no es.
Nos habíamos olvidado que el niño también sufre, es el que más sufre en esta situación, mucho más que nosotros. Teóricamente se supone que nosotros sabemos qué estamos haciendo y a dónde queremos llegar. Para él es una incomprensible película de terror que se escapa de la protección que sus padres parecían haber profesado hasta ahora.
Durante esos momentos de soledad Teo sufre unas situaciones de estrés que hoy han salido a la luz con claridad después de más de seis meses compartiendo su vida. La sensación de culpabilidad es tan grande, sintiéndolo llorar temeroso y solitario con los ojos enrojecidos en su cunita, que me he sentido como EL PEOR PADRE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD. ¿No estaremos pensando más en nosotros que en el bebé? ¿No será que buscamos una organización horaria para facilitar NUESTRA vida y no la suya? ¿Cómo ha solucionado la humanidad esta problemática durante estos miles de años? No tiene ninguna lógica que el camino para la felicidad sea el sufrimiento, ninguna, pero en algo habrá que creer.
Todavía son las 10 de la mañana y las dos sesiones que hemos tenido que practicar durante la noche han causado una marca de culpabilidad permanente en mí. Me pregunto si también estaremos creando en él un trauma que perdurará en su subconsciente durante el resto de su vida. ¿Es lo correcto?
A las 4 de la mañana yo no he tenido la fuerza suficiente para dejarlo solo en su cuna sin mecerlo como hacía antes, tocándolo hasta que se quedase dormido. El cobarde de Pepe se quedó en cama implorando que los lloros cesaran y ese calvario cediese para que mis lágrimas también lo hicieran. Es María la que se ha levantado con los intervalos establecidos por el método, uno, tres, cinco y siete minutos. Después de unos cuarenta minutos de quejas que parecían no parar, el sueño llegó como debía hacerlo desde el primer momento. Sólo en ese instante vi una pequeña luz de esperanza.
Los lloros de la mañana no he podido evitarlos, lo he cogido mientras María seguía en cama. He cedido y, aún así, seguía quejándose, como reprochándome el haberlo dejado abandonado en su lucha contra el sueño. Ahí, en ese momento, sabía que me había equivocado cediendo, que ese ínfimo logro del primer intento afrontado con decisión lo estaba tirando por los suelos. Volví a dejarlo en la cuna con la esperanza de que pudiese comprender qué estaba sucediendo. Uno, tres,… No pasaron veinte minutos para que se volviese a quedar dormido. No saldré a correr hasta que lo vea sonreír y me abandone esa sensación de culpabilidad que me está martirizando.
Se ha despertado cansado, con ojos de agotamiento, pero sonriente al vernos. Eso reconforta (algo). Todo empieza…
Ya he vuelto de correr, María me ha dicho que no le ha costado nada que durmiese la siesta, sólo unos cuatro minutos de de quejas. ¡Por favor!, ¡qué esto se acabe! No podré soportarlo ni un día más. Sólo María está convencida del todo, si por mí fuera me levantaría todas las noches a acunarlo antes de verle caer una lágrima más.
Ha sido el primer día de verdadera siesta, sin paseos en carrito ni sueños suaves. Ha dormido dos horas de un tirón, ¿agotamiento?, ¿comodidad? Después de haberse despertado estaba reluciente, sonriente y risueño como siempre ha sido. Por primera vez desde que ha nacido ha conseguido pasear despierto… Queda lo peor, la larga noche. Que Dios nos coja confesados…
Se ha acostado casi dormido. Eso es jugar con ventaja, no sirve como elemento de prueba, lo realmente difícil es acostarlo en la cuna cuando todavía está despierto. Esta la vez que lo hemos acostado mucho más temprano y a una hora programada, en eso sí estoy totalmente de acuerdo con el método: en los horarios, en crear costumbres y hábitos que pueda asimilar de modo automático. Por lo demás, sigo siendo el más débil.
Ha dormido más de 8 horas seguidas (se ha despertado a las cinco y media de la mañana desde las nueve de la noche) sin un sólo lamento. Lo cogí para que le diese el pecho, le dio el pecho, lo acostó despierto (yo sería incapaz de aguantarlo) y no escuchamos ni un sólo lamento. Se volvió a quedar dormido hasta las 9:30 de la mañana.
Seguimos con la “terapia peligrosa”, como prefiero llamarla. El momento crítico ha sido acostarlo a las 11 para que tomase la siesta de después del desayuno. Se me hacía impensable imaginar que pudiese tener sueño después de haber dormido tanto, sabía que no se quedaría dormido a la primera pero… ¿lloraría?
Incapaz de intentarlo, ha sido de nuevo María la encargada de hacerlo. Lo ha dejado en la cama, al principio se quejaba un poco y a los pocos minutos se ha puesto a llorar, no como lo hacía antes, como lamentos menos intensos pero constantes. Para mí es IMPOSIBLE SOPORTARLO, he decidido salir. En ese instante, pasados unos 10 minutos, cesó en sus lamentos y ¡se ha quedado dormido como de costumbre!, con los puños cerrados y los brazos levantados.
La próxima semana ya no estará María para hacerlo por las mañanas ni después de la comida. Rezo, y eso que soy agnóstico, para que antes del domingo se estabilice del todo la situación. Yo sería incapaz de ponerlo en práctica. Veremos qué pasa.
Al mediodía he ido a correr, María me ha dicho que se ha comido todo el puré que le había preparado, unos 250 gr. A las dos y diez de la tarde le ha tocado, y otra vez terapia, ha tardado en dormirse unos doce o trece minutos. Han pasado dos horas y sigue dormido, creo que nunca hasta ahora había tenido sueños tan prolongados ni organizados. Tal vez sea el principio de un orden que era necesario, tanto para él como para nosotros.
Ha dormido dos horas y cuarto, se ha levantado feliz y sonriente, algo desconcertado pero con buen ánimo. Queda la noche y así hasta que todo parezca ir bien. Parezca.
¡NO PUEDO MÁS! Por favor…
Lo peor de todo es que… funciona, no ha dicho ni “mu” a la hora de la siesta. Jueves, 30: ha dormido toda la noche, no se ha quejado, sólo durante la siesta de esta mañana. Creo que María lo ha acostado demasiado temprano, pensaba en la hora que podría dormir antes de levantarse definitivamente…
Ingredientes
(1) Mezclamos la harina con la sal, el bicarbonato y la levadura química. Por otro lado montamos la mantequilla con los azúcares y la crema de cacahuete/Nutella con ayuda de una cucharada de madera, hasta que quede bien mezclada y blanda. Añadimos el huevo y el extracto de vainilla, mezclamos y, por último, añadimos la mezcla de harina. Mezclamos con una cuchara de madera y acabamos de hacerlo con las manos.
Formamos un cilindro del ancho que deseemos las galletas, lo envolvemos en película de cocina y lo introducimos en el frigorífico hasta que se endurezca. Yo las preparo por la noche y horneo al día siguiente.
(2) Precalentamos el horno a 180º C. Cubrimos una bandeja con papel vegetal para hornear, cortamos las galletas de cerca de un centímetro de ancho y las depositamos en la bandeja, suficientemente separadas unas de otras para que no se peguen. Más separadas si se trata de la versión de Nutella.
Cocinamos con el horno precalentado durante unos 9-18 minutos, dependiendo del tamaño. Justo hasta que veamos que empieza a tomar un ligero color y a perder humedad. Debe tenerse en cuenta que al enfriarse se endurecen y más después de varios días en un recipiente. Las de Nutella se endurecen más, por lo que deben quedar más cruditas. Como todo, para gustos.
Cuando era pequeño, cerca de la Iglesia Parroquial de Boiro, existía un bar, ahora absorbido por el progreso y la especulación inmobiliaria, al que llamaban “El cacahuete”. En él nunca faltaba la “tapa”, por ponerle algún nombre, de cacahuetes (“arcahueses”). El propietario, que ejercía de camarero, tabernero y todo lo que viniese al caso, esparcía sobre la mesa un puñado de cacahuetes sin pelar cuyas cáscaras y pieles desperdigarían los clientes en el suelo entre el serrín que el dueño depositaba en época de lluvia. Creo no haber ido nunca, era demasiado pequeño para frecuentar esos garitos, pero sí recuerdo cómo con sólo hablar de ello sentía el crujir de las cáscaras y la piel desplazándose por las yemas de mis dedos.
A Gerardo le encantaban los cacahuetes salados. Los compraba pelados dentro pequeñas bolsitas que se comían en un abrir y cerrar de ojos. Durante aquella época de amistad mi hermano se había unido a esa afición y, por extensión, yo mismo (…)
He unido estas dos recetas porque se tratan de los mismos ingredientes, usando crema de cacahuete o Nutella en cada caso. Aparte de las evidentes diferencias de sabor, la textura también sufre un gran cambio en cada caso: las galletas de crema de cacahuete, también llamada mantequilla de cacahuete, conservan más la forma y se resecan menos con el paso de los días; las de Nutella © tienden a perder más su forma, quedando más planas, pero con el paso de los días pierden mayor porcentaje de humedad, quedando a su vez más crujientes. Por ello, aunque todo depende de los gustos personales, éstas últimas no deben hornearse en exceso si se quieren conservar varios días en un recipiente cerrado. Recordad: siempre se endurecen al enfriar, por lo que diez minutos de horneado podrían incluso ser suficientes para galletas no demasiado grandes.
No tengo ninguna preferencia en especial, tal vez, por particulares y su gusto contrastado, me quede con las de crema de cacahuete, que nada tiene que ver con el cacahuete clásico. Es un sabor más suave y nada excesivo, incluso para aquellos a los que no les guste el cacahuete. Hoy en día es relativamente fácil encontrar la mantequilla de cacahuete en los supermercados, dada la cantidad de demanda de este producto por gente de procedencia americana, especialmente de Norteamérica. En su favor, diré que la crema de cacahuete tiene una amplia gama de vitaminas y propiedades beneficiosas para la salud, por el contrario, es bastante calórica. No se puede tener todo.
Las he hecho muchas veces, incluso en unas cuyas fotografías que presento como de “crema de cacahuete, parte de la misma fue sustituida por Nutella, ese día se me había terminado la crema. Como casi con todas estas galletas, un reposo en el frigorífico hace que queden mucho mejor tras el horneado, potenciando el efecto de los gasificantes y/o levadura química.
Era mi intención empezar narrando las experiencias personales y reflexiones tomadas durante los días del viaje. Sin embargo, debido a las contradicciones que estoy padeciendo durante esta semana me he visto empujado e desahogarme y liberarme de una soga que durante estos días me ha oprimido y parece llegar a su fin. Sin más, espero que este sea el principio de una etapa más organizada que se vería reflejada en el devenir del propio blog. Dios proveerá.
Ser padre es con mucha diferencia lo más difícil a lo que me he enfrentado hasta hoy, dificilísimo. Tomar decisiones dolorosas son muchas veces falsas justificaciones para anteponer nuestros intereses a los del niño. ¿Dónde acaba el nivel de permisividad y empieza el de exigencia? ¿Somos los padres más egoístas que los niños? ¿Pensamos en ellos o en nosotros mismos?
María está convencida de aplicar “El Método”, yo no. Por no estar convencido, ni me gusta en absoluto el “sistema”. Aunque no dudo de su eficacia, sigo pensando que “el fin no justifica los medios”. No me gustaría que mi hijo padeciese los mismos “métodos” que yo sufrí, ni cometer los mismos errores, pero ¿dónde está el límite de lo razonable? Imposible determinarlo. La educación del miedo no funciona, a la vista está. Me ha llenado de inseguridades, complejos y miedos que todavía perduran en el tiempo. Quizás por eso me opongo a estos sistemas de “aprendizaje”, aunque sea sólo para dormir.
Resulta curioso ver cómo aquellos que como María han tenido una educación más “permisiva” son los más exigentes como padres/madres, queriendo conservar ese estatus de control y autoridad con sus propios hijos. Aquellas generaciones paralelas que hemos tenido que padecer una educación más represiva, nos vemos en la necesidad de entender a nuestros hijos desde el punto de vista del cariño por encima de todo, de superar la barrera que muchos denominarían “malcriar” y ser víctimas de nuestras propias debilidades.
En cuanto a la aplicabilidad del método, en ningún caso debo demostrar a M mi debilidad o mi nulo convencimiento. Lo único que conseguiría es desanimarla y, en ese caso, el fracaso estaría totalmente asegurado. Debo apoyarla aunque no crea en el medio (¿?). Por lo menos hay alguien que está convencida y eso es lo más importante.
Empezamos a aplicarlo durante la hora de siesta. A mí me ha sido imposible aguantar un sólo minuto sus lloros, con sólo acercarme y verle su cara llorosa y sus lamentos, he tenido que cogerlo ante el gesto de desaprobación de María. Soy débil, así lo he demostrado como profesor y como padre, un fracaso permanente y una claudicación ante las todas las demandas. De ahora en adelante tendrá que hacerlo María sola, yo no puedo.
Como detractor de este tipo de métodos drásticos también pienso injustificados muchos ataques que desde el desconocimiento se están dando en determinados sectores. Sin apoyarlo, no creo que este famoso método sea (tan) cruel como algunos piensan. Deja claro, y así se lo he enfatizado a María, que el niño siempre debe ser consciente de la presencia de los padres y su apoyo durante esos momentos, sólo que también debe percibir que en esos instantes antes del sueño sus lamentos no conseguirán el efecto que causan en otras circunstancias, como sí sucede cuando quiere que lo cojan en brazos o solicita comida. Hasta hoy, muchas veces antes de dormir era imposible calmarlo con ningún tipo de método tradicional: mecerlo, cogerlo en brazos,…
Sea como sea, para mí no es.
Nos habíamos olvidado que el niño también sufre, es el que más sufre en esta situación, mucho más que nosotros. Teóricamente se supone que nosotros sabemos qué estamos haciendo y a dónde queremos llegar. Para él es una incomprensible película de terror que se escapa de la protección que sus padres parecían haber profesado hasta ahora.
Durante esos momentos de soledad Teo sufre unas situaciones de estrés que hoy han salido a la luz con claridad después de más de seis meses compartiendo su vida. La sensación de culpabilidad es tan grande, sintiéndolo llorar temeroso y solitario con los ojos enrojecidos en su cunita, que me he sentido como EL PEOR PADRE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD. ¿No estaremos pensando más en nosotros que en el bebé? ¿No será que buscamos una organización horaria para facilitar NUESTRA vida y no la suya? ¿Cómo ha solucionado la humanidad esta problemática durante estos miles de años? No tiene ninguna lógica que el camino para la felicidad sea el sufrimiento, ninguna, pero en algo habrá que creer.
Todavía son las 10 de la mañana y las dos sesiones que hemos tenido que practicar durante la noche han causado una marca de culpabilidad permanente en mí. Me pregunto si también estaremos creando en él un trauma que perdurará en su subconsciente durante el resto de su vida. ¿Es lo correcto?
A las 4 de la mañana yo no he tenido la fuerza suficiente para dejarlo solo en su cuna sin mecerlo como hacía antes, tocándolo hasta que se quedase dormido. El cobarde de Pepe se quedó en cama implorando que los lloros cesaran y ese calvario cediese para que mis lágrimas también lo hicieran. Es María la que se ha levantado con los intervalos establecidos por el método, uno, tres, cinco y siete minutos. Después de unos cuarenta minutos de quejas que parecían no parar, el sueño llegó como debía hacerlo desde el primer momento. Sólo en ese instante vi una pequeña luz de esperanza.
Los lloros de la mañana no he podido evitarlos, lo he cogido mientras María seguía en cama. He cedido y, aún así, seguía quejándose, como reprochándome el haberlo dejado abandonado en su lucha contra el sueño. Ahí, en ese momento, sabía que me había equivocado cediendo, que ese ínfimo logro del primer intento afrontado con decisión lo estaba tirando por los suelos. Volví a dejarlo en la cuna con la esperanza de que pudiese comprender qué estaba sucediendo. Uno, tres,… No pasaron veinte minutos para que se volviese a quedar dormido. No saldré a correr hasta que lo vea sonreír y me abandone esa sensación de culpabilidad que me está martirizando.
Se ha despertado cansado, con ojos de agotamiento, pero sonriente al vernos. Eso reconforta (algo). Todo empieza…
Ya he vuelto de correr, María me ha dicho que no le ha costado nada que durmiese la siesta, sólo unos cuatro minutos de de quejas. ¡Por favor!, ¡qué esto se acabe! No podré soportarlo ni un día más. Sólo María está convencida del todo, si por mí fuera me levantaría todas las noches a acunarlo antes de verle caer una lágrima más.
Ha sido el primer día de verdadera siesta, sin paseos en carrito ni sueños suaves. Ha dormido dos horas de un tirón, ¿agotamiento?, ¿comodidad? Después de haberse despertado estaba reluciente, sonriente y risueño como siempre ha sido. Por primera vez desde que ha nacido ha conseguido pasear despierto… Queda lo peor, la larga noche. Que Dios nos coja confesados…
Se ha acostado casi dormido. Eso es jugar con ventaja, no sirve como elemento de prueba, lo realmente difícil es acostarlo en la cuna cuando todavía está despierto. Esta la vez que lo hemos acostado mucho más temprano y a una hora programada, en eso sí estoy totalmente de acuerdo con el método: en los horarios, en crear costumbres y hábitos que pueda asimilar de modo automático. Por lo demás, sigo siendo el más débil.
Ha dormido más de 8 horas seguidas (se ha despertado a las cinco y media de la mañana desde las nueve de la noche) sin un sólo lamento. Lo cogí para que le diese el pecho, le dio el pecho, lo acostó despierto (yo sería incapaz de aguantarlo) y no escuchamos ni un sólo lamento. Se volvió a quedar dormido hasta las 9:30 de la mañana.
Seguimos con la “terapia peligrosa”, como prefiero llamarla. El momento crítico ha sido acostarlo a las 11 para que tomase la siesta de después del desayuno. Se me hacía impensable imaginar que pudiese tener sueño después de haber dormido tanto, sabía que no se quedaría dormido a la primera pero… ¿lloraría?
Incapaz de intentarlo, ha sido de nuevo María la encargada de hacerlo. Lo ha dejado en la cama, al principio se quejaba un poco y a los pocos minutos se ha puesto a llorar, no como lo hacía antes, como lamentos menos intensos pero constantes. Para mí es IMPOSIBLE SOPORTARLO, he decidido salir. En ese instante, pasados unos 10 minutos, cesó en sus lamentos y ¡se ha quedado dormido como de costumbre!, con los puños cerrados y los brazos levantados.
La próxima semana ya no estará María para hacerlo por las mañanas ni después de la comida. Rezo, y eso que soy agnóstico, para que antes del domingo se estabilice del todo la situación. Yo sería incapaz de ponerlo en práctica. Veremos qué pasa.
Al mediodía he ido a correr, María me ha dicho que se ha comido todo el puré que le había preparado, unos 250 gr. A las dos y diez de la tarde le ha tocado, y otra vez terapia, ha tardado en dormirse unos doce o trece minutos. Han pasado dos horas y sigue dormido, creo que nunca hasta ahora había tenido sueños tan prolongados ni organizados. Tal vez sea el principio de un orden que era necesario, tanto para él como para nosotros.
Ha dormido dos horas y cuarto, se ha levantado feliz y sonriente, algo desconcertado pero con buen ánimo. Queda la noche y así hasta que todo parezca ir bien. Parezca.
¡NO PUEDO MÁS! Por favor…
Lo peor de todo es que… funciona, no ha dicho ni “mu” a la hora de la siesta. Jueves, 30: ha dormido toda la noche, no se ha quejado, sólo durante la siesta de esta mañana. Creo que María lo ha acostado demasiado temprano, pensaba en la hora que podría dormir antes de levantarse definitivamente…
Ingredientes
245 gr.de harina normal. Hoy, 9 de marzo del 2012, he hecho estas galletas y curiosamente, sin haber consultado la receta del blog. He usado, únicamente, 175 gr. de harina. Como tengo poca memoria, me pregunto si es un error (probablemente) o las quería más densas. Lo comento- ½ cucharilla de té de sal (~4-5 gr.)
- ½ cucharilla de té bicarbonato sódico (~3 gr.) [*]
- ½ cucharilla de té levadura química (Royal) (~3 gr.) [*]
- 115 gr. de mantequilla reblandecida, retirada con antelación del frigorífico.
- 110 gr. de azúcar.
- 115 gr. de azúcar moreno.
- 130 gr. de mantequilla de cacahuete (crema de cacahuete) o Nutella para la segunda versión.
- 1 huevo grande (60 gr.)
- 6-8 gr. de extracto de vainilla.
- 65 gr. de chocolate negro (al 70%) troceado.
(1) Mezclamos la harina con la sal, el bicarbonato y la levadura química. Por otro lado montamos la mantequilla con los azúcares y la crema de cacahuete/Nutella con ayuda de una cucharada de madera, hasta que quede bien mezclada y blanda. Añadimos el huevo y el extracto de vainilla, mezclamos y, por último, añadimos la mezcla de harina. Mezclamos con una cuchara de madera y acabamos de hacerlo con las manos.
Formamos un cilindro del ancho que deseemos las galletas, lo envolvemos en película de cocina y lo introducimos en el frigorífico hasta que se endurezca. Yo las preparo por la noche y horneo al día siguiente.
(2) Precalentamos el horno a 180º C. Cubrimos una bandeja con papel vegetal para hornear, cortamos las galletas de cerca de un centímetro de ancho y las depositamos en la bandeja, suficientemente separadas unas de otras para que no se peguen. Más separadas si se trata de la versión de Nutella.
Cocinamos con el horno precalentado durante unos 9-18 minutos, dependiendo del tamaño. Justo hasta que veamos que empieza a tomar un ligero color y a perder humedad. Debe tenerse en cuenta que al enfriarse se endurecen y más después de varios días en un recipiente. Las de Nutella se endurecen más, por lo que deben quedar más cruditas. Como todo, para gustos.
Qué bonito está Teo, es impresionante.
ResponderEliminarLo de los cacahuetes (en la versión de mi infancia son "alcagüeses", manda narices) me llega al alma, me vuelven literalmente loca. Y las galletas hechas con ellos ni te cuento. Esta receta, con tu permiso, me la apunto para probarla en cuanto pueda. Siempre las he hecho sin choco pero he visto muchos dulces en los que se mezclan los cacahuetes con el chocolate y ya va siendo hora de que me anime a probar...
Cuentas con toda mi admiración. Como repostero por supuesto, pero también como padre. Ser padre (o madre) me parece lo más difícil del mundo, tengo la impresión de que lo hagas como lo hagas, en algo meterás la pata, es inevitable. Así que simplemente supongo que hay que hacer lo que mejor se pueda y dar todo nuestro amor.
Muchos besos para los tres.
El método del "crying it out" o método de Ferber, aquí conocido como "del doctor Estivill" (como si lo hubiese inventado él), funciona muy bien con algunos niños y muy mal con otros; con el vuestro parece que funciona, y eso que es un poco mayocrito, así que ten un poco más de paciencia.
ResponderEliminarEl llanto de un niño (y más el de TU niño) nos ablanda porque estamos creados para ello. Es un instinto especular: el de los niños, llorar; el de los padres, conmoverse ante el lloro. ¿Dirías que el bebé es un mal hijo por llorar? No, ¿verdad? Pues entonces no digas que tú eres mal padre por ablandarte ante el llanto. Simplemente estás respondiendo a tu instinto, igual que él. Él tiene que aprender poco a poco, PERO TÚ TAMBIÉN. Igual que con los bebés, el método Ferber funciona mejor y más rápido con algunos padres que con otros.
Ánimo. Ten la misma paciencia contigo mismo que con el bebé.
Alicia
PD: El problema de la mantequilla de cacahuete industrial no es que sea muy calórica (que también, pero la moderación es la clave), sino que buena parte de esas calorías llegan en forma de grasas trans o parcialmente hidrogenadas, nada recomendables. Puedes hacer la mantequilla en casa mezclando cachuetes naturales muy bien deshechos con un poco de aceite (de sabor poco intenso) y haciendo una pasta. Se le puede añadir un poquito de azúcar si se quiere. Es más sana, pero no sé si funcionaría para preparar unas galletas...
Lo he hecho con mis dos hijas, y es de las cosas que mas me alegro, 1 día muy mal, dos regular, y desde entonces...
ResponderEliminarTeo aprende a dormir solo, vosotros estareís mejor, Y NI SE TE OCURRA FLAQUEAR LA SEMANA QUE VIENE CUANDO MARIA NO ESTÉ, O TE LAS VERÁS CONMIGO...
Me llevo las galletas, ambas dos.
Su de los eggs
Es muy duro oir llorar a tu hijo y no achucharle, cogerle, besarle, ... pero es verdad que funciona, al menos con algunos niños (tengo un sobrino que ni con esas).
ResponderEliminarMi niño ha dormido bien, excepto algunas temporadas en las que le costaba conciliar el sueño a primera hora de la noche... dos días de método y arreglado.
Los peques están mejor, más descansados y con una buena rutina de horarios.
No flaquees, aunque es tan fácil decirlo...
Besos
Inevitable contar la propia experiencia. Tengo dos hijas y con las dos he aplicado el famoso método, aunque no estrictamente. No hablamos de matemáticas ni de máquinas.
ResponderEliminarCuando se han establecido las rutinas y los horarios de dormir, después de pasar esos momentos de llantos, tan duros, todos hemos estado mejor. Ellas agradecen las rutinas, les dan seguridad. Y nosotros los momentos de descanso.
Que los padres estén bien (de buen humor, contentos, compenetrados, tolerantes el uno con el otro...) también es importante para los niños, que se enteran de todo.
Tengo en mis recetas caseras muchas de tus galletas. Estas también las probaré.
Besos.
Esperanza.
aaah Cariño,cariño, relàjate, yo paseè a los Niños en brazoa hasta el año!! y me turnaba, uno primero el otro despues, hasta que se dormìan, creo que despues no lo hice porque no me los podìa en brazos! (je) eran eternas discusiones, soy como tù, no sirvo`para el mètodo (hasta el dìa de hoy tenemos peleas con gerardo)
ResponderEliminarahora tienen 15 años, lo hice mal? lo hice mal? no sè, Dios sabe que tratè de hacerlo lo mejor posible, con todo mi amor, son mis ùnicos hijosy los esperè tanto! ahora nadie me pregunta como los hacìa dormir!! Me he extendido en esto para que no te sientas solo mi querido Pepinho, te dirè que lo bueno que ha medida que crecen se van cansando y el sueño va siendo màs necesario para ellos, más grande no duermen siesta.
Muchos besos y ànimo, Gloria
Me he abstraído tanto con tu historia del 'Método' que no he leído la preparación de las galletas. Me lo imprimo 'pa casa'. Creo que al final funcionará, y como agnóstica, rezo contigo para que así sea, porque entiendo tanto tu desespero! Yo cuando estoy en algún sitio y oigo llorar a un niño, también me pone mala, me dan una penita que seguro injustamente, pero involuntariamente, miro a los padres acusatoriamente. FORÇA PEPINHO!!!!
ResponderEliminarTienes razón con lo de Obama; es justo como nos sentimos, como en un libro de historia.
Ya me explicarás de Venecia, porque queremos ir el año próximo pero lo mismo encontramos gente fascinada que otra que nos dice que es horrible; y tenemos muchas ganas de ir!!!!
Llorenç ( o sea, L) dice lo mismo del c... de Clooney, jejeje, no le podéis encontrar pegas, eh?
Me siguen hipnotizando los ojos de Teo!
BESOS!
k cosa tan rica de galletas .. umm deben de ser pecado fijo!!!
ResponderEliminarQué lindo está Teo!!!!!!
ResponderEliminarLa crema de cacahuete no es de mis favoritas porque no lo es el cacahuete. Soy más avellanista que otra cosa.
Del método prefiero no hablar porque no lo comparto para nada. No me parece natural dejar que un niño duerma entre sus propios vómitos, para ser clara, que era la opción que cierto jefe de Pediatría me daba.
Ni los animales muestran semejante desapego de sus crías.
Así que mejor no sigo que me enciendo, no tengo buena experiencia.
Dentro de poco y si me repongo, estaré descansando en la tierra de Paco Torreblanca, Así que si necesitas algo me lo dices.
No tengas miedo en aplicar el sentido común a todo lo que hagas con tu hijo y nunca sabrás si lo has hecho bien o no. Llegará a la aborrescencia y te desesperará de nuevo.
Muacs dulces. Esta semana toca " How to marry a millionaire".
Me equivoqué: es "Gentlemen prefer blondes". La otra fue la semana pasada, jaja
ResponderEliminarQué horror... qué historia tan cruel (aunque bien narrada, escribes tan bien como cocinas).
ResponderEliminarVeo que hay muchas opiniones acerca del método Estivill. A mi me parece anti-natura dejar llorar a un bebé, pero cada uno se apaña como puede en cada momento,¡con lo difícil que es!. Pero está bien informarse do todas las opciones antes de nada: te aconsejo a Carlos González y Rosa Jové
ResponderEliminarDivinas galletas
Saludos
A Rosa Jove la conocí yo este año y es un encanto y con mucha razón en estos temas.
ResponderEliminarEspero te sirva la opinion de los que te visitamos asiduamente. Pero en definitiva, uno hace lo que le parece correcto y lo que le dicta el corazon. Nunca es fácil ponerse de acuerdo con la pareja y menos cuando de hijos se trata. Siempre hay algo que no va a salir como queremos y por mi experiencia como madre, te digo que tengo 4 hijos y ninguno fue igual al otro a la hora de dormir ni a la hora de comer ni a la hora del baño etc etc. En mi caso yo soy la permisiva y la sentimental y a esta altura, con hijos de 21 años para abajo, no me fue tan mal. mientras las enseñanzas y los límites se pongan con cariño y con dulzura, no puede fallar. Pero ojo: los chicos son muy "piolas" "vivos" y juegan con el desacuerdo y las contradicciones de los padres.Creo que a eso hay que ponerle mucho cuidado. Me desespera oir llorar a un bebé!!!!
ResponderEliminarY hablando de las galletitas....que te puedo decir?
UN LUJO TODO LO QUE HACES!!!
BESOS A TODOS
Teo hermoso y creciendo que da gusto verlo en las fotos, me recuerda mucho a mi sobrino de pequeño. Y lamento que tengan que aplicar el "metódo". Con mi sobrino -que estuvo en casa los primeros seis meses por enfermedad de mi hermana- no hubo tanto lío, solo despertaba una vez por las noches y después de la mamila adiós mundo -fue dormilon desde pequeñito, aún toca la almohada y se queda fulminado-
ResponderEliminarEspero que sea la mejor desición y que el dolor para ti y lo que pueda llevar él en ese reacomodo sea lo más rápido posible.
Las galletas deliciosas, mi receta es a punto de puro chocolate, pero probaré con la nutella porque tengo ganas de darle ese toque italiano seguro que salen estupendas.
Te dejo bikiños...y achuchones para Teo.
pero que exagerado que eres!!!jajjaaj. Te lo dice una "alemana" del "metodo" que solo tardo una hora mala en enseñar a su niño a dormir y un par de dias a mi niña. Lo recomiendo y lo recomendare siempre. Si lo haces bien no falla y no le creas traumas, al contrario: le enseñas a ser "independiente", porque hay cosas que solo podra hacer solo, como dormirse......
ResponderEliminarLa primera vez que aplique el metodo tuve que discutir mucho con V, que le parecia una "tonteria" de las mias, algo insufrible... y encima le obligue a colaborar pq debiamos ser los dos. Renego y renego todo el tiempo, pero alucino cuando vio como al dia siguiente el niño ya hizo la siesta sola, y no lloro nuuuuunca mas a la hora de irse a dormir. Ni siquiera cuando se despertaba. Se quedaba feliz y relajado jugando con sus cositas en la cuna.
Y yo quise besar a Estivil.... y mandarle un jamon o lo que fuese pq me dio la paz necesaria que solo proporciona el descanso. Pablo se despertaba 15 veces solo para que le dieras el chupete, o para verte.... era insufrible!!!
En lo demas te doy la razon pq soy atipica con lo que "debes hacer" con los niños, muy poco tremendista ..... pero el sueño es vital!!!! Besos. OLGA.
ostras Berta! que exagerada!!! lo que te aconsejan es que laves de forma natural al niño, como si no hubiera pasado nada grave (que no ha pasado), le cambies la cama, limpies, y le expliques con voz calmada que lo haces por su bien, para que descanse y pq lo quieres. Por favor!!!!! dejar a mi hijo entre vomitos!!! ni aunque fueran de chantaje, claro
ResponderEliminarOlga, cielo, tal cual lo he contado, tal cual nos lo dijo. Claro, que también nos dijo años después que el problema de no hacer caquita era porque era hijo único y la solución que me dió fue: "desnúdalo, y deja que ande por la casa y ya encontrará un lugar y un momento para hacerlas, pero fuera pañal", Vamos, como un perrito!!!!Cosas veredes!!!!!!
ResponderEliminarPablo tenía terrores nocturnos desde casi el año hasta los 8!!!! yo si sé lo que es no dormir.
Muacs enormes para tod@s.
Pepe,manifiéstate!!!
te sigo mucho,me encanta los postres que haces,apenas te dejo comentarios, pero hoy te dejo uno, por lo del "método", los niños son listiiiiisimoooosss!!, jajaja, yo tengo dos, uno de cuatro años y uno de 19 meses, y con los dos utilice el método, y no es solo por comodidad nuestra, es tambien por bien de tu niño, yo les tengo un horario.
ResponderEliminarA mi tambien me costaba mucho cuando lloraba, pero lo hacen para conseguir lo que quieren, no sufren para nada.
El mio ya se duerme solo, le leo un cuento,y luego le digo ahora es la hora de dormir, le apago la luz, y se queda despierto dando vueltas, no llora, y se duerme solo.
Ya te digo que no a hecho mas que empezar tu aventura de padre, si no les pasa una cosa es otra, cada etapa es maravillosa,con sus cosas malas y sus cosas buenas, vívela.
Ahh, Teo es precioso!
Besitos
Como siempre una gran receta para probar, debe estar exquisita. Con lo de los niños, sólo puedo decirte lo que todos,paciencia¡¡y ver lo bonito de cada cosa.Besos
ResponderEliminarMe hace mucha gracia, en el buen sentido, cuando oigo hablar de "métodos". Hay que ver como cambian las cosas de siglo en siglo... Antes no existían esas cosas, más que el sentido común: el niño tenía que dormir y dormía, es que no había que darle más vueltas y tampoco se trataba de dejarle llorar horas y horas. Es como lo de los "cólicos" de ahora de los lactantes. Joé, la primera vez que oi el palabro pensé que lo que tenía el bebé era una gastroenteritis y sin embargo las investigaciones demuestran, salvo en algún caso, que lo que el niño tiene es una especie de stress inducido por quién lo cuida, sin este saberlo, claro.
ResponderEliminarEn mi pobre opinión los bebés de ahora son un artículo de lujo: se escoge el momento en que va a venir, se intenta darle todo lo mejor, se intenta que no "sufra", etc., etc., cuando todo es mucho más normal: se trata de un cachorrillo al que hay que tener cuidado, limpio y alimentado al tiempo que no hay que descuidar darle cariño y cierta disciplina de acorde con su edad. No se si me explico. Por lo demás, hay que educarlo desde que nace para que lleve una vida normal, es decir: tiene que jugar, comer y dormir al tiempo que se tiene que acostumbrar a unas normas. Los niños son unos tiranos, mal que nos pese, y tienen innato el sentido de coger rápidamente el tranquillo a los padres y como estos sean débiles o indecisos, ya está el lío formado.
Yo no tengo hijos Pepinho así que no puedo opinar sobre el tema. Pero desde aquí te mando animos y paciencia para lo que sea....
ResponderEliminarLas galletas deliciosas... como siempre.
Bicos.
Laura.
GRACIAS por los comentarios de APOYO, CONSEJOS y PARTICIPACIÓN. El haber escrito estas palabras en tiempo real, plasmando las sensaciones a medía que iban sucediendo me ha permitido tener un visión más realista y menos distorsionada de estos hechos tan determinantes, críticos y duros en nuestra relación con Teo. También me ha permitido reflexionar sobre los límites que los padres debemos o no poner a nuestros hijos y cómo ellos son conscientes de sus capacidades de control desde los primeros meses de vida.
ResponderEliminarHoy Teo ha dormido TODA LA NOCHE, ¡11 horas seguidas!, desde las 9 de la noche hasta las 8 de la mañana. Cuando he ido a cogerlo de su cuna estaba jugando y abrazando a Otto, el osito que lo acompaña durante la noche y con quién se había acostado. Sonriente y relajado, consciente de su situación, ni un lamento. Lo he cogido porque era “hora de desayunar”.
Ayer María le dio el pecho a las 6 de la madrugada, “por si tenía hambre”. Hoy hemos dado una vuelta de tuerca más, se ha despertado como ayer pero sin lamentos o quejas. Estuvo 5 minutos jugando con Otto y haciendo ruiditos con la lengua, algo que le hace cuando está jugando y “se aburre”. Que decir, pues, que el método ha funcionado, por lo menos hasta ahora. Toco madera y cruzo los dedos mientas lo digo.
Si no hubiese estado María yo no podría haberlo puesto en práctica. Para mí no es, soy muy débil y creo más en una solución de compromiso entre los lloros y las concesiones. Las dos primeras noches son de una dureza exagerada y se necesita una fortaleza de sensibilidad que no poseo. La primera pregunta es obvia: ¿ha valido la pena? SÍ, definitivamente, sí.
Teo se pasa el resto del día menos “eléctrico”, más despierto y disfruta más de los paseos y los juegos. Tiene un orden y unos horarios que antes no tenía. Antes, unas veces se acostaba a las 10 de la noche, otras a las 11 e incluso alguna vez pasadas las doce de la noche. Era imposible conseguir que durmiese sin haberle dado un paseo, mecerlo con el carrito por el salón o dándole el pecho para que se quedase dormido. En cuanto lo poníamos en la cuna, incluso ya dormido, saltaba como un resorte y se ponía a llorar, entonces, vuelta a empezar. Los dos últimos días se ha dormido solo, dejándolo en la cuna a los poco minutos se quedaba dormido. Lo que no tengo nada claro y le cuesta más es la siesta matutina, que se quede dormido una hora y media después de haberse levantado me parece excesivo… y se nota.
(...) Sigo.
La dureza es tal que incluso he evitado mencionar algún detalle, que he reservado para su diario, para quitarle dramatismo y sensación de culpabilidad a la terapia. El primer día, el domingo, se despertó afónico después de haber llorado durante 50 minutos, de su boca los sonidos salían con un eco que te hacía sentir CRUEL y CULPABLE por permitir que se practicase este método. Después de las dos primeras noches, buscando apoyo y alguna experiencia positiva, le preguntamos a una buena vecina (y amiga) de A Illa que recordamos nos había comentado que tenía “el libro”. Nos dijo que lo había puesto en práctica con sus dos hijos, en ambos casos con éxito, uno más fácil que otro. Con la primera, un encanto de niña de ~5 años, nos comentó que incluso durante las primeras noches había vomitado, que habían claudicado en el primer intento pero que la dependencia de la niña era tan grande (sólo dormía con el padre que tenía que madrugar para ir a trabajar a la batea –mejillonera-) que no tuvieron más remedio que volver a intentarlo.
ResponderEliminar¿Deben llorar los niños? No. No de un modo gratuito, pero hay que ponerles un límite. Yo soy incapaz de poner límites a sus caprichos, pero soy consciente que no debo flaquear antes sus lamentos para que lo coja permanentemente en brazos (a María no se lo hace). Cuando me ve y quiere que lo coja es capaz de tirarse al suelo desde la hamaca. Estira sus piernas hasta quedarse colgado. Sabe que lo cogeré. ¿Es admisible dejarlo llorar un poco en esos casos? Sí. Ya, pero… ¿dónde está el límite?. Gran dilema.
Los bebés no sólo funcionan por instinto, son personas inteligentes con una gran capacidad de auto aprendizaje, algo inherente al ser humano. Necesitan unas reglas y pautas que pongan un límite a sus caprichos y demandas. ¿Y quién es capaz de hacerlo? Yo no. Mal padre.
No seguir el instinto y jugar con el reloj programando los actos parece poco humano y una ruptura con la lógica de la naturaleza. Hay sociedades en las que las madres no se separan de los bebés hasta que tienen la autonomía suficiente como para valerse por sí mismos: andar, comer,… Los niños permanecen todo el día sintiendo el calor del cuerpo de la madre, sintiéndose arropado y seguro. Es la naturaleza. Las sociedades evolucionan y con ellas las relaciones con nuestros vástagos (qué mal suena, escrito de modo voluntario, eso sí).
Pero también somos seres pensantes y ¿racionales? (a veces, porque los hay que anteponen su ideas a la libertad humana –Cfr. noticia de ayer–) La razón nos permite tomar decisiones y romper con los instintos cuando pueden dar lugar a dificultar nuestra convivencia en sociedad. Ejemplos son la monogamia o los compromisos eternos, compromisos que rompen con nuestros instintos a fin de establecer unas reglas sociales que nos permiten sentirnos arropados y emocionalmente estables. Definitivamente, se me va la olla.
(…)
Sabía que ser padre no sería fácil. Ese era uno de los muchos motivos de esta espera después de once años de pareja y siete de matrimonio. María se ha llevado una sorpresa al respecto, antes sólo veía los aspectos positivos, ahora ve que la educación está llena de obstáculos que es necesario superar. Uno tras otro hasta que ya seamos nosotros el obstáculo de nuestro hijo.
ResponderEliminar(…)
Estuvimos en Venecia hacer 11 años. Si uno es capaz de abstraerse de la muchedumbre y la marabunta de turistas se dará cuenta que se trata, probablemente, de la ciudad más hermosa del mundo. Es difícil, pues hay que apartarse de esos espacios y, aún siendo turista, intentar no serlo.
En Venecia ya no viven venecianos, los altos precios de la vida han hecho que el centro histórico de la cuidad sea más memoria que realidad. Llena de palacios y canales…. Como he dicho, hay que abstraerse y verás una de las ciudades más hermosas del mundo. Quizás después de tantos años haya cambiado. No sé, pero para mí significó la primera reconciliación con María, después de unos meses de muchas dudas de una relación en la que yo no me sentía seguro.
Soy un fanático de “Muerte en Venecia” de la música de Gustav Mahler, qué le voy a hacer.
(…)
¿Y las galletas? OK
UN BESO MUY GRANDE. Si todo va bien, pronto tendré horarios, como Teo. Ayer mismo pude preparar un postre o ahora escribir mientras Teo duerme la siesta de la mañana….
El amor es lo que tiene.
Berta ¿Quién es ese pediatra? Me pica la curiosidad....
ResponderEliminarEnhorabuena por el éxito. Que Teo esté más relajado y tranquilo (y vosotros también), sin duda lo es.
ResponderEliminarBesos y a seguir.
Esperanza.
PD: sobre pediatras se pueden escribir blogs enteros llenos de "anécdotas"????
No te quito nada de razón. Cuando llegó Pablo, después de mucho esfuerzo y sacrificio de toda la familia, yo no tenía la paciencia necesaria que veo M tiene. Y C. no tenía la dureza y frialdad necesaria para dejar llorarlo. Ni, aún viéndolo desde la distancia de 10 años, creo que hubiera sido capaz o ventajoso para él.
ResponderEliminarPor suerte, este pediatra ya no te tocará, pues jubilado y bien jubilado lleva un par de años. Pero te diré que era Jefazo en el Chus.
Entrando ya en temas personales que a tus lectores no interesarán, te diré que ante las barbaridades que me dijo (por supuesto le dije que era un atrevido y maleducado, puesto que él no sabía si yo podía tener más hijos. ¿quién es nadie para decirle a una madre que acude a un gran especialista porque lleva 2 años y 2 pediatras con un problema y está cansada de ir todas las semanas a urgencias para que ayuden el niño a desahogarse)para decirme: "..eñora su problema es que sólo tiene 1, si tuviera 3 no estaría tan preocupada en si su hijo hacía o no caquita". Por supuesto que me desahogué bien con él, educadamente....no se hubiera equivocado conmigo y pensara que acababa de salir del monte. Le dije que yo quería una solución médica y él lo único que estaba haciendo era meterse en mi vida privada, que ni a él interesaba ni tocaba, y que era un osado al atreverse a decirme lo que me dijo puesto que desconocía mi vida, mi situación personal y mi expediente médico.
En fin, a mi también se me va la olla. Denuncia al canto y no le sucedió nada. Desgraciadamente, SAntiago es ciudad pequeña en la que las familias de toda la vida coincidimos en muchas ocasiones, en clubs y demás....las ganas que tengo de acercarme y soltarle unas vueltas de mandoble sólo lo sé yo...1 año tardamos en curarle al niño el daño que le hizo en un tacto, no digo más.
Ah, sí Pepe, él es padre de familia numerosa y tiene consulta en el Hospitalillo, de familia llena de médicos y mujer de dudosa reputación.
Muacs enormes
A 5€ el medio kilo cobran las monjas de S. Pelayo por sus pastas. Este verano he ido unas cuantas veces a por cajitas...un vicio...es que ni ganas ni tiempo de encender el horno y a los niños les gustaron y el hecho de ir al torno y demás.
Me alegro, wapo, que haya funcionado con Teo, no te preocupes, luego no se acordará ;-), cosas peores en la vida hay!! y experiencias de las cuales no vamos a entrar en detalles.
ResponderEliminarCoincido en lo maravillosa que me pareció Venecia, maravillosa, ni mal olor ni nada de nada, sólo eso, capacidad de abstracción para impregnarse de todo su misterio.
Las galletas, OK, of course.
Por fa.....más postres con frutas y/o yogures. Tengo un excedente en la nevera, muchos días de fiesta y muchas ganas de -hacer- postres.
Petonet for T.O
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn fin si algún día consigo tener mi chocolatería...sin duda alguna tu página será referente para coger recetas.
ResponderEliminarEs curioso, soy muy golosa..y las galletas son una debilidad personal, jajaja, más que un pastel, o cualquiere otra pasta.
En lo referente a Teo, mis felicitaciones por emplear el método y que saliera bien. Yo no pude, J trabaja por las noches desde hace años. Asi que por las noches estaba en casa, mi peque era llorón nato...y tragón, jje, intenté varias veces aplicar ese mismo método pero sencillamente fui incapaz, lo escuchaba con esos llantos y en cuanto le cogía esa sensación de tranquilidad de alivio, que fui incapaz.
Quizá me equivoque pero lo cierto es que despues de los tres meses..y gracias a que le encanta dormir..aunque se dormía en mis brazos, luego dormía toda la noche :), y asi sigue durmierdo y ahora con el calor siestas tambien, jeje.
Quizá si tengo otro lo intentaré..pero me da que no podré hacerlo.
Me encantaría visitar Venecia, quizá algún día, quien sabe. Y yo pensaba que me gustaban las histoias tristes, jejje, pero usted me gana. :)
En fin que me encantó la receta y leerte a ti, bueno a tod@s.
Un abrazo.
Llegar tarde, tiene ventajas e inconvenientes. Las opiniones de todos acaban reflejando casi todo lo que uno pensaba decir.
ResponderEliminarYo, de forma breve, solo te dire mi propia experiencia de haber criado a dos hijos completamente diferentes.
1- Me negue a aplicar ningun metodo de libro para conseguir un orden en la vida de un bebe que, en parte le beneficia, pero en una mayor parte es una manera de obtener "cierta comodidad" para los padres.
2- Soy partidario de una "disciplina" razonable incluso para un bebe, pero aplicando instinto y sentido comun. Los niñ@s, metaforicamente hablando, son como un disco duro de un ordenador (cerebro) que tiene cargado un sistema operativo (informacion genetica) y el resto en blanco, pero con una tremenda capacidaz de aprendizaje y de defender lo que les gusta de lo que han aprendido.
3- Siempre se entabla una lucha de poder entre el niño y el adulto. Lucha en la que el niño juega con ventaja ya que reclama algo con las herramientas que conoce para llamar la atencion del adulto, normalmente el llanto. Algo que ha aprendido previamente y sabe que da resultado. ¿Donde esta su ventaja?. El no es consciente del "dolor" o la "angustia" que provoca en los padres. Simplemente sabe que haciendo eso, tarde o temprano lo conseguira.
4- Hay niños que duermen poco, otros comen para vivir pero no viven para comer, pero a los padres nos gustaria que actuasen de otra manera. Si no existe ninguna razon medica para que el niño actue asi, acabara comiendo y durmiendo.
Hay pocas cosas tan deseperantes para un adulto como comer sin hambre o intentar dormir sin sueño. Imagina para un niño.
5- En un entorno normal, la madre naturaleza, que es muy sabia, siempre pone las cosas en su sitio, y al final los niños, incluso desde bebes, son como son y no como nos gustaria que fuesen
Un abrazo
Carlos
PD: Ni te desesperes ni te sientas culpables, todos hemos sobrevivido a eso. Pero que Teo no detecte sintomas de flaqueza o los esfuerzos realizados serviran de poco. Te pillan a la primera.
Creo que Teo es uno de los niños más guapos que he visto. Que ojos tan maravillosos, son como dos trozos de cielo en los que perderse.
ResponderEliminarComo no tengo hijos, me abstengo de opinar sobre "métodos" de crianza.
Solo mencionaré una anécdota para poner de manifiesto que los bebés no por ser pequeños son tontos. Creo que son auténticas esponjas y perciben la información externa de una manera increible.
La anécdota: en mi "familia política" hay una pequeñaja que es absolutamente insoportable. Tiene trece meses y suelta unos graznidos que ponen los pelos de punta. Si quiere que la cojan, si quiere un juguete, si quiere que la columpien, si no quiere comer... todo lo soluciona chillando y llorando. Como desde el principio le ha funcionado "el método" porque para que no chillara/llorara, el papá, la mamá, la abuela, o sus tios se apresuran a darle el capricho tomándola en brazos, la niña se ha convertido en una pequeña fábrica de lamentos que es inaguantable. La madre vuelve a estar embarazada y ahora se arrepiente de haber cedido a cada llanto sin sentido porque sabe que se le avecina un calvario.
No me estoy ni a favor ni en contra de ningún "método", eh? ni defiendo o critico nada. Solo ha sido comentar este caso por el que pienso que si los padres deciden tener "un plan" para establecer una rutina, es porque los pequeñajos también tienen sus planes de chantaje emocional :-)
Me encantan este tipo de galletas y nunca las he probado con mantequilla de crema de cacahuete. Pero las probaré.
Venecia... no intentes buscar sus encantos, deja que ella te los muestre a cada paso que des. No la trates como a cualquier otra ciudad en la que se puede ir "de turista", simplemente disfruta con ella paseando y observando. Venecia es hermosa, mundana, delicada, misteriosa, alegre, melancólica.
Venecia es la belleza en sí.
Un saludo.
Me ha emocionado tu relato. Ma has recordado cuando mi pequeña era bebé y nuestras discusiones sobre el método. Mi hija tiene ahora tres años, es algo reciente.
ResponderEliminarEstoy contigo. Y sé lo que es sentirse culpable. Al tercer día me impuse y no permití que mi hija durmiera sin alguno de sus padres tocándole la espalda, la cara o el culete. Desde el otro lado de la cuna le dabamos un dedito para que o cogiera y le acariciabamos. Jamás la dormimos a brazo, y JAMAS infringimos ni un solo horario. Era un ritual. Ahora duerme sola, se va a la cama sola. Le contamos un cuento mientras le acariciamos la espalda y nos vamos. Se queda sola, porque ahora HA ENTENDIDO que es mayor. Y quiere hacerlo porque se siente mayor.
Ánimo, porque también es verdad que no os odiará por dejarle llorar.
Hagais lo que hagais, entenderá que le quereis. Eso se nota.
Y ahora voy a leer la receta... no he podido venir a comentar antes.
Un abrazo!
Me encantan tus recetas y eres ua ersona con mucho sentido común y muy inteligente, me gustaría prestarte el libro "Dormir sin lágrimas" de Rosa Jove y que me des tu versión al respecto... pero creo que estamos muy lejos!
ResponderEliminarTal vez alguien de tu entorno te lo pueda dejar, o lo puedas sacar de la biblioteca, o mira, comprarlo, sé que te gustará.
A mis hijas (8 meses y 6 años) nunca las dejé llorar ni un momento, en mi casa nadie se queda llorando sin consuelo, ni grandes ni pequeños, hay tantas formas de aprender en esta vida! no me gusta la parte de llorar, no me gusta.
La mayor duerme perfectamente, aunque le contamos un cuento y le acariciamos la cabeza unos...¡20 segundos! y la menor duerme con nosotros, tiene barra libre de teta toda la noche.
Son momentos que no volverán, y a mi, me interesa vivirlos intensamente.
Cada cual con sus circunstancias, pero me interesaba hacerte ver que hay otras formas de hacer estas cosas!
Yo tampoco creo que el fin justifique los medios.
Un saludo!!!!!
Me alegro de que haya funcionado... espero que siga así mucho tiempo... Felices sueños y dulces postres.
ResponderEliminarBesos
Quo
Hola,
ResponderEliminardel método no opino, no tengo hijos y no he pasado por esa fase, todavía, pero bueno es ir conociendo detalles...
Teo está precioso, menudos ojazos que tiene.
Te vi el otro día;-), en una de tus carreras, me imagino que de vuelta a la Illa, cerca de la rotonda del puente...tranquilo, soy una conductora respetuosa con los viandantes...jejeje
Estuve por allí el otro día, a pesar de que voy a Vilanova todos los días, trabajo allí, no conozco nada la zona. Estuve comiendo en el faro de Punta Cabalo, y después por la zona del Carreirón.Es muy bonito, aunque las playas no las cambio por las de mi zona...jejeje
Berta, compartimos vicio, las pastas de S. Pelayo, buenísimas.
Con lo galletera que soy, me voy a animar con esta receta, ideales para desestresarse y llevar mejor este verano que parece otoño. Para cuándo el sol? :-((
Mucho ánimo.
Un saludo, Ana.
Es una pena no poder dedicarle un poco de tiempo a esta interesantísima conversación. Honestamente, creo que no hay una postura correcta y otra incorrecta, son posturas que deberían encontrarse hasta dar con el punto de encuentro adecuado, en dónde se superan los miedos de los hijos y se ponen límite a sus caprichos.
ResponderEliminarNo soy partidario de la postura de Estivill, y de todas aquellas variantes de las que ha mamado, porque creo que aborda la problemática desde un punto de vista casi deshumanizado, tratando al/a la hij@ como un ser de una inteligencia y pillería absoluta, automatizando y generalizando el proceso sin tener en cuenta las particularidades de cada niño. Otro punto por el que no lo apoyo es por mi incapacidad para poder llevarlo a cabo. Ayer mismo me llevó a una (otra) discusión con María porque me parece que lo esté llevando a límites que sobrepasan el sentido común, anteponiendo sus necesidades a los ritmos del niño (pretendía que durmiese una siesta de una hora (más) justo después de haber dormido una hora y diez, que no lo parecía suficiente).
Pero si poco me gusta la actitud en el método, a la par pondría las reflexiones y resignaciones (no es un método en sí) de Rosa Jove. “Dormir sin lágrimas” es una frase muy bonita y un eslogan de gran poder (diría “electoralista”), pero es hipócrita. Dormir sin lágrimas es utópico, de una dificultad casi irrealizable. Llegará el momento, al año, a los dos o a los cuatro años, en los que habrá que tomar decisiones necesarias y dolorosas para el niño: que duerma en su cama, que lo haga solo… como pueden serlo otras acciones como evitar cogerlo en brazos, que se coma toda la comida, que se vaya a cama cuando quiere ver la televisión, que no aparte los guisantes del plato, que recoja sus juguetes,…. Hay que ponerle límites desde el principio, es parte del aprendizaje y la educación.
Ojo, la frase tiene trampa, no es lo mismo “dormir sin lágrimas”, que educar con violencia. Yo no soy partidario de ningún tipo de cachete, creo que la única forma de enseñar es, como límite, el castigo, siempre anteponiendo las razones y motivos para que surja el aprendizaje. Por muy pequeños que parezcan casi siempre son capaces de entender las motivaciones del castigo, si no lo entiende el castigo no tiene sentido.
En cuanto a los pediatras, muchos parecer odiar su profesión o su especialidad. Tratan a los niños con un desdén propio de alguien que no los soporta. Hay de todo, pero a veces no me extraña, sólo hay que acudir a la sala de espera de una consulta pediátrica y permanecer allí un par de horitas. No hay Santo que lo aguante… el mío sí, pero el de los demás…
Bueno, tengo que dejarlo, que Teo se está meneando, quiere salir.
Un beso.
PD: Ana, no se lo digas a nadie... ;-) Pleaseeee
Berta: increible. Ese tio merece un articulo completo solo para el.
ResponderEliminarPerdon por las tildes, pero tengo el virus de la "doble tilde" y no se que descargarme para quitarlo. Esperare a que me ayude mi "informatico de cabecera" en septiembre.
Descansar es primordial, y llorar... pues tienen que llorar y cachetes...... pues alguna colleja se lleva mi niño, la verdad.... pero es que la paciencia a veces flaquea, jajajajaj. Ayer fuimos al cine con 3 parejas mas y 8 niños en total. Vimos "Up", con gafas 3d incluidas y la experiencia fue solo comparable a la "macroquedada" del año pasado para ir a Aqualandia (jure que nunca mais). Despues cena en burryking y POR FIN a casa y a acostarlos. Tan monos cuando ya dormian......
Por cierto, me voy a Estocolmo con la familia. Alguna sugerencia????
Besos. OLGA.
Mi pediatra no tiene hijos. Su mujer que es sanitaria también no quiso tenerlos. A él le gustan aunque a veces se le va la mano (a Pablo una vez le dió una torta porque el crío estaba histérico y super nervioso; normal le habían hecho una fimosis y estaba un poco reticente a dejar ver su cosita), pero no le dije nada. Va por otras veces que se ha portado de maravilla. Un día malo lo tiene cualquiera, no?.
ResponderEliminarHe conocido este año a Rosa Jove en persona aunque no por temas de bebés sino por altas capacidades. Y todo lo que me ha dicho me ha parecido tan razonable y con tanto sentido común que no puedo hablar mal de ella y de su aportación/ayuda/forma de ver/ el tema. No es lo mismo del Estivil de los coj....que parece ser la panacea de los padres cómodos (así lo declaran muchas ligas anti que circulan por Internet). Prefiero como he estado 3 años durmiendo casi nada a pensar que mi hijo se quede ronco.
Mira que da el tema, Pepe, lo que vamos a disertar cuando empiece en la guardería, jaja o cuando se eche moza. Nos vas a tener que aguantar como no moderes los comentarios.
Muacs enormes llenos de visitas a urgencias de nuevo y un cuore lleno de tila ante la imposibilidad de ir a ver al Boss hoy en Santiago.
No me extraña que te sientas el peor padre de la historia. No se como se puede ser capaz de "Estivilizar" a un niño. Busca información sobre el método estivill en esta página y sus consecuencias: www.crianzanatural.com
ResponderEliminarFuncionoa para los padres claro, pero para el niño no, pero como no habla ... solo llora ... y se trata de eso de que duerma y se calle ...
Berta, espero que las visitas a urgencias paren pronto y que encuentres descanso estas vacaciones.
ResponderEliminarYo sigo corriendo, aunque no creo que nos cruzemos ;). OLGA.
pd.: pues si, si, nos va a costar "criar" a Teo entre todas.... cada una con su librito....
Jarl!
ResponderEliminarSin dudarlo, me debo de explicar como el CULO de Estivill.
No me gustan los métodos ni las reglas, ni los vendedores de manuales, ni el manual del buen padre, ni el del mal padre, ni cómo ser hombre y no morir en el intento, ni los pediatras que pegan, ni los padres que pegan, ni los médicos que te preguntan si eres primerizo, ni los informáticos elitistas, ni la titulitis, ni Rajoy, ni Telecinco, ni Cristiano Ronaldo, ni “la letra con sangre entra”, ni mi profesora de primero de EGB, ni la de tercero, ni su insoportable marido, ni las madres que piensan que sus hijos son perfectos, ni los padres que piensan que sus hijos son cojonudos, ni los que vuelcan sus frustraciones en sus hijos, ni las madres que creen a sus hijos y no a los profesores de sus hijos, ni a los niños mimados, ni las mujeres que no pueden dormir porque mañana trabajan y te culpan por ello, ni este verano, ni los curas del seminario, ni correr con lluvia, ni el caldo gallego, ni la mar brava, ni los Best Sellers del verano, ni esta p. y mísera vida de m.
Buenas noches y buena suerte… que la vida está bien jodida.
Firmado: un hijo al que le han dado con zapatillas, cinturones, guantazos, palas metálicas de la construcción, escobas, palos de escoba, cañas de bambú, cañas autóctonas, borradores,… ¿alguien da más? Seguro que se me ha olvidado algo.
Ahora entiendo, debió haber sido eso lo que me ha dejado así de raro y traumatizado…
¿Internet? ¡Cuando os duela algo no lo consultéis nunca!
PD.: me iría a Estocolmo contigo. En verano es casi perfecta. Madruga, cruza el puente y date un paseo por el parque Djurgården en el que está el museo Vasa. Un paseo tranquilo por la orilla es como volver a nacer (si estás muerto como yo).
Hijo por Dios Peñiño, pareces sacado de Dickens. Una de las cosas que nos hacen maduros es superar los "traumas" infantiles. Ya quisiera yo que a mi me hubiesen dado sólo guantazos o con correas¡¡¡
ResponderEliminarMientras no te hayan practicado el método Estivill tendrás solución ;-)
ResponderEliminarPor cierto me acabo de enterar que lo mejor son los pañales de tela, que la mamá no trabaje en todo el día poder estar con el bebé, que los padres lo tendrán difícil para hacer el amor por tener al niño en medio, que la epidural no buena, que si no se dilata la cosa hay que echarle “cojones”, que los pañales de tela son “una diversión para las madres”, que “las rabietas se pasan con la edad” (no hay que preocuparse, se me pasará), que “uno de los expertos británicos más importantes en salud mental infantil ha aconsejado a los padres olvidarse de años de convenciones y permitir que sus hijos duerman con ellos en la cama hasta los 5 años de edad”,… pero lo que a mí me preocupa es saber si las sardinas son o no buenas para el colesterol.
A veces hay que reírse por no llorar.
ResponderEliminarLos extremismos son siempre malos (creo ;-) )
Un día casi me comen en la liga de la leche porque dije que alguien que daba el pecho a su hijo de 8 años (sí, sí, años), estaba haciendo algo innecesario, o incluso perjudicial para la salud (mental) del niño.
Vaya Pepe, yo tampoco soporto a mi profesora de 3 de E.G.B, era una maltratadora, aún recuerdo como le gustaba Humillarnos en público, en mi vida pasé un curso peor.
ResponderEliminarPara decirte que llegué a comentarle a mi madre que ojalá me rompiera un brazo o una pierna para no ir a clase.
Yo era muy tímida..una ratoncilla de biblioteca y supongo que no le caía bien.
Recuerdo que por no aprenderme bien el padrenuestro, me tuvo en pie toda la mañana y me dijo delante de toda la clase y otras dos profesoras " que nunca sería nadie y que me olvidara de estudiar que no servía y no terminaría ni el bachiller.
Fijaté si lo recuerdo ( por lo humillante y cruel que fué) que cuando saqué la nota de selectividad, fui a verla al colegio. Por cierto muy encantadora que estuvo y le enseñé mi nota , quiza por profesoras como ella se tenga tan mal concepto a veces de los profesores.
Por suerte la mayoría de mis profesores fueron aunténticos maestros a los que recuerdo con mucho cariño y alguno de ellos amig@s.
Quizá por esa influencía positiva de la mayoría de ellos decidí estudiar Magisterio.
La vida, Pepe, ( bueno en mi caso) es una horchata bien fría, un par de galletas de esas tuyas, una sonrisa o carcajada de mi enano, el sol calentando la piel,....una buena peli contando con un helado.
Un libro que me haga sentir hasta salir lágrimas. Un amanecer mientras me tomo mi primer café con leche del día.
Un "estoy" aunque no me veas, un golpe de aire fresco cuando el calor no te deja respirar. Una película de Jerry lewis que me haga llorar de risa, el claro de luna, neruda.en fin no quiero aburrir más, jajajaja.
Y muchas muchas espinas, muchas muchas cosas malas desde que tengo memoria, pero...prefiero decir lo bueno ...y retener los detalles buenos
Mi peque es un cabezón,jajaja, y presiento que chocaré mucho con él porque se parece demasiado a mi. No se si lo hago bien, si su padre lo hace bien... hacemos lo que podemos y él atrapa todo como una esponja, tanto cosas buenas como malas.
Es difícil educar, y a veces parece demaiado duro.
No me gusta ponerme en el papel de "mala" cuando hay que castigar o regañar ,y esta época es durilla porque esta a punto de cumplir 6 y ya se cree demasiado mayor y tienes que estar detras todo el tiempo. Quiere saberlo todo y enseguida ;). En fin poco a poco.
Como me gustaría viajar a Italia, primero :)
http://www.youtube.com/watch?v=jITw1fREQtQ
Y luego recuperarme en mi tierra, Irlanda.
http://www.youtube.com/watch?v=IoPiUI23XVg&feature=related
Mi brindis para tod@s;
Por la VIDA, siempre!!!
Besos de sol, playa y azul meditárreneo.
:)
Ahora Teo está durmiendo la siesta, por eso puedo permitirme este lujo.
ResponderEliminarVeamos, sin ofender a nadie, es una opinión personal (da pena tener que empezar así).
Para empezar hay que tener en cuenta que lo está diciendo alguien cuyo hijo toma el pecho y nunca ha tenido un chupete (hasta ahora, 7 meses), pero me he quedado sorprendido con lo extremista y sectario que se puede llegar a ser en uno u otro sentido. Los de mi generación empezaron a tomar biberón y no pasó absolutamente nada malo, yo estuve a la teta durante un año y era un niño muy enfermizo. Me temo que se está llegando a unos niveles de exigencia extremos: que si estimulación cognitiva, que si música de Mozart, que si lactancia materna, que si colecho….
Bueno, ha despertado. Un beso
Pepe, me ha encantado que explotaras. Jolines, ya pensaba que no te corría sangre por las venas.
ResponderEliminarEsta semana es tu semana, al menos matutina. Eso sí, no te sientas culpable de lo que hagas ni temas que llegue M y vea que no se ha seguido la pauta. Actúa como te salga de los mismísimos chumichurris y pasa de esta secta de pepianas a las que nos resulta muy fácil decir qué hacer o no hacer.
Yo os seguiré AMANDOOOOOO de por vida. Os llevo en vena y es difícil de remediar, ya que no hay vía que me aguante.
Muacs enormes de un lunes llenos de ganas de que llegue el jueves y decidir si puedo o no irme al Mediterráneo a hacer de guiri (¡Qué poco me apetece!¡Cuánto lo necesito! ¡Cuánto lo quieren los chicos!!con lo poco que me gusta el calor y lo bien que estaría en el Norte...pero manda el Sr. cuore y aconseja no ir lejos).
Olga creo que me iré, D.m. a tu tierra
Berta,
ResponderEliminarel calor es muy soportable este año aqui. Por lo menos aqui en la playa de Valencia no hay demasiada humedad como otros años. Espero que en Alicante estes igual de bien. La playa esta limpia como nunca y el mar calmo como casi siempre. No me extraña que a los del Norte no os guste mucho nuestra "piscina caliente", ajjajaj.
Gracias por la recomendacion. Apuntado queda.
¿La liga de la leche? ay, ay, ay....
que te culpan por no poder dormir??? Oye, no seras tu el que mato a Kennedy, no?????
Disfruta y explota cuando lo necesites. Ya sabes que esta es tu casa. Besos. OLGA.
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ResponderEliminarA mi me parece que lo ideal sería tener las ideas claras y no dejarse influenciar tanto por libros y modas infantiles. Yo detestaba dar la teta, me producia repelus, asi que no se la di a ninguno y, efectivamente Pepiño, se criaron estupendamente y sin ningún problema. Los niños tenian que dormir solitos a partir de los 3/4 meses y asi fue. Y no recuerdo que ninguno dira la lata. ¿la comida?, a partir de los 2/3 años se comia lo que habia para todos. El/la que no quería, lo tenía para la cena, sin ningún problema. Pero todo esto es pecata minuta. Lo malo está por llegar<. No recuerdo época más espantosa que la adolescencia, la de las féminas, porque los varones no me dieron ningún problema. En fin, que yo creo que con un poco de sentido común y otro poco de escuchar a nuestros mayores, que siempre nos llevarán ventaja, no hay para tanta historia.
ResponderEliminarTranquilo, soy una tumba...jejeje.
ResponderEliminarMi madre era experta en el lanzamiento de escoba o en lo que tuviese a mano, pero no lo recuerdo de modo traumático, aunque sí que se lo digo de vez en cuando, que menudas leches que me tiene dado...y eso que nunca fui una niña conflictiva...
Ah! Qué bien! Gracias por decirme lo que en realidad quería oír de Venecia; en mi entorno estaba recogiendo algunas opiniones que me estaban contrariando. No me importan los turistas (acabo de estar en Roma!), y ya cada vez me asustan menos cosas, por eso estoy contenta, y por eso suscribo todos esos 'no-me-gusta' menos el de 'este verano'... ;·)
ResponderEliminarQué bien poderlo leer también de la mano de la añorada Tessera; y comprobar que tiene una sobrina tan parecida a algunos sobrinos que me sé yo, esos 'pequeños neroncitos' imponiendo su ley a todo su entorno, no sólo a la familia, y si no que se lo pregunten al dueño del restaurante en que, después del tercer vaso lanzado al suelo, aún la mamá nos decía que no le dijéramos nada que sería peor!!!! Qué vergüenza! No nos dijeron nada porque éramos clientes de toda la vida, pero, como dicen, a veces la confianza da asco.
Olga y Berta, que paséis muy buenas vacaciones, Olga, yo no te puedo contar nada de Estocolmo, no sé nada de viajes, justo el pasado año me atreví a empezar a hacerlo, pero seguro que descubres cosas allí tan diferentes a las nuestras, y lo fresquitos que vais a estar????
Muchos besos, Pepinho, muchos besos a todos!
Yo nunca tome leche materna, mi madre dice que basicamente cerraba los labios y no había nadie que me forzará, que incluso intento engañarme untando la teta con leche de formula (todos hemos tenido nuestos momentos dificiles infantiles...pero esa es otra historia).
ResponderEliminarY las sardinas dicho sea de paso...son lo mejor de lo mejor :P
Bikiño y sonrisa veraniega.
Visito asiduamente tu pagina par ver tus recetas normalmente solo leo eso pero al ver las palabra "el método" no he podido resistirlo.
ResponderEliminarTengo dos hijos y por su puesto pienso que cada uno hace lo que considera mejor para ellos el primero durmió sin problemas desde que nació nunca tuve que hacer nada pero con el segundo fue lo opuesto ya en el hospital no sabía ni yo ni los profesionales como calmar sus incesantes lloros sobre todo por las noches, incluso lo bañaron a las 3 de la madrugada.
Solo el pecho parecía consolarle en cortos periodos lo calificaron de cólicos de lactante que duraron hasta los 8 meses de día y de noche.
Me recomendaron el método y cuando tenía un año estaba tan desesperada que admito que una noche lo intente pero no fui capaz de llegar muy lejos por suerte aunque ni marido estaba decidido a intentarlo (llevábamos un año durmiendo en habitaciones separadas) respeto mi decisión leímos muchos libros como Bésame mucho de Carlos González, Dormir sin lagrimas de Rosa Yove y Felices sueños de Elizabeth Pantley , eso le ayudo a entender como me sentía al dejar solo a mi hijo llorando y que no tenía por qué ser así aunque ese fuera el único método que el había visto en su entrono y al que casi todos los que nos rodeaban parecían empujarnos acusándonos de no estar siendo buenos padres.
Todos me ayudaron mucho decidí poner los consejos del último en práctica y la situación comenzó a mejorar según crecen las cosas cambian ahora duerme hasta trece horas del tirón sin que ni él ni yo hayamos tenido que sufrir para ello. Quizás podáis ojear alguno de estos libros que a mi tanto me ayudaron no solo en el sueño si no en el modo de vivir la crianza.
Solo es mi humilde visión se que tolo lo que hacemos con nuestros hijos lo hacemos pensando que es lo mejor para ellos en mi caso mi infancia fue bastante permisiva y eso no ha hecho que yo sé mas estricta con ellos, por supuesto que no les dejo hacer todo lo que quieren los limites muchas veces nos los dicta el sentido común, pero intentos tener empatía con ellos.
Creo que mi matrimonio en contra de lo que muchos pensaron a saber que no dormíamos juntos se vio reforzado por la experiencia y supinos encontrar momento de complicidad que a día de hoy hacen que estamos un feliz pareja. Mi marido dice que soy la mejor madre que conoce y que mis hijos tienen mucha suerte de tenerme, y por supuesto hay muchos momentos para la pareja y las 3 de la tarde puede ser tan buen momento para mimos como las 11 de la noche …
Un saludo y suerte en el feliz y difícil camino de la paternidad.
Celia