Mousse de chocolate y praliné al café
¿Ya estoy aquí? Sólo un poco, la mayor parte de esta entrada la he escrito justo antes de irme de vacaciones (…)
Después de haberla escrito todavía me estoy preguntando cómo he sido capaz de prepararla en tiempo récord. Por supuesto, no ha sido durante estas últimas dos (tres, hoy) semanas, en las que necesitaría más que un milagro para conseguir ese tiempo.
La tarta la preparé en dos fases, la segunda el pasado día 16 de junio para el cumpleaños de María (día 17). Entonces no es que tuviese más tiempo que ahora, lo tenía mejor distribuido. No había viajes ni maletas, ni idas y venidas entre localidades a menos de una hora de camino, no estaba todo el día pendiente de nadie o si lo estaba era demasiado pequeño como para quejarse.
Creo recordar que empecé preparando el sirope en cuanto María me comentó que quería una tarta de chocolate y café para su cumpleaños, pues mi idea inicial era hacer simplemente una mousse de chocolate y café (la capa de mousse externa). Como entonces todavía estaba obsesionado con sacarle partido al praliné (y sigo en ello) pensé en ponerle un interior de mousse de praliné de ligera densidad. Estoy convencido que este postre preparado en pasteles individuales o pequeños quedaría mejor todavía, pues la mousse de praliné se vuelve bastante suelta al retirarla del frigorífico, así tendríamos un interior mucho menos denso recubierto de una suave mousse de chocolate con un glaseado de café. Como sólo tenía un aro pequeño, el interior lo hice demasiado estrecho, quedaría mejor (las cantidades indicadas son para un aro mayor) dejando únicamente un ligero borde de 3 centímetros para que fuese recubierto por la mousse de chocolate.
Después de preparar el sirope procedí a hacer la base de bizcocho de soletilla, que empapé en otro jarabe todavía más ligero y con un pequeño toque de licor de amaretto o café. Me imagino que si se tienen abundantes claras también sería una buena opción preparar una dacquoise como base en vez de un bizcocho. Por lo demás, recuerdo haber preparado el resto de la tarta con mucha rapidez, una hora por la madrugada, eso sí, y con algún examen todavía por poner. Como ahora, que tengo que dormir pero no quisiera irme de vacaciones dejando el blog huérfano de alguna experiencia culinaria. Iré al grano, que se me hace muy tarde…
(Ya he vuelto, ha sido imposible publicarla antes)
También recuerdo haber ido a la pastelería/panadería Carlisa a comprar dos placas con el texto “Felicidades”, la segunda por si fallaba la primera. Le dije que lo llevaría en mano y así me fue. Con Teo colgado de la mochila y con el calor (entonces sí hacía buen tiempo) de mis manos, el fino papel no fue suficiente para evitar que se me fundiesen y rompiesen antes de haber llegado a casa.
Hoy ya es hoy. Por fin estamos en A Illa, cansado y con ganas de dormir, de establecer un orden en mi vida que me conduzca a la tranquilidad. No sé qué será de nosotros pero me gusta imaginarme una vida como la de antes de pasar al mundo del progreso, sin prisas y con todo el tiempo del mundo, disfrutando de las grandes y pequeños momentos del día a día. Pase lo que pase, siempre estaré aquí.
Besos.
Tarta de mousse de chocolate, praliné y café
Jarabe de café
(1) Lo más cómodo es prepararlo la noche anterior (o unos días antes) para que el jarabe se aromatice con el café y no perder el tiempo cuando tengamos que preparar la tarta.
Mezclamos el agua con el azúcar y lo calentamos a alta temperatura hasta que hierva y se haya disuelto el azúcar, que no se noten los granos. Retiramos del fuego y dejamos que temple. Añadimos el café o extracto.
Si no lo vamos a usar lo guardaremos en el frigorífico hasta el momento de su uso. Aguantará muchísimo tiempo.
Bizcocho de soletilla
Sobra un poco de masa pero podemos preparar unos bizcochos de soletilla espolvoreados con un poco de azúcar para mojar en el café del desayuno.
Mezclamos el café soluble con el azúcar restante (20 gr.) y añadimos a las yemas. Batimos con el mismo batidor eléctrico hasta que quede espumoso y blanquecino. Añadimos las claras de forma envolvente y cuidadosa, de abajo hacia arriba y del centro hasta los bordes, girando el recipiente a medida que vamos mezclando. Por último, añadimos la mezcla de harina en forma de lluvia, aplicándola con un colador grande o tamiz. Mezclamos delicadamente, de igual modo que hemos hecho con las claras.
(2) Forramos la base de un molde desmoldable de unos 21 cm. de diámetro con papel de hornear, engrasando y enharinando ligeramente la superficie. Vertemos parte de la mezcla, de entre 5mm a 1 cm. de grosor (la masa crece bastante), y horneamos durante unos 7-10 min., justo hasta que empiece a tomar color y al presionar con el dedo recupere su posición original.
Para asegurar un grosor perfecto podemos estirar la masa sobre una bandeja, como para un bizcocho enrollado, y recortarlo con forma circular una ver cocinado.
Para un molde de 21 cm. de diámetro sobrarán unas cucharadas con las que podemos preparar unos pequeños bizcochos alargados.
Si no lo vamos a usar ese día lo podemos guardar en el frigorífico envuelto en película de cocina.
Praliné de avellanas
Necesitaremos 175 gr. de praliné para la mousse. Como se pierde parte en el molde se debe hacer mayor cantidad.
En un recipiente de fondo grueso vertemos el azúcar, mejor polvo, y lo calentamos a fuego medio-bajo hasta formar un caramelo, girando el cazo si fuese necesario cuando se haya formado el caramelo. Cuando el azúcar se haya fundido y tenga un tono dorado pálido añadimos las avellanas enteras tostadas y giramos el cazo para que se impregnen de caramelo. Vertemos la mezcla sobre papel vegetal de hornear y dejamos que se solidifique.
(2) Una vez se haya endurecido totalmente el caramelo, trituramos el amalgama de caramelo y avellanas en un triturador de cuchillas, puede ser una Thermomix o, como hago yo, el accesorio para triturar que viene con muchas batidoras eléctricas.
Al principio tendremos un grano grueso, después de un par de minutos el polvo de praliné y, si seguimos triturando, vemos como se va formando una pasta cada vez más líquida. Las avellanas irán soltando sus aceites y la parte sólida quedará pulverizada, tendremos lo que se denomina pasta praliné o simplemente praliné.
Para esta tarta no es necesario que quede demasiado líquido, llega con se forme una pasta manejable.
Podemos conservar en el frigorífico tapada en recipiente hermético hasta el momento de uso.
Mousse de praliné
Montamos las claras con un batidor eléctrico, en primer lugar a baja velocidad y al final a una velocidad media-alta. Mientras las vamos montando, añadimos los 15 gr. de azúcar, poco a poco. Reservamos.
(2) Montamos ligeramente la mantequilla con un batidor eléctrico a baja velocidad. Añadimos el praliné batiendo un poco. Por último, incorporamos el café (ya frío) de modo cuidadoso y el merengue de modo envolvente.
Mojamos el bizcocho de soletilla con un poco de jarabe hecho a partes iguales de agua con azúcar y al que hemos añadido un poco de café y un chorrito de licor o amaretto.
Sin retirar el bizcocho del molde de 21 centímetros, ponemos un aro de unos 15 cm. de diámetro en el centro del bizcocho y rellenamos con la mousse hasta que alcance 2 ó 3 cm. de altura. Introducimos de inmediato en el congelador para que se solidifique mientras preparamos el resto del postre.
La mousse de praliné puede prepararse la víspera y la de chocolate al día siguiente.
Mousse de chocolate y café
Fundimos el chocolate troceado en el microondas, en pequeños intervalos de unos 30 segundos, retirándolos definitivamente cuando se fundan con el contacto de una espátula. Hay que tener cuidado de que no se quemen. Si no se tiene microondas hágase al baño María, evitando al máximo que le pueda caer una sola gota de agua, se estropearía.
Montamos 260 gr. de nata, añadiendo los 30 gr. de azúcar cuando esté a medio montar. No la debemos montar en exceso para que no se corte.
(2) Preparamos el sabayón. Mezclamos las yemas en un cazo o cuenco. Calentamos el sirope de café a fuego fuerte. Mientras se va calentando empezamos a levantar las yemas con un batidor eléctrico (mejor al baño María), al principio a media velocidad y subiéndola progresivamente. Cuando el sirope empiece a burbujear y las yemas estén a medio montar, lo vertemos poco a poco batiendo a máxima velocidad con el batidor eléctrico. Seguimos batiendo hasta acabar el sirope.
Continuamos batiendo durante unos minutos más a alta velocidad hasta el haya multiplicado considerablemente su volumen (como una nata montada), esté muy pálido y se haya enfriado. Debe quedar muy bien montado.
(3) Calentamos la nata restante (50 gr.) en el microondas y la vertemos poco a poco sobre el chocolate todavía fundido. Mezclamos con cuidado.
Esta vez la nata montada la he añadido al final y el sabayón antes para ajustar mejor las temperaturas.
Añadimos el sabayón de modo cuidadoso, envolvente, de abajo hacia arriba y con ayuda de una espátula. Si tenemos dificultad para añadir el sabayón podemos añadir antes una cucharada para aligerar la mezcla. Añadimos la nata como siempre: de modo envolvente, de abajo hacia arriba y desde el centro de la olla o cuenco. Nunca removiendo en exceso, mezclando con delicadeza y sin obsesionarnos en que quede muy homogéneo, mejor que quede consistente con alguna veta que homogéneo y desplomado.
(4) Montaje. Retiramos la tarta del congelador, quitamos el aro y cubrimos con la mousse de chocolate con el molde (o aro) de 21 cm. de diámetro puesto. Antes debemos empapar los bordes del bizcocho en jarabe.
Le damos unos ligeros golpes para alisar la superficie, cubrimos el molde o aro con película de cocina sin que llegue a tocar la superficie e introducimos en el congelador durante unas cinco horas o, mejor, toda la noche.
Glaseado de chocolate y café (ganache de café)
Removemos bien hasta que se haya fundido totalmente y forme un glaseado homogéneo y brillante.
Retiramos la tarta del congelador, la desmoldamos con cuidado y la ponemos sobre una rejilla. Con ayuda de un cucharón glaseamos cuidadosamente desde el centro de la tarta. Con ayuda de una pala alisaremos los bordes si fuese necesario.
Dejamos que tome un poco de consistencia antes de retirarla de la rejilla y decoramos a gusto. Introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir.
Si se preparan tartas individuales pueden retirarse con antelación del frigorífico, la mousse de praliné quedará más suelta y tendrá un efecto similar a un coulant espeso, la parte externa más densa y la interior más suave. Si lo hacemos en tarta grande, como ésta, debe guardarse siempre en el frigorífico pues el corte dejará a la vista la mousse de praliné.
Buenas madrugadas. What else?
¿Ya estoy aquí? Sólo un poco, la mayor parte de esta entrada la he escrito justo antes de irme de vacaciones (…)
Después de haberla escrito todavía me estoy preguntando cómo he sido capaz de prepararla en tiempo récord. Por supuesto, no ha sido durante estas últimas dos (tres, hoy) semanas, en las que necesitaría más que un milagro para conseguir ese tiempo.
La tarta la preparé en dos fases, la segunda el pasado día 16 de junio para el cumpleaños de María (día 17). Entonces no es que tuviese más tiempo que ahora, lo tenía mejor distribuido. No había viajes ni maletas, ni idas y venidas entre localidades a menos de una hora de camino, no estaba todo el día pendiente de nadie o si lo estaba era demasiado pequeño como para quejarse.
Creo recordar que empecé preparando el sirope en cuanto María me comentó que quería una tarta de chocolate y café para su cumpleaños, pues mi idea inicial era hacer simplemente una mousse de chocolate y café (la capa de mousse externa). Como entonces todavía estaba obsesionado con sacarle partido al praliné (y sigo en ello) pensé en ponerle un interior de mousse de praliné de ligera densidad. Estoy convencido que este postre preparado en pasteles individuales o pequeños quedaría mejor todavía, pues la mousse de praliné se vuelve bastante suelta al retirarla del frigorífico, así tendríamos un interior mucho menos denso recubierto de una suave mousse de chocolate con un glaseado de café. Como sólo tenía un aro pequeño, el interior lo hice demasiado estrecho, quedaría mejor (las cantidades indicadas son para un aro mayor) dejando únicamente un ligero borde de 3 centímetros para que fuese recubierto por la mousse de chocolate.
Después de preparar el sirope procedí a hacer la base de bizcocho de soletilla, que empapé en otro jarabe todavía más ligero y con un pequeño toque de licor de amaretto o café. Me imagino que si se tienen abundantes claras también sería una buena opción preparar una dacquoise como base en vez de un bizcocho. Por lo demás, recuerdo haber preparado el resto de la tarta con mucha rapidez, una hora por la madrugada, eso sí, y con algún examen todavía por poner. Como ahora, que tengo que dormir pero no quisiera irme de vacaciones dejando el blog huérfano de alguna experiencia culinaria. Iré al grano, que se me hace muy tarde…
(Ya he vuelto, ha sido imposible publicarla antes)
También recuerdo haber ido a la pastelería/panadería Carlisa a comprar dos placas con el texto “Felicidades”, la segunda por si fallaba la primera. Le dije que lo llevaría en mano y así me fue. Con Teo colgado de la mochila y con el calor (entonces sí hacía buen tiempo) de mis manos, el fino papel no fue suficiente para evitar que se me fundiesen y rompiesen antes de haber llegado a casa.
Hoy ya es hoy. Por fin estamos en A Illa, cansado y con ganas de dormir, de establecer un orden en mi vida que me conduzca a la tranquilidad. No sé qué será de nosotros pero me gusta imaginarme una vida como la de antes de pasar al mundo del progreso, sin prisas y con todo el tiempo del mundo, disfrutando de las grandes y pequeños momentos del día a día. Pase lo que pase, siempre estaré aquí.
Besos.
Tarta de mousse de chocolate, praliné y café
Jarabe de café
- 225 gr. de agua.
- 225 gr. de azúcar.
- c. s. de café soluble (unas cucharillas).
(1) Lo más cómodo es prepararlo la noche anterior (o unos días antes) para que el jarabe se aromatice con el café y no perder el tiempo cuando tengamos que preparar la tarta.
Mezclamos el agua con el azúcar y lo calentamos a alta temperatura hasta que hierva y se haya disuelto el azúcar, que no se noten los granos. Retiramos del fuego y dejamos que temple. Añadimos el café o extracto.
Si no lo vamos a usar lo guardaremos en el frigorífico hasta el momento de su uso. Aguantará muchísimo tiempo.
Bizcocho de soletilla
Sobra un poco de masa pero podemos preparar unos bizcochos de soletilla espolvoreados con un poco de azúcar para mojar en el café del desayuno.
- 30 gr. de harina.
- 30 gr. de maicena.
- Una pizca de sal.
- 65 gr. de azúcar (45 gr. + 20 gr.)
- 65 gr. de claras (menos de 2 unidades)
- 40 gr. de yemas (2 grandes).
- c. s. de café soluble (o extracto)
Mezclamos el café soluble con el azúcar restante (20 gr.) y añadimos a las yemas. Batimos con el mismo batidor eléctrico hasta que quede espumoso y blanquecino. Añadimos las claras de forma envolvente y cuidadosa, de abajo hacia arriba y del centro hasta los bordes, girando el recipiente a medida que vamos mezclando. Por último, añadimos la mezcla de harina en forma de lluvia, aplicándola con un colador grande o tamiz. Mezclamos delicadamente, de igual modo que hemos hecho con las claras.
(2) Forramos la base de un molde desmoldable de unos 21 cm. de diámetro con papel de hornear, engrasando y enharinando ligeramente la superficie. Vertemos parte de la mezcla, de entre 5mm a 1 cm. de grosor (la masa crece bastante), y horneamos durante unos 7-10 min., justo hasta que empiece a tomar color y al presionar con el dedo recupere su posición original.
Para asegurar un grosor perfecto podemos estirar la masa sobre una bandeja, como para un bizcocho enrollado, y recortarlo con forma circular una ver cocinado.
Para un molde de 21 cm. de diámetro sobrarán unas cucharadas con las que podemos preparar unos pequeños bizcochos alargados.
Si no lo vamos a usar ese día lo podemos guardar en el frigorífico envuelto en película de cocina.
Praliné de avellanas
Necesitaremos 175 gr. de praliné para la mousse. Como se pierde parte en el molde se debe hacer mayor cantidad.
- 150 gr. de avellanas tostadas.
- 112 gr. de azúcar polvo.
En un recipiente de fondo grueso vertemos el azúcar, mejor polvo, y lo calentamos a fuego medio-bajo hasta formar un caramelo, girando el cazo si fuese necesario cuando se haya formado el caramelo. Cuando el azúcar se haya fundido y tenga un tono dorado pálido añadimos las avellanas enteras tostadas y giramos el cazo para que se impregnen de caramelo. Vertemos la mezcla sobre papel vegetal de hornear y dejamos que se solidifique.
(2) Una vez se haya endurecido totalmente el caramelo, trituramos el amalgama de caramelo y avellanas en un triturador de cuchillas, puede ser una Thermomix o, como hago yo, el accesorio para triturar que viene con muchas batidoras eléctricas.
Al principio tendremos un grano grueso, después de un par de minutos el polvo de praliné y, si seguimos triturando, vemos como se va formando una pasta cada vez más líquida. Las avellanas irán soltando sus aceites y la parte sólida quedará pulverizada, tendremos lo que se denomina pasta praliné o simplemente praliné.
Para esta tarta no es necesario que quede demasiado líquido, llega con se forme una pasta manejable.
Podemos conservar en el frigorífico tapada en recipiente hermético hasta el momento de uso.
Mousse de praliné
- 50 gr. de claras (más que 1 grande).
- 15 gr. de azúcar.
- 25 ml. de nata líquida
- c. s. de café soluble (¿~5 gr. ?)
- 100 gr. de mantequilla, retirada del frigorífico con antelación.
- 175 gr. de praliné de avellanas al 70%.
Montamos las claras con un batidor eléctrico, en primer lugar a baja velocidad y al final a una velocidad media-alta. Mientras las vamos montando, añadimos los 15 gr. de azúcar, poco a poco. Reservamos.
(2) Montamos ligeramente la mantequilla con un batidor eléctrico a baja velocidad. Añadimos el praliné batiendo un poco. Por último, incorporamos el café (ya frío) de modo cuidadoso y el merengue de modo envolvente.
Mojamos el bizcocho de soletilla con un poco de jarabe hecho a partes iguales de agua con azúcar y al que hemos añadido un poco de café y un chorrito de licor o amaretto.
Sin retirar el bizcocho del molde de 21 centímetros, ponemos un aro de unos 15 cm. de diámetro en el centro del bizcocho y rellenamos con la mousse hasta que alcance 2 ó 3 cm. de altura. Introducimos de inmediato en el congelador para que se solidifique mientras preparamos el resto del postre.
La mousse de praliné puede prepararse la víspera y la de chocolate al día siguiente.
Mousse de chocolate y café
- 200 gr. de chocolate negro al 70% (o incluso al 60%)
- 100 gr. de yemas (5 unidades).
- 100 gr. de sirope de café (preparado en la primera receta).
- 310 gr. de nata 35% M.G. (260 gr. + 50 gr.)
- 30 gr. de azúcar.
- Una pizca de sal.
Fundimos el chocolate troceado en el microondas, en pequeños intervalos de unos 30 segundos, retirándolos definitivamente cuando se fundan con el contacto de una espátula. Hay que tener cuidado de que no se quemen. Si no se tiene microondas hágase al baño María, evitando al máximo que le pueda caer una sola gota de agua, se estropearía.
Montamos 260 gr. de nata, añadiendo los 30 gr. de azúcar cuando esté a medio montar. No la debemos montar en exceso para que no se corte.
(2) Preparamos el sabayón. Mezclamos las yemas en un cazo o cuenco. Calentamos el sirope de café a fuego fuerte. Mientras se va calentando empezamos a levantar las yemas con un batidor eléctrico (mejor al baño María), al principio a media velocidad y subiéndola progresivamente. Cuando el sirope empiece a burbujear y las yemas estén a medio montar, lo vertemos poco a poco batiendo a máxima velocidad con el batidor eléctrico. Seguimos batiendo hasta acabar el sirope.
Continuamos batiendo durante unos minutos más a alta velocidad hasta el haya multiplicado considerablemente su volumen (como una nata montada), esté muy pálido y se haya enfriado. Debe quedar muy bien montado.
(3) Calentamos la nata restante (50 gr.) en el microondas y la vertemos poco a poco sobre el chocolate todavía fundido. Mezclamos con cuidado.
Esta vez la nata montada la he añadido al final y el sabayón antes para ajustar mejor las temperaturas.
Añadimos el sabayón de modo cuidadoso, envolvente, de abajo hacia arriba y con ayuda de una espátula. Si tenemos dificultad para añadir el sabayón podemos añadir antes una cucharada para aligerar la mezcla. Añadimos la nata como siempre: de modo envolvente, de abajo hacia arriba y desde el centro de la olla o cuenco. Nunca removiendo en exceso, mezclando con delicadeza y sin obsesionarnos en que quede muy homogéneo, mejor que quede consistente con alguna veta que homogéneo y desplomado.
(4) Montaje. Retiramos la tarta del congelador, quitamos el aro y cubrimos con la mousse de chocolate con el molde (o aro) de 21 cm. de diámetro puesto. Antes debemos empapar los bordes del bizcocho en jarabe.
Le damos unos ligeros golpes para alisar la superficie, cubrimos el molde o aro con película de cocina sin que llegue a tocar la superficie e introducimos en el congelador durante unas cinco horas o, mejor, toda la noche.
Glaseado de chocolate y café (ganache de café)
- 150 gr. de chocolate negro de cobertura.
- 50 gr. de sirope de café.
- 120 ml. de nata.
- 10 gr. de glucosa o Golden Syrup (si no se usa empléese el sirope)
Removemos bien hasta que se haya fundido totalmente y forme un glaseado homogéneo y brillante.
Retiramos la tarta del congelador, la desmoldamos con cuidado y la ponemos sobre una rejilla. Con ayuda de un cucharón glaseamos cuidadosamente desde el centro de la tarta. Con ayuda de una pala alisaremos los bordes si fuese necesario.
Dejamos que tome un poco de consistencia antes de retirarla de la rejilla y decoramos a gusto. Introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir.
Si se preparan tartas individuales pueden retirarse con antelación del frigorífico, la mousse de praliné quedará más suelta y tendrá un efecto similar a un coulant espeso, la parte externa más densa y la interior más suave. Si lo hacemos en tarta grande, como ésta, debe guardarse siempre en el frigorífico pues el corte dejará a la vista la mousse de praliné.
Buenas madrugadas. What else?
Impresionante, Pepinho! tanto la tarta como el nombre! El glaseado de chocolate es una pasada, perfecto. Me encanta que estés obsesionado con el praliné!
ResponderEliminarUn saúdo!
Pepinho, que gusto verte? o leerte?o sentirte?? bueno de todas maneras una alegrìa. espero que encuentres esa tranquilidad que necesitas, besos para tì y Teo, la tarta se ve deliciosa, besoos, Gloria
ResponderEliminarAún tengo en mente ese puente, son mi debilidad, así que con tu permiso me robaré la imagen para crear algo...no propiamente con la imagen, sino con palabras. Respira hondo...la tranquilidad es tan traviesa que llega cuando menos la esperamos y se va sin avisar, a veces tanto que parece que nunca estuvo.
ResponderEliminarDisfruta lo más que sea posible de todo.
Bikiño!
p.d.Ya sé que no estas pa pedimentos...pero por pedir...trae muchaaaassss fotos :P
"Bienvenido" en el regreso a tu casa.
ResponderEliminarSe te echaba en falta, pero lo primero son las vacaciones y recuperar, sino horas de sueño, si, al menos de tranquilidad.
La tarta sigue tu linea y las fotografias tambien.
Unas y otras provocan la misma sensacion: Envidia sana de no estar y no poder comerla.
Entre tod@s te guardamos el castillo.
Disfruta
Carlos
Hola!,
ResponderEliminarPrimero, un saludo (eso de “cordial” suena muy formal), después quisiera daros las gracias por los comentarios….
Seré un poco breve, pues es muy tarde, ando mal de tiempo y con una “conexión a Internet de aquella manera”, sólo para ir tirando durante estos días.
Este verano no se está pareciendo para nada a ningún otro: casi nula playa (sólo hemos ido una vez hace un par de meses y hoy de 20:00 a 20:45), poco tiempo para leer (ninguno), dormir poco y un viaje más breve de lo normal. Me gustaría poder pedir algún deseo, como que este blog se pudiese parecer algo al que parecía ser hace un año… También podría pedir deseos más importantes, como ser lo suficientemente fuertes y generosos como para encauzar a Teo en los buenos hábitos (de sueño, de horarios, de alegrías…).
Lo he dicho, he sido muy breve, sólo quería agradecer vuestra presencia en la “sombra” a los que lo habéis hecho (Natalia, Gloria, Mayte, Chinaski…) y a tod@s esos que han leído unas palabras alguna vez pero hoy tienen algo más importante que hacer: vivir.
Un beso.
Pepinho.
Volveré.
Pepe, yo también me uno al Club de los incondicionales que te echamos de menos, que queremos que seas feliz y que deseamos cruzarnos contigo para guiñarte un ojo.
ResponderEliminarEspero que disfrutaráis en vuestra escapada y que Teo haya tenido buenos vuelos.
Disfruta de la Isla, tu Isla y sólo te digo que en este tiempo tuyo de ausencia mi cuore se aceleró un poquillo de más y el Chus me tuvo en su seno, jaja y que si tuviera a alguien que por mi cumple me prepara semejante manjar a la vista, oído, gusto y tacto y que se sacrificara sus noches, su tiempo de madrugada en diseñar, y realizarla junto con la visita por la lámina, lo AMARIAAAAAA con locura y lo cuidaría muchísimo para que fuera la persona más feliz del mundo extraterrestre.
Muacs enormes para ti y para el pie derecho de T.
Harry! No recuerdo como era el blog hace un ano. Tengo memoria de pez, pero se que siempre me ha gustado y me he sentido en casa.
ResponderEliminarAy Berta! Yo le daria mi corazon al que me cocinara paellita o fideua los domingos.....
Sigo corriendo. Ya 6 km al dia minimo. Maximo 7,5 km, no te vayas a pensar, ja ja ja. Esto engancha.
Besos y disfruta. Olga.
Cada vez que me hablan de George Clooney me acuerdo de aquella foto que sale con Brad Pitt y un pie de foto que pone "La prueba de que Dios existe".
ResponderEliminarA partir de ahora, Pepinho, me acordaré también de esta espectacular tarta. Hasta que punto eres metódico y explícito que me reido con el esquema de situación de donde poner cada cobertura. Eso, Eso... para que no nos equivoquemos que montemos....la de Diosssssss.
Me alegro mucho que andes de viaje y disfruta, esos tiempos pasan y no vuelven, un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarEstamos pasando la segunda etapa con Teo, ya casi con 7 meses. Hemos (ha) pensado en dar una segunda vuelta de tuerca con la conciliación del sueño y hemos tenido un par de días muy duros desde un punto de vista sicológico. Todavía sigue, pero parece que vemos la luz.
Berta, me alegra leerte. Son “malos tiempo para la lírica”, y es de agradecer personas que hacen uso de ella con tanta bondad.
¿Estás mejor?, controla esos latidos paseando y sonriendo, es lo mejor. Otros años era el mío el que se aceleraba con los problemas estivales: depresión y soledad acompañada. Este año ni tengo tiempo para pensar, es el mejor remedio para la depresión y el peor para la relajación. Me imagino que no se puede tener todo.
El viaje ha estado genial. Ha sido casi una semana y Teo se ha portado a la perfección, hasta le ha encantado ver los cuadros de Van Gogh. Lo peor han sido los vuelos de vuelta, los de ida han ido perfectos, ningún problema con la presión. En la escala Madrid-Santiago se juntaron 3 bebés, como Teo tiene problemas para conciliar el sueño, cuando empezaba a dormirse uno se puso a llorar con mucha energía, asustándolo, y desde ese momento no paró de llorar hasta aterrizar…
Un beso GRANDE.
Olga, hace un año tenía más tiempo y publicaba con más calma y reflexión.
En el viaje he tenido que correr alguna vez en cinta (como creo que haces tú) y no ha sido como antes. Ahí se nota mucho el estado de forma. Hace un año o dos era capaz de correr a tope durante mucho tiempo, durante este viaje he sido incapaz de sostener los ritmos altos de la máquina durante más de 45 min., después debía bajar el nivel de velocidad.
Besos, nos vemos corriendo ;-)
Shinta, si ya lo he dicho alguna vez. ;-) Si se diese la remotísima ;-) posibilidad de ser gay, George Clooney sería el primero (hablo como si fuese un “chico fácil”). Mejor cambiar de tema, ejem.
Ya tenemos un nuevo plan para la primera semana de septiembre, ya veremos si podemos dar un pasito más allá con Teo.
Abrazos.
Pilar, ¿has estado allí?, pues hasta podríamos haber coincidido algo. Hemos estado en el H. Reneissance, o algo así.
Hemos tenido suerte con el tiempo. La temperatura siempre era agradable, en torno a unos 20-22 º C. Si llovía lo hacía durante la noche, por la mañana empezaba a despejar y por la tarde hacía sol.
Una Sal.
Hummmm, que delicia poder ver tus recetas.... la tarta tiene una pinta... Qué bien que hayas vuelto. Besos
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMenuda pinta tiene este pastel, creo que es el definitivo para la comida familiar de las fiestas del pueblo. Haber si acaba rapido esta semana, que el 31 cojo vacaciones! Bueno, 3 semanitas en las que de momento, me va a tocar trabajar mas que nunca, supliendo la baja de mi madre,, ama de casa + autonoma agricultora. Por lo menos salgo de entre estos papeles y planos! y seguro que cae alguna escapadita de algun que otro dia.. y practica, muuucha practica en reposteria!
Pepe, Amsterdam es precioso. Se da la casualidad que una de mis mejores amigas (debo de tener 2)es holandesa. Ahora vive en Horn, que es un pueblo lleno de historia y precioso para pasear.
ResponderEliminarMe encanta Holanda por la tranquilidad que desprende, sobretodo si no llueve y aunque Amsterdam es bulliciosa como capital que es, logras encontrar lugares calmos para sentarte a la par de algún canal y disfrutar de una bebida.
Cómo no le va a gustar V.G a T, el Museo es tranquilo, oscuro y con tanto que ver.....lo llevaste a ver diamantes????? jajaja ,mira que dicen que son para toda la vida,jajaj espero disfrutaras con los waffeln y los pofertjes y si fuiste capaz de bajar a correr en cinta es que tenías buen mono, sí señor Pepe.
Pobre T y Cia. No me imagino un vuelo con 3 bebés dándole caña al personal. Para esas situaciones lleva siempre unos tapones, aunque en el avión por la presión no son aconsejables, claro.
Muacs enormes y mi cuore sigue un po mato ma d'amore!, volveremos a los Holter y a coger vacaciones de una vez espero en Agosto, pero de las de verdad y no de las de aguantar a excuñados en convivencia mensual......eso me pone acelerada otra vez.
p.d: y no te gustaría mejor Pierce que George?. O es por algún extraño fetichismo con las glorias de los 50's?
Qué tarta más linda! No me gusta el café, pero la tarta quedó con tan buena pinta que comería un trocito!
ResponderEliminarHolaaaaaa! Pepinho y compañía. Yo también he vuelto esta semana al trabajo (que es donde me puedo comunicar con vosotros). En la segunda quincena de agosto tendré más vacaciones.
ResponderEliminarAsí que has estado en Ámsterdam? Qué tal se adaptó Teo? Bueno, ya veo que estuvo compitiendo en lloros con otros de su quinta en el avión... :·))))) Te he echado de menos (os he echado a todos), y también pienso como Olga, aquí siempre se está de maravilla, ahora como hace un año. Y... Dios! Esta tarta debe estar como su tocayo!!!! Porque como dijo Bardem: Es guapo, inteligente, simpático..., es perfecto el muy... (ahora no recuerdo que insulto utilizó, irónicamente, claro). Yo, para mi cumple, días después que el de María, me hice una modestita sacher (pero bien rica, eh?).
El principio de mis vacaciones lo pasamos donde los del G-8... y he visto a Obama!!!!! Nos saludó desde el coche cuando nos paramos un montón de turistas (todos españoles, por cierto) para ver quién pasaba al ver que cortaban al tránsito la avenida de al lado de Villa Borghese. Os parecerá una chorrada, pero causaba sensación, era como si pasara Elvis... o Clooney!
Ay, y claro, como me pasó el año pasado con Firenze, quiero volveeeeer!!! Quiero mi bajada diaria por la escalinata de Piazza Spagna!
Besos, besooos.
Me encanta esa canción... Malos tiempos para..., y esa especie de desgana con que cantaba Coppini... El azul del mar inunda mis ojos... (serían como los de esta preciosidad de Teo).
Te esperamos.
enhorabuena!!como siempre excelente...
ResponderEliminarespero que descanses y consigais una buena rutina de sueño para Teo.
Que perfección de tarta!!!!Tiene una pinta exquisita. La verdad es que has escogido un buen nombre para la tarta.
ResponderEliminarUn besino guapa.
Vanesuky.
Quo, gracias. A ver si es cierto y vuelvo con más frecuencia, por el momento ya puedo conectarme una horita de vez en cuando… Un beso.
ResponderEliminarIdu, vacaciones es escaparse de la rutina para recargar las pilar. No dejar de trabajar.
Para mí ya no existen diferencias entre trabajo y vacaciones, como cuando era niño. Incluso muchas veces el trabajo en casa, como estos días, está resultando más estresante que una jornada de trabajo fuera, en la que puedo hacer parte de las cosas que me gustan: estudiar y enseñar.
Un beso.
Berta, ¡hola!. Fuera de las calles turísticas, Ámsterdam es muy tranquila, te podrás imaginar cómo la habré recorrido corriendo. En el área de negocios corría mientras los trabajadores encorbatados se dirigían al trabajo en bicicleta con maletín a sus espaldas o en el brazo. Todos, independientemente del tipo de trabajo que desarrollaban, se dirigían en bicicleta, incluso los días que amanecía lloviendo. Era bonito ver esa marea de bicicletas y cultura de la salud.
En el crepúsculo, principalmente los fines de semana, esas mismas personas se agrupan en torno a unas mesas para tomarse unas cervezas y sonreír. Conozco los países nórdicos y Centroeuropa, incluida Bélgica, y sólo en Holanda he notado el equilibrio entre el civismo y la alegría ante la vida. Me encanta, son como los latinos del norte.
Hemos escapado a algunos pueblos, entre ellos Edam, en dónde no nos hemos tomado queso, o Haarlem, hermosos y más tranquilos. Bueno, quizás más adelante pueda expresarme con más extensión.
Sólo he corrido en cinta el primer día, era tarde como para salir a correr, y la primera mañana. Después, como siempre, la mejor forma es madrugar para ver las ciudades más auténticas y de “otro modo” (amaneceres, cómo despierta una ciudad,…) Para disfrutar del despertar de la ciudad, las mejores ciudades son NY, San Francisco o Estocolmo, los repartidores de donuts, las carreras compartidas, la soledad de las grandes avenidas, las luces solitarias…
¿Pierce?, como no sea Gay Pierce… ;-), sólo hay que verlo en Mamma Mía para ver cómo pasan los años. Ayer me acordé de R. Everet (aparecía en una película), quizás ese sería otro recurso de última hora.. ;-)
Bicos & muacs, S.A.
Talita, ¡si a mí tampoco me gusta el café! Pero en postres todo cambia… En Ámsterdam me tomé un día dos cappuccino en el desayuno y estuve todo el día eléctrico, como Ben Johnson antes de salir a una carrera.
Besos.
mjferrera, ¡ojo!, que enganchan. Cuando pueda le echaré un vistazo, ánimo y gracias.
Rosita, “(…) el muy… ¿cabron?”, nos está poniendo a todos a la altura del betún.
Me imagino que ver a Obama es cómo sentirse dentro de un libro de Historia. Lo deseemos o no, Obama ya forma parte de ella con letras grandes.
A ver si en septiembre volvemos a Italia, a lo mejor repetimos y nos vamos a Venecia, todavía estamos esperando. De allí nos falta la parte norte, que es otra opción. Yo prefiero la Toscana a Roma, por ejemplo. De los romanos lo que más me gusta es el Latín ;-)
Coppini me recuerda a Morrisey, no sé en qué, pero me recuerda.
Yo también espero… besos.
lucami88, tengo tanto que contar sobre ello que mejor lo haré más adelante. Gracias.
Vanesuky, lo de G. C. Creo que es un mucho de envidia y otro de café. Gracias.
P. D.: mira el final de “con faldas y a lo loco…” ;-)