Get back!
Esa ha sido la interjección de María después de haberlo probado, porque es supuesto por muchos que los cakes son un postre relativamente seco y pensado para mojar o acompañar un té o café. Pará mí, nada más lejos de la realidad, desde que los mojo en un sirope han quedado en un pasado que nunca he conocido esas ideas de cakes comprados y envasados casi insustanciales.
Lo de "o casi" no es más que un intento personal de aclarar que en este caso el pistacho es un sabor de lo más sutil que se añade para contrastar con los sabores de la canela y las nueces, nada más. Hasta podría haberse sustituido por harina de repostería. Ya he hecho alguna vez, aunque no lo haya publicado, un cake de pistacho preparado con pasta de pistacho, más aromática y colorista que su versión en polvo.
Por algún motivo que se me escapa, últimamente siempre me toca preparar los cakes en A Illa, como si las condiciones de espacio y material se ajustasen mejor allí que no entre el caos de amasijos que envuelven la cocina de Santiago. También, curiosamente, tengo cierta tendencia a prepararlos en verano, como si la frescura del postre nada más salir del frigorífico resultase más apetecible que durante el resto del año. No sé, el hecho es que se está convirtiendo en una pequeña tradición estival.
Sé que he sido un poco impertinente. No he podido evitarlo. No todos se llevan ese tipo de libros a la playa. Lo que ya me parece un burdo ejercicio de presunción es dejarlo sobre la toalla con la portada a la vista y en el sentido del observador, para que todos podamos pensar cuán inteligente y culta es la estupidez humana.
No es el único ejemplo. Los libros son una pequeñísima muestra del interés humano por la petulancia de una falsa fachada. El valor está en el ser y no en el parecer.
(…) Nos quedamos, definitivamente la he convencido (a medias). Para hacerlo he tenido que ser bastante perspicaz y moverme sigilosamente por la realidad.
(…) Definitivamente, hemos vuelto a Santiago, la estabilidad de Teo no es lo que más ha pesado en la decisión. ¡Iluso!, ¡y yo que esperaba (por una vez) una pequeña concesión al bienestar nuestro!
Cuando el blanco es casi gris y el gris es negro, llega con una leve capa de pintura blanca. Mi vida no es peor que otras, ni más desgraciada ni más vacía. Tampoco me importa, debería ser mi vida y no lo es.
No es domingo, pero como si lo fuese…
lunes, 20 de julio del 2009. Hoy he vuelto a dejar mi firma. Me estoy haciendo mayor y eso se nota. Antes nunca me caía mientras corría, las piernas se levantaban a la suficiente altura del suelo como para sortear todos los obstáculos. Si tropezaba tenía los reflejos, fuerza y estabilidad como para sostenerme en pie. Ahora no pueden faltar un par de caídas o más al año, y en los viajes, cansado, están siendo una costumbre muy peligrosa.
Peter Pan no quiere hacerse mayor, yo tampoco. Harry Haller pensó que no estaba preparado para soportar la decadencia física e intelectual. Reconforta pensar que el cerebro, como el resto del cuerpo, se vuelve más lento pero con una capacidad de resistencia mucho mayor. Un instrumento entrenado para recorrer mayores distancias a menor velocidad.
Soy mis recuerdos, en gran parte, y si ellos desapareciesen por alguna circunstancia, estaría muerto, sería un muerto viviente.
No ha sido nada, las secuelas físicas no van más allá de una hinchazón en la cadera y algunas rozaduras en el brazo y rodilla.
Esto se acaba, es la última noche. La burbuja de aislamiento de esta semana pronto se romperá y crecerá el vacío de la vida real.
¿Para qué contarle al diario los embriagadores espacios de los que nos hemos rodeado? Para eso ya están las guías de viaje al uso.
Los viajes dentro de Europa no suelen ser tan rompedores con el pasado, ni tan confusos que te parezca estar abriendo los ojos por primera vez. Aún así, es posible encontrar esos momentos de un modo menos duradero pero igualmente eficaz.
La bajeza (¡qué poco me gusta esa palabra!) del ser humano ante la degradación necesaria, la trivialidad de muchos turistas que se enfrentan al destino sin bajarse del autobús de los prejuicios.
Hemos hecho una visita a una localidad cercana, a Haarlem, ayer en autobús y hoy en tren. Ha sido más difícil disparar con la cámara con Teo colgado o empujado por mis manos, mas los disparos (menos certeros) se han prodigado en número similar a otras ocasiones.
martes, 21 de julio del 2009
Exceptuando las pequeñas guías de viajes, la primera lectura en una semana ha sido un periódico en el vuelo Ámsterdam-Madrid. Ni se me había ocurrido llevar el “libro gordo de Petete” que había (intentado) empezar hacía un par de semanas. El pequeño libro pudo haber sido abierto durante un segundo. A la vuelta T ha estado un poco incómodo, agotado y turbado por un sueño incapaz de conciliar.
¡Bienvenido a la cruda realidad!
Ingredientes
Jarabe para mojar el cake
Tamizamos la harina y el polvo de pistacho, éste es más grumoso por lo que es importante hacerlo. Mezclamos ambas harinas con la levadura química y la canela molida. Reservamos la mezcla, la añadiremos al final en forma de lluvia. Fundimos la mantequilla a fuego bajo, dejándola templar mientras preparamos el resto del cake. Fundiremos mayor cantidad de mantequilla (unos 100 gr.), pues al aclararla quedarán partes sólidas y restos en el cazo.
(2) Precalentamos el horno a unos 200ºC, hornearemos a 180º C. Si nuestro horno es de los que se calientan rápido podemos precalentarlo más adelante.
En una olla o cuenco grande emulsionamos el azúcar con los huevos y unas pizcas de sal, batiendo con un batidor de varillas eléctrico a velocidad alta durante casi unos 10 minutos, hasta que haya multiplicado considerablemente su volumen y tenga un tono muy pálido, casi blanco. Añadimos la mantequilla poco a poco montado durante unos minutos más (casi 5). En esta ocasión he añadido también la nata espesa y la he montado con la mantequilla, quizás sería una buena opción añadirla cuidadosamente después de montar la mantequilla, aligerándola antes con una poco de huevo montado.
(3) Añadimos la mezcla de harina en forma de lluvia, ayudándonos de un colador grande o tamiz, y las nueces troceadas. Mezclamos con una espátula de plástico o silicona de modo envolvente, empezando desde el centro y de abajo hacia arriba, girando el recipiente a medida que vamos mezclando. Vertemos la masa en el molde, de modo que quede no llegue al borde (crece bastante), a una altura máxima de unos ¾.
(4) Bajamos la temperatura del horno a 180º C e introducimos el molde en el horno, depositándolo sobre una rejilla para que se cueza uniformemente y no se cueza en exceso la base. Horneamos por un tiempo entre 40-50 minutos, justo hasta que al pinchar en el centro con una brocheta, palillo o cuchillo,… salga limpio. Retiramos de inmediato e introducimos el recipiente en un baño de agua fría para que no siga cociéndose. Desmoldamos (no debe estar demasiado caliente al desmoldarlo para que no se rompa).
Pasamos a la preparación del jarabe que es imprescindible para obtener un óptimo resultado. El jarabe podemos ir preparándolo al final de la fase de cocción.
(5) Jarabe, como he dicho, imprescindible. Ponemos al fuego el agua con el azúcar hasta que hierva, retiramos cuando se hayan deshecho los granos de azúcar y añadimos el licor. Con el cake todavía templado, lo depositamos sobre película de cocina o una rejilla estrecha y, con ayuda de un pincel, empapamos el pastel con el jarabe, primero por la parte superior y girándolo por todos lados (incluso la base) para empaparlo de modo uniforme. Podemos hacer unas pequeñas incisiones con un palillo para facilitar la introducción del sirope. Debe estar bien mojado por todos lados hasta acabar el jarabe.
Envolvemos en película transparente de cocina e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir, por lo menos toda una noche. Su punto ideal lo alcanzará pasadas unas 36-48 horas de reposo en el frigorífico. Envuelto en película de cocina en el frigorífico se conserva varios días en perfecto estado, mojado y sin resecarse. Yo recomendaría hacerlo dos días antes del momento de degustar, estará en su estado óptimo. Por ejemplo, un viernes por la noche para tomar un domingo al mediodía.
Poco a poco los cakes se están convirtiendo en mis postres preferidos, o casi.
Esa ha sido la interjección de María después de haberlo probado, porque es supuesto por muchos que los cakes son un postre relativamente seco y pensado para mojar o acompañar un té o café. Pará mí, nada más lejos de la realidad, desde que los mojo en un sirope han quedado en un pasado que nunca he conocido esas ideas de cakes comprados y envasados casi insustanciales.
Lo de "o casi" no es más que un intento personal de aclarar que en este caso el pistacho es un sabor de lo más sutil que se añade para contrastar con los sabores de la canela y las nueces, nada más. Hasta podría haberse sustituido por harina de repostería. Ya he hecho alguna vez, aunque no lo haya publicado, un cake de pistacho preparado con pasta de pistacho, más aromática y colorista que su versión en polvo.
Por algún motivo que se me escapa, últimamente siempre me toca preparar los cakes en A Illa, como si las condiciones de espacio y material se ajustasen mejor allí que no entre el caos de amasijos que envuelven la cocina de Santiago. También, curiosamente, tengo cierta tendencia a prepararlos en verano, como si la frescura del postre nada más salir del frigorífico resultase más apetecible que durante el resto del año. No sé, el hecho es que se está convirtiendo en una pequeña tradición estival.
Sé que he sido un poco impertinente. No he podido evitarlo. No todos se llevan ese tipo de libros a la playa. Lo que ya me parece un burdo ejercicio de presunción es dejarlo sobre la toalla con la portada a la vista y en el sentido del observador, para que todos podamos pensar cuán inteligente y culta es la estupidez humana.
No es el único ejemplo. Los libros son una pequeñísima muestra del interés humano por la petulancia de una falsa fachada. El valor está en el ser y no en el parecer.
(…) Nos quedamos, definitivamente la he convencido (a medias). Para hacerlo he tenido que ser bastante perspicaz y moverme sigilosamente por la realidad.
(…) Definitivamente, hemos vuelto a Santiago, la estabilidad de Teo no es lo que más ha pesado en la decisión. ¡Iluso!, ¡y yo que esperaba (por una vez) una pequeña concesión al bienestar nuestro!
Cuando el blanco es casi gris y el gris es negro, llega con una leve capa de pintura blanca. Mi vida no es peor que otras, ni más desgraciada ni más vacía. Tampoco me importa, debería ser mi vida y no lo es.
No es domingo, pero como si lo fuese…
lunes, 20 de julio del 2009. Hoy he vuelto a dejar mi firma. Me estoy haciendo mayor y eso se nota. Antes nunca me caía mientras corría, las piernas se levantaban a la suficiente altura del suelo como para sortear todos los obstáculos. Si tropezaba tenía los reflejos, fuerza y estabilidad como para sostenerme en pie. Ahora no pueden faltar un par de caídas o más al año, y en los viajes, cansado, están siendo una costumbre muy peligrosa.
Peter Pan no quiere hacerse mayor, yo tampoco. Harry Haller pensó que no estaba preparado para soportar la decadencia física e intelectual. Reconforta pensar que el cerebro, como el resto del cuerpo, se vuelve más lento pero con una capacidad de resistencia mucho mayor. Un instrumento entrenado para recorrer mayores distancias a menor velocidad.
Soy mis recuerdos, en gran parte, y si ellos desapareciesen por alguna circunstancia, estaría muerto, sería un muerto viviente.
No ha sido nada, las secuelas físicas no van más allá de una hinchazón en la cadera y algunas rozaduras en el brazo y rodilla.
Esto se acaba, es la última noche. La burbuja de aislamiento de esta semana pronto se romperá y crecerá el vacío de la vida real.
¿Para qué contarle al diario los embriagadores espacios de los que nos hemos rodeado? Para eso ya están las guías de viaje al uso.
Los viajes dentro de Europa no suelen ser tan rompedores con el pasado, ni tan confusos que te parezca estar abriendo los ojos por primera vez. Aún así, es posible encontrar esos momentos de un modo menos duradero pero igualmente eficaz.
La bajeza (¡qué poco me gusta esa palabra!) del ser humano ante la degradación necesaria, la trivialidad de muchos turistas que se enfrentan al destino sin bajarse del autobús de los prejuicios.
Hemos hecho una visita a una localidad cercana, a Haarlem, ayer en autobús y hoy en tren. Ha sido más difícil disparar con la cámara con Teo colgado o empujado por mis manos, mas los disparos (menos certeros) se han prodigado en número similar a otras ocasiones.
martes, 21 de julio del 2009
Exceptuando las pequeñas guías de viajes, la primera lectura en una semana ha sido un periódico en el vuelo Ámsterdam-Madrid. Ni se me había ocurrido llevar el “libro gordo de Petete” que había (intentado) empezar hacía un par de semanas. El pequeño libro pudo haber sido abierto durante un segundo. A la vuelta T ha estado un poco incómodo, agotado y turbado por un sueño incapaz de conciliar.
¡Bienvenido a la cruda realidad!
Ingredientes
- 165 gr. de harina de repostería.
- 45 gr. de pistacho en polvo.
- 8-10 gr. de levadura química, también llamado “impulsor” o Royal ;-)
- 1 cucharilla de té de canela molida.
- Dos pizcas de sal.
- 75 gr. de mantequilla (fundida y clarificada)
- 215 gr. de azúcar.
- 180 gr. de huevos (3 grandes)
- 110 gr. de nata fresca espesa.
- 65 gr. de nueces troceadas (en fragmentos gruesos)
Jarabe para mojar el cake
- 125 ml. de agua.
- 105 gr. de azúcar.
- Un chorrito generoso de ron (o licor kirsch).
Tamizamos la harina y el polvo de pistacho, éste es más grumoso por lo que es importante hacerlo. Mezclamos ambas harinas con la levadura química y la canela molida. Reservamos la mezcla, la añadiremos al final en forma de lluvia. Fundimos la mantequilla a fuego bajo, dejándola templar mientras preparamos el resto del cake. Fundiremos mayor cantidad de mantequilla (unos 100 gr.), pues al aclararla quedarán partes sólidas y restos en el cazo.
(2) Precalentamos el horno a unos 200ºC, hornearemos a 180º C. Si nuestro horno es de los que se calientan rápido podemos precalentarlo más adelante.
En una olla o cuenco grande emulsionamos el azúcar con los huevos y unas pizcas de sal, batiendo con un batidor de varillas eléctrico a velocidad alta durante casi unos 10 minutos, hasta que haya multiplicado considerablemente su volumen y tenga un tono muy pálido, casi blanco. Añadimos la mantequilla poco a poco montado durante unos minutos más (casi 5). En esta ocasión he añadido también la nata espesa y la he montado con la mantequilla, quizás sería una buena opción añadirla cuidadosamente después de montar la mantequilla, aligerándola antes con una poco de huevo montado.
(3) Añadimos la mezcla de harina en forma de lluvia, ayudándonos de un colador grande o tamiz, y las nueces troceadas. Mezclamos con una espátula de plástico o silicona de modo envolvente, empezando desde el centro y de abajo hacia arriba, girando el recipiente a medida que vamos mezclando. Vertemos la masa en el molde, de modo que quede no llegue al borde (crece bastante), a una altura máxima de unos ¾.
(4) Bajamos la temperatura del horno a 180º C e introducimos el molde en el horno, depositándolo sobre una rejilla para que se cueza uniformemente y no se cueza en exceso la base. Horneamos por un tiempo entre 40-50 minutos, justo hasta que al pinchar en el centro con una brocheta, palillo o cuchillo,… salga limpio. Retiramos de inmediato e introducimos el recipiente en un baño de agua fría para que no siga cociéndose. Desmoldamos (no debe estar demasiado caliente al desmoldarlo para que no se rompa).
Pasamos a la preparación del jarabe que es imprescindible para obtener un óptimo resultado. El jarabe podemos ir preparándolo al final de la fase de cocción.
(5) Jarabe, como he dicho, imprescindible. Ponemos al fuego el agua con el azúcar hasta que hierva, retiramos cuando se hayan deshecho los granos de azúcar y añadimos el licor. Con el cake todavía templado, lo depositamos sobre película de cocina o una rejilla estrecha y, con ayuda de un pincel, empapamos el pastel con el jarabe, primero por la parte superior y girándolo por todos lados (incluso la base) para empaparlo de modo uniforme. Podemos hacer unas pequeñas incisiones con un palillo para facilitar la introducción del sirope. Debe estar bien mojado por todos lados hasta acabar el jarabe.
Envolvemos en película transparente de cocina e introducimos en el frigorífico hasta el momento de consumir, por lo menos toda una noche. Su punto ideal lo alcanzará pasadas unas 36-48 horas de reposo en el frigorífico. Envuelto en película de cocina en el frigorífico se conserva varios días en perfecto estado, mojado y sin resecarse. Yo recomendaría hacerlo dos días antes del momento de degustar, estará en su estado óptimo. Por ejemplo, un viernes por la noche para tomar un domingo al mediodía.
Poco a poco los cakes se están convirtiendo en mis postres preferidos, o casi.
Hola Pepinho, cariño, como estàs tù y el tesorito precioso (creo que es tiempo de otra foto)
ResponderEliminarMe alegro de tù come back, me encantan los cake stambien y los hago de repente por el puro gusto (a veces ni los publico) (no les saco fotos se comen ràpido)
Y esto que sea con pistachio, me encanta, ahora ando en busca de pistachos, SIN SAL, todo el pistcahio viene con sal, no puedo creerlo, espero encontrar, en general aquì se encuentra de todo no me quejo aùn donde estoy en el pueblito donde voy he encontrado cosas espectaculares pero pistacho parece que no es muy comùn, quiero hacer un helado.Es un antojo lo sè.
Berta cuìdate y relàjate mujer para que te recuperes bien.
Olga encuentro maravilloso donde estàs.
Y a tì Pepinho corazòn mìo, besos pero especialmente al precioso TEO.
aah Berta yo a Teo lo besarìa entero, tù quedate con el pìe, je,je, besoos gloria
Hola pepinho, que bien que ya volviste para que escribas más. Teo; buenísima onda!!.
ResponderEliminarLuis
Hola!
ResponderEliminarNo encuentro tu email por ningún lado y me gustaría comentarte una cosa!
Ponte en contacto conmigo, arriba del todo en mi página encontraras un formulario de contacto, gracias! :)
Esther Sánchez
www.chocolatisimo.com
HOlas!!!
ResponderEliminarBerta, estoy con mis fieras, que se están portando como fieras que son, pero bastante bien dentro de las emociones de las excursiones. Sólo se nos oye gritar a nosotros, incluso por encima de los italianos. Procuro abstraerme y no pensarlo, o me muero de vergüenza, jajajaja.
Fresquito, lluvia a ratitos pero de la agradable.... Hoy he estado en Djurgarden (dónde iba la ¨?) y me he acordado de tí, aunque idílico, idílico... como que no ha sido el paseo.
Besos a todos.
Gloria, prometo poner alguna foto con el permiso del anfitrión, claro. OLGA.
Hola Pepinhillo!
ResponderEliminarHe llegado a tu blog a través de otro blog de recetas, que sinceramente, no recuerdo cuál es...en estas noches en las que me cuesta dormir me paso horas y horas buscando algo que me distraiga...la cocina...el dibujo...la pintura...la arquitectura...dí con tu blog y , con tu permiso, aquí me quedo! esta semana haré la recetita de las napolitanas de chocolate...y te contaré qué tal a ver si puedo pasar alguna foto del resultado!
Mil gracias por compartir tu gran pasión con nosotros...y en cuanto al resto....sólo se vive una vez, si no eres feliz, rompe con todo y busca lo que realmente te hace feliz...yo he perdido tanto tiempo por y para los demás, que ya no sé ni quién soy...quizá ya no sé ser otra cosa, ya no sé ser yo misma, sólo ese autómata que trata de hacer lo que los demás a veces quieren, a veces esperan de mi...creo que estoy tan acostumbrada a eso que si un día despertase y no tuviese órdenes de todos lados, desprecios, malas caras...no sabría cómo actuar...así que piensa por una vez en ti y sólo en ti piensa cómo sería ese día en el que serías plenamente feliz, graba esa imagen en la mente y persíguela...persigue todo aquello que te hace feliz y desecha las prisas, los agobios, los desprecios, ls indiferencia...
Espero no te moleste mi atrevimiento, pero te entiendo tanto, entiendo tan bien cómo te sientes, cómo te ahoga no poder hacer lo que deseas...
Muchos besos desde el paraíso!!!!
Doy fe de que estos bizcochos que necesitan reposo en el frigo son lo mejor de lo mejor.
ResponderEliminarVente pa'al sur Pepiño, y verás la vida pasar en vez de que esta te pase a ti.
Ten unha pinta estupenda. A min tamén me gustan moito os cakes, pero iso de esperar tanto tempo para poder comelo, non vai comigo. Sempre me falta tempo para probar, probo cando aínda queima. É o que ten ser fariño-azucre-adita.
ResponderEliminarEncántame vir a visitarche e distraerme un anaco, tanto co inxenio dos comentario como coas fantásticas receitas. Eu de grande quero ser así tamén.
Un saúdo desde Un cachiño doce
me ha encantado el mini reportaje y la receta por supuesto, adoro la canela si que este cake lo tengo ya en favoritos,
ResponderEliminarbesos,
pity
Delicioso ...apetecible y yum-yum como diría mi sobrinita. Me encanta la sensación de suavidad que se ve en las imagenes y el pistacho tengo que probarlo de esta manera sin duda.
ResponderEliminarUn bikiño y que sea una semana bonita.
Hola Gloria,
ResponderEliminarMe alegro volver a leerte, es como si hubieses desaparecido. Teo y yo nos pasamos el día juntos, desde las siete de la mañana que se despierta hasta las cinco de la tarde que salgo a correr. A las siete y pico vuelve a estar conmigo y María hasta la hora de acostarlo, las nueve de la noche. Es agotador, pero en cuanto lo dejo esas dos horas ya quiero volver a estar con él. En cuanto me ve se echa a reír....
Yo he hecho varios helados y sorbetes. No tengo sorbetera, pero a mano quedan también muy ricos. Los he hecho de cereza (en su época) de frambuesas que tenía congeladas, de nata,... espero hacerlo de mora pronto. También sé que quedan bien de turrón. El pistacho sólo nos queda una: comprarlo por Internet. Yo últimamente es lo único que hago, estoy cansado de pasarme el día preguntando en todo Santiago por ésto y por lo otro...
Un beso muy grande.
Luis, gracias. Espero poder volver más a menudo, sobre todo cuando vuelva de vacaciones. Por el momento hará un esfuerzo para organizarme.
Saludos.
Esther, perdona, pero no he podido ni tengo mucho tiempo durante este mes. Si es muy importante házmelo saber. Si no es así tengo mi email en el perfil de Harry Haller, parte superior izquierda. (pepe@cesga.es)
Gracias
Idaira, gracias a ti. No sé a qué receta te refieres. En la bollería recomendaría mirases las recetas en orden decreciente, creo que he ido perfeccionando la técnica. No sé, quizás sea un poco de pérdida de memoria, pero creo que las de chocolate estaban muy bien.
Por otro lado, el verano es muy bueno para las masas fermentadas pero hay que ser muy cuidadoso con el laminado, pues la mantequilla se reblandece con demasiada facilidad. Si hace falta dale un buen reposo en el frigorífico entre cada vuelta.
Mis mayores errores los he cometido por hacer las cosas para los demás, por el miedo a hacer daño. Así siempre he acabado por hacérmelo a mí mismo. Ahora son tantas las circunstancias que me rodean que es imposible romper con aquello que me hace infeliz. Lo que intento es INTENTAR cambiar esos comportamientos, egoísmos... poco a poco, es mi única esperanza. Qué le voy a hacer, soy muy blando.
Besos desde no se sabe dónde.
Gracias
La otra desde el paraíso, me iba con toda la alegría de mundo. Tal vez no al sur, un gallego no puede soportar el calor más de dos meses al año. Pero sí me iría a un lugar en el que la vida fuese muy despacio, mirando al mar. Irlanda?
Gracias.
Caldebarcos, ¿espera? Esperar é mirar ás agullas do reloxo, ver como os días se repiten. Esperar é desexar que as circunstancias que te rodean muden... esperar. Un día non é espera, é esperanza.
Apertas.
pityenlacocina, además dicen que es afrodisíaca. “Vaya usted a saber...”, por el momento me conformo con que esté rica.
Besos.
Mayte G., Gracias. Mientras haga sol....
Bicos.
Tú con Teo están muy amiguitos, b ien!! es agotador pero es tan delicioso el Teo.
ResponderEliminarSé que es edifícil por lo que te ha tocado vi vir tambien.
Tambien hago helados a mano, quedan super buenos siempre me he querido comprar una máquina de helados pero no he podido.
Si el piatachio ha sido un problema, sé lo de internet pero gerardo me tiene porhibido comprar en internet (ideas!!!) tengo las 4 suscripciones a revistas americanas es lo único que me aguanta.
ves??? todos tenemos nustros problemas.
Te mando besoos y cariños, gloria
Hace un tiempo que te leo, me encantan tus recetas y el mimo con el q las describes.
ResponderEliminarSaludos