Etapas
Ésta ha sido la mayor pausa del blog desde su nacimiento. Debéis entender mis razones, “de fuerza menor y mayor”, porque detrás de una ocupación venía otra, y otra. Me ha dolido en el alma (si existe) perder el espacio ganado y ahuyentar a los que tenían aquí un espacio de evasión, yo entre ellos. Retroalimentación, esa es la palabra que much@s habéis empleado y que, con razón, demandabais. Foodback, ironizaba, “retro-alimentación”. Sorry.
Si hace veintitrés meses (y antes) hubiese sabido lo que ahora sé, estoy seguro de que me habría tomado la vida con más calma y no habría caído en muchos de los errores que he cometido. Ya, pero ahí está gran parte de la sal y la salsa de la vida, en uno de los ingredientes básicos de la felicidad: la propia imperfección. La perfección es monótona, aburrida, previsible, puro automatismo. He ahí la paradoja: lo perfecto es aquello que tiene imperfecciones.