Sin tiempo
Cuando empecé a escribir esta entrada fue allá por el 22 de noviembre del 2009. Ya ha pasado mucho tiempo. Aparté el escrito por los mismos motivos por los que el blog está creciendo muy lentamente durante los últimos quince meses y pico. Me han dicho que todo llegará. ¿Cuándo?, ¿no estaré acabado para entonces?
Por no prostituir la idea original o perder ni una sola letra de mi diario, incluiré aquellos comentarios que ahora parecen muy alejados en el tiempo. Entonces Teo no caminaba y podía cocinar con menores problemas en su presencia. Ahora es muy difícil mantener la atención en ambas actividades sin correr el peligro de pasarme horas recogiendo o que se produzca algún hecho extremadamente peligroso.
Esta receta es de esas de increíble facilidad y resultados excelentes, casi milagrosos. Recuerdo cómo hace un tiempo mi hermano Mrtn hablaba de cuando en época de estudiante había invitado varias veces a sus amigos a cenar para convencerlos de lo delicioso de un plato extremadamente sencillo. Nunca fallaba, así acallaba y cerraba las bocas de los comensales que se sentaban en la mesa. No me ha dicho qué venía después, pero me imagino que no sería agua mineral sin gas.
Pollo, un limón, un chorrito de agua y una/s pastillas de caldo de pollo (Avecrem) son suficientes ingredientes como para preparar este plato. Yo le añado algo más, pero sólo por el hecho de tener la impresión de aportar algo a un plato que casi no necesita de ello.
A medida que avanza el horneado, el limón va soltando su zumo y formando una deliciosa salsa con el caldo del pollo y las grasas que va soltando durante la cocción. Por su simpleza (no lleva ningún añadido de aceite o materia grasa) me atrevería de denominarlo “bajo en calorías”.
El acompañamiento podemos hacerlo como más nos guste. Unas verduras u hortalizas (pisto) completarían un plano muy sano. Pese a todo, yo suelo acompañarlo de unas patatas fritas (que añado a la olla el último momento) y unas bolitas de calabaza.
Noviembre 2009. Cuando se vuelve a casa del trabajo no siempre se tiene tiempo para cocinar con calma o, si se tiene, hay que atender al pequeño de la casa. Lo dejo entretenido con un apio en una esquina de la cocina. Ese entretenimiento puede durar sólo un par de minutos, entonces se aproxima gateando hasta mis piernas, se agarra a ellas y se levanta. Quiere ver qué estoy cocinando. Ya sólo queda acabar con él en brazos o volver a darle algo para entretenerlo. Un puerro.
Esta receta es para esos días que ni un puerro lo entretiene. En el minuto que lo puedes distraer te da tiempo a prepararlo. Después sólo resta esperar a que el horno acabe. Facilísima y rica receta, os lo puedo asegurar.
Hasta que me conoció María, decía que no le gustaba el pollo. Ahora me lo pide de muchas formas, ésta es una de sus preferidas, después de la versión con arroz, pasta o a la barbacoa (quizás). El último mes me lo ha solicitado dos veces.
La receta es tal y cómo la hace mi madre, a quién se la pasaron durante una de esas conversaciones culinarias de verano. Es sorprendentemente fácil, lo es tanto que hasta parece milagroso que pueda quedar tan rico. La única modificación que hago sobre la receta original es echarle un chorrito de coñac y ponerle alguna hierba aromática, pero como he dicho, mi madre lo hace sin estos cambios y el plato tiene el mismo éxito.
Lo de añadirle sal y pimienta también es opcional, yo le añado muy poco, mi madre ninguna. La sal que le proporciona las pastillas de caldo de pollo es más que suficiente. El añadirle un poco de sal y pimienta es, quizás, un simple ejercicio para darle mayor credibilidad a un plato tan rico y sencillo.
Noviembre 2009. Cuando la gente busca algo, básicamente material, y lo enmascaran en un comentario, publicidad encubierta, notoriedad valiéndose de otros, del engaño… me molesta. Me molesta mucho porque se nota a leguas y no suele haber sinceridad, pura miseria. Hoy ha sido uno de esos días en los que me gustaría estar viviendo muy lejos de la civilización. Antes decía irónicamente: “criando cerdos en Australia”, ahora diré sin ironía: cultivando hortalizas y mirando al mar, viendo el tiempo pasar lentamente y sin reloj; viviendo de mi trabajo y no para él.
Pollo al limón
En una olla que pueda ir al horno espolvoreamos generosamente con pastilla(s) de caldo de pollo. Sobre él situamos los zancos de pollo (también podrían ser otras partes que nos gusten) y volvemos a espolvorear con el Avecrem (me permito hacer uso de una marca comercial) sobre los zancos. Echamos un chorrito de agua, sólo para que no se queme el fondo, y (opcional) un chorrito de coñac. Hacemos un pequeño corte en uno de los extremos del limón y lo apoyamos en el centro de la olla. El corte tiene una doble función, servir de apoyo al limón y favorecer la pérdida de jugos. Opcionalmente podemos añadir alguna hierba aromática: tomillo, romero,…
(2) Introducimos en el horno y cocinamos hasta que la piel del pollo (que hemos puesto hacia arriba) tenga un tono ligeramente tostado. Todo el proceso debe durar entre 40 minutos a una hora, como mucho (quizás). Si durante la cocción vemos, sobre todo al final de la misma, que se ha secado demasiado, podemos añadirle un poco de agua, muy poca.
Retiramos del horno y servimos en una bandeja, vertiendo el jugo sobre el pollo. También podemos cortarlo en pequeñas tiras a modo de “jamón asado”. Podemos hacer un ligero desgrasado con agua si vemos que quedan pegotes de grasa en el fondo. Acompañamos como más nos guste, por ejemplo, unas patatas fritas.
Muy fácil y muy rico.
Cuando empecé a escribir esta entrada fue allá por el 22 de noviembre del 2009. Ya ha pasado mucho tiempo. Aparté el escrito por los mismos motivos por los que el blog está creciendo muy lentamente durante los últimos quince meses y pico. Me han dicho que todo llegará. ¿Cuándo?, ¿no estaré acabado para entonces?
Por no prostituir la idea original o perder ni una sola letra de mi diario, incluiré aquellos comentarios que ahora parecen muy alejados en el tiempo. Entonces Teo no caminaba y podía cocinar con menores problemas en su presencia. Ahora es muy difícil mantener la atención en ambas actividades sin correr el peligro de pasarme horas recogiendo o que se produzca algún hecho extremadamente peligroso.
Esta receta es de esas de increíble facilidad y resultados excelentes, casi milagrosos. Recuerdo cómo hace un tiempo mi hermano Mrtn hablaba de cuando en época de estudiante había invitado varias veces a sus amigos a cenar para convencerlos de lo delicioso de un plato extremadamente sencillo. Nunca fallaba, así acallaba y cerraba las bocas de los comensales que se sentaban en la mesa. No me ha dicho qué venía después, pero me imagino que no sería agua mineral sin gas.
Pollo, un limón, un chorrito de agua y una/s pastillas de caldo de pollo (Avecrem) son suficientes ingredientes como para preparar este plato. Yo le añado algo más, pero sólo por el hecho de tener la impresión de aportar algo a un plato que casi no necesita de ello.
A medida que avanza el horneado, el limón va soltando su zumo y formando una deliciosa salsa con el caldo del pollo y las grasas que va soltando durante la cocción. Por su simpleza (no lleva ningún añadido de aceite o materia grasa) me atrevería de denominarlo “bajo en calorías”.
El acompañamiento podemos hacerlo como más nos guste. Unas verduras u hortalizas (pisto) completarían un plano muy sano. Pese a todo, yo suelo acompañarlo de unas patatas fritas (que añado a la olla el último momento) y unas bolitas de calabaza.
Noviembre 2009. Cuando se vuelve a casa del trabajo no siempre se tiene tiempo para cocinar con calma o, si se tiene, hay que atender al pequeño de la casa. Lo dejo entretenido con un apio en una esquina de la cocina. Ese entretenimiento puede durar sólo un par de minutos, entonces se aproxima gateando hasta mis piernas, se agarra a ellas y se levanta. Quiere ver qué estoy cocinando. Ya sólo queda acabar con él en brazos o volver a darle algo para entretenerlo. Un puerro.
Esta receta es para esos días que ni un puerro lo entretiene. En el minuto que lo puedes distraer te da tiempo a prepararlo. Después sólo resta esperar a que el horno acabe. Facilísima y rica receta, os lo puedo asegurar.
Hasta que me conoció María, decía que no le gustaba el pollo. Ahora me lo pide de muchas formas, ésta es una de sus preferidas, después de la versión con arroz, pasta o a la barbacoa (quizás). El último mes me lo ha solicitado dos veces.
La receta es tal y cómo la hace mi madre, a quién se la pasaron durante una de esas conversaciones culinarias de verano. Es sorprendentemente fácil, lo es tanto que hasta parece milagroso que pueda quedar tan rico. La única modificación que hago sobre la receta original es echarle un chorrito de coñac y ponerle alguna hierba aromática, pero como he dicho, mi madre lo hace sin estos cambios y el plato tiene el mismo éxito.
Lo de añadirle sal y pimienta también es opcional, yo le añado muy poco, mi madre ninguna. La sal que le proporciona las pastillas de caldo de pollo es más que suficiente. El añadirle un poco de sal y pimienta es, quizás, un simple ejercicio para darle mayor credibilidad a un plato tan rico y sencillo.
Noviembre 2009. Cuando la gente busca algo, básicamente material, y lo enmascaran en un comentario, publicidad encubierta, notoriedad valiéndose de otros, del engaño… me molesta. Me molesta mucho porque se nota a leguas y no suele haber sinceridad, pura miseria. Hoy ha sido uno de esos días en los que me gustaría estar viviendo muy lejos de la civilización. Antes decía irónicamente: “criando cerdos en Australia”, ahora diré sin ironía: cultivando hortalizas y mirando al mar, viendo el tiempo pasar lentamente y sin reloj; viviendo de mi trabajo y no para él.
Pollo al limón
- 2 ó 3 zancos de pollo.
- 1 limón entero (y grande).
- c.s. de pastillas de caldo de pollo (Avecrem).
- Un chorrito de agua, sólo la necesaria para que no se queme la olla.
- Un chorrito de coñac (opcional)
- Hierbas aromáticas a gusto: tomillo, romero,… (+ opcional)
- Sal y pimienta, muy poca (+ opcional)
En una olla que pueda ir al horno espolvoreamos generosamente con pastilla(s) de caldo de pollo. Sobre él situamos los zancos de pollo (también podrían ser otras partes que nos gusten) y volvemos a espolvorear con el Avecrem (me permito hacer uso de una marca comercial) sobre los zancos. Echamos un chorrito de agua, sólo para que no se queme el fondo, y (opcional) un chorrito de coñac. Hacemos un pequeño corte en uno de los extremos del limón y lo apoyamos en el centro de la olla. El corte tiene una doble función, servir de apoyo al limón y favorecer la pérdida de jugos. Opcionalmente podemos añadir alguna hierba aromática: tomillo, romero,…
(2) Introducimos en el horno y cocinamos hasta que la piel del pollo (que hemos puesto hacia arriba) tenga un tono ligeramente tostado. Todo el proceso debe durar entre 40 minutos a una hora, como mucho (quizás). Si durante la cocción vemos, sobre todo al final de la misma, que se ha secado demasiado, podemos añadirle un poco de agua, muy poca.
Retiramos del horno y servimos en una bandeja, vertiendo el jugo sobre el pollo. También podemos cortarlo en pequeñas tiras a modo de “jamón asado”. Podemos hacer un ligero desgrasado con agua si vemos que quedan pegotes de grasa en el fondo. Acompañamos como más nos guste, por ejemplo, unas patatas fritas.
Muy fácil y muy rico.
Por este pollo fácil, fácil te voy a dar un muaccc enorme, para que descanses y para agradecerte que, pese a todo, sigas con ánimo de aparecer o "desaparecer".
ResponderEliminarqué bueno!! gracias, gracias, gracias. No lo recordaba. Lo guardo para el jueves. Mañana hago arroz con acelgas al estilo de mi madre por primera vez. Hoy he estado escribiendo con ella su recetario, para que los sabores y los olores me la traigan cuando ya no esté, que quizá sea pronto. Estoy taaaan triste. Besos a todos.
ResponderEliminarComprendo... ¡ánimo!
ResponderEliminarQue bueno, volver a lo ya escrito. Justo hace dos días repetí una receta tuya de pastel de zanahoria del año.... 2007. Puf, entonces que poquitos comentarios había.
ResponderEliminarSuerte Pepe, eres un afortunado, aunque no te lo creas.
Es de esas recetas tan simples que uno hasta se olvida de esa opción cuando no sabe qué hacer. ¿Nada más que con calor abajo queda ese dorado tan chulo? Me la apunto para estos próximos días. Ya te diré.
ResponderEliminarBesos a todos y ánimo.
Pues mira estab por hacerlo para este medidía a la sal,pero te la copio,,,que plato mas rico te quedó.
ResponderEliminarUn saludo
Enhorabuena, he probado la receta y le doy un 10. Super jugoso y en una hora está listo. Creo que a partir de ahora será mi receta de pollo asado.
ResponderEliminarGracias por tu blog
Enhorabuena, tus recetas son increibles y tienen todas una pinta.... Yo aún estoy empezando por lo que sólo me atrevo con las cosas fáciles como esta. Parece mentira que con lo fácil que esté tan bueno, tan jugoso... con decirte que es la primera vez que mi hijo (5 años y poco comedor) me pide repetir.... Mucho ánimo y cuando tengas tiempo espero que sigas publicando tus maravillosas recetas. GRACIAS
ResponderEliminarsimplemente esta buenisimo!
ResponderEliminarMuy bueno!! Besos desde Argentina
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