Pienso, luego existo
Me resulta un poco difícil empezar de nuevo después de tanto tiempo. La interminable lista de recetas pendientes de publicar está casi perdida en la memoria y los pequeños detalles se han disipado con el paso de los días. Por desgracia, esos pequeños detalles son lo realmente importante de una receta. Sólo me quedaría repetir cada una de las recetas para anotar de nuevo esos detalles o, en ausencia de esa repetición, intentar hacer uso de la memoria asociativa, la única de la que soy dueño, para no errar en demasía.
Pensé que sería bueno empezar de nuevo (¿es redundante?, no lo creo, no siempre se empieza de nuevo) con un plato extremadamente sencillo, sin horno, y perfecto para estos días de calor que han venido y (espero) sigan viniendo. Ahora llegaría el momento de explicar el origen del nombre del plato, qué es eso de “panna” y todo lo demás que siempre se cuenta, una y otra vez, pero no lo haré porque quiero ser conciso y claro, no tengo una vida como para hacer florituras. Sólo tecleen esas palabras en la caja de texto del más famoso buscador (el ojo que todo lo ve) y conocerán el origen y el porqué de su nombre. Para nosotros podría ser una “gelatina de naranja”, con reservas, claro, faltaría el ingrediente que le da panna, porque de “cotta” no tiene nada.
Que yo recuerde, cuando era pequeño a la gelatina se le llamaba “cola de pescado”, a las mousses “espumas” (“Espuma de…”), a los muffins “magdalenas” y las ensaladillas no eran “rusas”, eran “salpicones” con vinagreta. Las palabrotas eran “pecados”… y se decían, no sólo se cometían.
Si tuviese que contar qué he hecho durante la segunda parte del mes de julio me llegaría con una palabra: Teo. Teo ha sido el principal motivo de mi agotamiento y mi esperanza. Porque él ha estado conmigo la mayor parte de las horas del día, salvando unos pocos momentos para intentar (ésa es la palabra, “intentar”) ir a correr y las horas nocturnas que empleaba para corregir, poner exámenes u otras labores del día a día, como adelantar la comida de Teo. Por supuesto, también estaba el trabajo, pero durante la última semana del mes esas horas se limitaban a plasmar aquel trabajo preparado en casa, muchas veces hasta altas horas de la madrugada. Se podía haber dicho que mi “último día en soledad” fue el día 2 de julio, desde entonces somos tres, pero mi tiempo libre no ha aumentado lo más mínimo por asuntos de ajustes horarios.
Durante todo ese tiempo, hemos compartido muchos momentos, en los que he intentado (ésa sigue siendo la palabra, “intentar”) mantenerlo entretenido y salir de la rutina. Hemos pintado con témperas, pastel y pintura de dedos, hemos visitado los principales parques de Santiago, hemos visitado la playa por la mañana y por la tarde, hemos madrugado muchísimo (casi siempre antes de las siete) y lo hemos aprovechado para ir a un parque a ver y escuchar croar a las ranas. Aún así, ha sido muy difícil mantenerlo en una actividad más de media hora, ni en la playa, en dónde a la media hora ya empezaba a pedir “choche” si no conseguía entretenerlo durante un momento.
Ya ha pasado más de la mitad de julio y todo sigue igual, o peor, más cansado y con menos tiempo. Más dependencia y una absoluta sensación de estar viviendo con el piloto automático, esperando que pasen estos días y crezca hasta el estado de comprensión mutua. Ya ha dejado de llamarme “papá”, no siempre, pero ya sólo lo hace cuando sus reclamos son reflexivos y pausados. Ahora también soy “ma-má”, soy mamá cuando me separo unos metros de él, cuando quiero echarme un poco alejándome a hurtadillas, cuando me separo de su alcance. Entonces, mi nombre cambia y es más rápido y emotivo llamarme “mamá”. Es un niño con dos mamás.
¿Cómo buscar el tiempo para escribir un poco?, ¿cómo llegar a cocinar algo con cierta dosis de elaboración? Muy difícil, para eso tienen que reunirse una serie de circunstancias improbables: que Teo se haya acostado temprano, antes de las 21:30; que por la noche no tenga que prepararle la comida del día siguiente; que no haya mucho que recoger; que pueda mantenerme en pie hasta las doce de la noche (o una hora más, como hoy);… Durante el día es pura ciencia ficción, se agarra a mí (y a M) con tal fuerza y terquedad que me siendo como el tiburón y la rémora, una rémora adictiva, empática y simpática; él me llena de alegría, complacencia y cansancio, yo le ofrezco mi tiempo, divertimento y mi amor en grandes dosis. Si vamos a la playa ya ni me planteo llevar un libro ni una silla, sólo un bañador de repuesto por si me mojo y el móvil para recibir alguna llamada.
No sé si es normal en un bebé (ya niño) de año y medio ese pánico a las multitudes y ese aparente miedo al abandono y permanente necesidad de la compañía de sus padres. Desde la última visita al pediatra su comportamiento al respecto se ha agravado y sus miedos parecen agrandarse. Sólo se tranquiliza con nuestra presencia y atención.
Lo he dicho otras veces y lo vuelvo a decir: soy un mal padre, me cuesta dejarlo llorar (incluso cuando sé que es por capricho) o negarle el placer de de sus gustos y, casi, obsesiones. Tengo la esperanza que cuando él pueda hablar me sea posible explicarle los motivos de mis negaciones, ahora escasas, y que no sea demasiado tarde para poner más límites. Espero que ahora sea sólo el momento de crear hábitos y dentro uno o dos años el momento del verdadero aprendizaje y la educación. Cuando uno está tan cansado lo más fácil ser permisivo, lo difícil y correcto es no serlo. No es fácil tomar decisiones a la ligera y de modo repentino, sin claridad de ideas.
Me imagino que algun@s de vosotr@s habéis llegado a pensar que me había ido de viaje o que, definitivamente, me había olvidado del blog. Ninguna de esas circunstancias es correcta. Todavía estamos en A Illa, con alguna visita a nuestras familias, y el blog ocupa un espacio importante de mi pensamiento, ahora sólo eso: pensamiento.
La próxima semana nos iremos a Dublin, apostaría a que allí podría tener tiempo para escribir unas palabras con calma, pero claro está: sin ordenador personal esas palabras se limitarán a una de esas pequeñas libretas que siempre llevo a los viajes. Después tocará transcribirlas. Desde el último viaje, me preocupa el comportamiento de Teo durante los vuelos y lo extraño que pueda sentirse en el hotel. Ya no tanto por él, más por aquellos que tendrán que soportar sus pataletas y chillidos. Ya allí, nos alojaremos en el centro, y malo será que no tengamos un momento para ver algo y, al mismo tiempo, entretener a Teo.
En cuanto al blog el asunto podría parecer algo más difícil, y quizás lo sea, pero tengo grandes esperanzas con respecto al mes de agosto. Si Teo sigue manteniendo esos horarios de sueño y siesta (ya una), la hora de la siesta la podré usar para preparar la comida y escribir algo. No como ahora, que es el único momento que puedo dedicar a ir a correr.
Cuánto echo en falta un familiar cercano para poder descargar el trabajo durante los momentos más duros. No se puede tener todo, independencia y libertad. Parece contradictorio, pero muchas veces la independencia lleva consigo una gran dosis de pérdida de libertad. La libertad es más un concepto que un hecho, una sensación interior. La vida está llena de ligaduras externas y dependencias que llevan a nuestra existencia a un permanente estado de ataduras, así desde el primer momento de la concepción. Esas “circunstancias” de las que hablaba O. & G.
Sin más, y con toda la brevedad y extensión que me ha sido posible, me despido, esperando que sea más pronto que tarde. Un beso.
Panna cotta de naranja (y limón)
(1) Hidratamos las hojas de gelatina en agua bien fría para que no se disuelva en ella, más en verano ;-). Preparamos los ingredientes. Calentamos muy ligeramente (sin que hiervan) los zumos con las ralladuras bien finas, cuanto más finas mejor, hay que tener en cuenta que se añadirán directamente al postre. Alguna vez sólo he añadido la mitad de las ralladuras e “infusionado” con ambas. Retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratadas y escurridas. Mezclamos para que se disuelva. Añadimos el agua de azahar y el licor de naranja.
En otro cazo mezclamos la leche condensada con la nata y batimos hasta que no tenga grumos. Añadimos la mezcla de zumos y aromas, mezclando ligeramente. Podemos colar parte de la mezcla mientras la añadimos para que no se noten demasiado y tenga el sabor que sí le da la ralladura. A ser posible intentaremos que pasen, por lo menos, la mitad de las ralladuras, es lo que realmente le da sabor. La mitad será suficiente. Mezclamos y vertemos en moldes metálicos para flan, unos 3 moldes medianos.
(2) Guardamos en el frigorífico hasta que tenga la consistencia necesaria, un mínimo de unas 6 horas. Lo ideal es hacerlo por la noche para tomar al día siguiente o días sucesivos.
Cuando los vayamos a servir lo acompañamos de una salsa templada de frambuesa u otro tipo de salsa que nos guste. Queda muy bien una que lleve cítricos o frutas del bosque, por ejemplo. Para una salsa de frambuesas sólo hay que calentar un puñado de frambuesas con unas 2 ó 3 cucharadas de azúcar, colándolo para formar una salsa.
Me resulta un poco difícil empezar de nuevo después de tanto tiempo. La interminable lista de recetas pendientes de publicar está casi perdida en la memoria y los pequeños detalles se han disipado con el paso de los días. Por desgracia, esos pequeños detalles son lo realmente importante de una receta. Sólo me quedaría repetir cada una de las recetas para anotar de nuevo esos detalles o, en ausencia de esa repetición, intentar hacer uso de la memoria asociativa, la única de la que soy dueño, para no errar en demasía.
Pensé que sería bueno empezar de nuevo (¿es redundante?, no lo creo, no siempre se empieza de nuevo) con un plato extremadamente sencillo, sin horno, y perfecto para estos días de calor que han venido y (espero) sigan viniendo. Ahora llegaría el momento de explicar el origen del nombre del plato, qué es eso de “panna” y todo lo demás que siempre se cuenta, una y otra vez, pero no lo haré porque quiero ser conciso y claro, no tengo una vida como para hacer florituras. Sólo tecleen esas palabras en la caja de texto del más famoso buscador (el ojo que todo lo ve) y conocerán el origen y el porqué de su nombre. Para nosotros podría ser una “gelatina de naranja”, con reservas, claro, faltaría el ingrediente que le da panna, porque de “cotta” no tiene nada.
Que yo recuerde, cuando era pequeño a la gelatina se le llamaba “cola de pescado”, a las mousses “espumas” (“Espuma de…”), a los muffins “magdalenas” y las ensaladillas no eran “rusas”, eran “salpicones” con vinagreta. Las palabrotas eran “pecados”… y se decían, no sólo se cometían.
Si tuviese que contar qué he hecho durante la segunda parte del mes de julio me llegaría con una palabra: Teo. Teo ha sido el principal motivo de mi agotamiento y mi esperanza. Porque él ha estado conmigo la mayor parte de las horas del día, salvando unos pocos momentos para intentar (ésa es la palabra, “intentar”) ir a correr y las horas nocturnas que empleaba para corregir, poner exámenes u otras labores del día a día, como adelantar la comida de Teo. Por supuesto, también estaba el trabajo, pero durante la última semana del mes esas horas se limitaban a plasmar aquel trabajo preparado en casa, muchas veces hasta altas horas de la madrugada. Se podía haber dicho que mi “último día en soledad” fue el día 2 de julio, desde entonces somos tres, pero mi tiempo libre no ha aumentado lo más mínimo por asuntos de ajustes horarios.
Durante todo ese tiempo, hemos compartido muchos momentos, en los que he intentado (ésa sigue siendo la palabra, “intentar”) mantenerlo entretenido y salir de la rutina. Hemos pintado con témperas, pastel y pintura de dedos, hemos visitado los principales parques de Santiago, hemos visitado la playa por la mañana y por la tarde, hemos madrugado muchísimo (casi siempre antes de las siete) y lo hemos aprovechado para ir a un parque a ver y escuchar croar a las ranas. Aún así, ha sido muy difícil mantenerlo en una actividad más de media hora, ni en la playa, en dónde a la media hora ya empezaba a pedir “choche” si no conseguía entretenerlo durante un momento.
Ya ha pasado más de la mitad de julio y todo sigue igual, o peor, más cansado y con menos tiempo. Más dependencia y una absoluta sensación de estar viviendo con el piloto automático, esperando que pasen estos días y crezca hasta el estado de comprensión mutua. Ya ha dejado de llamarme “papá”, no siempre, pero ya sólo lo hace cuando sus reclamos son reflexivos y pausados. Ahora también soy “ma-má”, soy mamá cuando me separo unos metros de él, cuando quiero echarme un poco alejándome a hurtadillas, cuando me separo de su alcance. Entonces, mi nombre cambia y es más rápido y emotivo llamarme “mamá”. Es un niño con dos mamás.
¿Cómo buscar el tiempo para escribir un poco?, ¿cómo llegar a cocinar algo con cierta dosis de elaboración? Muy difícil, para eso tienen que reunirse una serie de circunstancias improbables: que Teo se haya acostado temprano, antes de las 21:30; que por la noche no tenga que prepararle la comida del día siguiente; que no haya mucho que recoger; que pueda mantenerme en pie hasta las doce de la noche (o una hora más, como hoy);… Durante el día es pura ciencia ficción, se agarra a mí (y a M) con tal fuerza y terquedad que me siendo como el tiburón y la rémora, una rémora adictiva, empática y simpática; él me llena de alegría, complacencia y cansancio, yo le ofrezco mi tiempo, divertimento y mi amor en grandes dosis. Si vamos a la playa ya ni me planteo llevar un libro ni una silla, sólo un bañador de repuesto por si me mojo y el móvil para recibir alguna llamada.
No sé si es normal en un bebé (ya niño) de año y medio ese pánico a las multitudes y ese aparente miedo al abandono y permanente necesidad de la compañía de sus padres. Desde la última visita al pediatra su comportamiento al respecto se ha agravado y sus miedos parecen agrandarse. Sólo se tranquiliza con nuestra presencia y atención.
Lo he dicho otras veces y lo vuelvo a decir: soy un mal padre, me cuesta dejarlo llorar (incluso cuando sé que es por capricho) o negarle el placer de de sus gustos y, casi, obsesiones. Tengo la esperanza que cuando él pueda hablar me sea posible explicarle los motivos de mis negaciones, ahora escasas, y que no sea demasiado tarde para poner más límites. Espero que ahora sea sólo el momento de crear hábitos y dentro uno o dos años el momento del verdadero aprendizaje y la educación. Cuando uno está tan cansado lo más fácil ser permisivo, lo difícil y correcto es no serlo. No es fácil tomar decisiones a la ligera y de modo repentino, sin claridad de ideas.
Me imagino que algun@s de vosotr@s habéis llegado a pensar que me había ido de viaje o que, definitivamente, me había olvidado del blog. Ninguna de esas circunstancias es correcta. Todavía estamos en A Illa, con alguna visita a nuestras familias, y el blog ocupa un espacio importante de mi pensamiento, ahora sólo eso: pensamiento.
La próxima semana nos iremos a Dublin, apostaría a que allí podría tener tiempo para escribir unas palabras con calma, pero claro está: sin ordenador personal esas palabras se limitarán a una de esas pequeñas libretas que siempre llevo a los viajes. Después tocará transcribirlas. Desde el último viaje, me preocupa el comportamiento de Teo durante los vuelos y lo extraño que pueda sentirse en el hotel. Ya no tanto por él, más por aquellos que tendrán que soportar sus pataletas y chillidos. Ya allí, nos alojaremos en el centro, y malo será que no tengamos un momento para ver algo y, al mismo tiempo, entretener a Teo.
En cuanto al blog el asunto podría parecer algo más difícil, y quizás lo sea, pero tengo grandes esperanzas con respecto al mes de agosto. Si Teo sigue manteniendo esos horarios de sueño y siesta (ya una), la hora de la siesta la podré usar para preparar la comida y escribir algo. No como ahora, que es el único momento que puedo dedicar a ir a correr.
Cuánto echo en falta un familiar cercano para poder descargar el trabajo durante los momentos más duros. No se puede tener todo, independencia y libertad. Parece contradictorio, pero muchas veces la independencia lleva consigo una gran dosis de pérdida de libertad. La libertad es más un concepto que un hecho, una sensación interior. La vida está llena de ligaduras externas y dependencias que llevan a nuestra existencia a un permanente estado de ataduras, así desde el primer momento de la concepción. Esas “circunstancias” de las que hablaba O. & G.
Sin más, y con toda la brevedad y extensión que me ha sido posible, me despido, esperando que sea más pronto que tarde. Un beso.
Panna cotta de naranja (y limón)
- 3 hojas de gelatina (~5,7 gr) [*]
- 130 gr. de zumo de naranja.
- 30 ml. de zumo de limón.
- Ralladura (muy fina) de una naranja.
- Ralladura (muy fina) de ½ limón.
- 5 ml. de agua a azahar.
- 10 ml. de Grand Marnier (u otro licor de naranja) (opcional).
- 140 gr. de leche condensada.
- 50 gr. de nata fresca espesa.
(1) Hidratamos las hojas de gelatina en agua bien fría para que no se disuelva en ella, más en verano ;-). Preparamos los ingredientes. Calentamos muy ligeramente (sin que hiervan) los zumos con las ralladuras bien finas, cuanto más finas mejor, hay que tener en cuenta que se añadirán directamente al postre. Alguna vez sólo he añadido la mitad de las ralladuras e “infusionado” con ambas. Retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratadas y escurridas. Mezclamos para que se disuelva. Añadimos el agua de azahar y el licor de naranja.
En otro cazo mezclamos la leche condensada con la nata y batimos hasta que no tenga grumos. Añadimos la mezcla de zumos y aromas, mezclando ligeramente. Podemos colar parte de la mezcla mientras la añadimos para que no se noten demasiado y tenga el sabor que sí le da la ralladura. A ser posible intentaremos que pasen, por lo menos, la mitad de las ralladuras, es lo que realmente le da sabor. La mitad será suficiente. Mezclamos y vertemos en moldes metálicos para flan, unos 3 moldes medianos.
(2) Guardamos en el frigorífico hasta que tenga la consistencia necesaria, un mínimo de unas 6 horas. Lo ideal es hacerlo por la noche para tomar al día siguiente o días sucesivos.
Cuando los vayamos a servir lo acompañamos de una salsa templada de frambuesa u otro tipo de salsa que nos guste. Queda muy bien una que lleve cítricos o frutas del bosque, por ejemplo. Para una salsa de frambuesas sólo hay que calentar un puñado de frambuesas con unas 2 ó 3 cucharadas de azúcar, colándolo para formar una salsa.
Soñamos, soñamos, soñamos y despertamos!!!
ResponderEliminarEl cambiar de escenario ya es todo un lujo, un cambio de chip aunque la placa madre sea la misma.
En fotos se ve mayor.....y guapísimo.
Sigo dándole vueltas al tema "escola infantil" y creo que lo necesita/is.
Buen verano y buenas vacaciones. Al menos que estéis los 3 compenetrados y podáis disfrutar aunque seáis Dubliners.
Muacs dulces llenos de ganas de escapar, desaparecer, de que pasen los problemas y no lleguen más. Todo me afecta cuando afecta a los que quiero.
Te extrañaba.
ResponderEliminarTu vida es tu niño. Cada vez más. Estás completamente absorbido por sus vivencias. No es una crítica, es sólo una constatación, por lo que cuentas.
Quizá un día, descubras cuántas sensaciones que antes eran frecuentes, habrás dejado escondidas, para sentir las de tu hijo.
No sé si le ocurre a todo el mundo. Creo que no. Es preciso estar tan absorbido como tú lo estás para que pueda revertirse la situación.
Un día verás una película, o leerás un libro, o encontrarás una fotografía o escucharás una pieza de música que te pillará desprevenido y te hará revivir una sensación. Una sensación intensa y que no será causada por tu hijo.
De pronto algo lleno de polvo en tu interior resucitará, y revivirán recuerdos de adolescencia o de juventud, las tareas cotidianas pasarán a un segundo plano, te envolverá una emoción no sentida en muchos años, un calor interior diferente que ya no recordabas, te preguntarás dónde han estado metidas esas sensaciones tanto tiempo;
y te despegarás de tu pequeño.
Volverás a ser tú.
Te recuperarás.
Volverás a sentir emociones antiguas, y ya no querrás dejarlas marchar.
Y tu hijo te lo agradecerá. Tú eres tú. Y él es él.
O quizá no te pase nada de esto y sólo me haya ocurrido a mí.
Mis mejores deseos para los tres. Salud y tiempo.
Besos.
Esperanza.
Y lentamente cae un telón y se reabre, cada día, cada momento son un espacio que no vuelve y bueno o no tanto se queda llenando nuestros recuerdos, tu los vives y sientes intensamente, eso es estupendo y también como decía un amigo tiene su lado oscuro, pero nunca malo.
ResponderEliminarMe gustaría decirte algo acerca de Teo que no sea que se le ve sano y cada vez más guapo, contento con lo que toca a su alrededor, pero soy un desastre con patitas y no tengo peques aún, bueno mis sobrinos, pero no los veo todo el tiempo.
Así que creo que con el tiempo y cuándo el cariño-apego vaya madurando en ustedes las cosas resultarán en más independencia...Por lo pronto que disfruten mucho de las vacaciones y de los pocos o muchos momentos de tranquilidad que puedas tener, pero sobre todo que se disfruten los tres. :)
Un abrazo si me lo permites...y hasta la vuelta.
Biquiño.
p.d. ay...ves distraida que soy, te iba a preguntar cuánto serían las tres hojas grenetina en gramos porque aquí de haber hailas, peeero...en fin que acabo de revisar y he visto que lo tienes especificado...me pongo nerviosa con la panna cotta.
ResponderEliminarLa última vez hice un desastre, a ver si ahora con tu receta me va mejor :/
Deliciosa la receta. Me gusta la combinación de sabores. Tiene que estar muy rico. Saludos
ResponderEliminarNo soy madre, todavía, pero he oído historias parecidas de otros padres con niños en la misma edad que Teo, así que no te preocupes, se le pasará e irá ganando independencia. La receta, espectacular, como siempre, y facilita, no? Besos
ResponderEliminarRICA RICA ESTA PANACOTTA QUE AÑAADIRE SIN DUDA A MI LISTA DE RECETAS. UN BESO, CHARO.
ResponderEliminarBienvenido a esta tu casita!!! Teo está preciosísimo, no me gusta mucho la panna cotta (odio tooodo lo que sea gelatinoso, no lo puedo evitar) y hemos cancelado el viaje a Dublín. Motivos? Pues que aquí es donde mejor están. Una excursión a la Warner o a Portaventura o a Terra Mítica y ya.No queremos aviones ni estresses varios, y eso que ellos lo llevan más que bien y se portan genial. Quizá este año somos nosotros los que no estamos preparados, jejeje.
ResponderEliminarTotalmente normal lo de Teo. Tú tranquilo, que es así. Y no te quejes, que tú no tienes pelo largo que lavar, ni días de "esos" en que necesitas 5 minutos y te parece mentira no tenerlos!!!! Y de repente crecen, se quedan viendo Clan Tv y te dicen cada día 20 veces lo mucho que te quieren, y se te olvida tooodo. Besos miles que estoy robando wifi en la uni y debo irme a comprar.
Por cierto, el saldo del curso han sido todo notables altos y un sobresalienteee!!! Feliz, feliz, feliz... Besos miles!
Sé que ahora mismo te suena a ciencia ficción, pero un día tu hijo crecerá y se hará más independiente, y tú no te lo creerás y al principio hasta te costará saber que hacer con esas horas libres... a mí me ha pasado. Mis hijos han crecido (7 y 10 años) y no me necesitan tanto.
ResponderEliminarLo que dices del miedo que tiene a alejarse de vosotros, ¿tal vez os habéis ausentado "a hurtadillas" para que no llorase? ... mala práctica, ahora el crío ya no se fía. Es preferible despedirse de él, aunque se quede llorando; verá que luego volvéis y se acostumbrará a que los papás pueden irse y luego volver y no pasa nada.
De todas maneras, como ya he dicho, es cuestión de tiempo.
Suerte
la panna cotta deliciosa pero tu niño se roba el protagonismo por lejos!!!! que grande y bello esta!!! de a poco veras q se va independizando.
ResponderEliminarcariños y mucho animo!!!
Le enseñaras a volar, pero no volara tu vuelo.
ResponderEliminarLe enseñaras a soñar, pero no soñará tu sueño.
Le enseñaras a vivir, pero no vivirá tu vida.
Pero; en cada vuelo, en cada sueño y en todo el camino de su vida, estará la semilla del camino aprendido.
La primera vez que leí esto me quedé pensando y pensando...........
Nunca te arrepentirás de todo este tiempo que le regalas a Teo.
Ten por seguro que el tampoco lo olvidará.
Tengo dos hijos de 29 y 27.
Parece que fué ayer cuando hablaba como tú.
Ya tenia ganas de leerte otra vez.
Un abrazo
Una panna cotta con una pinta buenísima. En respecto a Teo, yo tengo un niño de casi 2 añitos, y no te consideres un mal padre por no ser capaz de dejarle llorar, yo tampoco lo soy y no me considero una mala madre. Los niños necesitan nuestro cariño, unos más y otros menos, pero como las personas mayores. Pero que agradecidos son cuando les das ese abrazo que te piden o esa muestra de cariño. Es que se me cae la baba con mi niño.
ResponderEliminarQue te lo pases muy bien por Dublin.
Yo, también aprovecho las siestas de mi niño para publicar en el blog, y ver otros blog y cocinar.
Muxus
Cielos! leyéndote me ha entrado un vértigo... Creo que tu lo llevas mucho mejor que yo, por que yo lo llevaba (o lo llevo, no se) mal, muy mal. No se si me falta instinto maternal o estoy por acabar de hacer, pero a mi esa dependencia de los peques me agobiaba , me ha agobiado siempre y me sigue agobiando, aunque mi hija tenga 18 años. Yo también creía que cuando supiera hablar y por lo tanto razonar un poco me entendería mejor... ya veremos que tal te va a tí, a mi no me sirvió de mucho.
ResponderEliminarNo creo que haya buenos o malos padres/madres, se hace lo que se puede en cada momento, no hay manual de instrucciones ni creo que sirviera.
Piensa que lo mejor está por venir, eso seguro. Buen verano, no estaré en Dublín, pero estaré en Irlanda, al menos hará menos calor que aquí, que ya es mucho.
Sencilla delicioso
ResponderEliminarMil besossss
he caído por tu blog de casualidad y vaya, la historia con tu peque me suena. Tengo dos niños, uno de 3 años y una de 6 meses. Un día entero con ellos y me agotan, necesito un respiro... papá se hace cargo, me tomo el respiro y no se me van de la cabeza, jejeje.
ResponderEliminaryo tb soy de las que no les dejo llorar, creo que cuando un niño llora, llama a sus padres,... lo necesita, por la razón que sea, no lo hace por fastidiar. Esta etapa pasará, irá creciendo, sintiéndose seguro de si mismo y de que si algo ocurre sus padres siempre estarán. Mientras tanto ánimo, paciencia, y a disfrutar con él que son lo mejor del mundo. Bicos. Me voy a dar una vueltecilla por tus recetas un ratito, que pronto despertará la peque para tomarse su chupito de teta de la una y media. Luego a dormir de tirón (espero)
No lo dejes escapar!!!... este tiempo que pasas con él no volverá y... creeme pasa muy rápido, después añorarás todas estas cosas....
ResponderEliminarAyyy crecen tan rápido que no los disfrutas .
A mi 29 años se me han pasado en un abrir y cerrar de ojos, y pensar que fue ayer cuando nos pasabamos horas en urgencias con la mayor, por la dichosa otitis....
Añoranza.
Ostrasss! Está cambiadísimo desde las últimas fotos, y precioso; ya se ve un niño mayor, y veo que hasta con melenita estilo al padre. Gracias por mostrárnoslo, cibercompadre... ;·)
ResponderEliminarAsí que vais a Dublín. Espero que el Míster se lo tome mejor que el último viaje, ahora que ya es un 'mayor'. La última vez que pasé por aquí quién se iba era Olga (por cierto, muchas felicidades, empollona! El esfuerzo ha merecido la pena).
Yo acabo de volver, del Paraíso de la pastelerías... Dios mío, como estaban esos macarons de Ladurée y de Hermé, los he probado de jazmín, de flor de azahar, de menta, de aceite de oliva... Quiero más!!!!! ¿Por qué no me traje tres kilos???? Y los pasteles de Fauchon, los panes de Kayser... Parece mentira que aún haya venido pesando un kilo menos... :·))))) Es que las comidas no me gustaron nada, y los horarios, menos: cenar a las 7 de la tarde????
Uf! Ya no suelto más el rollo, pero es que todavía me dura la euforia...
BESOS Y RELAX (por lo que explicas, veo que mi segundo deseo está lejos de tu cotidiano).
Hola!
ResponderEliminarNunca había escrito pero entre lo que dices de tu hijo y la deliciosa pannacotta no me he podido resistir.
Antes de nada, te debo el nuevo status que me ha sido designada de buena pastelera! Si supieran que no es habilidad, sino buena busqueda internauta...
Muchos ánimos con lo de tu hijo. Sinceramente, yo creo que la independencia de tu hijo llegará mucho antes en la medida que no tardéis en fomentarla. Es difícil, y aun es muy pequeño, pero más adelante, y por mi experiencia como canguro de muchos niños y muchos años creo que si desde pequeños les apuntas al cole (aunque sea unas horitas), a escuelas de verano, a actividades extraescolares o incluso una canguro para un par de horas... Más aprenderan a saber divertirse sin necesidad de una mano que les coja y les lleve. Si no, tardará mucho más tiempo en valerse por si mismo. Igualmente, el tiempo vuela, eso siempre es un consuelo.
Es muy dificil soportar el llanto pero uno se puede inmunizar. He soportado pataletas en las que una niña se mee en el sofà, que se suba a una nevera, que tire toda la comida, que me acaben pitando los oidos... y todo eso sin que fueran mis hijos. Pero hay que planterarse que 'por mis cojones' que aguanto, se acabaran cansando y aprenderan que quien mandan no son ellos, y te seguiran queriendo igual.
Después de todo este rollo, muchas gracias por la receta de mi proximo postre para hacer!!!
Está precioso Teo, ya te lo han dicho, pero lo reitero, es curioso como un niño que está tan lejos (de donde vivo) tiene un pedazo de mi corazón y no tiene ni idea. Lo miro i me enternece absolutamente, que grande está. Y que precioso..
ResponderEliminarComparto lo que dicen Esperanza, Berta, este niño e stu tesoro, cuidalo, de verdad será tu gozo y tu dicha. te lo digo de verdad.
ES un regalo de Dios (para mí) muchos besoos y vive el momento con tu Teo precioso, besoossss
Besoos a todas, me eambolado con el niño, besoos
ResponderEliminarperdón que maravilla tu viaje Rosita, que rico y lindo viaje, besoos un abrazo para todos, gloria
ResponderEliminarBerta por eso sufrimos porque nos afecta molto lo que les pasa a los que amamos, es dificil, besos
Veamos hasta dónde llego, ando muy mal de tiempo y cruzando los dedos por el despertar del susodicho. Empiezo preguntando (y respondiéndome) si no estaré dejándome absorber en demasía. Y respondo: sí, no tiene sentido tanto cuidado y celo, más si es algo que con el paso de los meses quedará en el olvido. Hay que ser mucho más práctico, pero no puedo, soy de los que intentan darlo todo, más en el amor.
ResponderEliminarSobre el postre, no se me ocurría nada más rápido, sencillo y delicioso-refrescante.
Berta,
Hay mucho que decir. Para empezar, tienes razón en eso de la “escola infantil”, que será guardería. Todavía no lo tenemos decidido del todo, nuestra opción siempre depende del momento y de la actitud de T. durante ese día.
Estoy temblando al respecto de Dublín. Me preocupan los vuelos y cómo mantenerlo calmado durante ellos. Me preocupa cómo tenerlo sentado y hacer alguna visita que otra sin que se molesten los que nos rodean. Me preocupa él y cómo llevará el cambio de aires, más ahora que parece readaptarse al día a día de A Illa.
Tú lo viste entonces y, milagrosamente, estaba sentado en una silla. En todo el mes no ha estado sentado más de cinco minutos.
Me gusta la película de John Huston y el libro de Joyce, Dublineses (“La muerte”). Cuando lo leí me sorprendió que la película estaba basada, únicamente, en uno de los relatos, quizás el mejor. No recuerdo con exactitud el texto, pero la “escena” final es memorable, sincera y real. Algo que a casi todos nos ha tocado o tocará vivir. Me encanta.
Yo tengo ganas de parar el tiempo, mejor por la noche. Pasar un día en la absoluta compañía de la soledad, del paseo, de la lectura o del descanso. Pararme a mirar al sol de frente sin volverme ciego.
“Requetemuacs”. Los problemas, como vienen, se van. Las personas no cambian, no del todo.
Esperanza (Anta),
Me gusta lo que has escrito. Cuando observo a niños mayores, no demasiado, de unos 8-12 años, jugando o hablando en compañía de otros de su edad, pienso que no soy más que un instrumento que es utilizado por la raza humana (no diré “Humanidad”) para mantenerla con vida. Un huésped (¿o el huésped es otro?) del que se aprovechan para ser olvidado con el paso de los años. Pero lo más curioso es que no me molesta, a veces hasta casi lo deseo, sería mi muerte dejar de ser “yo” por el resto de mis días.
Desearía que sea cierto lo que dices, y no creo que sea egoísmo por mi parte. O tal vez sí. Es supervivencia, porque aunque la canción dice que “la distancia –real o emocional- es el olvido”, hay amores que nunca mueren y que permanecen en la distancia –real o emocional- hasta el fin de los días.
Un beso. Espero volver pronto, como muy tarde después de Dublín.
Mayte, gracias.
Los recuerdo es algo que se olvida. Otra aparente contradicción. A medida que me voy haciendo mayor veo cómo mis recuerdos de la infancia se van difuminando y dando paso a otros más actuales. De entonces sólo me quedan momentos moteados, circunstancias excepcionales, nada del día a día. Ésa es una de las razones por las que cada día valoro más el blog, me ayuda a no olvidarme. A recordar lo recordado, que es lo más importante para que perduren con el paso de los años.
De la infancia, pocos nombre, sólo los escogidos. El resto han sido sobrescritos para dar paso a otros.
Bicos.
(...)
José Manuel, gracias.
ResponderEliminarBegoña, “todavía”(?), ese “todavía” es una esperanza para la “Humanidad” de la que hablaba ;-). Gracias por el consejo. Sé que llegará el momento, pero realmente no sé si quiero que llegue del todo. Tengo miedo al vacío.
+ Besos.
Charo, gracias por tu comentario.
Olga, ya tenía ganas de volver, volver y volver. Volver y volveeeeeeer. Pero ha tocado acostarse en pocos momentos porque esta noche se despertó a las 3:15 y, de modo definitivo, a las 7:20.
Yo tiemblo con el avión…
No me quejo del todo, sólo describo. El pelo me lo he cortado un poco y todos los días necesito 5 minutos pero no los tengo. Bueno, hoy tengo 20 minutos que he robado al sueño y se me están acabando.
Ya me dice, a su manera, que me quiere mucho. Se echa corriendo a mis piernas, me llama por la noche y al levantarse: “mamá” (sé que es así porque sólo acepta mi presencia, antes me llamaba “papá”), no soporta estar separado de nosotros ni un segundo, apoya su cabeza con mi hombro cuando está cansado… pero todavía no ve demasiado Clan TV, sólo “Dora la Exploradora”, “Little Einsteins”… sé que se va haciendo mayor porque ya no le gusta tanto “El jardín de los sueño” y prefiere “Xabarín Club” (un programa infantil de TVG2).
SE ME HACE TARDE, ¡OTRA VEZ!. Mañana por la noche quizás tenga esos nuevos minutos… (si no tengo que cocinar)
GRACIAS y BESOS a TOD@S! (uno especial para Gloria) VOLVERÉ MAÑANA para seguir “hablando”.
Ajomini, dusepuá.
ResponderEliminar¡Cuánta razón tienes! ¡y cuánto cuesta llevarlo a la práctica!. Sé que debe hacerse así, fue uno de los primeros consejos que leí hace tiempo… pero me cuesta más a mí que a él dejarlo llorar y quedarme con la mirada de su cara llorosa mientras me voy.
Pues yo tengo muchas ideas para rellenar ese tiempo libre del que hablas.
Gracias.
Lilu, esa (tal vez) era la intención de mi subconsciente. Gracias por los consejos y ánimo. YO soy un novato en esto y me agradan vuestros consejos.
Piluchi, gracias. Ésa es mi esperanza, que quede algo de estos momentos. Me refiero sólo al amor que vuelco en cada acción. No quisiera influir en su visión del mundo, sólo ayudarle a abrir los ojos para que lo describa y aprenda tal y cómo él lo ve.
Un beso.
(SEGUIRÉ, he intentado dedicarle unos minutos más)
Buenas noches Pepe!!! me voy ya con mis "angelitos", que mañana tengo un duro día de trabajo al aire libre otra vez, ejejej. Besos mil!
ResponderEliminarComo siempre es verdadero placer leerte, me encanta tu estilo, pero sin duda alguna, muero por TEO que niño tan bonito tienes, como ha crecido....que bueno que compartas tanto tiempo con el y mas aun en esta edad en la que según dicen es tan importante en el desarrollo de los niños. Espero que disfrutes tu viaje a Dublin, aquí te seguimos esperando.....con los brazos abiertos.
ResponderEliminarNo es egoísmo por tu parte. Es querer existir como persona independiente, tener tiempo aunque sea para pensar o sentir tus propias emociones.
ResponderEliminarNo te sientas culpable por querer un poco de tiempo para ti.
Tu niño aprenderá a ser él mismo, y no una extensión de su papá/mamá.
Si te dedicas un poco de tiempo a ti mismo estarás mejor cuando estás con tu hijo, porque también tú te sentirás mejor. El cansancio hace que perdamos antes la paciencia.
No te sientas culpable. No te sientas culpable.
Yo también me lo digo a mí misma.
Besos.
Esperanza.
Siempre, siempre, lo que debes tener es mucha paciencia, y dejar que se independice un poco de vosotros.Este periodo de tanto apego, se le pasará, y él seguirá tan feliz y vosotros más descansados y despejados.
ResponderEliminarEn las primeras etapas de un niño su vida se desarrolla así; luego en vez de llamarte papá, te llamará por tu nombre, cuando empiece el cole, verás como su actitud cambia, y será pesado, pero de otra manera porque su actitud cambiará.No te preocupes, es normal.
Una receta muy buena.Animo y no desesperes.Un beso
Qué precioso está Teo, es un hombrecito.
ResponderEliminarEl tiempo que pasas con él no tiene precio, es un niño con suerte y tu un padre afortunado.
Yo añoro cada momento que está fuera, pero no quiero quitarle lo bien que lo pasa de vacaciones con los "abus".
Ya tiene 5 años y mucho carácter, si cedo a sus deseos creo que no es bueno, si le niego los caprichos me siento mal...qué hago ??? dónde está el libro de instrucciones para educar a un hijo ???
Buen viaje y buenas vacaciones.
Besinos
Dios!
ResponderEliminarEsto es lo que le pasa a uno cuando tiene hijos? Ya lo imaginaba así, estoy en la búsqueda asi que lo vivire en carne propia muy pronto.
Gracias por las recetas maravillosas y por tus palabras que siempre trasladan.
Un beso desde la fria tarde de esta Buenos Aires donde vivo.
No he leído los demás comentarios así que igual me repito, pero te voy a decir una cosa que espero que te sirva: ahora estás 'perdiendo' muchas cosas, tal vez, pero si no disfrutas del momento (que es pasajero, muy pasajero) te arrepentirás toda tu vida.
ResponderEliminarPD: y sí, es normal, todo es de lo más normal.
Gracias, gracias y más. Siento no poder dedicar un poco de tiempo a responder a cada uno de los comentarios, pero hoy es un día de preparativos y papeles. Para empezar, me he dado un ligero paseo por la Web para ver las rutas que más me interesan ;-). Después tocará tarjeta sanitaria (M&T), compra de últimos detalles, maletas y todo ese lío. Como sé que por la noche no tendré tiempo me he conectado ahora.
ResponderEliminarAgradezco vuestros consejos, aunque cada cual lo vive de un modo diferente hay patrones que se repiten en todos l@s niñ@s. A nosotros nos ha “tocado” un niño inquieto, pero muy cariñoso. No quiero perderme ni un segundo, ése es mi problema, quiero compartir cada momento de su vida. No sé si le pasará a todos los padres primerizos, pero he podido ver como otros se lo toman con mucha más calma e intentan no perder parte de su espacio. Yo me “quejo” pero actúo en sentido opuesto, pura contradicción.
Cuando lo veo actuar, observo en él mucho de mi infancia, por lo menos tal y como la recuerdo o cómo mis padres me la han descrito. Un niño muy inquiero, activo, investigador, con cierta dosis de terquedad,… ¿Hay algún niño que no sea así? No lo creo, pero unos lo son más que otros, o eso parece. Cuando nos ven entrar en un establecimiento aquellos que lo conocen ya puedo verlos temblar.
Ha llegado el momento de mayor independencia por su parte. Puede jugar solo durante un bien rato, incluso mientras hago otras cosas, pero siempre requiere nuestra presencia para sentirse arropado. Tengo la impresión de que él tampoco quiere perder un segundo de compañía.
Bueno, me queda mucho por hacer hoy, mañana ya no estaremos aquí. Como dice mi madre, haré uso de una expresión que me ayudará a exorcizar algunos miedos del viaje: “¡Hasta la vuelta… si Dios quiere!”.
Un beso muy grande a tod@s, espero y deseo de corazón volver con el tiempo y la energía que me permita dedicar cierto tiempo a este espacio que tanto me reconforta. Gracias.
que rica y fresquita se ve y apetitosa. Besos
ResponderEliminarBuen viaje y buenos momentos con fotos de 3 en 3 y ya no de 2 ó de 1.
ResponderEliminarDublin, la melancolía me transporta y después de ver tus rutas me lanzo a imaginarte correr por allí, por el parque Fenix o el muelle Tolka.
Tráete un trébol de 4 hojas para pasar el invierno y si encuentras dos, uno para mi.
Muacs dulces con olor a luces y sonido y esperando por Elvis, Diana y sobretodo Jean Michel.
Buen viaje y buenos momentos con fotos de 3 en 3 y ya no de 2 ó de 1.
ResponderEliminarDublin, la melancolía me transporta y después de ver tus rutas me lanzo a imaginarte correr por allí, por el parque Fenix o el muelle Tolka.
Tráete un trébol de 4 hojas para pasar el invierno y si encuentras dos, uno para mi.
Muacs dulces con olor a luces y sonido y esperando por Elvis, Diana y sobretodo Jean Michel.
Me gusta esta pancotta con cítricos como limón y naranja..y las fotos qué impecables!
ResponderEliminarSaludos,
Chiquillas , para las que me han preguntado el Martes le harán el examen a la Espe, el más importante en que (espero) se sabrá lo que tiene, les contaré por mail. Muchos cariños y besoos.
ResponderEliminarPepinho sé que ya no me alcanzas a leer porque ya te fuiste pero te deseo un buen viaje y que Teo esté muy y eso que le pasa es típico de la edad, la Espe era igual, despues se van tranquilizando, cuando tenía la edad d eTeo se bajaba del coche (enque iban los dos, porque seon mellizos) y se arrancaba, y la teníamos que perseguir por los centros comerciales. Pero es la edad. besoos a todos
Que bueno debe de estar este panna cotta, el toque de los cítricos le tiene que quedar estupendo! Ya tengo ganas de probarlo :)
ResponderEliminarAnniki http://gastroadikt.blogspot.com
Estos Teos son seres especiales que llenan nuestras vidas...disfrutalo aunque te agobie, luego ira al cole, aprenderá a leer, te contará historias, seguirá lleno de energia y lo que te queda es todo, todo, todo lo que habeis vivido juntos y lo que os une. Son absorbentes y fantasticos...disfrutalo aunque a ratos te agobie.
ResponderEliminarMi Teo (4 años) hoy a disfrutado con tu panna cotta. Gracias. Deliciosa.
Pepinho, qué interesante ese link de las rutas, me lo apunto para un futuro (en cualquier sitio). Si sabes de más cosas así, ya explicarás. Aunque ya no estés aquí, que te lleguen mis deseos de que estéis teniendo unos felices días los tres.
ResponderEliminarGloria, un abrazo de fuerza para las dos; aunque sé que ya tienes, y mucha!, recibid un poco más desde aquí, amiga.
BESOS.
Cuando no sabíais si hacerle el "estivill" al pequeño, te avisé que tenía algunas pequeñas consecuencias.
ResponderEliminarEs normal el miedo, el miedo no es malo, el miedo es bueno, pro tanta inseguridad puede ser producto de haberse sentido abandonado en el pasado. Como cuando te dan un susto, aunque el susto haya pasado aun te tiemblan las manos, incluso sabiendo que ya no hay por que tener miedo.
Yo por mi parte, nunca dejé llorar a mis hijas,la mayor de 7 años duerme sola, y la pequeña aun duerme conmigo ( tiene 20 meses), no va a la guarde, además toma el pecho, sin embargo y contra lo que puede pensar todo el mundo, no son niñas malcriadas, son extremadamente sociables (demasiado para mi gusto), seguras de sí mismas y saben entretenerse solas.
Los niños son dependientes por naturaleza, no aprenden por si solos sino a través de sus padres (o personas con quien tienen vínculo afectivo).
Dale lo que te pide, dale brazos y apego, y él se irá soltando solito cuando vaya tomando confianza en la vida.
Te juro que con 20 años no será como con 18 meses, pero tienes que entender que se trata de un proceso, aun es un bebé que necesita mucho a sus padres para todo.
Hay mucha literatura al respecto, si quieres busca sobre la crianza con apego.
Por cierto, el niño está guapísimo y el panna cotta se ve increíble.
Un saludo ,
Uff!! Anda que no me ha costado llegar al final de los comentarios para dejar mi post; no sé ni si lo vas a leer.
ResponderEliminarNo me hables de listas de recetas que tengo que hacer porque... la mia es interminable: En eso consiste aprender a cocinar; es algo vivo, que se transforma y evoluciona. la Panna cotta es una de esas recetas tradicionales de las que hay un montón de versiones y de las que yo no he hecho ni una siquiera, aunque la he comido. La tuya es estupenda: Un postre suave y muy alimenticio ideal para esa dulzura de niño que tienes.
Yo, la verdad, no dudaria ni un momento respecto a las horas que le dedicas al niño. Creo que hay que hacerlo. En la vida hay etapas; y esa es una asignatura que hay que aprobar con nota... Lo mejor que se puede hacer por una criatura es dedicarle tiempo y darle cariño. La educación es fácil, a pesar de lo que dice la gente. Se trata de darle un buen ejemplo y de no perderte nada de lo suyo que sea importante. Es decir máxima prioridad. Si uno se organiza bien, hay tiempo para todo. Besitos!!
Hola a todos...
ResponderEliminarpues aunque sea el comentario 44, no quiero pasar de largo.
Mira, la receta esta vez no me ha llamado la atención, quizás porque lo blandito no me gusta en la boca, pero el comentario de ANTA me ha llegado al alma, es que tiene toda la razón, a veces es un poco tarde cuando recibes ese click pero llega, ten por seguro que llegará y es LIBERADOR, recuerda tu música, tus libros, tus pinturas, tus recuerdos....no quieres volver a eso?? y eso no es egoismo, es ser TU MISMO.
Yo veo a T-O genial, como son los niños, la viva imagen de la inocencia, y algo divino, son el futuro y por eso hemos de estar AHI sin que agobiarnos y sin agobiar, una mano cuando la necesitan, al lado pero no encima.
Yo no sé mucho de niños, solo tengo una y aún así me ha salido muy rebelde y demasiado independiente, pero no me arrepiendo, yo la hice así, es más lo verbalizaba delante de ella y eso me ha pasado factura. Lo prefiero mil veces a que sea miedosa y dependiente.
Los niños son el futuro, pero el futuro, también es nuestro.
Espero que tus ansiedades respecto al viaje no queden en nada y lo paseis muy bien, ummmmm, vacaciones a dublín suena muy bien. Disfruta, que os lo mereceis los tres.
Un abrazo muy grande, a ti y a todos los que escriben aquí, de verdad que son gente maravillosa.
MUACCCC!!!!
Harry, hace mucho que te sigo y tus recetas me maravillan cada dia más, pero debo confesarte que entro a tu blog para coocer tus viviencias con Teo, es como entrar a una maquina del tiempo y retroceder hasta donde mi Benja hacía esas cosas.
ResponderEliminarHoy me encontrado con el tema del apego, no te preocues que yo creo que todos los padres de nuestro tiempo pasamos por lo mismo, digo de nuestro tiempo porque antes los papás no estaban tan encima de los niños ni sentian esa necesidad por conocer cada cosa que les pasa y sienten; mi experiencia ha sido hermosa pero agotadora, siendo una mamá profesional, esposa, dueña de casa y tutora ufff, mi hijo tiene 4 años ya, pero hasta hace 6 meses aunque iba al jardin infantil era una depresion absoluta tener que dejarlo llorando para irme al trabajo, aunque me las arregle para trabajar en casa y cuidarlo hasta los 3 años, el apego iba de mal en peor, dormia, comia, etc, todo a mi lado y si yo me perdia de su vista era un horror que no te imaginas, el llanto.... me acuerdo y se me apreta elpecho.
Hasta que un dia en el edificio de mi oficina vi que hacian Terapia con Flores de Bach, y decidi intentarlo porque la opcion que me daban los doctores era medicarlo con quizas que droga, llevo 4 meses dandole sus gotitas, una dosis infima 4 gotitas 4 vecesal día, un frasco el y uno yo, porque debe complementar con los padres y te digo que es otro, cada dia es mas independiente, está feliz, entiende que lo amo infinitamente y poco a poco se abre para explorar otros entornos, ME CAMBIO LA VIDA.
Te lo recomiendo de corazon y veras como tu hijo será un poquito más feliz dejando de lado su temor al abandono.
Suerte y espero que te sirva este consejo de esta mamá que te lee constantemente.
Saludos a Teo obviamente.
Ola Pephiño.
ResponderEliminarTeño unha pregunta sobre a entrada anterior o fondant de chocolate. ö mellor xa o pós na receita, pero non o vin, se o pos perdona. Coas cantidades dos ingredintes, cantos che saen? De que tamaño son os moldes?
Grazas e unha aperta
Xa o vin, perdón. Son tres moldes.
ResponderEliminarMuy buena la pagina y la receta, visita mi pagina de recetas http://www.recetasnica.com.ni/ Saludos
ResponderEliminarHola! Buscando una buena receta de panna cotta me encontré con la tuya, que se ve buenísima, la probaré.
ResponderEliminarMe encanta el verso que escribió Piluchi, sabias palabras.
Espero te esté yendo cada vez mejor con Teo, cambia mucho la vida, pero siempre para mejor... debe estar mucho mas grande de lo que se le ve en las fotos de esta receta. Saludos desde Chile. Lorena M.