Asomándome
“… suena la sirena, de vuelta al trabajo, y tú caminando lo iluminas todo…”.
Te recuerdo blog, entre sueño y cansancio, aún así te tengo presente.
Los eternos cinco minutos de Víctor Jara tienen para mí un significado diferente, los más largos de mi vida. Toman la forma de un niño que llora desconsolado cuando ve cómo su padre lo deja solo en brazos de una(s) desconocida(s) antes de irse a trabajar. Me quedo unos minutos a la puerta esperando que cesen los lamentos, y no escucho nada, la puerta es lo suficientemente gruesa como para aislar los lloros de los niños de los padres ansiosos. El hijo lo nota, pero su padre no puede evitarlo.
No es hora de alardes ni extensas explicaciones, es el momento de ser escueto y preciso, sin florituras. La situación personal no me permite extenderme en exceso y sólo ofrecer una receta que much@s habréis hecho de un modo u otro. En principio pensé en no aburrir al personal con “otra” receta de flan de queso (por muy rica que me parezca), después, buscando en el blog, me percaté que sólo había publicado la tradicional receta de flan de queso con leche condensada.
Ésta es, probablemente, la versión que más veces preparo. Alguna vez aligerada sustituyendo parte de la nata por leche, con un poco de queso tipo quark al 0% o usando alguna yema de huevo. De todas, creo haber puesto la que más me gusta, dándole un ligero toque de vainilla a la combinación.
Sobre la cocción del flan, yo lo hago como más me gusta: al baño María a horno muy bajo. Así queda más suave, homogéneo y liso. Desde luego que podría haberse hecho en olla exprés o al fuego, esas técnicas más rápidas siempre me han dado cierta desconfianza. Cada cual que lo haga como más le guste o interese.
La brevedad será también predominante en este leve comentario personal. Ya se pueden suponer las motivaciones: septiembre, un mes que antes amaba y que ahora casi odio.
Esperaba poder haber disfrutado algo más de los primeros días del mes, amén de los permanentes sentimientos del fin del verano, la vuelta a la rutina y los inicios de Teo en la guardería. Era esto último lo que más me preocupaba, ¿cómo sería la adaptación de Teo? La decisión ya estaba tomada hacía tiempo, era necesario que el niño empezase a relacionarse con otros y practicase alguna actividad durante las lluviosas mañanas de invierno, más allá de los juegos en el salón y los dibujos de Dora la Exploradora.
Teníamos pocas opciones, la guardería pública (nuestro verdadero deseo) era inviable por asuntos de admisión, y sólo teníamos la opción de escoger una de las dos nuevas guarderías que abrirían el 1 de septiembre, que después fue el 15. Desde un inicio lo tuvimos bastante claro, la experiencia del personal y confianza que nos daba C era muy superior a la otra. Pero llegaba septiembre y no había señales de apertura inmediata. ¿Qué hacer? Yo tendría que empezar en breve y el niño necesitaría adaptarse. La solución fue la opción M, M de María, que en el fondo era la que ella deseaba, yo no. Para ella era un plus poder dejar al niño hasta ocho horas, aunque “sólo” tuviese que estar cinco, o que pudiese darle yo la comida como había hecho siempre.
No me gusta prejuzgar a la gente, y menos por el aspecto, si así hubiese sido estaría cavando mi propia tumba, pues no creo que yo sea precisamente una persona que cuide demasiado esas minucias. En lo que sí tengo cierta confianza es en el “feeling”, en el amor a primera vista y los sentimientos de las miradas. Desde el primer momento la opción M me daba una desconfianza absoluta, por la miradas ocultas, por las palabras titubeantes, por el “mañana abrimos”, por el parloteo del marketing… Yo no quería eso, yo quería una sola persona que demostrase un poco de cariño por los niños, una persona con la que Teo pudiese sentirse a gusto. Las demás simplezas de la estimulación infantil, el desarrollo cognitivo, el bilingüismo decapitado o la sociabilización poco me importan si hay amor.
Las necesidades obligaron y, con mi desconfianza, tuvimos que cambiar a M. Aunque parezca paradójico, por suerte tuvimos muchos problemas de “seriedad” y pequeñas mentiras durante la primera semana (ya a mediados de septiembre), problemas que no quiero detallar por no dañar la imagen de la guardería por el hecho de haber tenido una mala experiencia personal. Así, volvimos a la primera opción y, desde ese día, pese a los lloros de Teo, nos vamos tranquilos dejando a nuestro hijo en unas manos que nos ofrecen total confianza. Otro asunto es el rebrote de “papitis” que ahora parece volver a afectar a Teo.
Para mí lo demás ha sido lo menos relevante, mas igualmente cansino: preparación de las clases, labores de casa, noches en vela por unas muelas que creía ya habían salido, estancia de mi madre para cuidar de Teo en mi ausencia,… Todo esto, y mucho más, espero pueda justificar los descuidos de un blog al que siempre le he tenido mucho cariño. Cariño que profeso por muchas las personas que asoman sus palabras en este pequeño trocito de vida.
Flan de queso
Caramelo
Lo más sencillo es comprar un bote de caramelo ya preparado ;-), por supuesto.
(2) Precalentamos el horno a 150-160º C, preparando el baño María situando una bandeja con agua sobre la que pondremos el molde con el flan. Templamos la nata a fuego suave, sólo templarla. Reblandecemos el queso crema mezclando delicadamente con una espátula de plástico. Añadimos el azúcar y los huevos, uno a uno, añadiendo el siguiente cuando el anterior lo haya absorbido totalmente. Incorporamos la nata templada y el extracto de vainilla, mezclando suavemente hasta que no tenga grumos. Vertemos la mezcla sobre el molde caramelizado.
También puede infusionarse la nata con una ramita de vainilla cortada longitudinalmente y prescindir del extracto de vainilla.
(3) Horneamos al baño María a fuego bajo, unos 155º C, hasta que haya cuajado. El tiempo depende del tamaño del/de los molde(s) (y del horno), pero suele estar entre 50 minutos a una hora y pico. Retiramos del horno, dejamos enfriar e introducimos en el frigorífico toda la noche.
Para desmoldar, si tenemos dificultades, templamos el recipiente o lo ponemos en un baño de agua caliente. Se toma frío. Puede acompañarse con un poco de nata o helado.
”Sólo en casa sabe mejor”
“… suena la sirena, de vuelta al trabajo, y tú caminando lo iluminas todo…”.
Te recuerdo blog, entre sueño y cansancio, aún así te tengo presente.
Los eternos cinco minutos de Víctor Jara tienen para mí un significado diferente, los más largos de mi vida. Toman la forma de un niño que llora desconsolado cuando ve cómo su padre lo deja solo en brazos de una(s) desconocida(s) antes de irse a trabajar. Me quedo unos minutos a la puerta esperando que cesen los lamentos, y no escucho nada, la puerta es lo suficientemente gruesa como para aislar los lloros de los niños de los padres ansiosos. El hijo lo nota, pero su padre no puede evitarlo.
No es hora de alardes ni extensas explicaciones, es el momento de ser escueto y preciso, sin florituras. La situación personal no me permite extenderme en exceso y sólo ofrecer una receta que much@s habréis hecho de un modo u otro. En principio pensé en no aburrir al personal con “otra” receta de flan de queso (por muy rica que me parezca), después, buscando en el blog, me percaté que sólo había publicado la tradicional receta de flan de queso con leche condensada.
Ésta es, probablemente, la versión que más veces preparo. Alguna vez aligerada sustituyendo parte de la nata por leche, con un poco de queso tipo quark al 0% o usando alguna yema de huevo. De todas, creo haber puesto la que más me gusta, dándole un ligero toque de vainilla a la combinación.
Sobre la cocción del flan, yo lo hago como más me gusta: al baño María a horno muy bajo. Así queda más suave, homogéneo y liso. Desde luego que podría haberse hecho en olla exprés o al fuego, esas técnicas más rápidas siempre me han dado cierta desconfianza. Cada cual que lo haga como más le guste o interese.
La brevedad será también predominante en este leve comentario personal. Ya se pueden suponer las motivaciones: septiembre, un mes que antes amaba y que ahora casi odio.
Esperaba poder haber disfrutado algo más de los primeros días del mes, amén de los permanentes sentimientos del fin del verano, la vuelta a la rutina y los inicios de Teo en la guardería. Era esto último lo que más me preocupaba, ¿cómo sería la adaptación de Teo? La decisión ya estaba tomada hacía tiempo, era necesario que el niño empezase a relacionarse con otros y practicase alguna actividad durante las lluviosas mañanas de invierno, más allá de los juegos en el salón y los dibujos de Dora la Exploradora.
Teníamos pocas opciones, la guardería pública (nuestro verdadero deseo) era inviable por asuntos de admisión, y sólo teníamos la opción de escoger una de las dos nuevas guarderías que abrirían el 1 de septiembre, que después fue el 15. Desde un inicio lo tuvimos bastante claro, la experiencia del personal y confianza que nos daba C era muy superior a la otra. Pero llegaba septiembre y no había señales de apertura inmediata. ¿Qué hacer? Yo tendría que empezar en breve y el niño necesitaría adaptarse. La solución fue la opción M, M de María, que en el fondo era la que ella deseaba, yo no. Para ella era un plus poder dejar al niño hasta ocho horas, aunque “sólo” tuviese que estar cinco, o que pudiese darle yo la comida como había hecho siempre.
No me gusta prejuzgar a la gente, y menos por el aspecto, si así hubiese sido estaría cavando mi propia tumba, pues no creo que yo sea precisamente una persona que cuide demasiado esas minucias. En lo que sí tengo cierta confianza es en el “feeling”, en el amor a primera vista y los sentimientos de las miradas. Desde el primer momento la opción M me daba una desconfianza absoluta, por la miradas ocultas, por las palabras titubeantes, por el “mañana abrimos”, por el parloteo del marketing… Yo no quería eso, yo quería una sola persona que demostrase un poco de cariño por los niños, una persona con la que Teo pudiese sentirse a gusto. Las demás simplezas de la estimulación infantil, el desarrollo cognitivo, el bilingüismo decapitado o la sociabilización poco me importan si hay amor.
Las necesidades obligaron y, con mi desconfianza, tuvimos que cambiar a M. Aunque parezca paradójico, por suerte tuvimos muchos problemas de “seriedad” y pequeñas mentiras durante la primera semana (ya a mediados de septiembre), problemas que no quiero detallar por no dañar la imagen de la guardería por el hecho de haber tenido una mala experiencia personal. Así, volvimos a la primera opción y, desde ese día, pese a los lloros de Teo, nos vamos tranquilos dejando a nuestro hijo en unas manos que nos ofrecen total confianza. Otro asunto es el rebrote de “papitis” que ahora parece volver a afectar a Teo.
Para mí lo demás ha sido lo menos relevante, mas igualmente cansino: preparación de las clases, labores de casa, noches en vela por unas muelas que creía ya habían salido, estancia de mi madre para cuidar de Teo en mi ausencia,… Todo esto, y mucho más, espero pueda justificar los descuidos de un blog al que siempre le he tenido mucho cariño. Cariño que profeso por muchas las personas que asoman sus palabras en este pequeño trocito de vida.
Flan de queso
- 225 gr. de queso crema (tipo Philadelphia) (“es que” venía con 25 gr. de regalo ;-))
- 500 ml. de nata. Si nos gusta más suave, sustituimos una parte por leche.
- 4 huevos grandes.
- 80 gr. de azúcar.
- 5 ml. de extracto de vainilla o 20 gr. de azúcar vainillado.
Caramelo
- ~100 gr. de azúcar.
- (Opcional) un poco de agua, una o dos cucharadas.
- (Opcional) Unas gotas de zumo de limón.
Lo más sencillo es comprar un bote de caramelo ya preparado ;-), por supuesto.
(2) Precalentamos el horno a 150-160º C, preparando el baño María situando una bandeja con agua sobre la que pondremos el molde con el flan. Templamos la nata a fuego suave, sólo templarla. Reblandecemos el queso crema mezclando delicadamente con una espátula de plástico. Añadimos el azúcar y los huevos, uno a uno, añadiendo el siguiente cuando el anterior lo haya absorbido totalmente. Incorporamos la nata templada y el extracto de vainilla, mezclando suavemente hasta que no tenga grumos. Vertemos la mezcla sobre el molde caramelizado.
También puede infusionarse la nata con una ramita de vainilla cortada longitudinalmente y prescindir del extracto de vainilla.
(3) Horneamos al baño María a fuego bajo, unos 155º C, hasta que haya cuajado. El tiempo depende del tamaño del/de los molde(s) (y del horno), pero suele estar entre 50 minutos a una hora y pico. Retiramos del horno, dejamos enfriar e introducimos en el frigorífico toda la noche.
Para desmoldar, si tenemos dificultades, templamos el recipiente o lo ponemos en un baño de agua caliente. Se toma frío. Puede acompañarse con un poco de nata o helado.
”Sólo en casa sabe mejor”
El Flan de Queso se ve deliciosp. ,e encantan los flanes y si encima tienen queso, pues una delicia.
ResponderEliminarNosotros desde que tuvimos hijos,mi mujer decidio no trabajar para poder estar con ellos y no tener que dejarlo en la guardería, es una opción que no todo el mundo puede.
Saludos
Cielos, qué maravilla de flan, me gusta con locura (sin nata, solo leche ... y de cabra, qué le vamos a hacer), pero no los perdono.
ResponderEliminarEso si, me ha costado años aprender a cocer un flan en condiciones, jejeje.
Los niños y la guarde, qué penita da dejarlos allí, se hacen mayores.
A mi me hacían gracia las madres que lloraban al dejarlos el primer día (no se lo digas a nadie, tuve que irme aprisa y corriendo).
Besinos
se ve delicioso, me gustan las flanes de queso, en cambio los normales de huevo no son mi fuerte
ResponderEliminar¡¡besos¡¡
Mmm que rico flan de queso, nunca probé pero el cheesecake que preparo es muy similar y para mí es una delicia.
ResponderEliminarCuando mis hijos erna chiquitos yo me "inventé" todos los trabajos posibles en los que me pudiera quedar haciéndolos en mi casa con ellos. Yo de niña viví guardería desde los dos meses , me parece que con ellos no quise repetir. Eso sí, lo pude hacer, tuve suerte. Ojalá que con Teo les pase lo mismo y puedan compartir todos los momentos posibles con él hasta que sea un poco más grande.
Cariños
Espero Dios que Teo se adapte, me recuerda al Dito cuando lo dejaba ya te dije, yo me venía llorando y eso que estaba hasta las 2 pero creo que fue bueno e impoirtante es parte de lo que aprenden y conocen y en algún minuto aunque nos duela tienen que conocer otra gente.
ResponderEliminarEntiendo que cuesta y mucho.
Muchos besoos para tí y Teo (preciosas fotos) espero que esten muy bien, el postre delicioso como todos los que haces, un abrazo fuerte, fuerte, gloria
Seguro que poco a poco todo va a ponerse bonito, a reacomodarse y a disfrutar más, así te lo deseo. Por lo del flan, yo le llamo salvaje, porque lo hago, con el queso crema, y la leche condensada...probaré con la nata porque siempre la he evitado en el flan, pero como el tuyo tiene ese aspecto maravilloso...me lo llevo.
ResponderEliminarBiquiño, siempre.
Un flan delicioso, con esa suavidad y sabor que transmiten tus fotos...
ResponderEliminarSabes que siempre vamos a seguir aquí, adaptándonos a tu mayor o menor regularidad...
Un saludo, Begoña
Muchas gracias por la receta, se ve realmente apetitoso ese flan.
ResponderEliminarY ánimo con tu niño y la guarde; no te fijes en que se queda llorando, fíjate en que seguramente cuando vais a recogerlo está jugando tan pancho....
Delicioso. Por cierto, yo también soy de feelings...
ResponderEliminarHacía mucho que no te dejaba ningún comentario, aunque sigo visitándote, cualquiera se pierde nada de lo que preparas!...el flan seguro que está buenísimo pero hoy solo tengo ojos para Teo ¡que grande está!.
ResponderEliminarPuf, las guardes son toda una historia. Y donde unos no tienen quejas otros tienen todas las del mundo. Pero bueno, al final siempre damos con lo que mejor se ajusta a nosotros.
ResponderEliminarNunca me ha dado por hacer flan, la verdad es que no soy muy flanera, pero con tanto detalle y las fotos, dan ganas de comerlo.
Besos.
Delicioso!!!!
ResponderEliminarBicos.
Lau.
Por favor, si parece un ángel! Desde luego, mira que le haces fotos bonitas, y después aquí no pueden quedar mejor combinadas... Con un etéreo flan al lado... divino.
ResponderEliminarTranquilo, piensa que estás como todos los padres en los primeros días de ver con el corazón roto cómo se quedan los retoños en ese lugar. Al cabo de algunos días, muchos padres se quedan contrariados de ver que los niños están jugando tan tranquilamente cuando los van a recoger y les ponen cara de: “¿Ya?” ;·))
Pues yo nunca he hecho flan; y con lo apetecible que se ve, me he leído esta receta detenidamente y creo que está en mis manos, así que ya te contaré (bueno, si me acuerdo después cuando paso por aquí, que me olvido de explicártelo; como hace poco, que hice tus ensaimadas y me gustaron muchísimo: levando toda la noche y a la mañana siguiente, desayuno privilegiado!).
¿Haces el caramelo directamente en el molde? Yo lo haré en un cazo, porque la inducción ni caso le haría a ese molde de latón. Espero que vaya bien.
Besos!
Qué duro se hace para los padres el inicio del cole o la guardería... siempre tienes ese come come de si has tomado la opción mejor, me alegro de que la encontraras. Hice el otro flan de queso que tenías y en casa nos encanta, ya es un clásico de mi cocina, así que ahora con mucho gusto te copietearé este.
ResponderEliminarbesos
Hola he llegado a tu blog de casualidad :) a través de otro. He leído lo que dices de tu niño...yo soy educadora infantil y sé la pena que le produce a los padres dejar a sus niños, casi más que a ellos. Las lágrimas del niño son normales forman parte del proceso, y vuestros sentimientos de culpa (pq los padres suelen irse con ese sentimiento aunque no tengan ninguna culpa solo faltaria) también es normal. Todo se suaviza con el tiempo y creeme que los niños allí son felices, a algunos les cuesta más que a otros adaptarse pero lo hacen :).
ResponderEliminarSin comentarios, ese flan solo puede calificarse de ¡¡genial!!. Con tu permiso me quedo con la receta. besicos.
ResponderEliminarEste mismo finde preparo este flan a la familia.
ResponderEliminarQue duro es oirles llorar y tener que dejarlos.Animo y espero que os adapteis enseguida.
saludos
Se ve delicioso. Bss.
ResponderEliminarSoy seguidora de tu blog hace mucho tiempo. Me gusta no sólo por tus propuestas culinarias sino por tus narraciones acerca de Teo, de tu infancia, de tus lecturas y peliculas favoritas...
ResponderEliminarAcabo de crear mi propio blog de cocina y me gustaría añadirte en mi lista de favoritos, pero no se qué URL poner para poder hacer el enlace. Podrías indicármela? Gracias¡¡¡
El 1ª día que dejé a mi hija en la guardería, lloraba y se agarraba al marco de la puerta, gritaba y me miraba con un desconsuelo infinito, yo debeía tener una cara de aquí te espero porque la señorita que la recogío, me hizo un gesto para que no me fuera de inmediato,a los 3 min abrió un ventanal y ví cómo mi hija ya estaba jugando sentada con otros niños mangoneandolo todo.
ResponderEliminaruff es muy duro.
Tus recetas son muy buenas, pero lo mejor es ese aire entre lo personal y lo cotidiano, tan sincero, tan difícil de encontar. Gracias.
Perdona¡¡¡ Se me ha olvidado poner mi correo: conunagotadeaceite@hotmail.com.
ResponderEliminarGracias¡¡¡
HOLA, ES LA PRIMERA VEZ QUE VISITO ESTE BLOG Y ME HA ENCANTADO,,,,MMMM QUE RICO TODO JAJJAJ
ResponderEliminarQue flan más delicioso. Es una gran oportunidad para hacerlo de queso.
ResponderEliminarNo te preocupes por que Teo llore en la guardería. Mi hija empezó el cole con dos años, no hacía tres hasta diciembre, y me costó todo un curso de lloros. Al año siguiente todo fue sobre ruedas.
Pero es cierto que para mi fue una preocupación constante.
Besos.
Alicia.
Delicioso... sólo le quitaré el toque de vainilla que odio... por lo demás abriría la boca ahora mismo y lo engullía de un sorbo.
ResponderEliminarQué disfrutes de tu fin de semana.
Hola,
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios!, es una pena no poder disponer de tiempo para dedicárselo a conversar con calma…
Hoy estoy parcialmente feliz (y muy cansado), el jueves sólo hizo pequeña carraspera, el viernes lo llevé con la mano y decía: “nenés, nenés,...”, hasta parecía que iba feliz. Lo demás poco importa. Lleva una semanita real y creo que se le van notando cambios en pequeños detalles de actitud.
Estoy loco por él, tengo la necesidad de su compañía y una innegable dependencia (más que él de mí). Gana independencia pero sigue queriendo que estemos cerca en todo momento, de otro modo, eso sí.
Lo más cómodo hubiese sido conservar a la chica que lo cuidaba, era encantadora y muy cariñosa, mas no era lo que (creemos) necesitaba ahora. Por él, para acompañarse de niños de su edad, estar ocioso y tener alguna actividad durante las duras mañanas de invierno, para crear rutinas… Más de una vez pensamos en volver, pero creemos que es mejor así, y parece que funciona.
Yo también estuve en una guardería (de monjas), era un poco mayor que él. Estos días, me ha dicho mi madre que cuando enfermaba no quería quedarme en casa y quería ir al colegio. No lo recuerdo, sólo que cuando llegaba agosto ya tenía ganas de que se acabase el verano, no como ahora ;-)
Pese a ver cómo iba tranquilo cogido de la mano, y pese a esbozar (yo) una sonrisa, no pude evitar sentirme culpable por dejarlo allí. En ciertos aspectos es más duro para mí que para él.
Tendré unos 15 días más de mucho trabajo y creo que después podré dedicarle algo de más tiempo al blog. Hasta estoy pensando en retomar los estudios que tuve que apartar cuando justo antes de nacer Teo. Necesito estudiar más, me apetece muchísimo. El blog me quita tiempo, pero también me es necesario….
El flan. A mí me gustan mucho los flanes, y este especialmente. Sé que a muchos les da cierto reparo usar nata, a mí poco me importa. Lo importante es no abusar de los postres y tomarlos con moderación, acompañándolos con una dieta equilibrada y un poco deporte suave (aeróbico) a diario.
He hecho muchos postres y platos durante el verano, de todo tipo, pero éste que tanto me gusta es el que menos tiempo me llevaba explicar. No sé por dónde empezar, o seguir.
Tengo que dejarlo… (el fin de semana y todo los demás)
UN BESO MUY GRANDE
hola.harry.con.frecuencia.leo.tu.blog.me.encanta.copio.tus.recetas.y.por.aqui.quedo.como.una.experta.eres.mi.secreto.cocinero.*te.escribo.desde.el.celular.y.tengo.la.tecla.de.espacio.mala*un.abrazo.y.animo.con.tu.chiquito.teo.
ResponderEliminarNo te preocupes, soy niña de guardería y tengo muuuy buenos recuerdos.Mis hijos han ido a la guardería desde los 4 meses y medio y sobre todo del primero lo pasé muy mal.Te eentiendo perfectamente cuando dices que te da igual los tecnicismos que sólo quieres que sea un lugar donde reciba amor, y eso es lo que sientes, el feeling.A mi me pasó lo mismo y acerté, la que me inspiraba amor, les dió amor ya que ahora son mayorcitos y siguen recordándola con mucho cariño.
ResponderEliminarMe encanta tu blog¡¡
Me encanta el flan. George seguro que come pocos de esos con esas abdominales. Jjajajajja. Lo que no se te ocurra a tí.... Besos miles! OLGA.
ResponderEliminarEste me lo apunto para hacer en mi molde que acabo de comprar que es especialmente para flan, veremos como sale :-)
ResponderEliminarUna maravilla este flan! Delicioso!
ResponderEliminarAhh! por fin pude venir, no los voy a latear pero he tenido otros enfermos y porblemas con el computador de hecho escribo ahora en uno super antiguo que elige a que blog puedo entrar, es desesperante porque siempre quisiera visitar todos los de mis amigos pero a este PC no se le puede pedir más. Me alegro que todo vaya mejor con teo, paciencia, sé que estás loco por él, es normal, además que es encantadorpero tienes que cuidarte para estar bien contigo y para él.
ResponderEliminarMuchos besoos a todos, especiales para Rosita, Berta y Olga como estás?? besoos
me encanto este flan de queso. gracias por compartir la receta
ResponderEliminarUn abrazo desde chile
Edith
La Brujita
Hola Gloria! Qué bien que pases, aquí no latea nadie. Si precisamente siempre echamos de menos cuando alguien no pasa por aquí desde hace días. Por cierto, como Berta, que se notan a faltar sus comentarios. Venga, chicas, que tenemos que mantener el chiringuito bien vivo en espera de que Pepe pueda volver a pasar, que ya ha avisado que tiene unos días a tope por delante. Olga, quién es George? Clooney? :·)))))))
ResponderEliminarPEPINHO, siempre es buena idea lo de estudiar, adelante, que aunque tengas que sacarle más horas al día, serán de satisfacción. Te esperamos (pero cuando puedas, eh?)
Abrazos.
Hola HARRY .Un placer volver a pasarme por aqui , tu postre se ve estupendo . TEO está cada dia más guapo y sigo pensando que se parece a tu hermano .... CARLIÑOS no sé no recuerdo bien , aunque se parece a ti tambien , bueno esa es mi impresión .Te pido que aguantes con la guarde , todos hemos pasado por lo mismo , mi nieto está pasandolo fatal en el primer año de cole y eso que fué otro a una guarderia , pero nada todos los dias llora ( mami mami no quero aqui ) pero asi es la vida ya se le pasará aunque nos duela dejarle es lo mejor ya tiene tres añitos , eso dice mi hija que es educadora infantil ,yo por mi me lo traia pero el niño estará mejor con los niños .BICOS , ISABEL .
ResponderEliminarEn cuanto acabe el trabajo y la documentación que estoy preparando volveré. Me imagino que me faltan un par de días, más o menos.
ResponderEliminarUn beso muy grande para tod@s.
P.D. rápida.
¿George? ¿Quién es George?
Gloria, pues yo me paso el día entre ordenadores y no me conecto para nada más que para trabajar.
A Teo le encanta la guardería y a mí me encanta que le encante....
El flan está exquisito, pero Teo está para comerselo...
ResponderEliminarHay que ver como crece!
Cluny, claro!!! Y por cierto que uno de sus amigos debe tener todavía poquita conversación... ya veremos lo rápido que aprende en la guarde!!! Está precioso.
ResponderEliminarGloria, estoy así, así....Me noto lenta y pesada por la falta de deporte, además de irascible. Le doy vueltas a cosas que cuando corría y escuchaba música al tiempo no me preocupaban. Pero todavía tengo molestias y no me dejan correr ni encuentro tiempo para acudir al gym, q me queda un mes por utilizar. Mañana me he prometido dejar el chocolate y comenzar aunque sea a caminar. Pero se esperan lluvias, así que..... Veremos si el otoño comienza a ser un poco más amable conmigo.... Besitos miles!!
Hola! STOP pasaba por aquí STOP y vi luz encendida STOP.
ResponderEliminarYa sabía que Mr T iba a ser feliz en su nuevo círculo de vida STOP todos sentimos miedos STOP va en nuestra condición STOP
Muacs dulces a todas las incondicionales de este hombre que cruza por delante de mi coche con un diluvio universal de viernes a las 18:00 y ni se entera. Pepe, yo con bronquitis y tú empapadiño hasta no puedo decir dónde. ¿seguro que estás bien hoy? Mira que me diste pena, pero pena de la de "yomebajoylometoenelcochequenoesnormalconlaqueestácayendoquesalgaacorrer,conlobienquenosestaríamostomandounalgoenalgúnlugarresguardadosdelaguaconunachimenea".
Palabra que todo eso lo pensé en mediadécimadesegundo.
repito:
ResponderEliminar"noesnormalconlaqueestácayendo,conlobienqueestaríamostomandoalgoconunachimenea"
Berta dixit
pues se queda bloqueado:
ResponderEliminar"tomandounalgoconunachimenea"
Berta redixit
Delicioso el flan de queso.
ResponderEliminarTeo precioso, como pasa el tiempo, hace poco era un bebé..
Besos
En la crianza no sabemos si nos hemos equivocado… hasta que es demasiado tarde para enmendarlo.
ResponderEliminarSería fantástico (y necesario, creo yo) disponer de un manual de instrucciones adaptado a cada niño/a para cada situación, con la descripción detallada de todas las opciones posibles y el resultado de cada una de ellas a corto, medio y largo plazo.
Así no habría “errores”.
Estoy segura de que habéis optado por la mejor opción. Esa que se escoge desde el amor infinito, el respeto y el deseo de “hacerlo lo mejor posible”. Esa es la clave: amor y respeto.
Es inevitable sentirse culpable y preguntarse constantemente si actúas bien o mal, si “no lo harás por egoísmo”, si el crío realmente lo necesita, etc...
Desde mi humilde experiencia, considero que la guardería es necesaria a estas edades: que interactúen con otros niños de su edad y en un rol que escape al “control” de los papás (que no estemos ahí para corregir, o regañar, o felicitar, sino que puedan redescubrirse sin los “límites” paternos).
Es normal y saludable que lloren y nos demuestren que nos echan de menos, que luego pidan más atención y mimos e incluso que muestren algún que otro “retroceso” de conducta. Pero para eso estaréis ahí.
Si mañana empezara un nuevo trabajo, aunque supiera de antemano que me duplican el sueldo, que mis compañeros son fantásticos, que me reducen la jornada… estaría satisfecha pero también nerviosa e inquieta por el cambio.
Los cambios desestabilizan, y más si tienes dos años… pero son necesarios y nos acompañaran durante toda la vida.
Después de ejercer de sicóloga barata, y desde el anonimato que me otorga esta hoja en blanco, te admito que he pasado por la misma tesitura. Y por eso te entiendo. Daros tiempo. Él es el único capaz de relativizarlo todo.
Por cierto, el flan tiene una pinta estupenda. Lo haré.
Gracias por compartir.
Ana
Como siempre es un gusto pasar por aquí, me deleitas con tus recetas y con tus comentarios. Me gusta que te guste el sitio en el que esta Teo y que tierno eres al decir que estas loco por el y al reconocer el grado de dependencia que tienes......es genial crear esos lazos tan fuertes desde la infancia, una buena relación padre-hijo es insuperable.
ResponderEliminar¡Ya vuelve el funcionario a quejarse de vicio! Una semana más dentro de un durísimo mes de septiembre-octubre, pero claro, los profesores no trabajan. Después de haber pasado todas las noches acostándome entre las 2 y 3 de la madrugada preparando apuntes, con sus respectivos despertares entre 6:30 y 7, llega el jueves. Para muchos será la última noche de trabajo dentro de la semana, para mí es una más. Después de acostar a Teo (“M” tenía “a”), me siento delate del ordenador y a escribir… me acuesto a las 3 de la madrugada y me despierto a las 7 de la mañana del viernes. En la pausas una lectura al correo y unos mensajes escritos con susceptibilidad asombrosa (y normal) para esas horas ¿Quién puede sobrevivir durmiendo sólo 4-5 horas, como máximo, al día? ¿Cuánto tiempo se puede sobrevivir así? Ni viviendo a lo Burroughs.
ResponderEliminarYa no existen días ni noches, sólo pequeñas cabezaditas de intensísimos sueños y pesadillas. El cerebro debe descargar en la mitad de tiempo toda la tensión a la que se ve sometido a lo largo del día (y de la noche). Pinchazos y “déjà vu”, palabras exageradas y ecos que resuenan en el cerebro y que se excitan a la mínima. Enfados y depresiones.
Es viernes. ¡Mierda!, llueve. Llevas a un niño ilusionado al “cole”, “nenés, nenés”. Coges el coche hasta el centro de trabajo con el detector de lluvia a su máxima potencia. La música, no sabes ni que poner. Te enfrentas a los mismos problemas de siempre, la combinación de un Sistema Educativo que ha formado personas autosatisfechas en un mar de derechos y sin ninguna obligación.
Recoges a tu hijo con toda la ilusión del mundo. Él te la devuelve multiplicada por mil, pese a su agotamiento y el tuyo. Llueve, promete diluviar pronto. Hoy ha comido (algo) en el “cole” y no es necesario que le prepares nada de urgencias. Vas al centro en busca de algún producto del mar para preparar a tu mujer, porque tú no sabes si comerás algo. Consigues estacionar en zona O.R.A. plena República Argentina. El niño está cansado... y tú más.
A la puerta del supermercado dejas una moneda a la mujer rumana, ya mayor, que suele estar. No curas tus pecados, pero tampoco los consumas. En la pescadería cometes la impertinencia de gastar una broma a una mujer cansada y molesta con un niño inquieto. Su reacción hace sentirte culpable, y más cuando las disculpas no son del todo aceptadas o lo hacen a regañadientes. Te encuentras con Bea y, aunque se presta a ello, no hablas del “tiempo”, te dice cuánto se parece tu hijo a ti. “No puedes negar que es hijo tuyo”. No lo deseo negar.
(...)
ResponderEliminar(...)
Decides comprar un buey de mar para hacer un arroz, también compras pan y brécol. Como el niño está tan inquieto, lo sientas en tus hombros mientras pagas. Se duerme por el camino a casa. Al llegar a casa lo acuestas. Ya es demasiado tarde para preparar ese arroz. Decides hacer un “pilaf”, más rápido en cocción. Cocerás el buey si te da tiempo. Estás irascible y cansado. Llamas una y otra vez al pediatra por los problemas de tos y mocos de Teo, no coge el teléfono. El niño está mal de la garganta, tiene mocos. Los mismos síntomas que tú: un fuerte dolor de garganta, mucosidades, tos y un malestar general. En mi caso, acentuado por las consecuencias derivadas de una época en la que se retiraban las amígdalas.
Cuando entra por la puerta parece que no apetecía arroz, te dice que podría haber comido una sencilla tortilla si no te daba tiempo a preparar algo más elaborado. Después de probarlo cambia de opinión. Llamas y llamas, no responde. A las 4 y media decides salir a correr pese a la lluvia. No exactamente a correr, a arrastrarse bajo la lluvia entre el cansancio y el sueño. Pero … ¿qué te quedaría si no hubieses ido? Explotar y esperar a que llegue la noche.
Te quitas la ropa y te duchas en agua bien caliente. El pediatra no puede atendernos, tiene demasiados niños (20) para esta tarde, nos recomiendan un jarabe por vía telefónica.
Esperar a que llegue la noche, la noche que no llega. No puedes acostarte, en cuanto Teo está en cama (después de un pequeño paseo por la plaza hasta la panadería Mario cuando cesó la lluvia) vuelves a sentarte delante del ordenador y toda empezar a escribir de cero una programación de más de cuarenta páginas. Otra noche más.
Y llega la noche del sábado, y sigues igual, o peor. En cuanto acuestas a Teo y sale M por la puerta (había quedado con unas amigas) me vuelvo a plantar delante del ordenador, todavía no llevo ni la mitad.
Me acuesto a las 3, M llega más allá de las 4 y Teo se despierta a las 5. No quiere quedarse en cama. Me voy a la sala, nos acurrucamos y nos ponemos a ver Dora (y coches a toda velocidad). A las 7 le preparo el biberón y a las 7:20 lo vuelvo a acostar. A las 9:10 ya vuelve a estar despierto. Me levanto y sigo en lo mío, ya queda menos para la noche.
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No sé en qué día vivo, los recuerdos se entremezclan. No sé si es hoy o ayer, tengo que pensarlo y, aún así, es probable que me equivoque. Es la noche del domingo, una vez más, me enfrento ante un documento. Me acuesto a las 2 (y pico), con el texto ya acabado, aunque no con la perfección con la que me gusta hacer las cosas. A las 6:20 suena la sirena matutina. No hay forma, otra vez más. Hoy he ido a correr, sin lluvia (no del todo) pero con una pesadez que me arrastraba por el asfalto, lejos de las sensaciones agradables de los días de verano en los que dormía más de seis horas. Si hoy duermo y no pierdo el tiempo con asuntos transversales (como éste) habré dormido por una vez más de 6 horas, sería todo un logro.
Desde luego, si hay vida estoy seguro que todavía está por llegar. Si no es así, es que era aquella llena de melancolía en la que me quejaba por el amor y del desamor de un joven (cada vez menos) con muchas ilusiones (cada vez menos).
Atte.: un amigo que os quiere (cada vez más)
Tambien te queremos mucho, besoos para ti y Teo.
ResponderEliminarBesoos para la Rosita, Berta, Olga y los que pasen por aquó, gloria
El cansancio hace estragos. Te imagino corriendo-arrastrándote bajo la lluvia. Te siento cuando dices o pareces irritable. Tu hijo no lo nota. Podéis ver a Dora los dos juntos. Os veo tumbados en el sofá. Te envidio la paciencia.
ResponderEliminarYo he empezado a trabajar de nuevo tras siete años, en esa labor funcionarial de enseñar al que no quiere aprender. Un trabajo que muchos creen que acaba a las 2,30 de la tarde. Ignorantes.
Yo no salgo a correr. Me enchufo los cascos sentada al ordenador y me evado del mundo. Mis hijas me piden, me preguntan, me llaman.
Son algo mayores que Teo. Mi paciencia ha ido desapareciendo, a medida que ha ido apareciendo la culpabilidad por la falta de esa paciencia.
Me siento culpable y con propósito de enmienda casi todo el tiempo.
Segurísimo que estoy haciendo las cosas mal. ¿Cómo puedo arreglar este lío?
Mi M particular (V en mi caso), se ha ido a andar en bici.
Ya lo decía mi padre cuando yo era pequeña. Que yo no era muy lista, vaya. Si va a tener razón después de todo.
Desvarío.
Perdón.
Me voy a la cama.
Realmente hoy no es un buen día, a pesar de que el tiempo ha sido maravilloso: ha lucido el sol en lo alto (bueno, un poco más bajo, quizás...); que el resto de mi familia está bien (o eso dicen); e incluso tu padre te dice que estés tranquila, que todo está bien; que no tienen ningún problema, que ellos no necesitan nada, que lo han tenido y conseguido todo, todo lo que querían y necesitaban...salud, una casa, una familia, unos buenos hijos (...no sé...tengo mis dudas...en fin); aún así, y cuando te leo o te escucho, no puedo dejar de pensar en montones de cosas, situaciones, personas y en ti: jolín! Si realmente se valorase un poco, sólo un poco de lo que se hace (aunque no se ayude demasiado) ...YO NO PODRÍA AGUANTAR ni la milésima parte de muchas situaciones que tú aguantas (con todo y todos, por supuesto); y ¿qué quiero decir con todo esto? Pues que además de ser un gran cocinero, relatador...eres un maravilloso padre! Y a pesar de todo lo que dices, creo que te equivocas cuando hablas de que tienes poca paciencia: Buff...si tú supieras lo que es tener poca paciencia...! La verdad, me gustaría poder volver a oír los silbidos por las escaleras, cuando llegabas del Instituto, o tarareando cualquier canción (era tan agradable). Desconozco si ahora eres capaz de cantar o tararear algo en algún momento del día... por lo menos, sigues corriendo; pues entonces, si esto es lo que te ayuda de alguna manera: CORRE FOREST, CORRE!
ResponderEliminarUn beso muy muy muy grande a Teo...y otro para tí!
Siempre MONTALBANO.
Es muy bonito el comentario anterior. Parece de alguien que te conoce de años.
ResponderEliminarPepinho, se te nota agotado; por favor, cuídate un poco más, por fuera y por dentro. Si no cualquier día sí que tendrá que sacar las luces de emergencia al techo y recogerte Berta en su coche.
Gloria, cariños para ti también. Te paso a ver.
ABRAZO FUERTE.
(Carta abierta y breve, la que el tiempo me permita)
ResponderEliminarQuerida Montalbano,
No sé por dónde empezar, quizás por el principio: gracias.
Hoy tampoco he dormido demasiado y espero que no se note a la hora de dejarme llevar por los impulsos.
Me pregunto si cambiamos, podemos o, peor todavía, si queremos hacerlo. En la sustancia yo no quiero cambiar. ¿Autocomplacencia? ¿Presunción? NO, sabes que siempre he sido muy tímido y socialmente acomplejado... Se debe simplemente al hecho de que en tod@s l@s niñ@s hay unos valores, una pureza y una despreocupación (relativización de la vida) que se suelen perder cuando se es adulto. Por eso creo que no es bueno cambiar la esencia.
Cuando me encuentro solo (ya pocas veces) me sigo viendo como siempre me he visto. De hecho, en esas pocas situaciones en público en las que se me plantea la posibilidad de actuar como lo hacía hace años suelo mostrar cierta vehemencia en mis actos y comentarios, excediéndome en las gracias y la sorna, riéndome de la máscara cotidiana de la vida adulta.
No es normal que lo que la sociedad llama “adulto” se comporte de ese modo, como si cuando uno se casa debiese llevar pantalones de pinzas y caída, camisas serias, traje y demostrar una ambición profesional excesiva. Mis ambiciones no quieren estudiar un Máster profesionalizante y sí uno que conduzca al saber. No quiero adentrarme más en ese asunto, pero ahora empiezo a notar cómo mucha gente tiende a clasificar a las personas por sus logros profesionales, no como los niños, que lo hacen de un modo más trivial y sincero. En cualquier caso, no es a dónde quisiera llegar.
Es difícil expresarse en público de este modo sin caer en la aparente desaprobación o la falta, sin hacer daño, más doloroso cuando (como yo) no se cree que exista una verdad absoluta.
...
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ResponderEliminarSi me preguntases (preguntaseis) si soy feliz, te diría que NO, un “no” con reservas, porque Teo me está dando una felicidad (a ratos) que hace que me mantenga en pie pese al cansancio y otras veces el mundo se para por un instante. El mundo y el ritmo de vida en el que me he metido no me permite plantearme si soy o no feliz. No creo que sea mejor ni peor que nadie, sólo que hay algo que me impide poder disfrutar de la vida como antes lo hacía. Para mí, lo principal es la capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas del día a día, eso era lo que a mí me hacía feliz y lo que hace que milagrosamente el tiempo se para ante mí. Esa capacidad todavía la conservo pero no la puedo llevar a cabo porque no todos tienen esa capacidad y su felicidad reside en otros aspectos distintos a los míos. Sería feliz tumbándome en el césped e imaginando formas en las nubes que recorren el cielo.
Era feliz mientras cantaba al llegar a casa (y durante todo el día) y fui infeliz cuando dejé de hacerlo; cuando dibujaba en trocitos de papel que desperdigaba por toda la casa; cuando me ponía a apedrear algún instrumento musical en mi habitación (órgano, harmónica, flauta,...); cuando el tiempo no era un problema, más bien una ventaja; cuando tenías la imaginación suficiente como para hacer películas caseras divertidas o imaginar un mundo de plastilina; cuando la cocina (y la repostería) era un placer que se compartía en familia, saliese o no; cuando charlabas con toda la calma del mundo y sinceridad en la cocina las noches de los fines de semana o durante las vacaciones; cuando no pasaba nada si no llegabas a tiempo, porque no pasa nada; cuando no había que irse de viaje para “viajar”, ni hacer las maletas; cuando no había que registrarlo todo en fotografías ni videos, porque los recuerdos tenían la suficiente definición; cuando hablabas con un hermano/hermana y no tenías que hacerlo a la defensiva, porque había confianza y podías hablar de sentimientos sin pudor...
Desde luego, no todos hemos construido el mundo que deseábamos o el mundo que deseamos se ha construido muy lejos de nosotros.
Un beso muy grande. (y a todos en especial)
O_O FEEDBACK!!
ResponderEliminarHoy sí se te veía cansado corriendo por el Camino Francés.
ResponderEliminarTumbarse a ver las nubes,,,,,,siempre hay alguna con forma de tarta de nata con crema, chocolate y guinda.
Muacs dulces llenos de bronquitos, pero con este solito hoy cantaba Oh Sole mío, pero me dió la tos.
La vida presente no es más que un reflejo de nuestro presente. Lo malo es que la vida que queremos para el futuro se convierte en presente y vuelta a empezar
Como te entiendo hoy, el cansancio me puede, me caigo y apenas de éste lado del charco van a dar las horas bruixas...me muero por una almohada mullida y aún me falta. Me alegra leer todas las misivas, o botellas al mar como yo les llamo y saber que sigues ahí, viviendo los momentos felices y los que no lo son tanto.
ResponderEliminarTodo irá siempre a mejor, eso decía el abuelo cuando nos veía con cara apachurrá y cuándo estabamos contentos también! ;)
Un beso grandote para Teo, y un guiño para ti, con el cariño que irradias por esta pantalla y que traspasan tus palabras.
Biquiño (que no bikiño) uno, dos...tres y a la cama.
p.s.Es una tontera, pero siempre tengo duda si dejarte comentario con mi blog de siempre o con el de cocinillas, pero creo que me siento al menos contigo con la confianza de los divagues. Locuras de una mente divergente a estas horas.
One. “Cansado” es generosidad, “arrastrarse” por no se sabe dónde y a no se sabe dónde, ésa es la palabra. Pura inercia, querer y no poder, como gimnasia de mantenimiento, para no perder la costumbre y que cuando llegue días de descanso (si llegan) no me pille desprevenido. ¿Qué se puede esperar en los días en los que se está despierto (zombi) 20 horas?
ResponderEliminarTwo.Que las corrientes cálidas del golfo lleven esta botella con un mensaje de comprensión y agradecimiento (y cariño), que las noches no sean tan largas y los días sean más intensos. Dulces sueños.
Un beso.
PD: Feedback? Foodback!
feetback!! way´s rules! Ultreia??
ResponderEliminarPor lo menos hoy de rojo despiertas más pasión y no tanto cansancio.
ResponderEliminarMuacs dulces para cuidarse
Me encanta el queso, y me encanta el flan, así que me tocará probar esta receta, que por las fotos... ñam ñam ñam... parece que va a estar rico rico!!
ResponderEliminarEste tengo que probar ha hacerlo, hace no mucho probé unos que vienen hechos y me enamore de ellos.
ResponderEliminarCuando lo haga ya comentare que tal.
Por dios, pero que pinta más buena!!! Yo solo lo hago de huevo y de café, tomo nota de lo bueno que tiene que estar este!!!
ResponderEliminarAyyyy, chiquillo, qué complicaciones con el asunto de la guardería. Madre mía... Pero me alegro que lo tengas encaminado.
ResponderEliminarTu flan de queso... mi debilidad!.
Un besote
Hola: soy educadora infantil. Como dice Mar , las lágrimas forman parte de un proceso de adaptación necesario. Pero debes confiar en la persona que está con l. Esta te dira como se esta adaptando el niño.Lo importante es que aunque lo dejes llorando, el resto del día juegue con los otros niños y participe en las actividades.
ResponderEliminarTambien soy madre y he pasado por este proceso que estas pasando. Los primeros días me oprimia el corazón y me dolia. Me decia que era una mala madre por dejar "abandonado" a mis niño y lloré casi mas que ellos.
Además entonces no trabajaba en guarderia y desconocia este mundo. Hoy veo que hay autenticas profesionales que trasmiten todo el amor y comprension necesarios para que los niños sean felices . Yo desde luego lo intento cada día.
Me preocupas tu mucho mas que tu hijo. El cuerpo hay que cuidarlo tanto como la mente. Creo que lo estas descuidando, porque un cuerpo que no descansa tiene muchos riesgos, demasiados diría yo.
Me encanta leerte y me encantan tus recetas, pero quiero que te cuides osea te lo exijo egoistamente para poder seguir leyendote.
Un fuerte abrazo
qué maravilla de flan, tiene que ser muy cremoso. Me encanta tu blog.
ResponderEliminarHola harry, lo del cansancio fisico y la falta de sueño durante los (aprox.) tres primeros años de crianza es lo normal, y el cuerpo se va acostumbrando. Pero lo que no es tan soportable es la desilución, la falta de esperanza en que las cosas mejoren no se si eso será fatiga mental, pero se te nota desengañado y (por qué no decirlo) triste. Los niños pequeños actuan como "quitapenas", pero tambien añaden stress a la vida. En fin, tu niño se ve precioso y por lo que cuentas es bastante "padrero" (no me extraña). En el fondo pienso que eres una persona fuerte y buena (sobre todo buena), de lo contrario ya habrías salido de casa dando un portazo. Así que ánimo, ve pasando día a día como puedas "quien un día pasa un año empeña". Yo te digo un poco lo mismo que "montalbano", si correr te alivia, no lo dudes y....
ResponderEliminarSaludos y besos a Teo.
Por cierto, el flan me encanta.
Muy rico el flan lo hice en casa el otro dia si lo haces con leche cuanta le añades?en que se diferencia es mas compacto con nata ...asi estaba muy rico pero es para saber la diferencia imagino que sera mas pesado con nata o cambia algo la textura
ResponderEliminarHice el flan y nos ha encantado.
ResponderEliminarDe tu receta hice un copiado total.
Gracias.
Un saludo
Que flan mas rico!! me encanta lo voy a tratar de hacer muchas gracias.
ResponderEliminarque buena pinta enhorabuena!!! yo he subido un flan de queso a mi blog ayer aunque un poco distinto también ha quedado muy bonito, saludos
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