Corazón de atleta
“… Vivan las gallinas que los huevos nos dan”...
No es por casualidad que la receta que ahora publico, un pan de huevo aromatizado con anís y (opcionalmente) podría llevar algo de agua de azahar, llegue justo después de un brioche con aroma a roscón de Reyes.
Con cierta resignación, tengo la impresión de que en los últimos años se está generalizando el uso de recetas caseras (o no tanto) de roscón de Reyes basadas en una masa de brioche, como la anterior entrada o la que ya publiqué hace algún tiempo. Desde luego, ese modo de hacerlo es exquisito, jugoso y duradero, pero se parece poco al roscón ¿de Reyes? que yo tomaba en mi infancia durante la Pascua. Quizás sea ese mi error, que el roscón o la trenza (que llamamos “periquito”) que yo tomaba cuando era pequeño, eran (y son) postres tradicionales de Pascua y no de Reyes y, tal vez, lo que ahora se ha extendido como “roscón de Reyes” sea un postre que nada tiene que ver con aquellos recuerdos. Por ello, no sería extraño que el verdadero roscón de Reyes sea una masa brioche con poca leche, bastante huevo y mucha mantequilla, tal y cómo ahora se hace. Mas no recuerdo que durante aquellos años tomásemos ningún roscón el día de Reyes, si así hubiese sido me acordaría, como sí me acuerdo de aquellas roscas (de Lomba) que traían los padrinos de Martín el día de Pascua.
“… Vivan las gallinas que los huevos nos dan”...
No es por casualidad que la receta que ahora publico, un pan de huevo aromatizado con anís y (opcionalmente) podría llevar algo de agua de azahar, llegue justo después de un brioche con aroma a roscón de Reyes.
Con cierta resignación, tengo la impresión de que en los últimos años se está generalizando el uso de recetas caseras (o no tanto) de roscón de Reyes basadas en una masa de brioche, como la anterior entrada o la que ya publiqué hace algún tiempo. Desde luego, ese modo de hacerlo es exquisito, jugoso y duradero, pero se parece poco al roscón ¿de Reyes? que yo tomaba en mi infancia durante la Pascua. Quizás sea ese mi error, que el roscón o la trenza (que llamamos “periquito”) que yo tomaba cuando era pequeño, eran (y son) postres tradicionales de Pascua y no de Reyes y, tal vez, lo que ahora se ha extendido como “roscón de Reyes” sea un postre que nada tiene que ver con aquellos recuerdos. Por ello, no sería extraño que el verdadero roscón de Reyes sea una masa brioche con poca leche, bastante huevo y mucha mantequilla, tal y cómo ahora se hace. Mas no recuerdo que durante aquellos años tomásemos ningún roscón el día de Reyes, si así hubiese sido me acordaría, como sí me acuerdo de aquellas roscas (de Lomba) que traían los padrinos de Martín el día de Pascua.