Derecho a una muerte digna
Adaptation.
Cuando dije que durante el verano había preparado muchos postres caseros quizás no quería decir exactamente “caseros”, más bien “clásicos”, como éste. Clásico sólo en parte, en el nombre y todas las ideas que de él surgen con sólo pronunciarlo. Todo lo demás no es más que una versión personal de un dulce del que desconozco su verdadera receta y sólo, a través de una breve reseña en una página Web, una idea abstracta del concepto que, como ya he dicho en la receta ¿anterior?, me dejó una perdurable sensación en el paladar que dio lugar a una secuencia de fuegos artificiales fruto de una penetración en toda regla.
He hecho infinidad de pruebas, no en un afán de aproximarme al original, no (ni se me ocurriría). Ya no creo (tan) fehacientemente en lo perecedero y exclusivo de la obra culinaria, y sí en las aportaciones y la creatividad como camino para obtener la felicidad a través de la cocina. Por supuesto, cada plato sigue siendo exclusivo e irrepetible, pero mayor placer que con el resultado en sí se experimenta durante el proceso, el camino como búsqueda de la felicidad. Ya divago, serán las horas.
Test de personalidad.
Durante varias semanas los preparé buscando la perfección de la textura, mas desde el primer momento supe que no necesitaba buscar más, pues llevo años (de blog) practicando una personal masa con la que estoy más que satisfecho (¿autocomplacencia?, ¿agotamiento?, ¿conformismo?, ¿edad?). Lo que realmente me preocupaba era ajustar las proporciones del glaseado que, por cierto, nunca llegué a repetir con exactitud por falta de un medidor de temperatura adecuado y la indecisión entre dos técnicas: un jarabe caliente o un glaseado sencillo basado en azúcar polvo, jarabe de rosas y un poco de agua. Imprescindible el glaseado, sea cual sea la opción que se decida.
Curiosamente, hasta ahora había publicado un par de recetas de croissants de alguno de los más prestigiosos reposteros. Sin embargo, no había publicado la que podría denominarse “mi” receta, la que realmente me gusta hacer de acuerdo con mis gustos y preferencias, que podrían no ser las vuestras. Para mí, aun siendo el croissant una masa fermentada y esponjosa, es importante que el hojaldrado sea generoso, hecho que no sucede en la receta que tengo de PH (y he publicado) o en alguna otra que he consultado y no he llegado a publicar. Mi preferencia es la de un laminado con un mínimo de 3 vueltas sencillas y con una cantidad de mantequilla no inferior a la mitad del peso de harina para conseguir un buen hojaldrado y una textura crujiente. El número de vueltas exacto ya depende de cuánto hayamos extendido la mantequilla en el laminado inicial, unas 4 vueltas sencillas o 3 sencillas y una simple es más que suficiente.
Un pequeño error que solía cometer al principio (por lo menos para mis gustos) era pretender que la masa quedase algo blanda, como la de un pan ligero. Con una masa blanda el laminado es más difícil y la textura final resulta menos crujiente. Para mí, la cantidad de líquido debe ser (algo) inferior a la mitad del peso de harina de fuerza, resultando una masa firme pero no dura para conseguir un mejor hojaldrado y una estructura más crujiente. Durante el amasado, si vemos que la masa se va endureciendo en exceso debemos cesar de inmediato para que no quede demasiado dura, aún a costa de que la fermentación resulte más lenta y/o menos homogénea.
Por supuesto, también me gusta que la masa del croissant se separe en capas que puedan ser desprendidas fácilmente con las yemas de los dedos para saboreadas en porciones que se despegan como un todo, dejando al descubierto un delicado y esponjoso interior. Pero más me gusta, sobre todo si va relleno o no son piezas demasiado grandes (como en este caso), que tenga cierto crujir en la superficie y que el laminado sea lo suficientemente bueno como para que no parezca un ¿simple? bollo.
Una capa de pintura.
Durante cierto tiempo, uno de mis “pecados” al hacer los croissants era pintarlos con un ligero jarabe nada más salir del horno. Lo hacía básicamente con una doble finalidad: darle brillo y un sabor añadido a la masa. Por supuesto, mejoraba muchísimo el postre, pero más delicioso que un ligero jarabe queda una fina pero visible capa de glaseado aromatizado (jarabe de rosas –en este caso–, vainilla…). El crujir de la superficie, los aromas y el dulzor son el acabado perfecto para tarea tan cuidadosa. ¿Acaso a alguien se le ocurriría tomar un donut sin su fantástico recubrimiento…?
¿Con qué los pintamos antes de ser horneados? Casi todos conocemos las opciones: leche, agua, huevo, yema… La leche y el agua (muchas veces vaporizada) proporcionan una superficie seca y crujiente, ideal para panes. El huevo se suele usar en bollería, pues deja una superficie dorada y más blanda. Ésta es una buena opción, sin embargo, creo que la clara del huevo reblandece demasiado la superficie cuando se trata de un croissant. Para mí, lo mejor es usar yema de huevo mezclada con un poco de leche. Conseguiremos lo mejor de cada opción.
Sin miedo.
Uno de los elementos que más me atrajo de la idea inicial en la que me baso es la incorporación del jarabe de rosas. Conocía su uso en cócteles o incluso para dar aroma a algún helado, mas me causaba cierto reparo su empleo en otro tipo de platos. Desde luego, los pétalos de rosa llevan años usándose en la cocina de ¿vanguardia? (¿demasiadas dudas?) y eso no era un hándicap.
¿Por qué no? Mayor atrevimiento había sido usar lavanda (espliego) en una tarta de queso, en una de chocolate y pecanas o en otra de chocolate que llamé “Dulce porvenir”, por algo habría sido.
El lichi no es una novedad. Aunque en la reseña parece entenderse que se usa con la compota de frambuesas, yo me he limitado a usar lichis en conserva que pude comprar hace tiempo en una conocida cadena alemana de supermercados y, así, depositarlos sobre la crema de almendras que extendí en el interior del croissant. En cualquier caso, puede prescindirse de ellos.
My way. Como ya he dicho, no tengo la receta, ni creo que se haya publicado… Por lo que me he limitado a conjuntar la idea de sabores con lo que podrían ser mis recetas preferidas de croissants, crema de almendras o, incluso, compota de frambuesa (que he omitido publicar porque me parece demasiado trabajo para tan pequeña mención por pieza de croissant). En la receta que presento, la compota la he sustituido por confitura de frambuesa a la que he añadido la cantidad suficiente (c.s.) de gelatina para poder depositarla más fácilmente sobre la masa sin que se disperse.
Por último, debo comentar que la cantidad de crema de almendras aromatizada con jarabe de rosas que presento en la receta es excesiva, incluso siendo el elemento principal del relleno, pues resulta muy complicado hacerlo en menor proporción debido a que se prepara con crema pastelera. Elaborar una crema pastelera con una proporción de menos de tres yemas me parece ridículo.
La crema de almendras que sobre (sobrará mucha) puede utilizarse como relleno de algún pastel de frutas con base de pasta brisa, un hojaldre o unos pasteles que publicaré en cuanto me sea posible. También podría prepararse “sólo” la mitad de crema de almendras y utilizar la crema pastelera sobrante para tomar sola o usarla como relleno (milhojas, cañitas,…)
No tengo rosas ni jardín. No tengo tiempo ni espacio para él. Si tuviese un jardín habría un rosal con rosas de varios colores, rojas y rosas. Porque las rosas son rosas y no rojas. A las perecederas, las marchitas de bordes ennegrecidos, por voluntad propia, les robaría el aroma para conservarlo en forma de jarabe antes de que sirviesen de abono a la propia tierra sobre la que se sustenta. Las rosas no tiene voluntad ni iniciativa, si la tuviesen estoy seguro que alguna me pediría que le diese una muerte “digna” (quizás sean dos palabras contradictorias, “muerte” y “digna”, o quizás no) en un jarabe.
He pecado, sólo un poco. No recuerdo haber robado en mi vida, no más que las verdes manzanas de la huerta de un adinerado y poderoso vecino o una mentira piadosa para sisar (unas gominolas) que enmendé de inmediato en mi adolescencia. Eso no quiere decir que viva con la conciencia tranquila, he querido decir “con la satisfacción de haber hecho lo que debía”, pues mis pequeños pecados del día a día son cada vez mayores, sin la fuerza de voluntad para protegerme de los (llamados) “capitales”, empezando por la gula al comer estos postres o la pereza (en el sentido más amplio, “tristeza de ánimo”) que crece con el cansancio y la edad. Del resto, creo que nunca los he sufrido de un modo consciente. El mayor y único pecado que se puede cometer es hacer lo que uno no cree que debería hacer o poner trabas a la felicidad de otros de modo consciente.
Era mi intención, y así hice, preparar un jarabe de rosas de modo artesanal con rosas de huerta, libre de pesticidas y llenas de aroma. No pude conseguirlas, me limité a comprar unas rosas en una floristería y regalárselas a M, comprobando que detrás de ese rojo intenso no había olor ni esencia, sólo colorido. Durante varias semanas, en mis sesiones de running resultaba imposible no centrar mi atención en la infinidad de floridos rosales que rodeaban casas, jardines, zonas amuralladas, parras con vides todavía sin vendimiar o, incluso, setos alejados de cualquier muestra de cuidado. Era una obsesión ver esos rosales y muchas rosas marchitas a las que le quedarían pocos días de vida. El pecado. Caí, no pude evitarlo, un día recogí alguna de las rosas más marchitas que sobrepasaban los lugares más inverosímiles, nunca recogiendo más de una pieza, a modo de “limpieza”. Rosa a rosa, después de dos horas conseguí un puñado (4 ó 5 unidades) de rosas silvestres y marchitas, convirtiéndome en “el ladrón de rosas”, aunque (extrañamente) sobre mi conciencia no pesaba (ni pesa) ninguna sensación de culpabilidad por haber “salvado” a esos pétalos de una muerte más que inmediata. Hubiese pagado el doble de su valor si alguien se hubiese ofrecido a vendérmelas.
Preparé el jarabe del mismo modo que había hecho con sirope de lavanda y conseguí una pequeñísima cantidad de esencia que podría haberse hecho pasar por una de esas muestras de “eau de toilette” que regalan en muchas perfumerías o pegan, envueltas en unos pequeños sobres, en las hojas de publicidad de muchas revistas. Era más suficiente para lo que necesitaba.
Una vez hecha la prueba, la siguiente vez ya no me atreví a ello, me limité a usar la tarjeta de crédito y comprar por Internet una botella de sirope de rosas y otra de fruta de la pasión para no tener que gastar más de gastos de envío que de producto. El sirope de rosas puede comprarse en muchos establecimientos de venta de vinos de importación, yo así lo hice (por Internet). Los que viváis en alguna gran ciudad no tendréis ningún problema en conseguirlo. El que yo he usado (empleando la codificación César que usó Arthur C. Clark en “2001, una odisea…” para nombrar al computador de a bordo) podría llamarlo: LNMHM.
“No sé qué me lleva a decir qué pienso, tal vez la necesidad de contarle a alguien qué me ocurre. A alguien que siempre me escuchará sin rechistar, a alguien que se conforma con poco y también lo pide todo… ¡a un papel!” Me sorprende, una vez más, como con mis recién cumplidos 18 años (¿?) introducía con estas palabras agonizantes una nueva agenda, una puerta a un corazón atormentado. Releerla fue como abrir de nuevo la caja de Pandora, sacando polvo a recuerdos vividos en absoluta soledad e incomprensión.
Sólo cuenta el presente, pero el pasado deja unas llagas duraderas e imborrables. No era mi intención volver a releer las reflexiones de un posadolescente lleno de dudas sobre la propia existencia, mas me resultó imposible no sucumbir ante la tentación de volver a leer esas palabras rebuscando entre los papeles que conservo en la habitación que ¿poseo? en casa de mis padres. Hoy he ido con Teo a pasar el día y volví a escudriñar entre la memoria impresa en papel (…) Fue doloroso descubrir cuánto se cambia en algunos aspectos y qué poco en lo esencial. No me sorprende como entonces me sentía más cómodo entre los anhelos y deseos que con los sueños cumplidos.
No, ya no tengo tiempo para hablar de ese final del verano, de cuánto me gusta la playa de septiembre, los paseos o las mañanas frías de octubre. O de cómo, pese a las primeras lluvias, septiembre es (junto con mayo) mi mes preferido. Me ha parecido haber oído que es el mes de las separaciones, las depresiones o los divorcios. Será eso, la vuelta a la rutina o el olor a uvas… o rosas que lo envuelve todo.
… Hoy he salido a correr bajo la lluvia. “Correr” es un eufemismo. He salido. Cuando me disponía a hacerlo Teo se apresuró, una vez más, a coger sus zapatillas de deporte para que se las calzase y salir conmigo. “Quiero ir a correr contigo”, “mañana, que hoy llueve”. Abrió la puerta de la calle con el chándal puesto y sus zapatillas y dijo: “vamos, papá”. Otro día más vi las lágrimas en los ojos al ver su deseo incumplido… Por la mañana, cuando volvimos del centro y bajamos de bus dijo: “ya no llueve, podemos correr”. Con la cocina le pasa lo mismo, se pasa el día cocinando.
Entre corchetes pongo la cantidad para 200 gr. de harina
La masa no debe quedar demasiado dura ni demasiado blanda. Si al trabajarla vemos que se va quedando demasiado dura cesaremos el amasado. Debe trabajarse lo justo, no demasiado para que no se endurezca mucho y tampoco coja mucha correa (que se contraiga al ser extendida).
(2) Extendemos ligeramente la masa, la envolvemos en película plástica de cocina y la introducimos en el frigorífico para que gane consistencia para el hojaldrado y así atenuar la velocidad de fermentación. Yo amaso por la noche y sigo al día siguiente, incluso, a veces, la dejo un par de días. Un reposo mínimo de unas dos horas, aunque la suelo dejar toda la noche
Estiramos la masa en sobre superficie de trabajo, que podría estar ligeramente enharinada si vemos que se pega (con las masas fermentadas, a diferencia del hojaldre, no pasa nada por enharinarla ligeramente, siempre que la masa no quede dura), formando un rectángulo de unos 5-7 mm de espesor.
(3) Trabajamos un poco la mantequilla para hojaldrar hasta que quede blanda y sin pegotes y la extendemos cubriendo 2/3 de la superficie desde lado largo. Doblamos en 3 partes, de tal forma que la parte que no tenía mantequilla quede en el centro entre las capas con mantequilla. Envolvemos en película de cocina y la volvemos a llevar al frigorífico. Si la masa todavía es manejable podemos darle ahora la primera vuelta.
Volvemos a doblar en 3 partes (vuelta sencilla) por el lado largo (el que antes era corto), envolvemos en película de cocina y llevamos al frigorífico una hora (o más).
Puede ser necesario enharinar ligeramente la superficie de trabajo para que no se pegue la masa. Si se rompe y se desprenden trozos de mantequilla, taparemos los agujeros espolvoreando con un poco de harina.
Truco: para cortar la fermentación rápidamente, la dejo unos 10 minutos en el congelador y la llevo al frigorífico.
(4) Damos dos vueltas sencillas más con reposos de 30 min a 1 hora, mínimo, entre cada una. Si la masa está demasiado fría, la dejaremos a temperatura ambiente durante algún tiempo para que no se formen pegotes de mantequilla y no se quiebre. Si la masa está demasiado templada la introducimos en el frigorífico hasta que tenga la temperatura adecuada y cierta consistencia. Si está demasiado caliente se derramaría la mantequilla.
Si no tenemos tiempo, como me suele suceder, agrandamos lo tiempos de reposo entre vuelta y vuelta. Yo, a veces, puedo llegar a dejar la masa un par de días en el frigorífico antes de darle la última vuelta.
(5) Retiramos la masa del frigorífico y la extendemos con un grosor aproximado de 5 mm (o menos), dependiendo del tamaño de los croissants. Cortamos en forma de triángulos, a los que le hacemos un ligero corte en la base para poder estirar las puntas.
Extendemos crema de almendra aromatizada sobre ¼ de la parte más interna del croissant, depositamos un trocito de lichi en conserva (opcional) y otro trozo de confitura de frambuesa gelificada. Enrollamos cuidadosamente, intentando cerrar bien los bordes para que no se salga el relleno durante la cocción. Depositamos sobre una bandeja cubierta con papel de hornear con el extremo de acabado hacia abajo. Introducimos en el horno apagado o a unos 25-30ºC (como hago yo) y dejamos fermentar hasta que haya doblado su volumen, entre 2 horas y 2 horas 30 min. Es importante que fermente bien para hornearlos a temperatura media, que quede esponjoso y con el interior perfectamente hecho.
(6) Cuando haya doblado su volumen retiramos la bandeja del horno y lo precalentamos hasta una temperatura de unos 200-210º C (lo hornearemos a 180º C). Pintamos la superficie con una yema de huevo batida con una cucharada de leche (resulta más crujiente que si se hace sólo con huevo) e introducimos en el horno (ya caliente), bajando de inmediato hasta los 180º C. Dejamos hornear hasta que tenga un tono tostado y estén con el interior hecho, algo más de 25-30 minutos, que recuerde, pero depende del horno y del tamaño de los croissants.
Nada más retirado del horno, lo pintamos con un jarabe hecho con azúcar polvo (80 gr.), jarabe de rosas (~20 gr.) y la cantidad suficiente de agua.
Puede decorarse con unas escamas o trocitos de frambuesas congeladas.
Relleno
Crema pastelera
Dará para preparar abundante crema de almendras, que podría llegarnos incluso para hacer una tarta.
(1) En un cazo que pueda ir al fuego, echamos 35 gr. de azúcar (aproximadamente ½ del total) con la leche, la vainilla con las semillas y las pieles con la canela, si las usamos. Removemos un poco para que se disuelta el azúcar y dejamos que hierva. Cuando haya hervido retiramos del fuego y reservamos mientras preparamos el resto de la receta para que coja más aroma.
Con un batidor de varillas batimos las (3) yemas con 30 gr. de azúcar y la maicena. Volvemos a calentar la leche si ha quedado fría y la colamos para que no tenga restos de sustancias sólidas (vainilla, canela, limón,….), vertiéndola poco a poco sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover con un batidor de varillas.
(2) Se vuelve a llevar todo al fuego y, sin dejar de remover, esperamos a que espese. Cuando haya espesado la retiramos del calor y añadimos el licor (si lo usamos). Cuando la crema haya bajado de unos 50 º C añadimos la mantequilla y removemos para que se disuelva. Es importante que la crema no esté demasiado caliente para que la mantequilla no se funda y se separe la materia grasa, lo que queremos es que se integre en la crema e infusione.
La cubrimos con película de cocina y, si no la vamos a usar de inmediato, reservamos en el frigorífico hasta el momento de su uso.
Crema de almendras con sirope de rosas
Como he dicho, la cantidad es excesiva, pero podrémos hacer una tarta con la sobrante. Divídense las cantidades para ajustarlo a la cantidad deseada.
Sirope de rosas natural (si no se desea comprar)
Aunque al principio puede parecer que son muchos pétalos le pasa lo que a las espinacas, pierden volumen muy rápidamente.
Además de para aromatizar una crema de almendras, puede usarse para darle sabor a una mousse, helados, cócteles…
Adaptation.
Cuando dije que durante el verano había preparado muchos postres caseros quizás no quería decir exactamente “caseros”, más bien “clásicos”, como éste. Clásico sólo en parte, en el nombre y todas las ideas que de él surgen con sólo pronunciarlo. Todo lo demás no es más que una versión personal de un dulce del que desconozco su verdadera receta y sólo, a través de una breve reseña en una página Web, una idea abstracta del concepto que, como ya he dicho en la receta ¿anterior?, me dejó una perdurable sensación en el paladar que dio lugar a una secuencia de fuegos artificiales fruto de una penetración en toda regla.
He hecho infinidad de pruebas, no en un afán de aproximarme al original, no (ni se me ocurriría). Ya no creo (tan) fehacientemente en lo perecedero y exclusivo de la obra culinaria, y sí en las aportaciones y la creatividad como camino para obtener la felicidad a través de la cocina. Por supuesto, cada plato sigue siendo exclusivo e irrepetible, pero mayor placer que con el resultado en sí se experimenta durante el proceso, el camino como búsqueda de la felicidad. Ya divago, serán las horas.
Test de personalidad.
Durante varias semanas los preparé buscando la perfección de la textura, mas desde el primer momento supe que no necesitaba buscar más, pues llevo años (de blog) practicando una personal masa con la que estoy más que satisfecho (¿autocomplacencia?, ¿agotamiento?, ¿conformismo?, ¿edad?). Lo que realmente me preocupaba era ajustar las proporciones del glaseado que, por cierto, nunca llegué a repetir con exactitud por falta de un medidor de temperatura adecuado y la indecisión entre dos técnicas: un jarabe caliente o un glaseado sencillo basado en azúcar polvo, jarabe de rosas y un poco de agua. Imprescindible el glaseado, sea cual sea la opción que se decida.
Curiosamente, hasta ahora había publicado un par de recetas de croissants de alguno de los más prestigiosos reposteros. Sin embargo, no había publicado la que podría denominarse “mi” receta, la que realmente me gusta hacer de acuerdo con mis gustos y preferencias, que podrían no ser las vuestras. Para mí, aun siendo el croissant una masa fermentada y esponjosa, es importante que el hojaldrado sea generoso, hecho que no sucede en la receta que tengo de PH (y he publicado) o en alguna otra que he consultado y no he llegado a publicar. Mi preferencia es la de un laminado con un mínimo de 3 vueltas sencillas y con una cantidad de mantequilla no inferior a la mitad del peso de harina para conseguir un buen hojaldrado y una textura crujiente. El número de vueltas exacto ya depende de cuánto hayamos extendido la mantequilla en el laminado inicial, unas 4 vueltas sencillas o 3 sencillas y una simple es más que suficiente.
Un pequeño error que solía cometer al principio (por lo menos para mis gustos) era pretender que la masa quedase algo blanda, como la de un pan ligero. Con una masa blanda el laminado es más difícil y la textura final resulta menos crujiente. Para mí, la cantidad de líquido debe ser (algo) inferior a la mitad del peso de harina de fuerza, resultando una masa firme pero no dura para conseguir un mejor hojaldrado y una estructura más crujiente. Durante el amasado, si vemos que la masa se va endureciendo en exceso debemos cesar de inmediato para que no quede demasiado dura, aún a costa de que la fermentación resulte más lenta y/o menos homogénea.
Por supuesto, también me gusta que la masa del croissant se separe en capas que puedan ser desprendidas fácilmente con las yemas de los dedos para saboreadas en porciones que se despegan como un todo, dejando al descubierto un delicado y esponjoso interior. Pero más me gusta, sobre todo si va relleno o no son piezas demasiado grandes (como en este caso), que tenga cierto crujir en la superficie y que el laminado sea lo suficientemente bueno como para que no parezca un ¿simple? bollo.
Una capa de pintura.
Durante cierto tiempo, uno de mis “pecados” al hacer los croissants era pintarlos con un ligero jarabe nada más salir del horno. Lo hacía básicamente con una doble finalidad: darle brillo y un sabor añadido a la masa. Por supuesto, mejoraba muchísimo el postre, pero más delicioso que un ligero jarabe queda una fina pero visible capa de glaseado aromatizado (jarabe de rosas –en este caso–, vainilla…). El crujir de la superficie, los aromas y el dulzor son el acabado perfecto para tarea tan cuidadosa. ¿Acaso a alguien se le ocurriría tomar un donut sin su fantástico recubrimiento…?
¿Con qué los pintamos antes de ser horneados? Casi todos conocemos las opciones: leche, agua, huevo, yema… La leche y el agua (muchas veces vaporizada) proporcionan una superficie seca y crujiente, ideal para panes. El huevo se suele usar en bollería, pues deja una superficie dorada y más blanda. Ésta es una buena opción, sin embargo, creo que la clara del huevo reblandece demasiado la superficie cuando se trata de un croissant. Para mí, lo mejor es usar yema de huevo mezclada con un poco de leche. Conseguiremos lo mejor de cada opción.
Sin miedo.
Uno de los elementos que más me atrajo de la idea inicial en la que me baso es la incorporación del jarabe de rosas. Conocía su uso en cócteles o incluso para dar aroma a algún helado, mas me causaba cierto reparo su empleo en otro tipo de platos. Desde luego, los pétalos de rosa llevan años usándose en la cocina de ¿vanguardia? (¿demasiadas dudas?) y eso no era un hándicap.
¿Por qué no? Mayor atrevimiento había sido usar lavanda (espliego) en una tarta de queso, en una de chocolate y pecanas o en otra de chocolate que llamé “Dulce porvenir”, por algo habría sido.
El lichi no es una novedad. Aunque en la reseña parece entenderse que se usa con la compota de frambuesas, yo me he limitado a usar lichis en conserva que pude comprar hace tiempo en una conocida cadena alemana de supermercados y, así, depositarlos sobre la crema de almendras que extendí en el interior del croissant. En cualquier caso, puede prescindirse de ellos.
My way. Como ya he dicho, no tengo la receta, ni creo que se haya publicado… Por lo que me he limitado a conjuntar la idea de sabores con lo que podrían ser mis recetas preferidas de croissants, crema de almendras o, incluso, compota de frambuesa (que he omitido publicar porque me parece demasiado trabajo para tan pequeña mención por pieza de croissant). En la receta que presento, la compota la he sustituido por confitura de frambuesa a la que he añadido la cantidad suficiente (c.s.) de gelatina para poder depositarla más fácilmente sobre la masa sin que se disperse.
Por último, debo comentar que la cantidad de crema de almendras aromatizada con jarabe de rosas que presento en la receta es excesiva, incluso siendo el elemento principal del relleno, pues resulta muy complicado hacerlo en menor proporción debido a que se prepara con crema pastelera. Elaborar una crema pastelera con una proporción de menos de tres yemas me parece ridículo.
La crema de almendras que sobre (sobrará mucha) puede utilizarse como relleno de algún pastel de frutas con base de pasta brisa, un hojaldre o unos pasteles que publicaré en cuanto me sea posible. También podría prepararse “sólo” la mitad de crema de almendras y utilizar la crema pastelera sobrante para tomar sola o usarla como relleno (milhojas, cañitas,…)
No tengo rosas ni jardín. No tengo tiempo ni espacio para él. Si tuviese un jardín habría un rosal con rosas de varios colores, rojas y rosas. Porque las rosas son rosas y no rojas. A las perecederas, las marchitas de bordes ennegrecidos, por voluntad propia, les robaría el aroma para conservarlo en forma de jarabe antes de que sirviesen de abono a la propia tierra sobre la que se sustenta. Las rosas no tiene voluntad ni iniciativa, si la tuviesen estoy seguro que alguna me pediría que le diese una muerte “digna” (quizás sean dos palabras contradictorias, “muerte” y “digna”, o quizás no) en un jarabe.
He pecado, sólo un poco. No recuerdo haber robado en mi vida, no más que las verdes manzanas de la huerta de un adinerado y poderoso vecino o una mentira piadosa para sisar (unas gominolas) que enmendé de inmediato en mi adolescencia. Eso no quiere decir que viva con la conciencia tranquila, he querido decir “con la satisfacción de haber hecho lo que debía”, pues mis pequeños pecados del día a día son cada vez mayores, sin la fuerza de voluntad para protegerme de los (llamados) “capitales”, empezando por la gula al comer estos postres o la pereza (en el sentido más amplio, “tristeza de ánimo”) que crece con el cansancio y la edad. Del resto, creo que nunca los he sufrido de un modo consciente. El mayor y único pecado que se puede cometer es hacer lo que uno no cree que debería hacer o poner trabas a la felicidad de otros de modo consciente.
Era mi intención, y así hice, preparar un jarabe de rosas de modo artesanal con rosas de huerta, libre de pesticidas y llenas de aroma. No pude conseguirlas, me limité a comprar unas rosas en una floristería y regalárselas a M, comprobando que detrás de ese rojo intenso no había olor ni esencia, sólo colorido. Durante varias semanas, en mis sesiones de running resultaba imposible no centrar mi atención en la infinidad de floridos rosales que rodeaban casas, jardines, zonas amuralladas, parras con vides todavía sin vendimiar o, incluso, setos alejados de cualquier muestra de cuidado. Era una obsesión ver esos rosales y muchas rosas marchitas a las que le quedarían pocos días de vida. El pecado. Caí, no pude evitarlo, un día recogí alguna de las rosas más marchitas que sobrepasaban los lugares más inverosímiles, nunca recogiendo más de una pieza, a modo de “limpieza”. Rosa a rosa, después de dos horas conseguí un puñado (4 ó 5 unidades) de rosas silvestres y marchitas, convirtiéndome en “el ladrón de rosas”, aunque (extrañamente) sobre mi conciencia no pesaba (ni pesa) ninguna sensación de culpabilidad por haber “salvado” a esos pétalos de una muerte más que inmediata. Hubiese pagado el doble de su valor si alguien se hubiese ofrecido a vendérmelas.
Preparé el jarabe del mismo modo que había hecho con sirope de lavanda y conseguí una pequeñísima cantidad de esencia que podría haberse hecho pasar por una de esas muestras de “eau de toilette” que regalan en muchas perfumerías o pegan, envueltas en unos pequeños sobres, en las hojas de publicidad de muchas revistas. Era más suficiente para lo que necesitaba.
Una vez hecha la prueba, la siguiente vez ya no me atreví a ello, me limité a usar la tarjeta de crédito y comprar por Internet una botella de sirope de rosas y otra de fruta de la pasión para no tener que gastar más de gastos de envío que de producto. El sirope de rosas puede comprarse en muchos establecimientos de venta de vinos de importación, yo así lo hice (por Internet). Los que viváis en alguna gran ciudad no tendréis ningún problema en conseguirlo. El que yo he usado (empleando la codificación César que usó Arthur C. Clark en “2001, una odisea…” para nombrar al computador de a bordo) podría llamarlo: LNMHM.
“No sé qué me lleva a decir qué pienso, tal vez la necesidad de contarle a alguien qué me ocurre. A alguien que siempre me escuchará sin rechistar, a alguien que se conforma con poco y también lo pide todo… ¡a un papel!” Me sorprende, una vez más, como con mis recién cumplidos 18 años (¿?) introducía con estas palabras agonizantes una nueva agenda, una puerta a un corazón atormentado. Releerla fue como abrir de nuevo la caja de Pandora, sacando polvo a recuerdos vividos en absoluta soledad e incomprensión.
Sólo cuenta el presente, pero el pasado deja unas llagas duraderas e imborrables. No era mi intención volver a releer las reflexiones de un posadolescente lleno de dudas sobre la propia existencia, mas me resultó imposible no sucumbir ante la tentación de volver a leer esas palabras rebuscando entre los papeles que conservo en la habitación que ¿poseo? en casa de mis padres. Hoy he ido con Teo a pasar el día y volví a escudriñar entre la memoria impresa en papel (…) Fue doloroso descubrir cuánto se cambia en algunos aspectos y qué poco en lo esencial. No me sorprende como entonces me sentía más cómodo entre los anhelos y deseos que con los sueños cumplidos.
No, ya no tengo tiempo para hablar de ese final del verano, de cuánto me gusta la playa de septiembre, los paseos o las mañanas frías de octubre. O de cómo, pese a las primeras lluvias, septiembre es (junto con mayo) mi mes preferido. Me ha parecido haber oído que es el mes de las separaciones, las depresiones o los divorcios. Será eso, la vuelta a la rutina o el olor a uvas… o rosas que lo envuelve todo.
… Hoy he salido a correr bajo la lluvia. “Correr” es un eufemismo. He salido. Cuando me disponía a hacerlo Teo se apresuró, una vez más, a coger sus zapatillas de deporte para que se las calzase y salir conmigo. “Quiero ir a correr contigo”, “mañana, que hoy llueve”. Abrió la puerta de la calle con el chándal puesto y sus zapatillas y dijo: “vamos, papá”. Otro día más vi las lágrimas en los ojos al ver su deseo incumplido… Por la mañana, cuando volvimos del centro y bajamos de bus dijo: “ya no llueve, podemos correr”. Con la cocina le pasa lo mismo, se pasa el día cocinando.
Entre corchetes pongo la cantidad para 200 gr. de harina
- 300 gr. de harina de pan [200 gr.]
- 1 vaina de vainilla, las semillas interiores [1 vaina no grande]
- 24 gr. de mantequilla blanda [16 gr.]
- 10 gr. de levadura de panadería [7 gr.]
- 140 ml de leche [95 ml] (puede sustituirse por agua y unos 9 gr. [6 gr.] de leche entera en polvo)
- 45 gr. de azúcar [30 gr.]
- 7-8 gr. de sal [5 gr.]
- 150 gr. de mantequilla para hojaldrar [100 gr.]
- 1 yema + una cucharada de leche (antes de hornear).
- Azúcar polvo + sirope de rosa + agua (glaseado posterior al horneado).
- Crema de almendras con jarabe de rosas (ver receta posterior)
- Lichis en conserva (opcional).
- Mermelada de frambuesas y/o frutas silvestres, que debe templarse para añadir una hoja de gelatina hidratada.
La masa no debe quedar demasiado dura ni demasiado blanda. Si al trabajarla vemos que se va quedando demasiado dura cesaremos el amasado. Debe trabajarse lo justo, no demasiado para que no se endurezca mucho y tampoco coja mucha correa (que se contraiga al ser extendida).
(2) Extendemos ligeramente la masa, la envolvemos en película plástica de cocina y la introducimos en el frigorífico para que gane consistencia para el hojaldrado y así atenuar la velocidad de fermentación. Yo amaso por la noche y sigo al día siguiente, incluso, a veces, la dejo un par de días. Un reposo mínimo de unas dos horas, aunque la suelo dejar toda la noche
Estiramos la masa en sobre superficie de trabajo, que podría estar ligeramente enharinada si vemos que se pega (con las masas fermentadas, a diferencia del hojaldre, no pasa nada por enharinarla ligeramente, siempre que la masa no quede dura), formando un rectángulo de unos 5-7 mm de espesor.
(3) Trabajamos un poco la mantequilla para hojaldrar hasta que quede blanda y sin pegotes y la extendemos cubriendo 2/3 de la superficie desde lado largo. Doblamos en 3 partes, de tal forma que la parte que no tenía mantequilla quede en el centro entre las capas con mantequilla. Envolvemos en película de cocina y la volvemos a llevar al frigorífico. Si la masa todavía es manejable podemos darle ahora la primera vuelta.
Volvemos a doblar en 3 partes (vuelta sencilla) por el lado largo (el que antes era corto), envolvemos en película de cocina y llevamos al frigorífico una hora (o más).
Puede ser necesario enharinar ligeramente la superficie de trabajo para que no se pegue la masa. Si se rompe y se desprenden trozos de mantequilla, taparemos los agujeros espolvoreando con un poco de harina.
Truco: para cortar la fermentación rápidamente, la dejo unos 10 minutos en el congelador y la llevo al frigorífico.
(4) Damos dos vueltas sencillas más con reposos de 30 min a 1 hora, mínimo, entre cada una. Si la masa está demasiado fría, la dejaremos a temperatura ambiente durante algún tiempo para que no se formen pegotes de mantequilla y no se quiebre. Si la masa está demasiado templada la introducimos en el frigorífico hasta que tenga la temperatura adecuada y cierta consistencia. Si está demasiado caliente se derramaría la mantequilla.
Si no tenemos tiempo, como me suele suceder, agrandamos lo tiempos de reposo entre vuelta y vuelta. Yo, a veces, puedo llegar a dejar la masa un par de días en el frigorífico antes de darle la última vuelta.
(5) Retiramos la masa del frigorífico y la extendemos con un grosor aproximado de 5 mm (o menos), dependiendo del tamaño de los croissants. Cortamos en forma de triángulos, a los que le hacemos un ligero corte en la base para poder estirar las puntas.
Extendemos crema de almendra aromatizada sobre ¼ de la parte más interna del croissant, depositamos un trocito de lichi en conserva (opcional) y otro trozo de confitura de frambuesa gelificada. Enrollamos cuidadosamente, intentando cerrar bien los bordes para que no se salga el relleno durante la cocción. Depositamos sobre una bandeja cubierta con papel de hornear con el extremo de acabado hacia abajo. Introducimos en el horno apagado o a unos 25-30ºC (como hago yo) y dejamos fermentar hasta que haya doblado su volumen, entre 2 horas y 2 horas 30 min. Es importante que fermente bien para hornearlos a temperatura media, que quede esponjoso y con el interior perfectamente hecho.
(6) Cuando haya doblado su volumen retiramos la bandeja del horno y lo precalentamos hasta una temperatura de unos 200-210º C (lo hornearemos a 180º C). Pintamos la superficie con una yema de huevo batida con una cucharada de leche (resulta más crujiente que si se hace sólo con huevo) e introducimos en el horno (ya caliente), bajando de inmediato hasta los 180º C. Dejamos hornear hasta que tenga un tono tostado y estén con el interior hecho, algo más de 25-30 minutos, que recuerde, pero depende del horno y del tamaño de los croissants.
Nada más retirado del horno, lo pintamos con un jarabe hecho con azúcar polvo (80 gr.), jarabe de rosas (~20 gr.) y la cantidad suficiente de agua.
Puede decorarse con unas escamas o trocitos de frambuesas congeladas.
Relleno
Crema pastelera
Dará para preparar abundante crema de almendras, que podría llegarnos incluso para hacer una tarta.
- 250 ml de leche entera. Puede sustituirse una parte (un 25%) por nata líquida.
- 20-22 gramos de maicena (harina refinada de maíz).
- 65 gr. de azúcar (35 + 30).
- 60 gr. de yemas de huevo (3 unidades).
- Una vaina de vainilla cortada longitudinalmente y con las semillas extraídas.
- Opcional: Una rama de canela, piel de naranja y/o piel de limón (sin parte blanca)
- 25 gr. de mantequilla.
- Opcional: una cucharada sopera de licor kirsch o ron.
(1) En un cazo que pueda ir al fuego, echamos 35 gr. de azúcar (aproximadamente ½ del total) con la leche, la vainilla con las semillas y las pieles con la canela, si las usamos. Removemos un poco para que se disuelta el azúcar y dejamos que hierva. Cuando haya hervido retiramos del fuego y reservamos mientras preparamos el resto de la receta para que coja más aroma.
Con un batidor de varillas batimos las (3) yemas con 30 gr. de azúcar y la maicena. Volvemos a calentar la leche si ha quedado fría y la colamos para que no tenga restos de sustancias sólidas (vainilla, canela, limón,….), vertiéndola poco a poco sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover con un batidor de varillas.
(2) Se vuelve a llevar todo al fuego y, sin dejar de remover, esperamos a que espese. Cuando haya espesado la retiramos del calor y añadimos el licor (si lo usamos). Cuando la crema haya bajado de unos 50 º C añadimos la mantequilla y removemos para que se disuelva. Es importante que la crema no esté demasiado caliente para que la mantequilla no se funda y se separe la materia grasa, lo que queremos es que se integre en la crema e infusione.
La cubrimos con película de cocina y, si no la vamos a usar de inmediato, reservamos en el frigorífico hasta el momento de su uso.
Crema de almendras con sirope de rosas
Como he dicho, la cantidad es excesiva, pero podrémos hacer una tarta con la sobrante. Divídense las cantidades para ajustarlo a la cantidad deseada.
- 200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (en pomada) [100 gr.]
- 200 gr. de azúcar polvo [100 gr].
- 200 gr. de almendra molida [100 gr.]
- 120 gr. de huevos (2 grandes) [60 gr, 1 unidad]
- 20 gr. de maicena [10 gr.].
- 280 gr. de crema pastelera (algo más de 1/3 de peso de la crema de almendra) [140 gr.]
- 20 ml. de licor kirsch (o ron si no se tiene) [10 ml.].
- 26-28 gr. de sirope de rosas [13-15 gr.]
Sirope de rosas natural (si no se desea comprar)
- 200 gr. de azúcar
- 125 ml de agua.
- 1 cucharilla de azúcar invertido, otro sirope o miel (suave). (Opcional) Evita la cristalización del azúcar. También puede echarse un chorrito de zumo de limón.
- 90-125 gr de pétalos de rosa, dependiendo de la intensidad requerida, aunque en este caso necesitamos que tenga un sabor concentrado.
Aunque al principio puede parecer que son muchos pétalos le pasa lo que a las espinacas, pierden volumen muy rápidamente.
Además de para aromatizar una crema de almendras, puede usarse para darle sabor a una mousse, helados, cócteles…
Llego, sabía que hoy era el día. Ese día D de tregua, de renovación de reconquista de los territorios. Pero el día D se escribe con C de cruasán, croissant o cruasané. Con C de cariño, comprensión y cabezonería con la masa perfecta (la tormenta perfecta tal vez). Con C de querer arrancar las espinas de tus rosas, con C de caminar de correr de caer y columpiar como haces cada día de tu vida.
ResponderEliminarAsí que mis muacs de hoy van también con C de gracias, con C de Cotoño, con C de C'mon, no vuelvas a marChar, te extrañé.
Toda la receta, la explanation, los paso a paso elaborados los dejo para alguien con tanta paCienCia que debe de ser la madre de tu CienCia. Aromas, jarabes y esenCias son las que prodigas aunque se lo Cuentes sólo a un trozo de papel. Casualmente lo reCojo y me lo quedo en mi Corazón.
Como siempre que descubro nuevas palabras tuyas (post me parece demasiado frío para lo que haces), me tomo mi ratito de disfrute para leerte tranquilamente. La receta en sí me la dejo para después, aunque ya sé que es una de las delicias a las que nos tienes acostumbrados (en realidad, había escrito acostumbradas ;-)).
ResponderEliminarY te imagino con una lágrima de emoción y felicidad al ver a ese Teo cada día más 'tú' (también a correr? Qué bueno!). Me ha gustado tu rol de 'ladrón de rosas'. Seguro que a sus dueños no les sabría nada mal de saber su dulce destino.
Y ahora me voy a la cama, a ver si sueño con croissants rosas.
Y como siempre, qué bien me hace leerte!
Besos!!!
Soy nueva en este paraiso, y es la primer vez que te visito, y para ser laprimera vez, me he quedado pasmada, me ha satisfecho la vista, el corazón, y con la imaginación el gusto. Me ha ENCANTADO.
ResponderEliminarQueridas amigas, gracias, hay mucho que tendría que deciros, pero estoy un poco ocupado en estos momentos (lo estaba cuando empecé a escribir el comentario, es lo que tiene ser dueño de gaps de segundos)
ResponderEliminarQuise hacer un pequeño esfuerzo para publicar una receta este mes, que fue muy duro, sobre todo durante la primera quincena. Lo que viene espero (y parece) que sea mejor.
Mis entradas rompen todas las reglas de estilo del buen blog: las entradas no deben ser extensas, es mejor varias breves, pero no puedo evitarlo. Primero, porque no puedo dejar de precisar las motivaciones y los detalles de la receta. Segundo, lo más importante, porque una idea (y reflexión) me lleva a otra y me cuesta parar. Haré un esfuerzo para no extenderme demasiado y así dar tiempo a que se pueda leer en un futuro próximo.
En cuanto a la receta, lo realmente importante es la masa de croissant. Lo demás es la guinda del pastel…
Ha sido una mala noche. Me lié con el blog y organizando material y me acosté pasadas las 2:30, justo cuando vi que la caldera estaba baja de presión porque un radiador había purgado agua (tuve que coger la fregona). Eran casi las 3.
Teo se despertó a las 5:30, una vez más, llamando por “papá”. Estuve con él hasta las 6:15 (o más) y decidí quedarme allí a intentar dormir. Se despertó definitivamente a las 8.
Lo demás, lo de todos los días: desayuno, ir adelantando la comida, jugar un poco con él, hacer sus camas… mientras otros dormían. Salir a correr, volver y seguir haciendo la comida… hasta ahora.
¿Por qué cuento esto? Porque así es mi día a día, malas noches y ocupación constante. No creo que sea peor que la de muchos, pero me sirve para justificarme. Esta noche tocará preparar apuntes y ejercicios para mañana y lo que queda de semana. Esperemos.
Os echo de menos en el sentido más literal de la palabra. Es difícil mantener una “conversación” fluida en estas circunstancias, pero es el momento que ahora me toca vivir. Llegarán otros.
Teo imita, como todos los niños, por eso se pasa el día cocinando (conmigo) en su cocinita o quiere salir a correr.
Bueno, tengo que dejarlo.
Hasta pronto.
Un beso muy grande.
Pepinho
Hola!
ResponderEliminarUna nueva y expléndida receta tuya que siempre estamos esperando como agua de mayo, lo malo es que yo soy tan.....tan...para estas cosas de las dobleces que como no lo vea fotografiado paso a paso no me atrevo a hacerlo, una verdadera pena pues tu descripición del resultado de la masa es lo que yo espero también de un croissant!
Besos
Mientras leía la explicación de tu receta, de tus recuerdos en papel y mientras miraba tus fotografías, he tenido la sensación de estar leyendo poesía.
ResponderEliminarNo los acortes. No parecen largos. Tienen el tamaño justo, el que tú le quieres dar.
De los pecados que nombras, echo uno de menos, que me asalta viendo las capas de cruasán con aroma de rosas: la lujuria. Creo que comer algo así no puede ser sólo gula.
Besos mil.
es una receta para los sentidos, vivida paso a paso,
ResponderEliminarin saludo
Yo te echo más de menos pajarito. No es difícil, es IMPOSIBLE mantener así cualquier conversación, pero no elejimos nosotros los momentos. Mis días se parecen a los tuyos... Besos mil!. O.
ResponderEliminarEstoy con Esperanza: no acortes las entradas, por favor. Romperías las reglas de tu estilo.
ResponderEliminarBesos a todas.
Pepinho, tú que has probado el Ispahan y estas joyas que has hecho, ¿se parecen? No lo admitirás, pero apuesto a que están más ricos estos.
Besos, para ti y para ese fantástico imitador. Vendrán esos momentos. Verás.
Tus recetas siempre son estupendas. Los cruasan siempre han supuesto un reto para, mi primer intento fue un fracaso total y no he vuelto a probar. Los tuyos tienen una pinta deliciosa, como no. Por cierto, ¿dónde puede conseguirse la mantequilla para hojaldrar? creo que no la he visto nunca y no sé si será difícil de conseguir.Un saludo :)
ResponderEliminarelegimos!!! ay mare!
ResponderEliminarPero que niño más exquisito el TEO ese si que me lo comería a veces mejor que no esté cerca lo asustaría a los niños les daba muchos besos aun cuando estaban enojados (je) a punta de besos les quitaba el enojo, el Teo es exquisito e igual a ti correr y cocinar, en un tiempo más ya correran siempre juntos., no es lindo.
ResponderEliminarLa Receta es maravillosa y preciosa, los croissants un deleite.
Yo tambien robaba rosas SIEMPRE es como la fruta opino que son esas cosas que todos podemos compartir, aqui tengo unos arboles con fruta y le doy a todo el mundo nunca me he sentido dueña de nada.
Y rosas, ahora tengo rosas, y me parece milagroso, nunca pensé que podría tenerlas, en mi blog puse unas fotos si alguien las quiere ver, ni es necesraio que comenten, las puse en el sidebar. puse dos pero pondrá más estamos en primavera y la vida siguie con fuerza, mientras has vida, vivimos, miles de besos, gloria
Una postdata quise decir que me lo coemría a besos! je, gloria
ResponderEliminarHola: aqui estoy como siempre, leyendo y releyendo. Casi me sabe a poco.
ResponderEliminarLas fotos hacen que me acerque a la pantalla del ordenador y sueño con hacerlas realidad.
Un abrazo
En este día tan lluvioso y gris, nada mejor para mi ánimo que leer unas palabras de nuestra querida GLORIA. En estado puro. Me ha encantado eso de que todos podemos compartir, que le da todo el mundo de sus frutas y que nunca se ha sentido dueña de nada. Siempre he pensado en cómo me gustaría tenerla de vecina, de amiga más cercana, y no lo digo por el hecho material, sino porque lo que más comparte es sentimiento.
ResponderEliminarAunque se lo puedo decir en su casa virtual, creo que hoy lo oportuno era hacerlo aquí. Sé que al casero no le importa, sino todo lo contrario, y que es lo que pensamos todos los que conocemos a nuestra hermana de Calera de Tango este poco, o mucho.
BESOS a todos...
(¿Te imaginas, Pepinho, haber podido hacer tu esencia con las rosas de una vecina como ella?)
Hola,
ResponderEliminarHa pasado tanto tiempo que ya me estaba olvidando lo (injustamente) agradecido que es un blog. Levantáis el ánimo a cualquiera… GRACIAS
Quería haber respondido ayer, pero me puse a altas horas con la comida de hoy (llego tarde) y me acosté pasadas las dos y media. Por Murphy, Teo madrugó mucho. Suele pasar.
Llueve, mas por suerte suele dar una tregua por la tarde (o eso espero).
Tengo (y tenía) la impresión que las largas parrafadas o ideas entrelazadas de un modo algo desordenado alejan (y alejaban) a los que leen el blog (no me gusta NADA la denominación “lectores” y, muchísimo menos, “seguidores”, como aparece en la reseña lateral). Lo entiendo (y entendería), pero me resulta (y resultaría) imposible no hacerlo de modo tan extenso. Rompe todas las reglas de estilo de los blogs (esa es una de las razones de la popularidad de Twitter)
O., desde que se escribimos con teclado se nos (me) escapan muchas. Quizás porque escribo más por fonética y muchas veces no miro a la pantalla. La ortografía tiene una gran parte visual. Yo de pequeño decía “eligimos”, por no contar otras de lo más divertidas…
La mantequilla para hojaldrar puede comprarse en alguna panadería/pastelería de confianza, en tiendas especializadas o incluso comprarse por Internet. Ya hace tiempo que no la utilizo, uso la normal, a ser posible una de nombre “bable”, tengo la sensación que es más moldeable. Sólo hay que tener un poco de paciencia y ser cuidados@. Si sale algún pegote de mantequilla, pues espolvoreamos (con un calador) un poco de harina y “yaestá”. Nunca hay que agobiarse y, “ante todo, mucha calma”. Con lo croissants hay muchos menos problemas que con el hojaldre…
Primavera. “Ya es primavera en… América (del sur ;-)) “¡Qué suerte! He dicho que me gustaba el otoño, pero no tanta lluvia. No, por lo menos durante las horas de correr o las del paseo con Teo. Antes me encantaba, hasta lo prefería. Me gustaba quedarme en casa leyendo, dibujando o escribiendo. Viendo deslizarse las gotas por el cristal, unas caían más rápido que otras. Cruzaban el cristal a velocidades irregulares y con formas sinuosas. Si hacía frío fuera podías dibujar figuras con el vaho producido por la condensación…
UN BESO MUY GRANDE.
Hasta pronto (espero)
(PD: Rosita, me has ganado por los pelos)
Pues qué queréis que os diga, a mi me encanta la lluvia......cuando estoy en casita. En Coruña diluvia, hace un viento tremendo, pero desde la ventana de clase veo el mar rompiendo sobre Mera y es fascinante. Mientras ellos hacen tareas yo pasmo hacia ese horizonte.
ResponderEliminarMuacs dulces lluviosos y regresa asín de mucho por aquí
Pues desde la mía, justo ahora que tengo esta hora de “indocencia”, veo una cortina veneciana y ha dejado de llover. A mí también me gusta pero que, en versión Show de Truman inversa, cuando salga a correr un rayo de sol acompañe mis pasos.
ResponderEliminarPD: ya vuelve a llover. Es Galicia.
Banda sonora:
ResponderEliminarLlueve, detrás de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados...
Balada de otoño, Joan Manuel Serrat.
Gracias Rosita que linda eres y buena amiga, yop tambien prefiero que me lo digas aqui en estaca amiga. Y gracias a ti Ppeinho por seguir, por correre, por amar y volver acá, besos a tuti!! gloria
ResponderEliminar3 comentarios en un día?? Pepe.... ESTÁS BIEN=?????? jajajajaj. Qué alegría ver movimiento por "casa"!!!! Besos mil a repartir. Olga.
ResponderEliminarMadrugo, casi no duermo, pero voy "tirando"...
ResponderEliminarYa verás...
BESOS
PD: Teo en Samaín (Halloween) (el rubio de los brazos en alto, se veía mejor en papel)
Querido Pepiño: como sabrás siempre te "miro", pero pocas veces te copio, sin embargo hoy es mi aniversario de boda, y tengo en la nevera (o frigorífico...¿Es que nevera se dice sólo en mi casa?)tu Tarta pasión por el chocolate a la naranja. La elaboré ayer (un día muy entretenido ^-^). No me encontré con mayores dificultades gracias a lo detallado de tus explicaciones, sólo con el sayabón, creo que no conseguí bien la textura de los huevos con el caramelo ¿Tiene que quedar con textura como de nata montada?
ResponderEliminarBesiños!
Uaa! Qué genial la foto del pequeño vampiro! Esas son las noticias que importan!
ResponderEliminarGracias por estos detalles, Pepinho, ya sabes que nos hace ilusión a las "madrinas".
Tirando? Venga, tú sigue. Que puedes.
Y aquí estamos, ya sabes...
BESOS...
Me mueroooooo!!!! qué precioso está!! jajajaj. Gracias por el regalazo!!!
ResponderEliminarpd.: he tardado.... pq no esperaba una cuarta!!!!. Felizzzzz. Besos mil!. Olga.
Yo a ese rubiales hace poquito que lo he visto por la calle. Pero no iba tan terrorífico. En nadita nos hace los 3.
ResponderEliminarHace poco me preguntaron si la Berta que escribía aquí era yo, si te conocía, etc. Qué difícil explicarlo y que te entiendan. Sobran las palabras. Sé que soy la envidia de la red y, ¿sabes?
me encanta.
Muacs dulces con un mar precioso de fondo.
... hoy me ha dicho, justo cuando lo llevaba al cole: "Papá, me puedes dar un Kleenex, que me caen las lágrimas". "Ya no lloro" "No quiero ir a la piscina, la piscina es estúpida" (Lo quitaremos de la piscina de los viernes, casi seguro).
ResponderEliminar¿visto? Seguro que iba en hombros de una mula de carga... o (extrañamente) con su mami porque papi había ido a correr.
Because, "oseasé"... bicos.
Ayyy para comerlo enterito!!! La piscina es estúpida...pobre. Qué habrá pasado, sentido, visto u oído para que diga eso. Ante el miedo o las no ganas siempre lo más acertado es alejarlo un tiempo. Es buena la medida que propones.
ResponderEliminarTú no eres ninguna mula de carga. Eres un padrazo y el vínculo que tienes es la base de su persona y eso, Pepe, no lo cambia nada de lo que allá por una primavera del 2009 sentías. ¿A que no?
Muacs eternos
jajja. Qué grande! y qué bueno que sean capaces de verbalizarlo todo. Eso es genial; a mí por lo menos me llena muchísimo, sobretodo con P. Es capaz de decirme "mamá, me siento avergonzado" y me parece taaaan dulce, y me da tanto miedo lo noble que es, lo que sufrirá... En fin, no adelantemos. Un día me comeré a ese rubio. NO podrás evitarlo!!! Besos mil. OLGA.
ResponderEliminarVosotras dos! Dejad un poco para Gloria y para mí!
ResponderEliminar;·)))
Besooooos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarHola!!!
ResponderEliminarNemesiss, perdona por no haber respondido antes. Si te refieres a la textura del sabayón, ésta es como la de unas claras (casi) montadas: muy espumosa. El tono amarillento inicial se va volviendo blanquecino y el volumen prácticamente se ha cuatriplicado, algo menos que unas claras.
Es importante que quede bien para que la mousse tenga mejor textura.
La crema interior es lo más complejo. Su textura es mantecosa, como la de una crema pastelera espesa. Piensa que no es más que una crema inglesa (natillas) preparada con zumo limón (o naranja) y montada con abundante mantequilla que es necesario emulsionar para que gane volumen. Gana consistencia al enfriar.
Un beso.
Correr hace que me sienta vivo, aunque esta semana parece que estoy "muerto" (¡Qué rápido se puede perder la forma adquirida durante meses!). He perdido otras aficiones que me hacían sentir vivo como: ir al cine (me quedé dormido en el último intento de acudir con nocturnidad), leer un libro o estudiar (me encanta estudiar, perdón, aprender)... Teo es la única motivación de peso para vivir. Lo más duro de la frase anterior es "única", pero la realidad es más dura todavía que una frase.
Me imagino qué contaba por septiembre del 2009, estoy convencido que diría lo mismo ahora que entonces (que no se malinterprete) pero... "¿Quieres un caramelo?" "No, no son sanos y engordan". Ahora tengo un caramelo que me llena, no me lo quiten, por favor, que lo quiero con locura, me encanta. Si me lo vuelve a ofrecer diré que no, aunque si ya lo saborease no lo quisiera perder bajo ningún concepto.
Un beso
Hasta muy pronto. Seguro... o casi.
Es q nunca apetece el caramelito, nunca es el momento adecuado, pero como molan los caramelitossss! Me estoy preparando la 10k para final de mes. Tengo ciática, pero da igual, no perdono correr (respirar, vivir, oler, escuchar mi música, pensar?). Todo es menos difícil cuando vuelvo, aunq sigue siendo un curso muy desmotivador :0( . En fin..... Me gusta q vengas tantooooo!. Besos mil. Yo.
ResponderEliminar... y ahora es cuando me añado a una melée de abrazos... Con P. y O. Y las que vengan...
ResponderEliminarBona nit!
Querido Pepiño: perdonado y gracias, gracias por responderme, y gracias por no ignorarme...En estos momentos me siento un poco ignorada por aquellos a los que dirijo mis preguntas (dudas) o comentarios (inofensivos, todos)... Os aseguro que sentirse ignorado es algo desagradable. Mejor no lo experimenteis.
ResponderEliminarTras tu aclaración, confirmo que efectivamente no lo hice del todo correctamente: aunque estaba muy rica, se me "desmontó" un poco esa última capa.
Si tu hijo aprende de ti a cocinar y correr, no son malas cosas las que le enseñas.
Besos!!
Hola Harry!!
ResponderEliminarHace unos meses que paseo por tu blog y solo puedo decirte que es maravilloso. Cada una de tus recetas es el pasillo hacia un paraíso de olores y sabores delicados. He cocinado 3 de tus recetas y has conseguido que salieran las 3 perfectas a la primera. Por fa!!! No dejes de escribirnos, nuestra vida es mas dulce contigo.
Simplemente me encanta!!!!!!!!!
Gracias
Llego tarde pero llego....me atrajo el aroma a lluvia bajo París, al sirope de fresas y esta frase
ResponderEliminar"Sólo cuenta el presente, pero el pasado deja unas llagas duraderas e imborrable"
Para mi a veces es un tanto irremediable no echar un ojo al pasado, sin dejar los pies del presente....
Y esas rosas, ese "ladrón" ha sido más que eso un poeta haciendo belleza en su cocina, correr, vibrar, cocinar, vivir...siempre y disfrutando de todo lo que tenemos en el momento.
Echaba de menos pasarme por aquí, distenderme tranquila y soltar sensaciones que se producen al leerte.
Un biquiño grandote siempre!
p.d. sigo teniendo música por ahi acumulada para enviar por el puente...no diré cuando soy un desastre con los tiempos!
He llegado a tu blog por casualidad siguiendo un enlace de un bizcocho de chocolate al que "alguien" le ponía Coca Cola. He quedado enamorada de tu blog, así que, con tu permiso, tienes una seguidora más. Me quedan horas y horas en la cocina probando un montón de sugerencias super apetitosas que he encontrado por aquí.
ResponderEliminarSaludos.
Que bonito tu blog! nosotros también tenemos uno pero acabamos de empezar, que complicado es, te enlazamos en blogs amigos ne nuestro blog, aver si tu puedes hacer lo mismo, gracias ;)
ResponderEliminarEstimado Pepinho:
ResponderEliminarDespués de mucho (muchísimo) tiempo alejada de estos mundos y poder volver, me ha alegrado mucho saber que sigues ofreciendo pequeños placeres culinarios a los amigos que visitan tu blog. Me alegra haberte encontrado de nuevo y espero poder ponerme al día en tu blog (y en el mío!). Un saludo muy grande, espero que todo ande bien por los mundos de Pepinho.
NOTA: Que grande está Teo!.
Mañana corro la 10K, y me acordé de tí!! :0) . También habrá valientes como tú que correrán una maratón. Yo seguiré entrenando... quién sabe, si en dos años "u" más me atrevo. Ando desanimada académica y personalmente, así que a ver si por lo menos esto me sale bien, y me reconcilio un poco conmigo. Boas noites!. Miss you again! O.
ResponderEliminarRosas,divagaciones,texturas perfectas,pecados... cada palabra que leo y releo me transporta a un mundo que se me antoja irresistible, y no puedo evitar desear quedarme para siempre robando rosas contigo. Reconforta sentir tu día a día como un fiel reflejo del mio,(de los nuestros), en los que un "me acuesto" supone otro par de horas de quehaceres de camino a la cama :D Reconfortan tus palabras y tus recetas, al cuerpo y al alma... Ladrón de rosas... ladrón de corazones.
ResponderEliminarPD: Sal a correr con tu hijo, sólo hasta la esquina, te aseguro que merecerá la pena ver su carita reluciente de ilusión cumplida. Esos momentos no vuelven, y estoy convencida de que tu sabrás disfrutarlo a tope. Besotes mil!! Te esperamos, no tengas prisa.
Fantásticos Croissants!! Muchas gracias!!
ResponderEliminarWe miss you Pepinho:)))
ResponderEliminarMi Gloriaaa!
ResponderEliminarEso, eso... Te esperamos, Pepinho.
Besos!
Me estoy muriendo lentamente... no puedo más. Quizás pasado mañana reviva (algo) en las vacaciones.
ResponderEliminarEl sentimiento es mutuo... no hay un único día que no me acuerde de vosotr@s. Hasta me da reparo aparecer así.
Aprovecho para pedir PERDÓN a TODOS esas personas que, agradablemente, han solicitado una respuesta sin tenerla. PERDÓN.
UN BESO MUY GRANDE!!!
Ese segundo párrafo es muy bonito, Pepinho... Yo tampoco hay un día que no abra esta 'casa' para ver si hay nuevas...
ResponderEliminarEspero que sea solo 'muriendo' de cansancio, pero que tu ánimo te empuje a seguir, y a pasarte por aquí, sin reparos... :·)
Recibidos los BESOS grandes, y ya van de vuelta!
Oh Pepinho te echo TANTO de menos, les he pasado a desear a todos, Pepinho, Teo, Berta, Rosita,Olga, Mayte y a todos los que pasan,les deseo una muy feliz navidad, plena de bendiciones y de amor, siempre me acuerdo ustedes, sino porque creen que vengo para acá mes amis, porque los quiero muchísimo.
ResponderEliminarLa Espe está mejor aunque aún sin colegio. veremos que pasa.
Pepingo realmente te mando todo mi cariño para ti y Teo.
Besos a todos
Rosita siempre soy feliz cuando me vas a ver:)))
te contes´té en el último post. te esperamos Pepinho, besos
Bufff, conozco la sensación. Poco a poco, poco a poco.... Año desmotivador académica y personalmente. Miss you all! Besos mil. O.
ResponderEliminarHola P, me alegra volverte a leer y aunque ya tampoco tengo tiempo para hacer recetas, le he pasado el "testigo" a mi hija...., y disfruto igual.
ResponderEliminarEspero que tu también disfrutes de esa preciosidad de T que tienes a tu lado.
Eso es lo mejor del mundo mundial.
Noteta: Ah!! este verano estuve en Orleans, ví y probé unos macarons estupendons y me acordé de ti!!!
Besos,
Shinta
Feliz Navidad, habitantes de este nuestro universo particular!!!
ResponderEliminarCreo que Pepe nos está exagerando y quiere hacerse muy necesario. PEPE, ya lo eres y lo sabes.
Saca de tarjeta y sube ya una receta!!!!
A todas un besazo navideño debajo del muérdago y a nuestro anfitrión decirle que ya hemos terminado de revisar la casa, las recetas y los sentimientos de posts pasados.
Muacs dulces llenos de mucha felicidad, deseando que bajo el árbol a Pepe le traigan tiempo para él, para él y para él.
Tiene muy buena pinta, un poco complicado para prepararlo yo pero tiene que estar buenísimo.
ResponderEliminarPase q haga dos meses q no cuelgas receta; pase que no me felicitaras el cumple en Nochebuena, pero no pasa que no nos felicites el año,eh?? Por un lado me alegro de que pase este,y por otro siento vértigo ante el año nuevo. De nuevo exámenes, de nuevo la sensación de que esta vez no seré capaz de aprenderme todo esto, vacaciones, niños por medio,...... y ojalá esteis aquí para desahogarme un poco! Os deseo muy feliz 2012, con salud y suerte, que falta nos hace. OLGA.
ResponderEliminarpd: always miss you, pajarito!!!.
PERDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON!!!!
ResponderEliminarPido un sentido perdón especial a Gloria, a Berta, a Olga, a Rosita…; a Ángeles Rodríguez, que todavía estará esperando una respuesta; a Amanda, a la que no le he explicado por qué much@s personas no consiguen una tarta de Santiago homogénea; a l@s que comentaron la tarta de ciruelas, el brigaderio o el flan de queso de mi madre; a la compañera de A Illa a la que no le conté que el hojaldre hay que dejarlo enfriar sobre una rejilla para que no se ablande (y no guardarse en el frigorífico); a Marta Fernández, cuyos inmerecidos halagos me dejaron con rubor y sin capacidad de respuesta; a ISA y su (mejor) versión de la empanada de maíz; a Meri Lafont cuya consulta no pude responder por falta de tiempo; a todas (y todos) a los que no he respondido tal y como esperaban. Lo siento, este espacio ha crecido demasiado al mismo tiempo que yo me he ido haciendo más pequeño.
Ya hoy, aniversario del nacimiento de Rudyard Kipling, me he acordado de la canción que sonaba en una de las muchas versiones de “El libro de la selva”. Eso os deseo, y más, la única receta contra la crisis: la felicidad, de la que nunca hay suficientes motivos para que no aparezca por nuestras vidas. Siempre hay un pequeño hueco para ser feliz.
Busca lo más vital, no más,
lo que es necesidad, no más,
y olvídate de la preocupación.
Tan solo lo muy esencial
para vivir sin batallar
y la naturaleza te lo da.
Doquiera que vaya,
doquiera que estoy
soy oso dichoso,
oso feliz.
FELIZ AÑO!!!
Os quiero, eso me hace feliz.
Bien! Paso antes de irme a la cama en este primer día del año (por las horas, ya segundo), y me encuentro este regalazo. Me ha encantado leerte, Pepinho. Esa última frase, no sabes lo que nos llega al alma, bueno, sí lo sabes, porque el sentimiento es mutuo. Solo espero que estés bien del corazón (del físico aparte), que Teo siga tan salao y sanote, que todo en casa esté bien, que tengas más tiempo para correr, y que de vez en cuando te pases a vernos.
ResponderEliminarAla, que comience el año! Ya, mejor!
2012 BESOS! Y a Gloria, Olga, Berta!
Feliz Año Nuevo. Los mejores deseos para ti y para los tuyos. Qué el año que llega te traiga mucho tiempo y salud para disfrutar con la gente que te quiere. Abrazos.
ResponderEliminarTEOOOOOO FELIZ CUMPLE!!!
ResponderEliminarYa 3 añitos!!!! Que disfrutes mucho de este día y dále un abrazo fuerte y un super muac dulce a papá.
Es verdad! Que fue un regalo anticipado de Reyes!
ResponderEliminarBesitos a Teo!
Veremos la tarta? Aunque sea sin post, solo una foto en tu comentario, Pepinho!
Es verdad!! Una de las cibertías llega por los pelos pero llega: FELICIDADES!!! a los dos, pq en el fondo (y en la superficie) sé que ha sido un placer encontraros... Besos mil para tod@s los fantástic@s!!!. Olga.
ResponderEliminarGRACIAS!!!!!
ResponderEliminarEstaba convencido de haber respondido ayer...
Este terminal móvil me la está jugando.
Las vacaciones, eso dicen, son momentos de relajación. No en mi caso. Teo es lo mejor (y casi) único que me ha pasado en la vida. Vosotr@s me la hacéis más gratificante y alegre.
Pepinho
No hay perdón para los infelices como yo, me lo he buscado. PERDONADME.
Hasta la vuelta! Gracias por aguantar!
Un beso
Per-do-na-do!!! ;0) vuelve pronto pajarito!! O.
ResponderEliminarEstoy tan triste Pepinho sé que no has podido venir pero igual me pongo triste, feliz cumpleaños a Teo, besos
ResponderEliminarTeo te hará simepre feliz, es lo mejor que te ha pasado, es verdad, te quiero mucho Pepinho y a ti Teo adorado, besos
ResponderEliminarQué rico que estaba ayer el roscón de Reyes que hice con tu receta, Pepinho!!!
ResponderEliminarGRACIAS Y BESOS!
¡Cuánto me está constando! No encuentro el momento, no sé qué me pasa (o prefiero no saberlo).
ResponderEliminarA veces, muchas, hasta tengo ganas de poner sólo fotos. Intentaré estos 3 días que hay hasta el sábado...
Entre las atenciones a Teo, las comidas, el trabajo (preparando apuntes) y las labores de casa no tengo tiempo para casi nada. Hace un mes me atreví a ir al cine a las 22:30 y... me quedé dormido. Ya ni se me ocurre.
Rosita, lo tuyo es de nota. Haces que todo parezca fácil y lo mejoras. Curiosamente, la receta del Roscón que he publicado siempre he pensado que era bastante "imprecisa" en cuanto a las cantidades de líquidos y/o mantequilla. Es la que suelo usar (otras, hasta me he atrevido a darle forma de roscón a la coca de frutas confitadas) pero lo de los líquidos lo hago un poco a ojo.
Uso dos huevos de tamaño medio, por lo que he puesto unos 100-105 gr., y un par de cucharadas de leche (quizás haya indicado algunos gramos de más). Unas veces sustituyo el agua de azahar por licor de anís (como se hace en Galicia) y/o disminuyo la cantidad de mantequilla para usar manteca de vaca...
Uff, tengo que dejarlo....
Gracias.
UN BESO GRANDÍSIMO
Pues solo fotos, lo q quieras... Pero saca la patita por debajo de la pta alguna vez. Missing you. Besos mil. O.
ResponderEliminarpero donde estas??? aunque no sepas quien soy te echo de menos. Un beso. Carlota
ResponderEliminarQue exquisitez la que nos muestran en este blog, muchas gracias por compartir tan deliciiosas recetas
ResponderEliminarBusque por donde busque la receta de los bollos hay un halo de tristeza, la historia paralela ¿es real o literaria? como me va a crecer la masa si me caen lagrimones encima¡Clara
ResponderEliminar