El retorno de Peter Pink
Después de haber publicado varios macarons, menos de los que pueda pensarse, me he percatado que todavía no había mostrado alguno de mis preferidos, los de crema de limón, ni tampoco los había publicado con el relleno tradicional de una crema mantequilla aromatizada, como en este caso. Como me centraba en la elaboración de la galleta, pasaba por alto la importancia del relleno y me limitaba a hacer versiones sencillas (y también ricas) de un relleno preparado con una ganache de chocolate blanco (o negro, o con leche) con algún aroma o esencia: café, aceite,…
He hablado tanto sobre ellos que podría pensarse que tengo poco que decir. Al contrario, gracias a esas horas de preparativos y pruebas, he podido discriminar cierto tipo de errores que podrían llevar al fracaso. Intentaré enumerar alguna complicación que pueda surgir y su posible solución:
- En contra de lo que pensaba inicialmente, no es necesario que la masa se hornee a temperaturas demasiado bajas, en torno a 150 ºC, más bien al contrario. Una temperatura inicial de 165 ºC (o incluso más) es adecuada para facilitar la formación del pie. Crecerá más rápidamente.
- Lo que sí es muy importante para que no se rompa a esas temperaturas es que la masa del macaron repose unas 2 horas (como mínimo, aunque dependerá de las condiciones ambientales) para que se forme una pequeña costra el la superficie que permita que la galleta crezca y no se rompa.
- Es básico, imprescindible e innegociable usar láminas de silicona y no papel de hornear. El papel de hornear se deforma, desplazando y deformando los macarons durante el horneado. Incluso, como hago yo, no es mala medida poner unos pesos (uso cuchillos metálicos) en los bordes de la lámina de silicona para evitar que se desplace o deforme.
- Si la masa se cuece poco tiempo se pegará a la base y quedará ligeramente cruda por interior. Incluso es mejor que quede ligeramente crujiente nada más salir del horno. Una vez aplicado el relleno, dejándolas reposar en el frigorífico un mínimo de 48 horas y/o pulverizando un poco de agua por la superficie interior, tendrá la textura adecuada, ni crujiente ni blanda. Queda terminantemente prohibido tomarlos antes de 48 horas de reposo en frío (se podrían congelar)
- Aunque el método tradicional habla de usar vapor de agua para despegarlos de la superficie, yo siempre prefiero esperar a que enfríe totalmente la masa. Saldrán muy fácilmente si nos ayudamos de una espumadera plana o el filo de un cuchillo grande.
En cuanto a la crema mantequilla, hay muchos modos de prepararla. Lo básico es montar la mantequilla, a la que se le puede añadir un merengue o un sabayón para suavizarla, además de un aroma (café –moka-, chocolate,...). No tengo una única receta, pero creo que la que más me gusta es la que hago con merengue y sabayón. Añadiendo ambas cremas aireadas conseguimos una crema mantequilla más suave y fina.
Estaba habituado a escribir en intervalos de tiempo relativamente breves, sobre todo hace más de tres años. No pretende ser una excusa, lo reitero. Así, condensar estos intervalos de tiempo en un único estado de ánimo, aunque impreciso, no significaba mayor injusticia que ceñirme a exhalar el último momento de desasosiego.
Ahora todo cambia, porque, definitivamente, la melancolía ha estado salpicada por pequeñas gotas de felicidad, casi siempre teñidas del azul (ahora algo verdoso) de los ojos de Teo. Otras, las más intimistas, momentos de soledad corriendo sobre la tierra humedecida por la niebla y la paz interior que provoca la sensación de libertad en comunión con la naturaleza.
Es duro, más lo es para los que no tienen trabajo, pero no puedo evitarlo. Quejarse es inherente al ser humano, yo no soy una excepción.
No me quejo por la carga (inabordable) de trabajo. Me gusta. Tampoco lo hago por no dormir, se supone que es algo pasajero… o eso me han dicho. Ni lo hago por la crisis, que con total certeza tendrá su fin.
Me quejo de la hipocresía social, las mentiras del Capital, el egoísmo (el individual y el global, que existe), el neoliberalismo del “¡sálvese quién pueda!”, la política del poder con un cheque en blanco (¿para qué sirven los programas electorales?), el engaño del mal llamado “marketing”, la espiral de compras durante unas cada vez mayores “fiestas de lo banal”.
Me apena y derrumba las pocas veces que dices “te quiero” o “gracias”; la incomprensión y el egoísmo extremo; lo que callas, no lo que dices; lo que callo y digo; la trivialización de la felicidad en una tarjeta de crédito; la incapacidad para disfrutar de lo cotidiano… Los silencios.
No sé cómo decir “no”. Lo he pronunciado, un “no” rotundo, pero has creído interpretar un “sí”. ¿O es una estrategia para descartar cualquier respuesta negativa? Ya veremos, de momento, ¡No!
Tengo sueño, lo tengo durante todo el día. Ni durante vacaciones he conseguido acostarme temprano. No sé qué pasa, todas las noches toca despertarse una o dos veces….
Enero. Un infeliz. No es feliz, no siempre. Por supuesto, sólo los inconsciente lo son del todo, pero casi todos pueden (saben y se les permite) disfrutar de esos momentos de felicidad cuando se les presentan.
Ahora su hijo es lo ÚNICO que le hace feliz, siempre que no haya nada ni nadie que lo estropee. Lo que él llama: “el ladrón de felicidad”.
Se siente utilizado por la vida que lleva. Se ve a sí mismo, así se lo han hecho saber, como un mero instrumento para la felicidad de los otros. Una “chacha” con contrato indefinido y con derecho a roce. Cuando no es deseado simplemente se le aparta.
Lo veía venir. Siempre igual. No le sirve un “lo que tú digas”. También puede usarse para culparle. No puede vivir en un estado de permanente tensión, de prisas. Ni durante las vacaciones.
¡Qué fácil es culpar a los demás!... también lo dice por él. “You say to-ma-toe”, “I say to-ma-to”. “You say po-tei-to, I say po-ta-to”…
Ha cometido muchos errores en su vida, unos de modo consciente y otros inconscientemente. Los conscientes, los estúpidos, son los más dolorosos. Considera que su hijo ha sido el único “acierto”, con reservas. Lo ha liberado y atado a partes iguales.
¿Para cuándo un gesto de cariño? No quiere las mentiras (nada piadosas) de un “te quiero”. Son las más fáciles de descubrir. Una mirada. Le sirve un “te quise”, “te utilizo” o un “me sirves para cumplir mis deseos de lo cotidiano y ordinario. Ser una persona con TODO los que se puede espera de ella”.
No tienes NADA. Sin amor no hay NADA, aunque suene a letra de canción sensiblera.
El sol calienta. Dicen que es antidepresivo. Será para otros, los que saben (y pueden) disfrutar de los momentos de felicidad que se asoman a lo largo del día, que los hay.
El infeliz se pregunta: “¿Qué más esperas de mí? ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Qué hago?”. Ser un infeliz.
(…)
Hoy se siente feliz. Le han dicho un “te quiero”, sin plantearse la dosis de sinceridad ni si el “te quiero” era una aprobación del “yo”. Un poquito le llega al infeliz para dejar de serlo. Es lo que tiene, a un infeliz sólo le queda una cosa: ser feliz, perdón, sentirse feliz.
Macarons
(1) Tamizad finamente el azúcar lustre y la almendra molida. Reservad en un cuenco grande.
Aunque ya no uso termómetro (me lo acaban de regalar en Reyes), sigo indicando las temperatura aproximadas para quién lo posea.
Preparación de un merengue italiano con jarabe a 117ºC. Empezamos vertiendo 40 gr. de claras en un cuenco y poniendo al fuego los 110 gr. de azúcar con el agua. Cuando el jarabe alcance los 105º C, empezamos a montar las claras hasta que queden medio montadas, no demasiado firmes. Cuando el jarabe alcance los 117-120ºC, y sin dejar de batir, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras casi montadas. Seguimos batiendo hasta que quede un merengue brillante (un par de minutos) y haya alcanzado unos 50ºC, aprox.
(2) Vertemos los 44 gr. de claras restantes y el colorante sobre la mezcla de almendra- azúcar lustre (TPT). Mezclamos. Añadimos el merengue mezclando sin excesiva delicadeza, más bien con cierto desdén, quedando blanda y brillante. Cuando esté perfectamente mezclado y con la textura apropiada, las dejaremos reposar mientras preparamos las bandejas (2 grandes), así ayudamos a la formación del macaron y que no se desparrame en exceso.
(3) Cubrimos las bandejas del horno con planchas de silicona. Con una manga pastelera de boca ancha (¿7 mm?) formamos pequeñas galletas, vertiendo desde el centro. Las galletas debemos separarlas unos centímetros unas de otras para que no se unan. Si vemos que las masa del macaron está demasiado densa (el pico central por el efecto de retirar la manga no se baja) podemos mezclarlas un poco más; si están demasiado fluidas, podemos dejar reposar la masa antes de darles forma.
(4) Importante, antes de hornear dejaremos reposar las galletas por período de (casi) unas 2 hora, aproximadamente, hasta que la superficie se haya secado ligeramente, formando una película algo consistente. Suelo aprovechar para ir a correr y seguir cuando vuelvo.
Precalentamos el horno a 165ºC y, una vez caliente, introducimos la primera bandeja. El tiempo total de horneado debe rondar los 13-15 min, dependiendo del tamaño. Pasados los primeros 5 minutos bajamos el horno hasta 155ºC, dejándolos cocer unos 7-9 minutos más, nunca debemos esperar a que lleguen a tostarse. Si vemos que no han subido suficientemente al principio, alargaremos el tiempo de cocción de 165º C un minuto más.
Retiramos del horno y dejamos que enfríen totalmente antes de desmoldarlos con ayuda de una espátula plana metálica. Si se pegan es que necesitaban un par de minutos más de cocción.
importante: los macarons deben dejarse reposar en un recipiente hermético en el frigorífico con el relleno durante un mínimo de 36 horas. Mejor después de un par de días. Pasado están mucho más ricos cuando, una vez han sido rellenados con la ganache, han reposado en el frigorífico durante un mínimo de 24-36 horas. Deben guardarse en un recipiente hermético o bolsa para que no cojan humedad.
Crema mantequilla a la rosa
Merengue italiano
(1) Merengue italiano. Retiramos las claras de la nevera con antelación, pues se montan mejor si no están frías. Preparamos el jarabe mezclando los 60 gr. de azúcar con el agua. Cuando veamos que el jarabe va tomando temperatura, ha superado los 100º C, empezamos a montar las claras con un batidor eléctrico de varillas, añadiendo el resto del azúcar (20 gr.) poco a poco, dejándolas a medio montar si el jarabe no ha adquirido temperatura.
Cuando el jarabe haya alcanzado los 120º C, aproximadamente, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras mientras seguimos batiendo a alta velocidad. Batimos durante unos minutos más, entre 5 y 10, hasta que el merengue haya enfriado y tenga un todo brillante.
(2) Sabayón. Igual que el merengue pero con yemas. Ponemos al fuego los 170 gr de azúcar con el agua. Cuando empiece burbujear empezamos a montar los 60 gr. de yemas con un batidor eléctrico de varillas. Cuando el jarabe alcance los 118-120º C, vertemos en forma de hilo sobre las yemas sin dejar de batir. Batimos hasta que enfríe y haya cuatriplicado (casi) su volumen, obteniendo un tono muy pálido.
(3) En un recipiente no demasiado grande para poder montar la mantequilla con facilidad (debe tener volumen), montamos la mantequilla con un batidor de varillas hasta que quede lisa y espumosa. Añadimos el sabayón frío, batiendo lentamente, el sirope y, por último, el merengue italiano de forma suave y envolvente para que no se baje. Utilizamos de inmediato.
Rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño.
Conservamos en un recipiente cerrado en el frigorífico durante unas 36-48 horas, como mínimo. Los retiramos una o dos horas antes de consumir para que la crema mantequilla esté suave y nada densa. Bajo ningún concepto debe tomarse antes de ese período de reposo, la diferencia es casi infinita (sin exagerar).
Después de haber publicado varios macarons, menos de los que pueda pensarse, me he percatado que todavía no había mostrado alguno de mis preferidos, los de crema de limón, ni tampoco los había publicado con el relleno tradicional de una crema mantequilla aromatizada, como en este caso. Como me centraba en la elaboración de la galleta, pasaba por alto la importancia del relleno y me limitaba a hacer versiones sencillas (y también ricas) de un relleno preparado con una ganache de chocolate blanco (o negro, o con leche) con algún aroma o esencia: café, aceite,…
He hablado tanto sobre ellos que podría pensarse que tengo poco que decir. Al contrario, gracias a esas horas de preparativos y pruebas, he podido discriminar cierto tipo de errores que podrían llevar al fracaso. Intentaré enumerar alguna complicación que pueda surgir y su posible solución:
- En contra de lo que pensaba inicialmente, no es necesario que la masa se hornee a temperaturas demasiado bajas, en torno a 150 ºC, más bien al contrario. Una temperatura inicial de 165 ºC (o incluso más) es adecuada para facilitar la formación del pie. Crecerá más rápidamente.
- Lo que sí es muy importante para que no se rompa a esas temperaturas es que la masa del macaron repose unas 2 horas (como mínimo, aunque dependerá de las condiciones ambientales) para que se forme una pequeña costra el la superficie que permita que la galleta crezca y no se rompa.
- Es básico, imprescindible e innegociable usar láminas de silicona y no papel de hornear. El papel de hornear se deforma, desplazando y deformando los macarons durante el horneado. Incluso, como hago yo, no es mala medida poner unos pesos (uso cuchillos metálicos) en los bordes de la lámina de silicona para evitar que se desplace o deforme.
- Si la masa se cuece poco tiempo se pegará a la base y quedará ligeramente cruda por interior. Incluso es mejor que quede ligeramente crujiente nada más salir del horno. Una vez aplicado el relleno, dejándolas reposar en el frigorífico un mínimo de 48 horas y/o pulverizando un poco de agua por la superficie interior, tendrá la textura adecuada, ni crujiente ni blanda. Queda terminantemente prohibido tomarlos antes de 48 horas de reposo en frío (se podrían congelar)
- Aunque el método tradicional habla de usar vapor de agua para despegarlos de la superficie, yo siempre prefiero esperar a que enfríe totalmente la masa. Saldrán muy fácilmente si nos ayudamos de una espumadera plana o el filo de un cuchillo grande.
En cuanto a la crema mantequilla, hay muchos modos de prepararla. Lo básico es montar la mantequilla, a la que se le puede añadir un merengue o un sabayón para suavizarla, además de un aroma (café –moka-, chocolate,...). No tengo una única receta, pero creo que la que más me gusta es la que hago con merengue y sabayón. Añadiendo ambas cremas aireadas conseguimos una crema mantequilla más suave y fina.
Estaba habituado a escribir en intervalos de tiempo relativamente breves, sobre todo hace más de tres años. No pretende ser una excusa, lo reitero. Así, condensar estos intervalos de tiempo en un único estado de ánimo, aunque impreciso, no significaba mayor injusticia que ceñirme a exhalar el último momento de desasosiego.
Ahora todo cambia, porque, definitivamente, la melancolía ha estado salpicada por pequeñas gotas de felicidad, casi siempre teñidas del azul (ahora algo verdoso) de los ojos de Teo. Otras, las más intimistas, momentos de soledad corriendo sobre la tierra humedecida por la niebla y la paz interior que provoca la sensación de libertad en comunión con la naturaleza.
Es duro, más lo es para los que no tienen trabajo, pero no puedo evitarlo. Quejarse es inherente al ser humano, yo no soy una excepción.
No me quejo por la carga (inabordable) de trabajo. Me gusta. Tampoco lo hago por no dormir, se supone que es algo pasajero… o eso me han dicho. Ni lo hago por la crisis, que con total certeza tendrá su fin.
Me quejo de la hipocresía social, las mentiras del Capital, el egoísmo (el individual y el global, que existe), el neoliberalismo del “¡sálvese quién pueda!”, la política del poder con un cheque en blanco (¿para qué sirven los programas electorales?), el engaño del mal llamado “marketing”, la espiral de compras durante unas cada vez mayores “fiestas de lo banal”.
Me apena y derrumba las pocas veces que dices “te quiero” o “gracias”; la incomprensión y el egoísmo extremo; lo que callas, no lo que dices; lo que callo y digo; la trivialización de la felicidad en una tarjeta de crédito; la incapacidad para disfrutar de lo cotidiano… Los silencios.
No sé cómo decir “no”. Lo he pronunciado, un “no” rotundo, pero has creído interpretar un “sí”. ¿O es una estrategia para descartar cualquier respuesta negativa? Ya veremos, de momento, ¡No!
Tengo sueño, lo tengo durante todo el día. Ni durante vacaciones he conseguido acostarme temprano. No sé qué pasa, todas las noches toca despertarse una o dos veces….
Enero. Un infeliz. No es feliz, no siempre. Por supuesto, sólo los inconsciente lo son del todo, pero casi todos pueden (saben y se les permite) disfrutar de esos momentos de felicidad cuando se les presentan.
Ahora su hijo es lo ÚNICO que le hace feliz, siempre que no haya nada ni nadie que lo estropee. Lo que él llama: “el ladrón de felicidad”.
Se siente utilizado por la vida que lleva. Se ve a sí mismo, así se lo han hecho saber, como un mero instrumento para la felicidad de los otros. Una “chacha” con contrato indefinido y con derecho a roce. Cuando no es deseado simplemente se le aparta.
Lo veía venir. Siempre igual. No le sirve un “lo que tú digas”. También puede usarse para culparle. No puede vivir en un estado de permanente tensión, de prisas. Ni durante las vacaciones.
¡Qué fácil es culpar a los demás!... también lo dice por él. “You say to-ma-toe”, “I say to-ma-to”. “You say po-tei-to, I say po-ta-to”…
Ha cometido muchos errores en su vida, unos de modo consciente y otros inconscientemente. Los conscientes, los estúpidos, son los más dolorosos. Considera que su hijo ha sido el único “acierto”, con reservas. Lo ha liberado y atado a partes iguales.
¿Para cuándo un gesto de cariño? No quiere las mentiras (nada piadosas) de un “te quiero”. Son las más fáciles de descubrir. Una mirada. Le sirve un “te quise”, “te utilizo” o un “me sirves para cumplir mis deseos de lo cotidiano y ordinario. Ser una persona con TODO los que se puede espera de ella”.
No tienes NADA. Sin amor no hay NADA, aunque suene a letra de canción sensiblera.
El sol calienta. Dicen que es antidepresivo. Será para otros, los que saben (y pueden) disfrutar de los momentos de felicidad que se asoman a lo largo del día, que los hay.
El infeliz se pregunta: “¿Qué más esperas de mí? ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Qué hago?”. Ser un infeliz.
(…)
Hoy se siente feliz. Le han dicho un “te quiero”, sin plantearse la dosis de sinceridad ni si el “te quiero” era una aprobación del “yo”. Un poquito le llega al infeliz para dejar de serlo. Es lo que tiene, a un infeliz sólo le queda una cosa: ser feliz, perdón, sentirse feliz.
Macarons
- 110 gr. almendra molida y bien tamizada.
- 110 gr. de azúcar polvo (lustre)
- 40 gr. de claras para añadir a la mezcla almendra azúcar (TPT) (1 clara grande)
- Colorante rojo en polvo, algo así como 1 gramo ;-), la punta de un cuchillo.
- 110 gr. de azúcar grano (para el jarabe)
- 28-30 gr. de agua (para el jarabe)
- 40 gr. de claras, mejor de varios días, para montar con el jarabe. (1 clara grande)
(1) Tamizad finamente el azúcar lustre y la almendra molida. Reservad en un cuenco grande.
Aunque ya no uso termómetro (me lo acaban de regalar en Reyes), sigo indicando las temperatura aproximadas para quién lo posea.
Preparación de un merengue italiano con jarabe a 117ºC. Empezamos vertiendo 40 gr. de claras en un cuenco y poniendo al fuego los 110 gr. de azúcar con el agua. Cuando el jarabe alcance los 105º C, empezamos a montar las claras hasta que queden medio montadas, no demasiado firmes. Cuando el jarabe alcance los 117-120ºC, y sin dejar de batir, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras casi montadas. Seguimos batiendo hasta que quede un merengue brillante (un par de minutos) y haya alcanzado unos 50ºC, aprox.
(2) Vertemos los 44 gr. de claras restantes y el colorante sobre la mezcla de almendra- azúcar lustre (TPT). Mezclamos. Añadimos el merengue mezclando sin excesiva delicadeza, más bien con cierto desdén, quedando blanda y brillante. Cuando esté perfectamente mezclado y con la textura apropiada, las dejaremos reposar mientras preparamos las bandejas (2 grandes), así ayudamos a la formación del macaron y que no se desparrame en exceso.
(3) Cubrimos las bandejas del horno con planchas de silicona. Con una manga pastelera de boca ancha (¿7 mm?) formamos pequeñas galletas, vertiendo desde el centro. Las galletas debemos separarlas unos centímetros unas de otras para que no se unan. Si vemos que las masa del macaron está demasiado densa (el pico central por el efecto de retirar la manga no se baja) podemos mezclarlas un poco más; si están demasiado fluidas, podemos dejar reposar la masa antes de darles forma.
(4) Importante, antes de hornear dejaremos reposar las galletas por período de (casi) unas 2 hora, aproximadamente, hasta que la superficie se haya secado ligeramente, formando una película algo consistente. Suelo aprovechar para ir a correr y seguir cuando vuelvo.
Precalentamos el horno a 165ºC y, una vez caliente, introducimos la primera bandeja. El tiempo total de horneado debe rondar los 13-15 min, dependiendo del tamaño. Pasados los primeros 5 minutos bajamos el horno hasta 155ºC, dejándolos cocer unos 7-9 minutos más, nunca debemos esperar a que lleguen a tostarse. Si vemos que no han subido suficientemente al principio, alargaremos el tiempo de cocción de 165º C un minuto más.
Retiramos del horno y dejamos que enfríen totalmente antes de desmoldarlos con ayuda de una espátula plana metálica. Si se pegan es que necesitaban un par de minutos más de cocción.
importante: los macarons deben dejarse reposar en un recipiente hermético en el frigorífico con el relleno durante un mínimo de 36 horas. Mejor después de un par de días. Pasado están mucho más ricos cuando, una vez han sido rellenados con la ganache, han reposado en el frigorífico durante un mínimo de 24-36 horas. Deben guardarse en un recipiente hermético o bolsa para que no cojan humedad.
Crema mantequilla a la rosa
Merengue italiano
- 60 gr. de azúcar (para el jarabe)
- 25 gr. de agua.
- 42 gr. de claras.
- 20 gr. de azúcar (para montar las claras)
- 170 gr. de azúcar (para el jarabe)
- 60 gr. de agua.
- 60 gr. de yema de huevo (3 yemas)
- 215 gr. de mantequilla blanda a temperatura ambiente (*)
- 20-25 gr. de sirope de rosas.
(1) Merengue italiano. Retiramos las claras de la nevera con antelación, pues se montan mejor si no están frías. Preparamos el jarabe mezclando los 60 gr. de azúcar con el agua. Cuando veamos que el jarabe va tomando temperatura, ha superado los 100º C, empezamos a montar las claras con un batidor eléctrico de varillas, añadiendo el resto del azúcar (20 gr.) poco a poco, dejándolas a medio montar si el jarabe no ha adquirido temperatura.
Cuando el jarabe haya alcanzado los 120º C, aproximadamente, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras mientras seguimos batiendo a alta velocidad. Batimos durante unos minutos más, entre 5 y 10, hasta que el merengue haya enfriado y tenga un todo brillante.
(2) Sabayón. Igual que el merengue pero con yemas. Ponemos al fuego los 170 gr de azúcar con el agua. Cuando empiece burbujear empezamos a montar los 60 gr. de yemas con un batidor eléctrico de varillas. Cuando el jarabe alcance los 118-120º C, vertemos en forma de hilo sobre las yemas sin dejar de batir. Batimos hasta que enfríe y haya cuatriplicado (casi) su volumen, obteniendo un tono muy pálido.
(3) En un recipiente no demasiado grande para poder montar la mantequilla con facilidad (debe tener volumen), montamos la mantequilla con un batidor de varillas hasta que quede lisa y espumosa. Añadimos el sabayón frío, batiendo lentamente, el sirope y, por último, el merengue italiano de forma suave y envolvente para que no se baje. Utilizamos de inmediato.
Rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño.
Conservamos en un recipiente cerrado en el frigorífico durante unas 36-48 horas, como mínimo. Los retiramos una o dos horas antes de consumir para que la crema mantequilla esté suave y nada densa. Bajo ningún concepto debe tomarse antes de ese período de reposo, la diferencia es casi infinita (sin exagerar).
Bienvenido de nuevo! Nunca he hecho Macarons, ni rosas ni de ningún otro color. No es un dulce que me llame la atención quizá por su dura apariencia.
ResponderEliminar¿Es un auto-análisis de tu felicidad? O ¿Alguien ha analizado tu forma de sentirla?
Siempre que vengo a visitarte termino alejándome de tu cocina con una triste mirada, sintiendo que digan lo que te digan no podrás ser feliz de otra manera.
Solo espero que algún día esté lleno hasta el borde de horas dichosas(utopía propia)
Un abrazo María
Estupendos macarons, es mi asignatura pendiente pero no se porque me da pereza hacerlos, sera porque pienso que me va a salir un churro. Voy a ver si me animo.
ResponderEliminarPor cierto no entiendo esta equivalencia (TPT)
Saludos
Los macarons son con diferencia mi capricho preferido, y creo que por eso se me ha negado el poder hacerlos. Del horno suelen salir cosas incomibles, así que me conformo con mirar tu blog. Las fotos casi se pueden saborear.
ResponderEliminarUf, Pepinho, me he quedado un poco en blanco tras leerte. Pero solo en palabras. En gestos, en sentimientos, es otra cosa. Al leer esto, imagina que te estoy dando un pedazo de abrazo.
ResponderEliminarY mira muchas veces ese azul, ya un poco verde. Seguro que es un buen refugio para algunos momentos.
Me prometí no volver a intentar la empresa de los macarons, pero es volver a ver los que haces y volver a planteármelo. Yo, la manazas que no supo ni mezclar las claras con la almendra/azúcar... Pero es que cada vez lo haces más bonito, más bien explicado. Eres un sabio del macarón! Y, de qué manera me llama comérmelos de rosa!
Gracias por tus palabras sobre mi (tu) roscón. Es divino, y creo que al hacerlo (este y otras cosas), estás un poco presente en mi cocina. ¿Podrías hacer el favor de tomártelo como otro abrazo?
Aparte de...
BESOS!
Preciosos macarons e imagino que estarán más ricos aún, me ha dado mucho alegría ver que actualizabas por eso me he decidido a comentar (aunque creo que no es mi primer comentario)soy un poco parca en estas cosas, pero me encanta leerte y disfrutar de tus recetas ( la tarta de queso NY y el cake de frutas confitadas arrasa en casa), reflexiones y demás. Un abrazo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bueno leerte ¡te echaba de menos! yo también me echo de menos a mi misma no creas tengo la sensación de vivir en una espiral en la que me quedo siempre atrás mientras todos me sobrepasan.
ResponderEliminar¿Eres un poquito feliz?biennnnnnnnnnnn
Besicos sorianos:)
La felicidad es algo irreal.
ResponderEliminarSe percibe claramente cuando se ha ido. Creemos que la reconoceremos cuando la volvamos a ver; y no.
Porque muchas veces se disfraza de rutina, otras veces de soledad (buscada), algunas de ojos de niño, o simplemente es el roce/escalofrío cuando él o ella pasa cerca de ti.
Incluso a veces puede estar vestida de macarons, o de todo el proceso de elaborarlos para después saborearlos.
Poco exigente la felicidad. Se muestra con poco.
Somos nosotros, los que le exigimos demasiado.
Besos.
Que macarons tan fantásticos!!! Yo quiero que me queden como a ti. Voy a seguir todos tus consejos, porque a pesar de que las primeras veces me salieron bien, los últimos que he hecho han sido un desastre. Leyéndote ahora creo que es porque puse el horno a una temperatura muy baja. Voy a seguir intentándolo!
ResponderEliminarBesos
Te abrazoooooooo!!!! O.
ResponderEliminarHola, lo primero que quisiera hacer es agradecer TODOS los comentarios. Es agradable y reconfortante releer nombres que ya había olvidado y saber que, pese a mis eternas ausencias y lamentos, haya personas que estén dispuestas a volver a leer y comentar sin rencor. Gracias.
ResponderEliminarNo ha sido una casualidad que haya tardado tanto en escribir. El tiempo, la falta de tiempo, no es la única excusa, siempre podría haber utilizado parte de esos minutos que he dedicado a alguna labor de dudosa importancia (introducirme en la cocina a preparar postres a altas horas, quedarme leyendo algún relato pasadas las doce o dibujar en la agenda de Teo). No, el decaimiento y el desánimo se había apoderado tanto de mí que me había robado las fuerzas y las ganas de escribir de nuevo. Después de leer los comentarios entiendo las motivaciones que me han llevado a seguir haciéndolo pese a las dificultades. Gracias.
Cogí la primera receta que pasó ante mis ojos, unos macarons, sin pensar en las verdaderas apetencias de los que leen el blog. Los recuerdo con satisfacción por los sabores y apariencia. Pensé que sería un buen pretexto para animar a los que han tenido más de un fracaso y han desistido definitivamente. ¿Vale la pena? Sí. No tiene nada que ver con una galleta crujiente, EL RELLENO HACE EL MILAGRO de la textura.
En todo este tiempo ha habido muchas más, unas más fáciles y otras, quizás, más llamativas, pero no he encontrado mejor vuelta que una receta que significa y ha significado mucho en este espacio. Vendrán otras, lo prometo, pues no he encontrado mayor satisfacción últimamente que volver a comunicarme con vosotr@s.
La búsqueda de la felicidad es una meta inalcanzable porque se corre el peligro de dejar pasar momentos de felicidad en la búsqueda del SANTO GRIAL. Son los detalles, como un “te quiero”, los que llenan de felicidad a ese infeliz. Es feliz, también, cuando habla con complicidad con sus amigos. Gracias.
Un beso grande.
Pepinho.
Me has pillado leyendo la receta detenidamente, que antes solo había leído tus reflexiones. Bueno, en realidad, te he pillado yo a ti. Bien, me sirve para darte el abrazo de buenas noches...
ResponderEliminarQue lindos te han quedado!! Amo los macarons, y los preparo menos de lo que me gustaría. Que bueno sería poder probar a través de la pantalla... te hubiese dejado las fotos con el puro fondo.
ResponderEliminarY tus explicaciones son muy claras. Eres muy generoso, siempre te visito.
Felicitaciones !!
Buenos días meu.... que agradable es volverte a leer....
ResponderEliminarCreo que los macarons superan el nivel de dificultad que yo he puesto de umbral, no obstante me quedo con la receta por si algún día me animo....
Un biquiño gordo....
Lau.
Gracias por compartir tus maravillosas recetas, aprendo mucho de ellas. Te deseo un feliz año nuevo.
ResponderEliminarMaravillosos macarons...una clase teórica perfecta para animarse a probar con los Macarons quien no probara aún....Los primeros humildes macarons que estan en mi blog tambien me gustaron mucho de sabor pero en presentación los tuyos son los nº1.
ResponderEliminarQue gusto da leerte...en tus relatos nos hablas de la felicidad,con que poco podemos ser felices si nos pasasemos a pensar a veces!!!A nosotros estos dias nos ha molestado el ladrón de la felicidad que cuentas...nuestro sobrino tiene un retinoblastoma en su ojito y lo perderá....estos te hace recapacitar y pensar que es en realidad la Felicidad...
Un besiño desde Ferrol.
pephino, una pregunta que no consigo responder... por que mis macarons se pegan a los dientes? hoy he comprado una media docena en Mallorca y no tienen nada que ver con los mios que aunque bonitos no estan logrados de textura. por que puedecser que ocurra eso?
ResponderEliminarSolo decirte que siempre es un placer leer tus entradas. Sigo sin intentar lo de los macarons. Estoy casi segura de que el primer intento será un fracaso, que seguro me servirá para aprender, pero en este momento me da un poco de pereza. Tus macarons son de lo mejorcito que yo he visto publicado en internet. Un saludo. Esperanza.
ResponderEliminarEn apariencia se ven como los luxemburgerli (googlear si teneis ganas de conocer).-
ResponderEliminarIgual sobre cocina sé poco y nada :P
Hola. Si para hacerte feliz hay que decirte "te quiero", creo que vas a acabar con cara pasmado como empecemos todas a decírtelo. Yo me pido ser prime, tras M, que después ya verás cómo aparece O, R, G, jaja.
ResponderEliminarY pensar que tengo todo desde hace siglos inmemoriables para hacerlos. Hasta unos polvos ingleses que nunca te fallan y me pasa como a ti: nunca tengo tiempo.
Tus macaroons son indescriptiblemente 2012!!.
Muacs dulces rellenando la vida
Qué bueno, lo de Berta!!! :))))
ResponderEliminar"Segun"!:
Te quiero!
Querido Papinho y todos tantos dias esperando una receta y no he llegado antes tengo una una buena razón.
ResponderEliminarA mi papá lo han tenido que oiperar del corazón. aún está en el Hospital pero está bien gracias a Dios le han puesto un marcapasos que según los doctores le mejorará bastante la calidad de vida porque le costaba respirar. Tiene 84 años.
Además con esto mi mamá ha estado muy estresada en fin, gracias a Dios está mejor, hoy no fui al hospital porque aqui era un caos (la casa) pero allá andan topdos los demás y la Espe me llama para informarme.
Me alegro de verte por supuesto y la receta preciosa. Nunca he hecho macarons que ganas de hacerlos!!
Pepinho you know I love you so much!!!! always dont forget, besos para todos
Perdona estoy más loca que de costumbre puse es Pepinho por supuesto sorry lo escribi mal, te quiero muschísimo mi niño y al Teo tambien:)
ResponderEliminarQué bien te han quedado los macarons!! estan perfectos :)
ResponderEliminarsaludos
Te colaste Rosita!! Jsja tercer!!! Te Quierooooooo!!! Y te ciber-quiero! Ale! Yo mas. Besos mil a repartir. Haaaaaarta de estudiar para no llegar al máximo, y lo peor es q creo q me lo merezco, y me enfado y todo es un asco últimamente. Missing you all! O.
ResponderEliminarSolo decirte: Me encanta que estés de vuelta!!!!!!!!!!!!!, nunca te había escrito, pero me sentí tan contenta de tu regreso, que me dije, "tengo que decirtelo".
ResponderEliminarHola de nuevo Pepinho.
ResponderEliminarParece que los macarons están de moda, veo referencias a ellos casi por donde paso,hasta en el dominical del País de hoy.
No sé que tienen estos dulces que parece que apasionan, yo lamento decir que no los he probado nunca, ni los he visto al natural...qué cosas,no?
Me apunto a lo que dice Berta y añado la E
Jo també t'estime Pepinho!
Arriba ése ánimo!
Entiendo perfectamente tu melancolia, yo tambien la siento en gran parte de los dias, y la mayoria de los momento de felicidad me los trae los ojos de mi perro y añoro la falta de te quieros por parte de quien deberia decirlo, pero hay que intentar ser feliz pese a todo.
ResponderEliminarEspero que estes mejor animicamente y que vuelvas a tener fuerzas para escribir con frecuencia. Sigo tu blog desde mucho antes de que naciera Teo y cuando quiero preparar algo siempre busco la receta en tu indice de salados para ver si tienes, si es dulce ya ni te cuento. Tus galletas americanas con chocolate me han hecho famosa entre amigos y familia, siempre me estan pidiendo que haga mas.
Un beso!
Que bien que hayas vuelto!! Se te echaba de menos! Estas navidades estuvimos en París y probé los macarons así que en breve me pondré yo también con ellos! Un saludo :)
ResponderEliminarHola acabo de encontrar tu blog por casualidad buscando por internet y te aseguro que me ha encantado, lo tengo entre mis favoritos para seguirte de cerca.
ResponderEliminar¿Tienes página de facebook?
Gracias y un saludo.
Querid@s amig@s, por fin!!,
ResponderEliminarPor fin podría estar en cama durmiendo. ¡Son tantas respuestas! Seré breve, ahora no puedo más. Ayer, después de llevar demasiados días durmiendo entre 4 y 5 horas llegué a desfallecerme en clase. No se puede vivir así. Perdonadme.
Los macarons, si se pegan es que han quedado crudos. En un primer momento deben quedar algo crujientes pero, una vez rellenos y con reposo, quedarán con la textura perfecta, ligeramente blandos (que no pegajosos).
Ayer me dijeron palabras halagadoras. Por supuesto, no me las creo, más si viene de alguien que me conoce sólo en la superficie. No. Todo es mucho más sencillo, el aspecto se puede maquillar, el interior no.
Cuando se empieza un mensaje con un “Querid@s amig@s”, la primera no es un cumplido. Odio los cumplidos, incluso puedo ser desagradable (sin desearlo ni merecerlo) para manchar con unas gotas de barro mi reputación ante tales comentarios. Por supuesto, lo que no deseo para mí tampoco lo quiero para los demás. Os quiero. No puedo entrar en detalles personales, no sería justo (¿o sí?), sólo que cierto dolor se apodera de mí al oír la palabra "hospital"
Los macarons hace tiempo que están de modo en este blog ;-). Llevan mucho tiempo atrayendo a los que nos gusta la repostería. Últimamente incluso estoy empezando a ver pastelerías en Santiago que los ofrecen, no me he atrevido a probarlos.
Mañana es el aniversario del nacimiento de Virginia Woolf (últimamente me gusta indagar en los recuerdos del paso del tiempo, así lo plasmo en la agenda de T) y todavía resuenan algunas frases y textos que he releído durante estos últimos minutos, empezando por la famosa carta de “despedida”.
Un beso muy grande. OS QUIERO (con todas la letras)
“Somos siluetas recortadas, somos hueros fantasmas que se mueven en la niebla, sin perspectiva" (Virginia Woolf)
gulp! no sé Pephino quizas no debí decir lo de mi papá aqui, sorry. En todo caso ya está en casa aunque terrible de malhumorado (casi normal)
ResponderEliminarBueno asiu es la vida personalmente cuando digo que te quiero es verdad no se lo digo a cualquiera, besos
No, Pepinho, no se puede vivir así. Y espero que al escribirlo estuvieses haciendo propósito de enmienda. De momento, lo más urgente para ti, es DORMIR!!!
ResponderEliminarMe ha hecho gracia eso de que odias los cumplidos.. Sí, lo sabemos, y más de una nos hemos llevado una colleja virtual al hacerlo... ;·)) Pero no me importa. porque mi máxima es decir lo que pienso: si digo lo que no me gusta, debo decir lo que sí me gusta (creo que todavía más). Porque hay demasiada gente muy tacaña con los agradecimientos o los afectos. No quiero ser "asín"... :·))).
Gloria, por supuesto que está bien que nos cuentes, lo que no quiere decir que no nos duelan las cosas que nos pasan entre amigos, y que digamos que nos pesan, como ha hecho Pepinho, y como pensamos todas. Pero hay que compartir, para sobrellevar el peso. Eso es la amistad. Y por eso, P. (y yo) cree que es justo que esa frase que en realidad sí entra en detalles personales, sea de apoyo hacia TI. (Qué BIEN que ya esté en casa. Cualquiera está muchísimo mejor en tus manos. Aunque parezca malhumorado...).
CON TODAS LAS LETRAS...
Que buena pinta!!. Intentare probar un dia a hacer los macarons. Gracias y menudas fotos!
ResponderEliminarGracias Rosita como que me preocupé, ya sabes, a veces uno dice mejor no decir nada pero como siempre me pasa a ver y aqui siempre acontado mis penas y alegrías (ha)
ResponderEliminarYo tambien pienso que le hace falta dormi más a Pephino pero se lo hemos dicho muchas veces, un beso a todos
Hola,
ResponderEliminarnunca había hecho comentario alguno pero hoy me lanzo, no puedo evitarlo:
gracias por todas las recetas y todos los estados de tu alma; es verdad que quejarse es inherente al ser humano, no lo sé que demasiado bien, no puedo evitar leerte y pensar: este hombre sufre, sufre demoledoramente, creo que eres tan sumamente consciente de la realidad, la realidad que pasa desapercibida para tantos, que la tristeza se adueña de ti...
Por supuesto yo también creo que el amor es lo más importante, si, suena a canción pastelosa, pero es la realidad. Me doy cuenta de que aún así es una lucha, las necesidades de cada uno son tan distintas, hay quien puede vivir sin un sólo beso en todo el día, y no entiende que el otro necesite mil para ser (por un instante) plenamente feliz...hay quien falla no hablando, no contestando, hay quien exige tantas cosas materiales que lo humano termina por ser anecdótico...
No dormir mina tanto a las personas, si, pero yo también quiero creer que es pasajero...el día que ella duerme yo despierto para comprobar que respira...
Espero que sigas así, con ese dolor incluido, porque yo creo qe forma parte de ti, sin él no serías quien eres, creo, pero si que espero que esté más salpimentado de momentos de plena felicidad y de sueño.
Gracias por todo.
Que ricos!!! Fantásticos!
ResponderEliminarHola, ya mucho tiempo sin poner recetas nuevas y yo sin poner nada en los blogs. Mira te queria preguntar,eso de azucar( TPT) que es lo que quieres decir?. Desde luego quedan muy bien y están muy buenos pero madre mia que de cosas que hay que hacer, por eso es tan dificil de que salgan, yo lo quiero intentar porque se casa mi hijo y quiere que le ponga macarons en bolsitas en la boda, con cuantos dias antes de la boda crees tú que podria hacerlos para que estén en condiciones? y los podemos tener sin camara de frio en el restaurante?. Gracias y un beso para Teo y otro para tí.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarAcabamos de lanzar el sitio de recetas Todareceta.es. He visto que tienes recetas ricas en tu blog (http://www.pepinho.com/) y te recomiendo que visites el Top blogs de recetas: http://www.todareceta.es/top-blogs-de-recetas.
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Para más información puedes contactarme en:
pauline@todareceta.es
Atentamente,
Pauline
Todareceta.es
Hola, te he descubierto de casualidad esta mañana y me he quedado enganchadísima a tus reflexiones, yo tampoco duermo mucho últimamente, no sé... De los macarons, te diré que me han conquistado totalmente, me atreveré! un beso y desde luego te sigo desde ya! Nieves.
ResponderEliminarhttp://igloocooking.blogspot.com
No te podían quedar más perfectos!! Que color más bonito.Cuando los hice por primera vez tus recetas sobre macarons me fueron de suprema ayuda.
ResponderEliminarMe alegra volver a ver que estas de vuelta.
Besis
Eva
Miss you! Con todas las letras. Días de rabia, de ver MH pasar ( y van 2 este cuatri), desmotivada, triste y encima en el sitio q no te gusta nombrar, acompañando. Todo pasa, no? Besos mil. O.
ResponderEliminarO.!!! Pa ti también todas las letras! Arriba ese ánimo o me uniré a ti, porque con eso de la tristeza y desmotivación... Uf! Si me pongo a pensar. Pero no quiero! Porque sí, todo pasa...
ResponderEliminarPepinhoooo! En una volada, aunque sea sin escribir ni nada, nos enseñarás a las madrinas a Mr.T disfrazado?
:·))))
¡Dios! ¡No puedo más...! No puedo seguir así... son las 3:00. Me toca levantarme a las 7... (con suerte, pues Teo ha tenido algo de fiebre)
ResponderEliminar¿Vivir? ¿Qué es eso?
Yo también!!!
MIL BESOS
Para tod@s l@s necesitad@s:
ResponderEliminarTE QUIERO!!!!!
Que nadie lo dice ya y voy a reivindicar el día del Tequiero. Pero del verbo "agradecer, sentir, compartir, mimar, querer llegar, disfrutar,......"
Hala! A completar la lista.
Muacs dulces
Ayyyy que se ponga bueno ya Mr. T. que dentro de nada hay que disfrazarse, comer filloas, orejas y mucho cocido
ResponderEliminarMe encanta tu blog tienes recetas estupendas. Los macarons geniales, intentaré hacerlos. Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarFelicidades por el blog!
ResponderEliminarQué buena pinta tiene "peter pink", ñam (qué ricos).He de reconocer que mi poca práctica con la cocina, no conocía los "macarons", ni sabía de su existencia...
Qué artista, gracias por deleitarnos con tan originales recetas.
Un saludo ^_^
Impresionantes estos macarons!
ResponderEliminarMe ha traido hasta aquí un blog amigo y desde luego desde ya me quedo para ver todo lo maravilloso que haces.
Besos.
excelente te has ganado un puesto en mis favoritos me animo a hacerlo y a leerte te descubri por casualidad y heme aqui leyendo todas tu entradas felicidad amor y vida!
ResponderEliminarAgun dia tengo que atreverme a hacerlos, tienen una pinta que ya ya....Besos
ResponderEliminarNo se si le ha pasado a alguien, pero los dos primeros años de mi hijo fueron algo parecido a sentirte enamorado de nuevo; deseabas llegar a casa para verlo, si estabas fuera un par de días, lo echabas mucho de menos. Para mi fueron días muy felices, yo creo que hay que disfrutar esa etapa de los hijos. Lo demás va pasando y espero que dentro de poco te sientas menos agobiado; ya mismo llega el buen tiempo y eso ayuda bastante.
ResponderEliminarBesos y abrazos para todos.
te echo de menos mi niño!! besos para ti y teo:)) y para todas por supuesto!!! los quiero molto,molto!
ResponderEliminarCierto Roberto, pero el enamoramiento me duró años, me costó aceptar la etapa de adolescentes, un los quiere siempre pequeños y es un error.
ResponderEliminarHAy que aprender con cada etapa. besos
¿Enamorarse? Cuando él nació lo quería, pero de un modo más instintivo. Los vínculos eran puramente invisibles, una protección ante un ser que decías "es tu hijo". Ese ser que no conocías era "tu hijo".
ResponderEliminarCon el tiempo, a medida que iba creciendo, los vínculos se transformaban en un amor menos instintivo y más natural. Era "tu hijo", pero lo que te emocionaba eran las expresiones de cariño (mutuas). El "te quiero", diría, más sincero. Tengo la impresión que cada día lo quiero más, aunque nos necesitamos menos. Que ese amor irracional inicial se va convirtiendo en una amor más real, alimentado día a día de todo aquello con compartimos y aprendemos mutuamente.
Lo necesito de otro modo. Paso tanto tiempo con él, horas y horas, que a veces hasta me siento solo cuando (raras veces) se queda jugando en su habitación. Pero también necesito estar sin él, porque sólo existe y ha negado mi existencia casi en absoluto.
Un beso.
Es carnaval y, quizás, pueda volver antes de lo esperado, espero.
una chulada ys eguro que riquiiiiiiiiiisimos, me quedo a seguirte, felíz día!!
ResponderEliminarQue tal estas? mejor?.
ResponderEliminarSiento tener que molestarte pero es que necesito unas respuestas( si quieres claro)el otro dia te pregunté si se podian tener fuera del frio en un restaurante,hasta el final de la comida. Hoy te quiero preguntar que en la receta pones que incorporemos los 44gm restantes de claras pero yo por más que miro solo me salen 40, y dime esos 40 restantes de claras se ponen tal cual? sin batir ni nada?. Perdona por ser tan preguntona pero te aseguro que me han encantado y me gustaria ponerlos en la boda de mi hijo, pero antes quiero hacer algún intento. Espero que los Carnavales te gustaran y fueras feliz con Teo, le has disfrazado? de qué? besos y gracias por tu tiempo ese que siempre se te niega.
Hola Isabel, dicen que querer es poder, aunque no siempre se tiene tiempo para "poder". Disculpa.
ResponderEliminarLos macarons hay que guardarlos en el frigorífico un mínimo de dos o tres días, recién hechos no están igual (con una textura demasiado... ¿crujiente?).
Antes de comerlos hay que dejarlos fuera del frigorífico, por lo menos un par de horas para que estén blanditos y jugosos.
Sí, es una error, son 40+40 unas van montadas (preparando un merengue italiano) y otras van "tal cual". Si se montasen todas tendrían demasiado volumen y quedarían como merengues. La masa es "macaron", algo suelta pero densa.
Sí, debes hacer varias pruebas antes porque no es una receta nada fácil. Sobre todo controlando los tiempos de cocción, la densidad justa después de la mezcla y los reposos previos a la cocción.
Suerte, ánimo y enhorabuena.
Bicos.
Pepinho.
Muchas gracias por contestar, si los pongo en la boda ya sé que no pasa nada si los tengo dentro de unas bolsitas hasta la hora de darlos. Ese arroz tan rico lo pondré pasado mañana. Espero que me recuerdes, antes aparecia como la "Soñadora" pero google me tiene mania y ahora despues de años salgo con la foto y el nombre que en verdad puse, ni idea de lo que pasó. Bicos para ti para Teo y todas las chicas que hace mucho no sé nada de ellas, pero es que de vez en cuando nos dejas y perdemos el contacto.
ResponderEliminarHola Pepinho. Muchas gracias por tu receta. Ya hice los de chocolate, y salió algo verdaderamente mágico para el paladar. Qué exquisitez! Ummm. Se hacen agua en la lengua, es maravilloso. Ahora mismo tengo unos de limón reposando. A ver si me salen tan buenos. Ojalá. Hasta ahora, todas tus recetas que he hecho han salido bueníiisimas. Eres un artistazo. Gracias otra vez con mayúscula.
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