Pastel de pimientos caramelizados (salado)/Coca de pimientos caramelizados
Puedes pasar a ver la receta original por el blog http://www.pepinho.comAunque las fotos que presento son de agosto del 2012, es un plato que he preparado varias veces. Me costó decidirme, hasta que hace un par de semanas, o ya tres, hoy más, mi madre alabó las virtudes de este plato que le puse como entrante el día que tuvo que venir a cuidar de T, pues yo trabajaba y él no tenía colegio. Le gustó tanto, o eso me/nos hizo creer, que nos pidió el sobrante para llevárselo a casa y que así pudiese probarlo mi padre.
Ya durante el fin de semana fue mi padre el que me dijo que “nunca había probado un pastel salado tan rico”. Los halagos fueron exagerada y subjetivamente generosos, me imagino que debido al hecho de haber probado algo “distinto” al tipo de platos que suelen comer, un plato agridulce que funciona muy bien como entrante rápido cuando no se tiene demasiado tiempo. A M también le encanta.
El hojaldre invertido lo había preparado un par de días antes y los pimientos caramelizados la noche anterior. Cuando llegué a casa, después de haber programado el horno para que estuviese caliente, sólo restó montar el pastel, cubrirlo y esperar a que se hornease mientras cocinaba el segundo plato. Montar el pastel antes de ir al trabajo tendría unas consecuencias desastrosas, pues haría que el hojaldre cogiese humedad y se reblandeciese. Los platos de hojaldre casi siempre hay que prepararlos al momento.
Por supuesto, podría haber usado una masa tipo coca/pizza, mas prefiero la textura que le da el hojaldrado. Tampoco estaría mal su hubiese tenido tiempo para los reposos de fermentación.
Aunque también puede presentarse como una coca, alargada y crujiente, he preferido hacerlo como un pastel salado para que el relleno que acompaña a los pimientos, sin ser protagonista, tuviese algo de presencia. Si se opta por preparar una coca de pimientos caramelizados, debe verterse sobre los pimientos una ligerísima (importante) porción de relleno, intentando que no llegue a los bordes para que no se derrame ni reblandezca el hojaldre, porque lo peor que le puede pasar a un hojaldre es que quede blando o ligeramente crudo. Conseguir la cocción idónea del hojaldre es más difícil de lo que puede parecer.
Además, en el caso de la coca, recomendaría hacer un prehorneado de la masa para conseguir una masa crujiente, pues el tiempo de cocción es sustancialmente inferior.
He usado hojaldre invertido, mi preferido por su sabor y tiempo de preparación, pero, por supuesto, podría usarse otro tipo de hojaldre (hojaldre rápido, tradicional, congelado…) o, incluso, una masa de coca/pizza. De entre los hojaldres, prefiero el invertido porque, después de “tanto” tiempo, es de los más rápidos en preparar y el que mejor resultados da para determinado tipo de platos (sobre todo los caramelizados o crujientes). Además, hace un tiempo que tengo un pequeño truco para preparar el hojaldre en épocas de calor: estirar la masa entre dos películas de cocina a la hora dar las vueltas y no retirar el plástico hasta que la masa vuelva a estar fría.
La cocción del hojaldre en un medio húmedo es más compleja de lo que pueda parecer, pues la pérdida de líquidos de los productos que lo acompañan puede hacer que el hojaldre quede blando o poco cocido. Una temperatura adecuada, alta al principio, y un relleno bien sellado facilitarán la cocción. Además, es importante dejar enfriar el hojaldre sobre una rejilla para que éste no se reblandezca. En este caso no es tan complejo, pues la cantidad de líquidos es mínima y la absorción de ellos por parte del hojaldre es pequeña si se monta el pastel justo en el momento de hornear. Con una masa de coca eso no sucedería, por supuesto.
Este pastel o coca podría realizarse con unos pimientos confitados (pimientos del piquillo, pimientos previamente asados,…) en una sartén con un poco de aceite y algún aroma (ajo,…), pero el plato perdería la potencia de ese sabor “agridulce” deseado. Para mi gusto, lo ideal es hacerlo con pimientos “caramelizados” en un jarabe, al que también se le puede añadir algún aroma. Lo importante es que la cocción de los pimientos en el jarabe no sea demasiado prolongada, evitando en todo momento que se evapore el jarabe o que éste quede demasiado denso. Como todo, sólo es una cuestión de gustos.
Curiosamente, casi siempre acabo presentando las últimas recetas y, cuando se trata de platos salados, con evocaciones tradicionales. Todavía no me he atrevido a presentar esas creaciones más personales que rompen algo con lo que podría decirse la cocina tradicional u occidental. Cuando me atreva, quizás los pocos que quedan se escapen definitivamente. Por el momento, lo de siempre con un toque diferente.
Felices días.
No llovía. Tras los cristales, emborronados, marcados por trazas de polvo y lluvia, se podía ver una triste luz otoñal que estimulaba el desánimo. Sólo el colorido que, cual acuarela, se difuminaba más allá del horizonte, permitía distinguir la presencia de la primavera.
Este marco, otrora deseado, ya no significaba para él la paz interior de antaño y sólo un velo plomizo que cegaba su existencia tras más quince años de reclusión, lejos de la luz, secuestrado por un vampiro de día, encerrado y aislando del mundo, viendo pasar primaveras ante su ventana, marcadas con líneas verticales hechas con punzón sobre su viejo escritorio de madera (…)
Los vampiros están ahí, expectantes, esperando a los débiles. Los frágiles de corazón son su sustento. Nunca fallan, porque ellos reconocen el olor de esa sangre fría que se aloja tras una mirada perdida y llena de dudas.
La lluvia volvió a golpear el cristal con violencia, una lluvia de un rojo intenso, casi carmín. Mas ahora, esta lluvia procedía de dentro, desde el punzón que contaba primaveras y descontaba vidas.
Por supuesto, podría cocinarse sin molde para darle el aspecto y la textura de una coca, prehorneando el hojaldre y esparciendo una ligerísima cantidad de relleno sobre los pimientos. Probad como más os guste
(1) Troceamos los pimientos, que deben ser relativamente gruesos, en tiras de unos tres centímetros de ancho (a ojo).
En una sartén de fondo grueso vertemos un poco de aceite, como para saltear los pimientos, y lo calentamos a fuego vivo. Cuando esté caliente, añadimos los pimientos, pimienta y un poco de sal. Salteamos los pimientos, volteándolos con golpes de sartén para hacerlos por todos lados. Los pimientos no deben hacerse demasiado, sólo un par de minutos como mucho, acabarán de cocerse en el jarabe.
Cuando los pimientos estén ligeramente tostados, a medio hacer, y tengan los bordes ligeramente dorados, añadimos el azúcar, el agua y el vinagre. También le he añadido un poco de granadina, le da un toque especial. Dejamos que hierva la mezcla y bajamos el fuego para que se hagan a fuego medio, burbujeando ligeramente.
El jarabe debe cubrir perfectamente a los pimientos y nunca deben quedar con poco jarabe. En ese caso el azúcar se cristalizaría y la textura al paladar sería dura y pegajosa. Si vemos que se va quedando sin jarabe añadiremos un poco de agua.
Cuando veamos que los pimientos están blanditos (en su punto), en torno a unos veinte minutos o algo menos de cocción, los retiramos del fuego y los escurrimos. Si no los vamos a usar de inmediato suelo dejarlos en el jarabe hasta su uso. Siempre deben escurrirse antes de aplicar al relleno.
Como digo en la receta, también puede prescindirse del relleno de huevo y presentarlo como una coca de pimientos, en cuyo caso es recomendable prehornear el hojaldre durante unos 10-15 minutos para que quede crujiente y perfectamente hecho.
(1) Precalentamos el horno a 200ºC. Batimos la yema de huevo junto con la clara (sin batir demasiado), añadiendo las natas y los condimentos, mezclando bien pero sin airear la mezcla para que no se suba durante el horneado. Opcionalmente, troceamos el queso en fragmentos pequeños y lo añadimos a la mezcla (o sobre el relleno antes de introducir el pastel en el horno).
Forramos un molde para pequeñas tartas, quiché,… con papel de horno. Con ayuda de un rodillo, extendemos finamente la masa de hojaldre, unos 2 o 3 milímetros, y cubrimos la base. Cuando hago un postre en un molde y éste lleva hojaldre no recomiendo hacer un prehorneado de la masa, pues tiende a perder la forma del molde, incluso rellenándola con garbanzos o alubias secas. En el caso de una coca si lo recomiendo, pues conseguimos que quede más crujiente.
(2) Pinchamos la masa de hojaldre con un tenedor para que no suba demasiado y esparcimos bastantes pimientos escurridos por la superficie. Cubrimos ligeramente los pimientos con una fina capa del relleno de huevo y nata. La capa de relleno debe ser muy fina, sutil, sin que llegue a cubrir los pimientos, se trata de darle un poco de cuerpo al pastel salado.
Por supuesto, también puede hacerse como una coca de pimientos, sin relleno, también queda muy rica. Quizás la prefiera con esa fina capa de relleno, le da el contraste y el cuerpo que necesita el plato. Para una coca de pimientos recomendaría hacer una precocción de hojaldre o masa de coca, extendido directamente sobre una bandeja de horno de cubierta con papel de hornear.
(3) Introducimos el pastel/coca en el horno precalentado, manteniendo la temperatura durante unos 10-15 minutos, hasta que veamos que el pastel empieza a tener color. Pasado el tiempo, bajamos la temperatura hasta unos 180º C (y cubrimos con papel de aluminio si tiene demasiado colo) y dejamos que siga cocinándose hasta que la base esté hecha. Es importante que el hojaldre no quede crudo, que esté en su punto, por lo que el tiempo de horneado debe ser superior a 25 minutos. Suelo dejarlo casi unos 35 minutos (o eso creo).
Cuando veamos que la base está cocinada, retiramos el pastel de horno y lo dejamos templar sobre una rejilla, importante, para que la base quede crujiente y no se reblandezca por la humedad. Puede tomarse templada o a temperatura ambiente y, siempre, dejándola enfriar sobre una rejilla.
Sorprenderá, seguro, o por lo menos a nosotros nos encanta.
La brevedad del tiempo
Salado (o casi)
Puedes pasar a ver la receta original por el blog http://www.pepinho.comAunque las fotos que presento son de agosto del 2012, es un plato que he preparado varias veces. Me costó decidirme, hasta que hace un par de semanas, o ya tres, hoy más, mi madre alabó las virtudes de este plato que le puse como entrante el día que tuvo que venir a cuidar de T, pues yo trabajaba y él no tenía colegio. Le gustó tanto, o eso me/nos hizo creer, que nos pidió el sobrante para llevárselo a casa y que así pudiese probarlo mi padre.
Ya durante el fin de semana fue mi padre el que me dijo que “nunca había probado un pastel salado tan rico”. Los halagos fueron exagerada y subjetivamente generosos, me imagino que debido al hecho de haber probado algo “distinto” al tipo de platos que suelen comer, un plato agridulce que funciona muy bien como entrante rápido cuando no se tiene demasiado tiempo. A M también le encanta.
El hojaldre invertido lo había preparado un par de días antes y los pimientos caramelizados la noche anterior. Cuando llegué a casa, después de haber programado el horno para que estuviese caliente, sólo restó montar el pastel, cubrirlo y esperar a que se hornease mientras cocinaba el segundo plato. Montar el pastel antes de ir al trabajo tendría unas consecuencias desastrosas, pues haría que el hojaldre cogiese humedad y se reblandeciese. Los platos de hojaldre casi siempre hay que prepararlos al momento.
Por supuesto, podría haber usado una masa tipo coca/pizza, mas prefiero la textura que le da el hojaldrado. Tampoco estaría mal su hubiese tenido tiempo para los reposos de fermentación.
Aunque también puede presentarse como una coca, alargada y crujiente, he preferido hacerlo como un pastel salado para que el relleno que acompaña a los pimientos, sin ser protagonista, tuviese algo de presencia. Si se opta por preparar una coca de pimientos caramelizados, debe verterse sobre los pimientos una ligerísima (importante) porción de relleno, intentando que no llegue a los bordes para que no se derrame ni reblandezca el hojaldre, porque lo peor que le puede pasar a un hojaldre es que quede blando o ligeramente crudo. Conseguir la cocción idónea del hojaldre es más difícil de lo que puede parecer.
Además, en el caso de la coca, recomendaría hacer un prehorneado de la masa para conseguir una masa crujiente, pues el tiempo de cocción es sustancialmente inferior.
He usado hojaldre invertido, mi preferido por su sabor y tiempo de preparación, pero, por supuesto, podría usarse otro tipo de hojaldre (hojaldre rápido, tradicional, congelado…) o, incluso, una masa de coca/pizza. De entre los hojaldres, prefiero el invertido porque, después de “tanto” tiempo, es de los más rápidos en preparar y el que mejor resultados da para determinado tipo de platos (sobre todo los caramelizados o crujientes). Además, hace un tiempo que tengo un pequeño truco para preparar el hojaldre en épocas de calor: estirar la masa entre dos películas de cocina a la hora dar las vueltas y no retirar el plástico hasta que la masa vuelva a estar fría.
La cocción del hojaldre en un medio húmedo es más compleja de lo que pueda parecer, pues la pérdida de líquidos de los productos que lo acompañan puede hacer que el hojaldre quede blando o poco cocido. Una temperatura adecuada, alta al principio, y un relleno bien sellado facilitarán la cocción. Además, es importante dejar enfriar el hojaldre sobre una rejilla para que éste no se reblandezca. En este caso no es tan complejo, pues la cantidad de líquidos es mínima y la absorción de ellos por parte del hojaldre es pequeña si se monta el pastel justo en el momento de hornear. Con una masa de coca eso no sucedería, por supuesto.
Confitar o caramelizar
Aunque tienen acepciones parecidas y muy difíciles de diferenciar (o a mí me lo parece), yo prefiero usar el término caramelizar (acaramelar) cuando se realiza un baño de algún producto, principalmente frutas u hortalizas, en un jarabe, reservando el término confitar cuando se practica un proceso de cocción prolongada para que los productos desprendan sus azúcares naturales, no necesariamente en presencia de ningún jarabe. Así, me gusta hablar de pimientos, tomate o cebolla (¡incluso patatas!) confitada cuando las cuezo a fuego muy suave en una sartén u horno, con el fin que desprendan sus azúcares, a veces ayudado de una pequeña porción de azúcar, pequeña, o incluso alguna bebida azucarada o licor. En el proceso que yo llamo “confitar”, la adicción de pequeñas cantidades líquidos o un poco de sal puede favorecer que se desprendan los azucares, obteniendo un mejor resultado.Este pastel o coca podría realizarse con unos pimientos confitados (pimientos del piquillo, pimientos previamente asados,…) en una sartén con un poco de aceite y algún aroma (ajo,…), pero el plato perdería la potencia de ese sabor “agridulce” deseado. Para mi gusto, lo ideal es hacerlo con pimientos “caramelizados” en un jarabe, al que también se le puede añadir algún aroma. Lo importante es que la cocción de los pimientos en el jarabe no sea demasiado prolongada, evitando en todo momento que se evapore el jarabe o que éste quede demasiado denso. Como todo, sólo es una cuestión de gustos.
Curiosamente, casi siempre acabo presentando las últimas recetas y, cuando se trata de platos salados, con evocaciones tradicionales. Todavía no me he atrevido a presentar esas creaciones más personales que rompen algo con lo que podría decirse la cocina tradicional u occidental. Cuando me atreva, quizás los pocos que quedan se escapen definitivamente. Por el momento, lo de siempre con un toque diferente.
Felices días.
Otra primavera
No llovía. Tras los cristales, emborronados, marcados por trazas de polvo y lluvia, se podía ver una triste luz otoñal que estimulaba el desánimo. Sólo el colorido que, cual acuarela, se difuminaba más allá del horizonte, permitía distinguir la presencia de la primavera.
Este marco, otrora deseado, ya no significaba para él la paz interior de antaño y sólo un velo plomizo que cegaba su existencia tras más quince años de reclusión, lejos de la luz, secuestrado por un vampiro de día, encerrado y aislando del mundo, viendo pasar primaveras ante su ventana, marcadas con líneas verticales hechas con punzón sobre su viejo escritorio de madera (…)
Los vampiros están ahí, expectantes, esperando a los débiles. Los frágiles de corazón son su sustento. Nunca fallan, porque ellos reconocen el olor de esa sangre fría que se aloja tras una mirada perdida y llena de dudas.
La lluvia volvió a golpear el cristal con violencia, una lluvia de un rojo intenso, casi carmín. Mas ahora, esta lluvia procedía de dentro, desde el punzón que contaba primaveras y descontaba vidas.
Pastel de pimientos caramelizados
Como base podría usarse una masa quebrada al estilo de una quiché o, mejor, una fina masa de coca/pizza. Sin embargo, la idea de este pastel es crear un plato más tipo “coca”, con una base más crujiente pero con mayor cuerpo que ésta.Por supuesto, podría cocinarse sin molde para darle el aspecto y la textura de una coca, prehorneando el hojaldre y esparciendo una ligerísima cantidad de relleno sobre los pimientos. Probad como más os guste
Pimientos caramelizados
No deben hacerse demasiado ni apelmazarse. Deben quedar blanditos y jugosos, pues después irán al horno.- ½ pimiento rojo grande (y carnoso)
- ½ pimiento verde (y/o amarillo) grande (y carnoso)
- ~1-2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta
- 300 ml de agua mineral.
- 135 gr. de azúcar.
- ~45 ml. de vinagre de Jerez.
- Opcional: un chorrito de granadina
(1) Troceamos los pimientos, que deben ser relativamente gruesos, en tiras de unos tres centímetros de ancho (a ojo).
En una sartén de fondo grueso vertemos un poco de aceite, como para saltear los pimientos, y lo calentamos a fuego vivo. Cuando esté caliente, añadimos los pimientos, pimienta y un poco de sal. Salteamos los pimientos, volteándolos con golpes de sartén para hacerlos por todos lados. Los pimientos no deben hacerse demasiado, sólo un par de minutos como mucho, acabarán de cocerse en el jarabe.
Cuando los pimientos estén ligeramente tostados, a medio hacer, y tengan los bordes ligeramente dorados, añadimos el azúcar, el agua y el vinagre. También le he añadido un poco de granadina, le da un toque especial. Dejamos que hierva la mezcla y bajamos el fuego para que se hagan a fuego medio, burbujeando ligeramente.
El jarabe debe cubrir perfectamente a los pimientos y nunca deben quedar con poco jarabe. En ese caso el azúcar se cristalizaría y la textura al paladar sería dura y pegajosa. Si vemos que se va quedando sin jarabe añadiremos un poco de agua.
Cuando veamos que los pimientos están blanditos (en su punto), en torno a unos veinte minutos o algo menos de cocción, los retiramos del fuego y los escurrimos. Si no los vamos a usar de inmediato suelo dejarlos en el jarabe hasta su uso. Siempre deben escurrirse antes de aplicar al relleno.
Pastel de pimientos caramelizados
[*] Prefiero no añadir toda la clara de huevo para que la fina capa de relleno tenga más cuerpo. Los 25 gr. indicados son sólo una referencia.Como digo en la receta, también puede prescindirse del relleno de huevo y presentarlo como una coca de pimientos, en cuyo caso es recomendable prehornear el hojaldre durante unos 10-15 minutos para que quede crujiente y perfectamente hecho.
- Masa de hojaldre invertido, hojaldre rápido, hojaldre comprado o masa de coca.
- Pimientos caramelizados, la c. s..
- 1 yema de huevo + 25 gr. de clara de huevo [*]
- 50 gr. de nata líquida 35% M.G.
- 50 gr. de nata fresca espesa.
- Sal, pimienta y, opcionalmente, una pizca de nuez moscada.
- Opcional: 15-20 gr. de un queso Camembert o Brie.
(1) Precalentamos el horno a 200ºC. Batimos la yema de huevo junto con la clara (sin batir demasiado), añadiendo las natas y los condimentos, mezclando bien pero sin airear la mezcla para que no se suba durante el horneado. Opcionalmente, troceamos el queso en fragmentos pequeños y lo añadimos a la mezcla (o sobre el relleno antes de introducir el pastel en el horno).
Forramos un molde para pequeñas tartas, quiché,… con papel de horno. Con ayuda de un rodillo, extendemos finamente la masa de hojaldre, unos 2 o 3 milímetros, y cubrimos la base. Cuando hago un postre en un molde y éste lleva hojaldre no recomiendo hacer un prehorneado de la masa, pues tiende a perder la forma del molde, incluso rellenándola con garbanzos o alubias secas. En el caso de una coca si lo recomiendo, pues conseguimos que quede más crujiente.
(2) Pinchamos la masa de hojaldre con un tenedor para que no suba demasiado y esparcimos bastantes pimientos escurridos por la superficie. Cubrimos ligeramente los pimientos con una fina capa del relleno de huevo y nata. La capa de relleno debe ser muy fina, sutil, sin que llegue a cubrir los pimientos, se trata de darle un poco de cuerpo al pastel salado.
Por supuesto, también puede hacerse como una coca de pimientos, sin relleno, también queda muy rica. Quizás la prefiera con esa fina capa de relleno, le da el contraste y el cuerpo que necesita el plato. Para una coca de pimientos recomendaría hacer una precocción de hojaldre o masa de coca, extendido directamente sobre una bandeja de horno de cubierta con papel de hornear.
(3) Introducimos el pastel/coca en el horno precalentado, manteniendo la temperatura durante unos 10-15 minutos, hasta que veamos que el pastel empieza a tener color. Pasado el tiempo, bajamos la temperatura hasta unos 180º C (y cubrimos con papel de aluminio si tiene demasiado colo) y dejamos que siga cocinándose hasta que la base esté hecha. Es importante que el hojaldre no quede crudo, que esté en su punto, por lo que el tiempo de horneado debe ser superior a 25 minutos. Suelo dejarlo casi unos 35 minutos (o eso creo).
Cuando veamos que la base está cocinada, retiramos el pastel de horno y lo dejamos templar sobre una rejilla, importante, para que la base quede crujiente y no se reblandezca por la humedad. Puede tomarse templada o a temperatura ambiente y, siempre, dejándola enfriar sobre una rejilla.
Sorprenderá, seguro, o por lo menos a nosotros nos encanta.
En casa somos unos fans de las tartas saladas, y no le hacemos ascos ni a la masa brisa, ni a la quebrada, ni al hojaldre, que por supuesto siempre son de Super. No se que me pasa con las masas... pero me centro siempre más con los rellenos. Tu pastel de pimientos me ha dejado, traspuesta. Yo de poder, tampoco no hubiera dejado ni las migas. Una nueva receta y un nuevo descubrimiento. Hasta la próxima y un saludo.
ResponderEliminarVaya pintaza!!!!:)
ResponderEliminarMe anoto todo bien y este fin de semana la preparo, que a J,mi marido, y al peque les encantan las cocas saladas y los pimientos. Además en esta terreta somos muy aficionados a las cocas saladas. ;)
Seguro que la primavera termina saliendo fuerte y será una bonita primaverano!!! :)
Un abrazo enorme!!! :) a ti, Teo y tod@s!!!
P.d: preparé la tarta de queso para el cumple de mi padre y bufff sin comentarios, jaja una delicia!!!! que quieren que repita ya!!! ;D
Rico rico riquísima, fijo. Yo como Maríluz la preparo este finde para la familia. La reeleré y estudiaré que siempre con tus indicaciones y consejos sale todo perfecto.
ResponderEliminarDel libro Antología de la literatura fantástica (Borges, J. L.; Ocampo, S. y Bioy Casares, A)
El mundo es una mesa tendida de la Tentación con infinitos, embarazos interpuestos y no menor variedad de estorbos que de cosas brindadas. El mundo es de inspiración tantálica, despliegue de un inmenso hacerse desear que se llama Cosmos, o mejor, la Tentación. Todo lo que desea un trébol y todo lo que desea un hombre le es brindado y negado. Yo también pensé, tienta y niega. Mi consigna interior, mi tantalismo, era buscar las exquisitas condiciones máximas de sufrimientos sin tocar a la vida, procurando al contrario la vida más plena, la sensibilidad más viva y excitada para el padecer. Y logré que en esto el dolor de privación tantálica la estremeciera. Mas no podía mirarla ni tocarla, me vencía de repulsión mi propia obra (cuando la arranqué, en aquella noche tan negra a mi espíritu, no miré hacia donde estaba y su contacto me fue por demás odioso). El rumor de lluvia sin alcanzarle su húmedo frescor hacía la retorcerse. "¡Elegida entre millones para un destino de martirio! ¡Elegida! ¡Pobrecita! ¡Oh, tu Dolor ha de saltar el mundo! Cuando te arranqué ya estabas elegida por mi ansia de atormentar."
MACEDONIO FERNÁNDEZ. TANTALIA
Tu has visto Masterchefffff.......y te ha dado envidia de la mala que hasta te has ido al año pasado para sacar del armario esta coca.....que se te ha visto el plumero, sí, sí.
ResponderEliminarFantástica la explanation. No me extraña que a tu madre le gustara. Los pimientos acaramelados son una delicia. Pero, estoy convencida que lo que más te ha gustado han sido las palabras de tu padre. ¿A qué sí?.
Keep on waiting,,,
Muacs dulces llenos de ganitas de.....no se puede decir que los deseos no se cumplirán.
Tomamos nota, las tartas saladas dan mucho juego. Siempre mucho mejor si la base es hecha en por uno mismo. Nos gusta cuando te vas de vez en cuando por lo salado.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena.
Excelente explicación y aclaración del “Confitar” y “Caramelizar”. Confitar patatas, zanahorias, cebollitas, y aves y bacalao. Se trata de cocerlo en un fuego muy templado y mucho mimo y mucho tiempo. Como el Confit de Canard. Una delicia de mi querido Sud-Ouest!
ResponderEliminarCaramelizar ya es otra cosa. La gente tiende a pensar es lo mismo y no lo es. Caramelizar cebollas, pimientos, es lo que has hecho y muy bien.
Para mi es más una quiche (sin acento agudo) que una coca. Pero en definitiva es una delicia y la has plasmado perfectamente, como nos tienes acostumbrados. En casa las hago mucho, porque es rápido, rico, y además no manchas nada
Enhorabuena, porque aunque sea del año pasado, van saliendo del armario esas recetas. Y el ánimo se ve que va poco a poco hacia adelante. Quizás sea contagioso, ahora me toca a mí, pero es de hastío, de ese circulo del que parece que no se sale.
Amor Ruibal tendrá una visita toda esta semana que viene, desde este domingo hasta el otro. La visita habitual a la Ley en la Senra, enfrente del BK, para acontinuación ir al Parque de Belvís (desde el Albergue son las mejores vistas de esa ciudad) a respirar profundamente.
Através del gran ventanal sobre ese parque tan bonito antes del C.I, no sé si se podrá ver la luz de alguna cocina, pero pensaré en merengues. Por cierto, los hago de todos los sabores, pero no logro los de Capri. La otra semana proseguiré el camino del Norte al otro lado del triangulo, a mi querida Iparralde.
Curri
PD. Nos estás mal acostumbrando, 8 recetas en 5 meses.
Tu que eres una artista, te dire que el dia 9 de mayo en una fiesta en mi casa,me atrevi con una coca parecida a la tuya con pimientos también caramelizados, otra de berenjenas y cebolla y por encima anchoas, y otra de champiñones, les gusto en especial la de pimientos por ese saborcito diferente pero en mi tierra aqui en Teruel les lusta que haya tropezones de jamon... jaja que le vamos a hacer .Las masas mezcle de hojaldre y de coca difernetes pero no excluyentes . Saludos
ResponderEliminarAclaro la de puerros era con champiñones y las mezclas es obvio que hize unas de hojaldre y otras de masa de coca
ResponderEliminarMaria B
he pasado a saludar es que estoy muy cansada :)
ResponderEliminarcosas...esta receta se ve msravillosa Pephino pero es que ti todo te queda fantastico te lo digo con toda tranwuilidad porque siempre me han gustado tus recetas.
aqui hemos tenido temporsles y lluvias despues de un tiempo de sequia pero a.mi la lluvia me gusta.
ustedes con la primavera que es tan linda.
como esta Teo siempre me acuerdo de el!
un beso para ustedes y un abrazo a todas.Rosita tratare de poner los anonimos again.
Hola a tod@s!
ResponderEliminarComo digo en la entrada, las fotos son de casi hace un año y no se ajustan del todo a las últimas versiones. Ahora las hago con mucho menos relleno, más sutil, o quizás me lo parezca al ver los cortes.
A mí la palabra “coca” me da mucho respeto, el término, no lo receta. Si hubiese sido como Serrat, del mediterráneo, tendría menos miedo en emplear esa palabra. Quizás por eso la presente como un pastel (más después de ver las fotografías). Me pregunto: ¿cuál es la verdadera receta de una coca? ¿cuáles son sus diferencias con respecto a parientes muy cercanos? ¿Acaso no es lo mismo (o casi) una sanfaina a un pisto, o incluso un ratatuille? (Sí, la berenjena podría ser la diferencia, pero no lo veo nada claro).
Me alegro que haya gustado la receta de queso, aunque no me responsabilizo de los resultados que cada uno obtenga ;-) [Tendré que poner un texto de confirmación con los términos “legales” ;-)]
“Mi consigna interior… era…”. Así.
¡Cuánta razón! Eso me pasa por cocinar con la tele encendida, como animal de compañía. Pena daba ver esas masas duras y sin una sola idea para acompañarla. Ésta era la que tenía hace un año, ahora seguro que se nos ocurren muchas tanta o más interesantes…
No estoy nada habituado a recibir palmaditas en la espalda o “un beso” del progenitor. Tal vez porque nunca le ha gustado que, desde pequeño, sus ideas no fuesen las mías y me haya atrevido a poner en duda todo lo previamente establecido y aquello que esperaba de mí. Pero no, esta vez no, ya dudo de todas las palabras, sobre todo las de aprobación y elogio. No, soy demasiado consciente… de la realidad. Para ser sincero, aunque siempre he percibido y percibo buena voluntad y cariño, las palabras en exceso elogiosas que aquí aparecen no son para mí verdades, sólo abrazos y muestras de cariño. Las verdades, “sus” verdades, son esos otros mensajes subjetivos (como todos) que ponen una de cal y otra de área.
Llenos de… no sé. Hoy he soñado. Me he despertado. En al sueño alguien me sugería añadir yema de huevo al chocolate para evitar que absorbiese humedad tan fácilmente y quedase blanco. Sólo era un sueño.
Es cierto. Las fotos son de una “quiché” con base de coca. Pero, como he dicho, ahora la hago como una coca, más fina y con un relleno mucho más sutil.
… suena la campana. Ahora vuelvo.
BESOS SINCEROS y con mucha esperanza.
… Sigo
ResponderEliminarPues te veía más por el Restollal. Curiosamente, entre el pensador de “Barro”, que da nombre a la calle, y “el pensador de barro”, …, hay pequeños nexos, pues con más de cien años de diferencia, ambos estuvimos recluidos durante un mismo período en el mismo centro instructor de almas. La mía la perdieron.
El parque de Belvís ha quedado como un oasis entre piedras. Hay un pequeño laberinto de setos, no te pierdas.
Desde mi ventana no se ve ese parque del que tampoco sé el nombre. Sí, si miro desde la cocina a lo largo de los edificios, veo las torres de la Catedral. Me gusta más el verde del parque. Ése se me hace muy pequeño para perderme corriendo durante dos horas.
Yo me voy y tú vuelves. La próxima semana quizás el azar (ya con sol, que tú siempre traes) me ruborice y tenga que apartar mi mirada.
Seguiré. Volveré a las capas.
PD: algún día haré unos merengues. Algún día.
Curiosamente, hace tiempo que he alejado las anchoas de las cocas y de las pizzas. Las había probado de (más) joven en una “cuatro estaciones”, en Vigo, y las añadía de vez en cuando. Ahora no lo hago o, si lo hago, se las suelo añadir al final. Para mi gusto, el sabor salado de las anchoas se “devora” todo el plato. Me gustan más los sabores más ligeros en los que los pimientos son el límite superior aceptable.
¡La primavera! Ha llegado con toses y nubes. A mí me encanta, perdón, encantaba. Por fin he llegado a tiempo para responder a tus palabras y desearte mucha felicidad. Un beso.
Gracias.
Besos y felices días.
Pues sí, en el “pensador de barro”, en la esquina de la rotonda del Restollal entre el Parque y un Instituto. Seguro que el Parque te queda pequeño, pero es precioso, con riachuelo incluido. Asi que en el Seminario? Siempre me resultó fascinante por saber la vida de un Seminario. Me daba yuyu.
ResponderEliminarDe todos modos, primero está Restollal, Amor Ruibal, Galuresa y Romero Donallo. Mi recorrido en viceversa, dependiendo de donde venga. La Senra para la Ley, y Galeras para irme a Costa da Morte.
Belvis! Preferiría que el lunes por la tarde no encontrarme a nadie, del estado de ánimo con el que suelo salir, no soy plato de buen gusto para nadie. Echaré de menos la mirada entrañable de B. Pero mejor me pierdo por los laberintos hasta recuperar la compostura. Por lo menos ahora, ya van reconociendo que “se han distraido” (vaya eufemismo que utilizan los leguleyos) mucho y muchas cosas. Por eso, salgo “hastiada”.
Martes y demás días, a mis lugares preferidos. Castillo de San Antón, Playa de Aguieira, As Garzas en Barizo. Y mi Costa da Morte para vigilar “mis carballos”. Pero para mí Belvís, tiene ese encanto, del que nadie habla, todo el mundo mira la Catedral y el resto. Yo me quedo con Belvís y las pequeñas “hortas y leiras”. Soy una vaga, voy a todo en coche…. Así que raro será que me tope con alguien.
Tu vas y yo vuelvo? Será al revés. Yo voy! Y si puedo me quedo en la esquina del Cantábrico con el Golfo de Vizcaya. Ahí estoy en la Gloria! Y el viaje, es espectacular! Siempre como un bocata, mirando extasiada al “Kantauri” en la parte asturiana, y detrás, los imponentes Picos de Europa. No me canso. Porque tengo prisa por llegar a mi destino, que si no, me quedaría en uno de esos prados.
A ti te suena la campana y a mí el horno con una tarta de Coco façon Chef Simon.! Deliciosa con salsa de chocolate caliente. Los merengues, ya daré con ello… pero más adelante.
Besos a B (te escribo aparte) y a todos/as. Cuidaros.
Curri
Aquí pese a utilizar el término coca para distintas cosas, solo con decir la siguiente palabra...ya sabemos de qué se trata,jajaja. A lo tuyo,es cierto,no le dirían coca por la presencia, seguramente tartaleta o tarta.
ResponderEliminarLas cocas saladas de aquí se hacen con una masa como de pan pero más fina,riquísima solo la masa, y luego las encuentras en muchas panaderías, o con verduras solo, o con sardinas,pimientos y salchichas que esa es una de las más típicas de la zona donde vivo. Otra es nuestra famosa coca de mollitas,que tiene o base fina estilo pan o con base de hojaldre. También llamamos coca a una especie de empanadilla enorme que se suele preparar ahora en Junio, en nuestras fiestas grandes que son las Hogueras..." Coca amb tonyna" y esta es una delicia, el secreto su masa, se quiebra en mil al partirla, de esas que se deshace en la boca, en muy pocos sitios la he probado realmente buena, la mayoría usa la mase de una empanadilla y no es exactamente así . pero también otro de nuestros dulces más típicos es la "Coca de llanda o boba" , y tampoco podemos olvidar las cocas caseras de pan,jajaja. En fin,que si, la usamos mucho ;), recuerdo cuando mi marido llegó aquí Alicante (es de Gran Canaria) me decía, a todo le llamáis coca,jajajaj ;D.
Este año quiero intentar la " Coca amb tonyna" pero buff, me da respeto esa masa tan especial.
Un abrazo!! y feliz fin de semana a tod@s!!! :)
Por cierto, esta noche,cenamos tu pastel de pimientos;)... ya te contaré ...
ResponderEliminar¡Qué buen "salado"! Esto no puede ser que haya alguien a quien no le guste.
ResponderEliminarMe ha encantado. Y la verdad, si no fuese en plan molde y con toda la forma de tarta, sí podría considerársele coca. Porque, aunque en Cataluña las cocas sean sin molde y (lo más usual) con masa de pan pero rica en aceite, cierto que también las hay de hojaldre: la famosa coca de llardons (chicharrones), que es dulce y un vicio. Esas cocas que ahora se ven con masa como de tartaleta no son las que hemos comido toda la vida de las panaderías, parecen más un invento de restaurante (y en algunas superponen tantas cosas que hacen olvidar totalmente que es una coca, pues no quedan ni pegadas a la masa).
Bueno, que qué más da cómo lo llamemos, si lo que importa es disfrutarlo. Y, desde luego, no creo que exageraran nadita, los afortunados.
Hoy me he comprado un chocolate blanco muy chulo, de color tostado, que a final de mes me quiero atrever con tu tarta de mousse de 2 o 3 chocos. Una osadía, ya, pero como estará bueno igual aunque me quede dudosillo a la vista...
Gloria, enorme ABRAZO. Cansada, pero ¿mejor? Ojalá. Bien le vendrá la lluvia a ese precioso jardín tuyo.
Cuídate, Pepinho. Como si lo viera que no nos estás haciendo caso con lo de dormir más... A cambio, está muy bien ver tus platos más a menudo. :-) Y a ti (con letras).
Letras... Y un abrazo de esos con ganas, P.
Hola,
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz (fin de) fin de semana!!!!!!!!!!! Hace sol en Galicia. ¡Milagro!
Creo que me he explicado mal. Sólo un detalle, que ando mal de tiempo. Cuando he hablado de “coca” no me refería a que las fotos fuesen de una coca, son fotos de un “pastel” que preparé hace casi un año, incluso “quiché” si cambiamos la base. Lo que he querido decir es que podría hacerse como una coca con el mismo relleno y cambiando la base, en cuyo caso gotearía un poco de relleno sobre los pimientos.
Como me entraron ganas después de haber escrito la receta, este viernes preparé este pastel para acompañar la comida (percebes incluidos ;-) [que a mí no me gustan]).
Lo preparé en formato coca. La noche del jueves caramelicé los pimientos, al levantarme amasé la base de la coca (agua, harina, sal, azúcar, aceite... y un poco de sorpresa). Antes de recoger a Teo, en dos minutos, estiré la masa. Le di forma de coca, le puse una fina capa de tomate casero (sí, como una pizza), la capa de pimientos y un chorrito del relleno. Al horno y deliciosa, por lo menos a M le ha encantado.
Uff! Tengo tanto pendiente de publicar… Un beso a tod@s.
Usaré choco blanco para otro plato. Delicioso.
Tienes razón, vaya solazo! aunque a mi mañana me esperan nubarrones! He hecho varias veces tu mousse de choco blanco, y le pongo una bolita de mousse de marron glacé en el medio y migas de merengue... Por encima la salsa de caramelo, y no sabes la delicia! Bueno, si la sabes.
ResponderEliminarC
Estoy viendo esos árboles y que hay viento, pero el edificio de la Residencia, es brutal. A algún arquitecto deberían sancionarle.
Hola, salió riquísimo el pastel, nos ha encantado muy sabroso y nada pesado. Hice tu receta de hojaldre fácil, y me ha gustado mucho nunca me había atrevido con el hojaldre me parece complicado, pero ha quedado de vicio, apuntada y me la quedo en casa tiene mil posibilidades.
ResponderEliminarMariluz no sabía que hubiera tanta variedad de cocas en tu tierra, y todas muy apetecibles, habrá que probarlas.
Curri se me hace la boca agua con tu mousse de chocolate blanco bolita de marrón glacé y migas de merengue?? pero qué delicia, recetilla? porfa
Pepinho me alegra que estés disfrutando el finde, se te nota contento y relajado, el sol y tus soletes? que dure la paz y el bienestar.
Besos de marrón glacé para todos.
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ResponderEliminarMe guardo la receta, no digo la copio, porque no seré capaz de alcanzar la perfección que le has llegado a dar.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirla con nosotros.
Felíz semana.
Uff que pinta! Se me hace agua la boca...
ResponderEliminarEn mis sueños soy M. y tú me traes todos los platos que preparas! Jajaja
besis disfruto mucho tú blog
patto
Mi muy estimado Pepinho, en primer lugar un saludo muy cariñoso.
ResponderEliminarPerdona que te hable de otro postre aquí, pero así creo que me aseguro de que me leas, y esto es importante para mí.
Estoy haciendo tus tejas de praliné y avellanas, que son una auténtica exquisitez, como todo lo tuyo que hago. Salen maravillosas, finísimas, crujientes y con un sabor de alto standing. Pero me encuentro que a las dos o tres horas han perdido el crujiente, y se vuelven blanditas, incluso se pegan unas a otras un poco. Siguen estando muy ricas, pero ya no es lo mismo. ¿Sabes qué debo hacer para que conserven el crujiente en todo momento?. Sería una mujer feliz si me das la solución.
Gracias siempre por tu magnífico blog.
Un abrazo. Violeta.